Australian War Memorial

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EXTERIOR DE MEMORIA DE LA GUERRA-AUSTRALIA

miércoles, 8 de marzo de 2023

XXXVIII ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DE LA ORDEN DE LA LEGIÓN MARISCAL CÁCERES.

 

DISCURSO DE ORDEN POR EL XXXVIII ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DE LA ORDEN DE LA LEGIÓN MARISCAL CÁCERES.

POR: CRL. E.P. ANGEL ARTURO CASTRO FLORES, PRIMER VICEPRESIDENTE DE LA ORDEN DE LA LEGIÓN MARISCAL CÁCERES.


SR. GRAL DIV EP MARCIANO RENGIFO RUIZ PAST PRESIDENTE OLMC.

SR. GRAL DIV EP LUIS VICENTE ALCANTARA VALLEJO. PAST PSDTE OLMC 

SR. GRAL DIV EP PABLO CORREA FALEN. PAST PRESIDENTE OLMC

SR GRAL DE EJTO MANUEL JESÚS GÓMEZ DE LA TORRE ARANIBAR JEFE DEL COMANDO CONJUNTO DE LA FUERZA ARMADA. 

SR GRAL EJTO DAVID OJEDA PARRA, COMANDANTE GENERAL DEL   EJÉRCITO DEL PERÚ. 

SR GRAL DIV CESAR AUGUSTO BRICEÑO VALDIVIA JEFE DEL ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJÉRCITO. 

SR GRAL DIV. JULIO CÉSAR CASTAÑEDA ZEGARRA, CMDTE DE LA SEGUNDA DIVISIÓN DE EJÉRCITO. 

SRES OFICIALES GENERALES, SUPERIORES Y SUBALTERNOS EN SITUACIÓN MILITAR DE ACTIVIDAD Y RETIRO. 

SRES SUPERVISORES, TÉCNICOS, SUB OFICIALES, OFICIALES DE MAR EN SITUACIÓN MILITAR DE ACTIVIDAD Y RETIRO. 

SRES CLASES Y SOLDADOS.

SRES PRESIDENTES DE LOS CLUBS DEPARTAMENTALES AYACUCHO LA LIBERTAD Y LAMBAYEQUE. 

HERMANOS LEGIONARIOS INTEGRANTES DEL CONSEJO DIRECTIVO OLMC SEDE CENTRAL Y DE LAS JUNTAS DIRECTIVAS DE LAS FILIALES DE ANCÓN, LA MOLINA, SAN JUAN DE LURIGANCHO, TRUJILLO, CAJAMARCA, CHICLAYO, HUANCAYO, SICAYA, HUALHUAS, PUCARÁ, SAN JERÓNIMO DE TUNÁN, AREQUIPA, AYACUCHO, EL MILAGRO.    

HERMANOS LEGIONARIOS ASOCIADOS DE LA OLMC SEDE CENTRAL Y FILIALES A NIVEL NACIONAL.

DISTINGUIDAS DAMAS INTEGRANTES DE LA RESPETABLE LOGIA SIMBÓLICA ANTONIA MORENO LEYVA DE CÁCERES.

SRS DOCENTES, COORDINADORES Y ESTUDIANTES INTEGRANTES DE LAS LEGIONES ESTUDIANTILES MARISCAL CÁCERES.   

DAMAS Y CABALLEROS.   

AQUEL LEJANO 7 DE MARZO DE 1985, UN GRUPO DE PATRIOTAS CIVILES Y MILITARES, IMBUIDOS DE LA MÍSTICA FORJADA A LA LUZ DE LOS VALORES Y VIRTUDES MILITARES DEL GRAN MARISCAL ANDRÉS A. CÁCERES, INCENTIVADOS POR EL DESEO FERVIENTE DE DIFUNDIR EN LA POBLACIÓN Y ESPECIALMENTE EN LA JUVENTUD PERUANA, SU VIDA, ACCIONES Y HECHOS HEROICOS A LO LARGO DE SU BRILLANTE CARRERA MILITAR, SE REUNIERON PARA FUNDAR LA ORDEN DE LA LEGIÓN MARISCAL CÁCERES.

DESDE ESA FECHA, HAN TRANSCURRIDO 38 AÑOS Y A LO LARGO DE ESTE PERIODO DE TIEMPO, NUESTRA LEGIÓN COMO INSTITUCIÓN PATRIÓTICA HA DESARROLLADO UNA FRUCTÍFERA LABOR, PARA MANTENER VIGENTE LOS ELEVADOS VALORES PATRIÓTICOS DEL GRAN MARISCAL ANDRÉS A. CÁCERES.

LA CREACIÓN DE NUESTRA LEGIÓN OBEDECIÓ A LA NECESIDAD PATRIÓTICA DE EXALTAR Y HACER CONOCER EN TODA SU MAGNITUD LA VIDA Y OBRA DEL MARISCAL ANDRÉS A. CÁCERES DORREGARAY, EN SUS DIFERENTES FACETAS COMO: SOLDADO, PATRIÓTA, HÉROE, ESTADISTA, POLÍTICO Y DIPLOMÁTICO, PERO FUNDAMENTALMENTE COMO EL HOMBRE QUE CON SU EJEMPLO BUSCÓ SIEMPRE LA UNIDAD DE NUESTRA PATRIA, PARA ENFENTAR AL ENEMIGO.

