El
ex presidente Alejandro Toledo es el padre de la criatura, nos referimos a la Regionalización
del país. Una Regionalización que está trayendo, más problemas que soluciones a
la descentralización como es el caso de Cajamarca, donde gobierna un Gregorio
Santos que se cree un señor Feudal o un Cacique en pleno siglo XXI. Se maneja
una soberbia más grande que su estatura.
En
su momento, criticamos esta regionalización, que si bien es cierto era
necesaria por la descentralización; sin embargo, fue muy prematura su distribución.
Alejandro Toledo erró al aprobar esta
iniciativa. Era y es actualmente inmanejable e incomprensible convertir a 24 Departamentos
en igual cantidad de Regiones, sin un Planeamiento Estratégico de largo plazo.
Alejandro
Toledo por cumplir su promesa electoral y para dar gusto a las organizaciones
provinciales, realizó una regionalización convirtiendo los 24 departamentos y
la Provincia Constitucional del Callao en Regiones. Hoy los llamados
presidentes regionales pueden gobernar su Región sin tener ninguna dependencia,
son autónomos e independientes del gobierno central, del Congreso, con un
control mediatizado de la Contraloría y la SUNAT.
Gregorio
Santos tiene en su haber la renuncia de dos gabinetes del actual gobierno. Políticamente
ha obtenido dos victorias frente a la actual administración y lo reivindica ante
sus seguidores y aunque algunos oficialistas no quieran reconocerlo. Esta
victoria a Santos lo ha fortalecido.
Apoyado
por las organizaciones de defensa del pueblo y del “medio ambiente”, vive su
momento feliz en la cresta de la ola. Cuánto tiempo durará en esa posición, el
gobierno tiene la palabra, mientras tanto, seguirá su campaña de desinformación
a los campesinos de Cajamarca por lo del agua si, oro no.
Gregorio
Santos está cubierto con una piel de rinoceronte o de cocodrilo, no le penetra
nada, hace caso omiso a todos los pedidos de diálogo. Realmente se siente
fuerte y quiere ser el conductor del diálogo que plantea el Gobierno. Lo quiere
hacer en su terreno, con su gente y con su barra, para arrinconar definitivamente
a Ollanta Humala, e imponer su posición.
La
opinión nacional se ha percatado que Santos solo quiere el atraso de su población
condenar a la pobreza a los campesinos y con esta paralización todos los negocios
grandes y pequeños se ven tremendamente afectados en su economía.
En
él no hacen mella las disposiciones que emite el gobierno: Estado de
Emergencia, es decir se zurra en la Constitución. Ni los pedidos de diálogo. Qué
podría exigir Ollanta Humala, si el 28 de julio de 2011 juró por la inexistente
Constitución de 1979. Además durante su campaña prometió Agua sí, oro no cuando visitó Cajamarca.
El
Premier Dr. Jiménez Mayor ha hecho del diálogo la piedra angular de las
relaciones con los gobernados; sin embargo, Gregorio Santos habiendo observado la
debilidad del Gobierno en sus negociaciones por Conga va, se retiró arbitrariamente del diálogo propuesto
por el Gobierno y gestionado por los
sacerdotes Cabrejos y Garatea, quienes continuarán llamando a Santos para que
nuevamente reingrese al famoso conversatorio.
¿Hasta cuándo durará este juego? Solo Santos lo sabe.
Mientras
tanto Conga está paralizado y la población de Cajamarca vive su hora amarga,
por la indiferencia y desidia de un Presidente Regional obstinado a quien no le interesa el bienestar
de su población, mucho menos la seguridad de su región.
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