LA LEGIÓN CÁCERES CONTINÚA AVANZANDO CON PASO SEGURO EN SU CONSOLIDACIÓN COMO UNA INSTITUCIÓN PATRIÓTICA PRESTIGIOSA Y RECONOCIDA EN NUESTRA SOCIEDAD, CON PRESENCIA ACTIVA A NIVEL NACIONAL, PROVINCIAL Y DISTRITAL EN TODO NUESTRO TERRITORIO, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE DIFUNDIR AL PERÚ ENTERO LA VIDA Y OBRA DEL LEGENDARIO MARISCAL COMO UN EJEMPLO IMPERECEDERO A IMITAR EN TODOS LOS ACTOS DE LA VIDA.

SE HA HABLADO MUCHO DE LA CAPACIDAD DE COMUNICACIÓN DE CÁCERES, LO QUE DEMUESTRA SU PODER DE CONVENCIMIENTO QUE HIZO, SE LOGRARA LA UNIDAD DE SUS FUERZAS REGULARES Y GUERRILLAS. EL DOMINIO DEL QUECHUA LE PERMITIÓ COMUNICARSE CON SUS FUERZAS MUY FACILMENTE. SUS MENSAJES CALARON HONDO, EN EL LLAMADO PARA DEFENDER A LA PATRIA, SUS HOMBRES COMPRENDIERON LA GRANDEZA DE SU OBRA, VIERON EN ÉL AL SALVADOR.

LA VICTORIA EN LA BATALLA DE TARAPACÁ, TRAJO GRAN COSTERNACIÓN A LOS MANDOS CHILENOS DESDE EL PRESIDENTE ANIBAL PINTO HASTA LOS JEFES Y OFICIALES CHILENOS:

RAFAEL SOTOMAYOR BAEZA ERA MINISTRO DE GUERRA Y MARINA EN CAMPAÑA, LUEGO DE LA DERROTA DE SUS FUERZAS EN TARAPACÁ, POSEÍDO DE UNA GRAN INDIGNACIÓN, ESCRIBIÓ AL PRESIDENTE PINTO: “LOS 700 U 800 HOMBRES PERDIDOS EN TARAPACÁ CON 7 U 8 CAÑONES Y MUCHO ARMAMENTO SE DEBE EN GRAN PARTE A ESA SERVIL ADORACIÓN DE LA TÁCTICA DE MOLTKE, QUE FALSAMENTE SE LE ATRIBUYE A ESTE CAPITÁN. SE QUISO TENER UN SEDÁN, DAR PRUEBAS DE ESTRATEGIA MILITAR Y SE ENCONTRÓ UN SEPULCRO INMERECIDO PARA NUESTRA TROPA…”.

LA CAMPAÑA DE LA BREÑA DEMOSTRÓ AL MUNDO LAS FORTALEZAS DEL SOLDADO PERUANO, DEL HOMBRE HUMILDE DEL ANDE QUE CONVENCIDO POR LA PRÉDICA PATRIÓTICA DE CÁCERES, SE UNE VOLUNTARIAMENTE. VEMOS LA GRAN INFLUENCIA DE LA COMUNICACIÓN, DE LA PALABRA Y DEL EJEMPLO.

NUESTRO HISTORIADOR JORGE BASADRE RECONOCE EN CÁCERES SU HABILIDAD Y ACIERTO PARA JUNTAR TROPAS, ADIÉSTRALAS, CONDUCIRLAS Y VOLVERLAS A REUNIR; OBTENER HOMBRES, FUSILES, BAYONETAS, MUNICIONES, UNIFORMES, ACÉMILAS, CUCHILLAS, HONDAS, REJONES.

CÁCERES NUNCA SE ECLIPSÓ, SACÓ FUERZAS DEL ALMA Y EL CORAZÓN, SE CONVIRTIÓ EN ESCUDO Y CORAZA DE LA PATRIA, FUE LA ESPERANZA DE UN PUEBLO QUE SE ERGUÍA FORTALECIDO PARA LUCHAR CONTRA LAS FUERZAS CHILENAS Y DESALOJARLAS.

EL TAITA CÁCERES RECORRIÓ LEGUAS DE NUESTRO TERRITORIO CON SUS BREÑEROS INVENCIBLES, HAMBRIENTOS, SEDIENTOS, DESCALZOS. LUCHARON CONTRA EL FRÍO Y EL HAMBRE, SIN RECURSOS, SIN ARMAMENTO NI MUNICIONES, COMBATIERON SOLOS CONTRA TODA ADVERSIDAD Y SE LEVANTARON Y VENCIERON.

DESEO ENFATIZAR QUE NUESTRA ORDEN ORIENTA SU TRABAJO EN DIFUNDIR FIEL Y PERSISTENTEMENTE LOS VALORES CÍVICOS Y PATRIÓTICOS DEL MARISCAL CÁCERES QUE HAN TRASCENDIDO ESPACIO Y TIEMPO HISTÓRICO.

EN LA ACTUAL COYUNTURA SIGNADA POR UNA TRASGRESIÓN DE LOS VALORES ÉTICOS, MORALES Y PROFESIONALES, COBRAN PLENA VIGENCIA, POR TANTO, EN NUESTRA CONDICIÓN DE LEGIONARIOS TENEMOS EL DEBER MORAL DE PERSISTIR EN SU DIFUSIÓN PERMANENTE CON UNA ACTITUD DOCENTE Y PATRIÓTICA.

RECORDEMOS CON ADMIRACIÓN Y AGRADECIMIENTO A LOS HOMBRES QUE TUVIERON LA INICIATIVA Y FELIZ INSPIRACIÓN PATRIÓTICA, PARA CONSIDERAR PRIORITARIA LA CREACIÓN DE UN ÓRGANO, QUE ASUMA LA PERMANENTE TAREA DE DIFUNDIR AL PERÚ ENTERO LA VIDA Y OBRA DEL LEGENDARIO MARISCAL COMO EJEMPLO A SEGUIR E IMITAR.

CITARÉ LOS NOMBRES DE LOS FUNDADORES DE LA OLMC CON EL RESPETO Y LA ADMIRACIÓN QUE MERECEN:

INGENIERO        MARIO SAMAME BOGGIO

GRAL DIV EP     ALBERTO MALDONADO YAÑEZ

SEÑOR              ALBERTO FERREYROS NIEVES

INGENIERO      JORGE SUCCAR RHAME

GRAL DIV EP    ALFREDO ARRISUEÑO CORNEJO

INGENIERO      TULIO DE ANDREA MARCAZZOLO

GRAL DIV EP    OSCAR VARGAS PRIETO

DOCTOR           PABLO MACERA D´ALLORSO

CRL    EP           VICTOR SANCHEZ MARIN

GRAL DIV EP    CARLOS DEVINATEA ALMONTE

EN ESTE DÍA MEMORABLE EN QUE LOS RECORDAMOS, ELEVEMOS NUESTRA ORACIÓN A DIOS NUESTRO SEÑOR, PARA QUE EN SU ETERNO DESCANSO BRILLE PARA ELLOS LA LUZ PERPETUA.

ES NECESARIO RECONOCER LA LABOR FUNDAMENTAL, QUE CUMPLEN NUESTROS HERMANOS LEGIONARIOS INTEGRANTES DE LOS  CONSEJOS DIRECTIVOS Y TRABAJADORAS DE LA SEDE CENTRAL Y LAS JUNTAS DIRECTIVAS DE FILIALES REGIONALES, PROVINCIALES Y DISTRITALES,  QUIENES FORTALECIDOS POR LA MÍSTICA QUE NOS LEGÓ EL MARISCAL CÁCERES, HAN HECHO SUYOS SUS PERENNES POSTULADOS, TRABAJANDO UNIDOS Y ESTRECHAMENTE CON NUESTRA CIUDADANIA, PARA DIFUNDIR SU VALIOSO MENSAJE, PROPICIANDO LA CREACION DE FILIALES, EDITANDO LIBROS, REVISTAS Y FOLLETOS, CUMPLIENDO UN CALENDARIO DE CEREMONIAS CÍVICO PATRIÓTICAS, CUYA PRINCIPAL MOTIVACIÓN ES EL RECONOCIMIENTO AL  MARISCAL  ANDRÉS AVELINO CÁCERES Y A SUS BRAVOS COMBATIENTES QUE LO ACOMPAÑARON Y LUCHARON BAJO SU MANDO.

PERMÍTANME AGRADECER A NOMBRE DEL CONSEJO DIRECTIVO DE NUESTRA LEGIÓN, VUESTRA PRESENCIA EN ESTA ASAMBLEA EN QUE CONMEMORAMOS EL TRIGÉSIMO OCTAVO ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DE LA OLMC, RENOVEMOS NUESTRO PERMANANTE COMPROMISO DE NUNCA PERMITIR QUE SE EXTINGA LA LLAMA ENCENDIDA EN HONOR AL MARISCAL DE LOS ANDES ANDRÉS A. CÁCERES.

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE ANDRÉS A. CÁCERES

RESPECTO DEL ROL QUE CUMPLIÓ CÁCERES DURANTE LA RESISTENCIA DE LA BREÑA, EL CRÍTICO LITERARIO, HISTORIADOR Y PERIODISTA CÉSAR A. ÁNGELES CABALLERO EXPRESA:

“CÁCERES FUE LA CONJUNCIÓN IDEAL DEL CID, DE LEÓNIDAS, DE PACHACÚTEC, TÚPAC AMARU Y VILCAPAZA; PARADIGMA DEL AUTÉNTICO GUERRERO, DEL MILITAR INTACHABLE, MODELO, CAMINO Y ESTELA QUE SEGUIR. CÁCERES, EL COLOSO ANDINO, HERMANÓ ÉPICAMENTE EN UN SOLO HAZ: VALOR, ARROJO, ASTUCIA, PATRIOTISMO, SUMA ESTRATEGIA Y DEPURADA TÁCTICA MILITAR, CON EL ABNEGADO ESFUERZO DE GUERRILLEROS ANDINOS QUE LO SIGUIERON IMPERTÉRRITOS, IMBUIDOS DE UNA SOLA IDEA: ARROJAR AL PREPOTENTE INVASOR”.

GUSTAVO BACACORZO, HISTORIADOR, CATEDRÁTICO Y DOCTOR EN LETRAS Y DERECHO, EXPRESA:

“CÁCERES ES LA ENCARNACIÓN MISMA DEL ALMA NACIONAL EN LA DEFENSA DE LA PATRIA. ES PERSONAJE DE LEYENDA, ADMIRADO AUN POR ALGUNAS FIGURAS SUPERIORES DE LAS TROPAS ENEMIGAS. HOY ES UNO DE LOS PROHOMBRES DE LA PERUANIDAD. NOS DIO EL EJEMPLO DE DESHACERSE DE SUS PROPIEDADES PARA DETONAR SU PRODUCTO A LAS URGENCIAS DE LA GUERRA; SE MANTUVO CERCA DEL SOLDADO RASO Y CON ÉL SUFRIÓ HAMBRE, FRÍO, CANSANCIO Y ARRIESGÓ LA VIDA POR IGUAL, Y DE LOS DESCALABROS SURGIÓ MÁS FIERO, TONIFICADO Y RECIO COMO SI SE TRATARA DEL MÁS COMPLETO DE LOS ÉXITOS”.

PEDRO PAZ SOLDÁN (JUAN DE ARONA), PUBLICADA EN SU DICCIONARIO BIOGRÁFICO DE PERUANOS CONTEMPORÁNEOS, LIMA 1917:

“HA TENIDO UNA BRILLANTE CARRERA DIPLOMÁTICA, A CUYO ÉXITO CONTRIBUYERON MUCHO SUS EXCEPCIONALES DOTES DE HOMBRE DE MUNDO. MUY AFABLE, DE MANERAS MUY FINAS, PORTE MUY DISTINGUIDO Y CONVERSACIÓN SUMAMENTE AMENA, EL GENERAL CÁCERES, TAN BIZARRO EN LOS CAMPOS DE BATALLA, SABE SER EN LOS SALONES UN HOMBRE DE TRATO ENCANTADOR. POR OTRA PARTE, HABLA PERFECTAMENTE EL FRANCÉS Y TIENE UNA MEMORIA EXTRAORDINARIA PARA RETENER TODO LO QUE HA VISTO, OÍDO O LEÍDO”.

DEL EX COMANDANTE GENERAL DEL EJÉRCITO RONALD EMILIO HURTADO JIMÉNEZ:

“RECONOCER LA VIDA DE CÁCERES, DEL INCANSABLE SOLDADO QUE NUNCA SE RINDIÓ, NO SOLO ANIMA Y COMPROMETE, SINO QUE ADEMAS ENORGULLECE. ES EL EJEMPLO DEL PERUANO QUE LUCHÓ TODAS LAS BATALLAS Y POSTERIORMENTE SE LEVANTÓ CON VALENTÍA DEPUES DE LA INFAUSTA GUERRA DEL GUANO Y EL SALITRE PARA LA RECONSTRUCCIÓN NACIONAL. SIN DUDA, SÍMBOLO DEL HONOR Y LA RESISTENCIA EN DEFENSA DEL TERRITORIO PATRIO.

FINALMENTE, DESEO TRAER A COLACIÓN UN EPISODIO IMPORTANTE, SUCEDIDO EL 27 DE NOVIEMBRE DE 1916 EN UN GRANDIOSO BANQUETE QUE LE FUE OFRECIDO EN LIMA, CELEBRANDO EL ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE TARAPACÁ, PRONUNCIÓ UN NOTABLE DISCURSO EN EL QUE CONFIRMÓ SUS TRADICIONALES IDEAS SOBRE LA INTEGRIDAD TERRITORIAL, DICIENDO ENTRE OTRAS COSAS:

‘OS TRIBUTO AGRADECIMIENTO FERVOROSO A NOMBRE DE LA PATRIA MISMA, A NOMBRE DE TODOS LOS QUE TUVIMOS LA SUERTE DE ACTUAR EN LA HEROICA JORNADA QUE REMEMORÁIS Y A NOMBRE DE NUESTROS MUERTOS QUERIDOS, DE MIS HEROICOS COMPAÑEROS, QUE CAYERON EN TARAPACÁ Y QUE AL CAER SOBRE ESE SUELO DE NUESTRO CARIÑO Y DE NUESTRA GLORIA, ESCRIBIERON CON SU MISMA SANGRE, ESTAS PALABRAS QUE NADIE DEBE OLVIDAR, Y QUE SIEMPRE DEBEN ESTAR GRABADAS EN NUESTROS CUARTELES Y EN NUESTRAS ESCUELAS:

ESTA TIERRA ES NUESTRA Y SIEMPRE DEBE SERLO, Y AGREGÓ DESPUÉS: (…) MÁS CIEGOS TODAVÍA LOS QUE NO VEN QUE EL PERÚ TIENE EL IDEAL MÁS EXCELSO QUE PUEDE TENER UNA NACIÓN DIGNA Y LIBRE: LA REINTEGRACIÓN Y LA GRANDEZA DE LA PATRIA. LA PATRIA ÍNTEGRA, LA PATRIA GRANDE, LA PATRIA INTANGIBLE: HE ALLÍ EL IDEAL QUE DEBE ENARDECER A NUESTRAS ALMAS, ROBUSTECER NUESTRO ESFUERZO Y ORIENTAR NUESTRA ACCIÓN’.

DISTINGUIDAS AUTORIDADES CIVILES Y MILITARES, HERMANOS LEGIONARIOS:

HONOR Y GLORIA A LOS 10 PRECLAROS CIUDADANOS CIVILES Y MILITARES FUNDADORES DE LA OLMC.   

HONOR Y GLORIA A LA FIGURA HISTÓRICA DEL GRAN MARISCAL DEL PERÚ ANDRÉS AVELINO CÁCERES DORREGARAY.

DAMAS Y CABALLEROS ACOMPAÑADME A DAR TRES VIVAS:

¡VIVA LA ORDEN DE LA LEGIÓN MARISCAL CÁCERES!

¡VIVA EL MARISCAL ANDRÉS AVELINO CÁCERES DORREGARAY!

 ¡VIVA EL PERÚ!

¡MUCHAS GRACIAS!

 


viernes, 13 de enero de 2023

A CXLII años de las Batallas de Chorrillos y Miraflores.

 La historia de nuestra patria está jalonada por hitos históricos que no se deben olvidar.

Las batallas de San Juan y Miraflores, son dos hechos históricos, dos episodios que debemos tener presente, siempre.



A CXLII años de las Batallas de Chorrillos y Miraflores.

Por: Arturo Castro Flores.

Día 13 de enero de 1881.



De la obra del Mariscal Andrés A. Cáceres, LA GUERRA ENTRE EL PERÚ Y CHILE (1879-1883), EXTRACTO DE LAS MEMORIAS DE MI VIDA MILITAR, extraemos parte del inicio del combate de San Juan. “Eran las cuatro de la mañana y el campo se encontraba cubierto de neblina, la cual protegía el avance aproximativo de los chilenos, que se presentaron de improviso, y sin haber hecho fuego, por la parte casi indefensa que se dejo entre la izquierda de Iglesias y mi derecha. Al oír que se iniciaba un violento fuego por ese sitio, comprendí que el enemigo, había penetrado por ese lugar desguarnecido de nuestra línea, e inmediatamente me dirigí allá, adonde se encaminó también el Dictador (Nicolás de Piérola). Llegado que hubimos, pude confirmar mis suposiciones y dije a Piérola: ´Vea Ud., el enemigo está ya sobre nuestra línea…” Págs. 95-96.

Los días 13 y 15 de enero de cada año, recordamos las batallas de San Juan y Miraflores, cuyas derrotas frente al ejército chileno fueron el preámbulo de la ocupación de Lima por el enemigo que posteriormente permanecieron durante casi tres años.

De esos cruentos hechos, han transcurrido 192 años, y en una mirada retrospectiva nos trasladamos a esas dos fatídicas fechas, para recordar el sacrificio de militares y civiles, entre ellos ancianos, jóvenes y niños estudiantes quienes entregaron su vida defendiendo Lima capital del Perú, en una defensa desarticulada y con un dispositivo, composición y fuerza deficientemente organizada.

En Chorrillos, hermoso balneario al que acudían las familias limeñas todos los veranos; la soldadesca chilena incontrolable, indisciplinada, se emborrachó y se dedicó al saqueo, violación de mujeres, asesinato de nacionales y extranjeros, destrucción de residencias, de residentes nacionales y también de extranjeros que tenían izadas sus banderas, comercios de peruanos y extranjeros.

En esta épica batalla cayó prisionero el coronel Miguel Iglesias conductor del primer cuerpo que defendió el Morro solar. Después fue utilizado como parte del equipo de parlamento para hablar con el dictador Piérola, antes de la batalla de Miraflores.

Luego, en la batalla de Miraflores, se destruyó las defensas que Nicolas de Piérola había ordenado organizar en reductos, los batallones ocupando un dispositivo sobreextendido, no estaban a la distancia de apoyo mutuo, además las fuerzas carecían de experiencia, las reservas organizadas cayeron bajo el ataque enemigo y fueron destruidas, hubo batallones que no lucharon, que sin embargo se retiraron de la batalla sin haber disparado un tiro.

Después de la derrota en la batalla de Miraflores el dictador Nicolás de Piérola, los integrantes de su gobierno, las fuerzas que lo apoyaban, huyeron cobardemente a Canta abandonando a la población de Lima.

El Diario Oficial de Lima, diario chileno fundado durante la ocupación de Lima en junio de 1882, vocero propagandístico de ese gobierno, publicó dos artículos los días 13 y 15 de enero de 1883, en su sección Actualidad, un homenaje épico, conmemorando el segundo aniversario de las batallas de San Juan y Miraflores, cuyo resultado como todos conocemos fue una derrota, un desastre para nuestras fuerzas. En esta batalla fue herido el entonces coronel Andrés A. Cáceres

La misión de propaganda que realizó este diario, desde su fundación, afectó la moral de las fuerzas defensoras, población limeña y extranjera, y de numerosos negociantes y negocios de peruanos y extranjeros, apoyando un proceso de paz propuesto por los chilenos con entrega de nuestro territorio. La improvisación, falta de criterio y experiencia del conductor de la guerra Nicolás de Piérola, nos pasó una factura muy grande.

Fiel a su rol desinformativo, el diario en ambos artículos que transcribimos para que ustedes amables lectores conozcan la versión de las fuerzas enemigas, como es menester, tergiversa datos, exagerando y elevando el accionar de sus tropas a niveles épico, asegurando que debieron vencer un sinfín de obstáculos, en un terreno elevado, preparado exprofesamente, con obstáculos, zanjas y minas subterráneas que hacían más heroica sus acciones.

13 de Enero de 1883. Sección ACTUALIDAD. “13 DE ENERO”.



“En la mañana de hoy, el cañón de Santa Catalina ha saludado con salva mayor, el segundo aniversario de las victorias inmortales de San Juan y de Chorrillos. Frescos están en la memoria de todos, los grandes hechos que encierran esas gloriosas fechas.

Dos años hace que, en un día como este, nuestro ejército, avanzando por un campo sembrado de bombas automáticas y de minas subterráneas batiéndose contra fuerzas atrincheradas e inmensamente superiores en número, que desde elevadas y formidables posiciones, defendidas por zanjas y reductos, le hacían fuego mortífero-libró una gran batalla cubriéndose de gloria; y después de vivo, impetuoso e irresistible ataque asaltó las trincheras y reductos  enemigos, y coronó las alturas clavando victorioso el hermoso tricolor, en el mismo sitio en que, momentos antes, soberbia y altanera flameaba la bandera del Perú.

Después de dos años de lucha y sacrificios de todo género y a costa de más de diez mil vidas, Chile, sin flaquear un solo instante y sin que jamás se perturbara el régimen constitucional, realizó, con feliz éxito, el programa de guerra que desde la primera hora le trazara el patriotismo, la energía y previsión de sus hijos.

Tan brillantes victorias han afianzado la grandeza y prosperidad de Chile.

Ellas revelan el empuje irresistible de nuestro valeroso ejército en la escuela del deber; y marcan a nuestros tenaces adversarios, que en pos del triunfo de esas memorables acciones, han sonado ya la hora de la paz, desde que toda resistencia es inútil, estéril y antipatriótica.

Honor al ejército y a la armada nacional, que tan inmarcesibles laureles han ceñido en la frente de la República.


Eterna gloria a los que murieron en defensa de la noble causa de Chile. Piadoso respeto para aquellos que, cualquiera que haya sido su nacionalidad, rindieron su vida en aras de la patria”.

Diario Oficial. Sección ACTUALIDAD.



“15 DE ENERO”.

“Hace apenas dos días que recordamos el gran triunfo que nos hizo dueños, el día trece de enero de 1881, del formidable baluarte de Chorrillos denominado “Morro Solar”, después de vencer la primera línea de resistencia que nos opuso el ejército peruano, compuesto de veinticinco mil combatientes atrincherados en las más ventajosas posiciones que sea posible de imaginar.

Tócanos hoy, con el mismo intervalo de tiempo que medió entre las memorables jornadas del trece y del quince de enero, hacer las reminiscencias de la segunda, que fue la que nos abrió de par en par e incondicionalmente, las puertas de la orgullosa metrópoli de nuestros enemigos.

Al traer a la memoria ese gran episodio de la guerra del Pacífico denominada batalla de Miraflores, siéntese con razón enorgullecido el amor propio nacional, al recordar cuántos y cuán heroicos sacrificios fuere necesario emplear al denodado ejército de Chile, para triunfar, no ya del valor, cuanto de la perfidia de nuestros desleales enemigos.

No bastándoles a estos la superioridad del número, la del armamento, y las posiciones en cuya defensa no escasearon ni las minas, ni las bombas, ni aquellos otros inventos bárbaros que ha proscrito el moderno derecho de la guerra, creyéronse autorizados para violar, en su provecho, la fe del armisticio pactado por la mediación y con la intervención del cuerpo diplomático extranjero residente en Lima, imaginándose que la sorpresa haría estéril el mil veces probado valor del soldado chileno.

¡Ilusoria y vana esperanza!

La disciplina del ejército de Chile vino a probar, en esta vez, que ella vale tanto o más que el valor mismo y que, sin esa ayuda, todas sus glorias habrían quedado quizás eclipsadas.

Debido pues a la disciplina que, según la expresión de un capitán célebre del siglo, es el alma de un ejército, pudo el nuestro reponerse pronto de la sorpresa que le causaran la detonación y estragos de las metrallas enemigas, cuando se ocupaba precisamente de preparar su rancho de la mañana.

Después de una hora más o menos de recibir a quemarropa y sin respuesta los proyectiles enemigos, pudo al fin organizarse nuestro ejército, tomar la ofensiva y arrollar al contrario hasta la capital, desalojándolo de los reductos y trincheras de su segunda línea de defensa.

A las seis y media p.m., con los últimos albores del día, fueron coronados con el éxito y el más esplendido triunfo, los titánicos esfuerzos de nuestros heroicos soldados que, en aquella misma noche, acamparon en las posiciones que habían conquistado, haciéndole la guardia a Lima con un cinturón de bocas de fuego.

Con esta acción tan brillante como decisiva, por las circunstancias con que fue iniciada, quedó, de hecho, concluida la lucha de casi dos años, que tuvo su comienzo el 14 de febrero en Antofagasta, y su coronación en Lima el 15 de enero de 1881.

Desde entonces, el mundo entero sabe, y principalmente nuestros enemigos, cuánto ha hecho Chile por poner término razonable a la contienda, por medio de un tratado. Ellos lo han rehusado, y es, por tanto, de ellos exclusivamente la responsabilidad de los males que hoy pesan sobre este desventurado país.

Ustedes estimados lectores podrán sacar sus propias conclusiones, conociendo los hechos por historiadores nacionales y extranjeros imparciales y objetivos cuando de datos históricos se trata.

 

 

 


lunes, 21 de noviembre de 2022

La Grandeza de Tarapacá

 


Nota de Redacción:

Esta crónica fue publicada en este blog en noviembre de 2018, concitó mucha atención por estar dedicado a Andrés A. Cáceres uno de los más grandes héroes de nuestra patria, un gran líder militar, admirado no solo en el Perú sino en otras latitudes del orbe, en Europa donde se desempeñó como ministro plenipotenciario en Italia y Alemania fue motivo de reconocimiento por su genio militar.

Hoy nuevamente en el mes dedicado al gran Mariscal Andrés Avelino Cáceres a pedido de algunos dilectos amigos, volvemos a reponerlo para deleite y admiración de todos los que nos sentimos imbuidos de su espíritu de nunca doblegarse ante nada, de no aceptar jamás la derrota, de luchar hasta quemar el último cartucho como lo hizo Bolognesi en Arica.

Transcribimos un párrafo de la biografía escrita por Pedro Paz Soldán (Juan de Arona), publicado en su “Diccionario Biográfico de Peruanos Contemporáneos” Lima 1917.

“El general Cáceres es el héroe nacional, y está llamado a ser, a medida que transcurran los años, la figura legendaria del Perú. Su actuación en la guerra del Pacífico fue grandiosa. En la batalla de San Francisco mandaba una división, que en medio de la confusión de la derrota, permaneció formada y se retiró en perfecto orden. En la batalla de Tarapacá, al frente de esa misma división de la cual formó parte el famoso batallón Zepita, sostuvo una lucha titánica contra las tropas chilenas, que dominaban las alturas y a las cuales, logró vencer después de largas horas de combate tomándoles cuatro cañones; en la batalla de Tacna cargó a la bayoneta sobre las tropas chilenas, yendo al frente del batallón Zepita. Recordando aquellos instantes el general en jefe chileno, decía a su gobierno los siguiente: ´en tales instantes la suerte de Chile pendía de un hilo´”.

¡Viva Cáceres!

¡Viva Tarapacá!

La Grandeza de Tarapacá

“Cuando se conoce el sitio, se puede comprender la determinación que mostraron los hombres vencidos, agobiados en fuga. Tienen que trepar a lo largo de esa verdadera pared natural, por senderos que no lo son: tan escarpadas como estrechas”.

Claude Michel Cluny (Historiador, ensayista, editor francés)

Por: Crl. E.P ( r) Arturo Castro

Obtenida la superioridad marítima por Chile después del combate de Angamos en que muere Miguel Grau y su heroica tripulación, y el Monitor Huáscar es capturado por las fuerzas enemigas, el océano se abre de par en par para las tropas chilenas, que además de obtener la superioridad, obtuvieron libertad de acción para desplazar a su ejército hacia territorio peruano, sin enemigos a la vista.

En Perú y Bolivia la caída del Huáscar y muerte de Miguel Grau fue una terrible y nefasta desgracia, el general Escala comandante del Ejército chileno estaba tan entusiasmado por los vaivenes de la guerra que declaró “El poder marítimo del enemigo ha desaparecido”, indicando que esto significaba, que la hora del triunfo para las fuerzas chilenas estaba cerca. “Pronto tocará su turno al Ejército”. (1)

El historiador venezolano Jacinto López nos relata el frenesí, la alegría, las celebraciones que se realizaron en Chile después de la captura del Monitor Huáscar, con ello no solo demuestran el gran temor que tenían a ese pequeño buque y a su gran comandante, sino respeto a la capacidad y experiencia del comandante Grau y su tripulación.

Escribió Rafael Sotomayor, sin ocultar su inmensa alegría, “Chile entero celebra entusiasmado tan fausto acontecimiento que viene a poner término a la contienda marítima y expedita la senda por donde nuestro ejército no tardará en marchar”, (2)

El general Augusto Pinochet en su obra Guerra del Pacífico, Campaña de Tarapacá establece algunas “Deducciones militares del desembarco en Pisagua”. Entre ellas, la que el Comando chileno había establecido respecto del lugar del desembarco, luego de conocer el informe de un reconocimiento de la costa realizada el 27 de agosto de 1879.

“…en este documento se recomendaba como lugar de un desembarco a Pisagua, porque este puerto estaba más de acuerdo con las posibilidades de las futuras operaciones chilenas hacia el interior del departamento: contar con línea férrea, una fuente de agua y las repercusiones de carácter estratégico que se obtendrían al separar a las fuerzas ubicadas en Arica-Tacna de las acantonadas en La Noria-Pozo Almonte”. (3)

El 2 de noviembre de 1879 casi un mes después de la caída de Miguel Grau en Angamos, fuerzas chilenas de “9, 640 hombres, 853 caballos, artillería, algunos mulares y otros implementos de campaña” (4), transportados desde Iquique en 19 embarcaciones. Inician el desembarco en Pisagua.

El bombardeo de naves enemigas contra la defensa de esta bahía fue el preludio del ataque, la defensa compuesta únicamente por dos cañones de 100 libras ubicadas al norte y sur de la bahía. Un desembarco en la playa Junín y otra en la bahía de Pisagua completaron la operación.

Las fuerzas defensoras constituidas por tropas peruanas y bolivianas escasamente ascendían a 2400 defensores. Esta operación de desembarco planeada por el comando chileno ubicaba al grueso de sus fuerzas en posición central, entre Iquique y Arica y desde este lugar podrían emprender operaciones para vencer al ejército del sur al mando del general Buendía.

“Al siguiente día desembarcamos con el general y recibí la primera impresión de los horrores de la guerra, porque nos encontramos en presencia de un cuadro verdaderamente infernal. La beodez, el incendio, la matanza, el pillaje y cuanto pueda idearse de odioso estaba allí a nuestra vista con gran escándalo mío, porque no concebía cómo los jefes y oficiales toleraban tanta licencia. Luego vi que el general en jefe era impotente para remediar el desorden, no por falta de voluntad para hacerlo sino por incapacidad para mandar”. (Memorias José Francisco Vergara)

Benjamín Vicuña Mackenna historiador y propagandista chileno, dice que las tropas de la coalición después de la batalla de Dolores o San Francisco, derrotadas por la superioridad chilena se dirigían hacia Tarapacá. Las tropas se desplazaban por el desierto sin agua, sin víveres, solo movidos por su intenso patriotismo. Según Vicuña Mackenna lo hacían “no como ejército sino como tropel”. (5)

Pero no solo fue crítico de las fuerzas de la coalición peruano-boliviana, sino de los propios jefes de su ejército, a quienes enrostraba la demora en la prosecución de las operaciones para aniquilar a las fuerzas peruano-bolivianas que fugaban en retirada según visión del historiador chileno. No podemos establecer porqué esa inmovilidad, pues tenían todo a la mano. No sabemos si fue falta de decisión o quizá temor.

“Pero ese día velaban también en el campo de los chilenos una densa sombra de índole diversa: la de torpe inacción que malograba los óptimos frutos de la sangre, de la estrategia y la fortuna. Nuestro ejército amodorrado en las calicheras no movía todavía una sola patrulla en demanda del enemigo, que se rehacía a su vista. Así pasaron los mortales días 20, 21, 22 y 23 de noviembre, dejando escaparse un ejército que fugaba a pie, teniendo nosotros montados a la puerta del cuartel general 500 magníficos jinetes. ¡Funesta inmovilidad!”. (6)

El 2 de noviembre de 1879, después del desembarco y combate con fuerzas de la coalición, los chilenos ocuparon Pisagua. Esta derrota obligó a Mariano I. Prado que se encontraba en Arica a realizar una junta de guerra. Prado dispuso que el general Hilarión Daza que se hallaba en Tacna, partiera con sus fuerzas hacia el sur a encontrase con las del general Buendía.

El 14 de noviembre de 1879 las tropas bolivianas llegaron a quebrada de Camarones, se detuvieron inexplicablemente 48 horas, se dice que las tropas bolivianas se negaban a continuar la marcha hacia el sur, el general Daza no encontraba forma para hacerlos marchar, había perdido fe y liderazgo, o realmente no quería avanzar y buscaba un pretexto para esconder su falta de hombría.

El 16 Daza envió telegrama al presidente Prado “Desierto abruma: ejército se niega a pasar adelante”, disponiendo el retorno a Arica, lo que causó tremenda desazón por esta traición, entre sus oficiales. Esta noticia llegó al general Buendía el día 19 antes de la batalla de San Francisco. Lo que cayó como una bomba nuclear entre las tropas peruanas.

Después de la derrota de San Francisco el ejército de la coalición realizó una marcha forzada sin detenerse. Fueron 52 horas de dura caminata, sin comida, agua y sin descansar, demostrando su temple de acero. En total caminaron 52 leguas, unos 180 kilómetros hasta Tarapacá, toda una proeza. El coronel Suarez había adelantado su llegada a este poblado para acopiar todo tipo de víveres, agua, y buscar lugares de descanso, para las tropas extenuadas y sedientas.

Una extraña dilación se apoderó de los jefes chilenos en Pisagua. Antes de la batalla de Tarapacá las tropas chilenas se encontraban en una inmovilidad que sorprendía a todos sus integrantes, adormecidos por el sol, la falta de información de sus superiores, sedientos de batalla, pero finalmente cómodos. No recibían ninguna explicación de sus jefes.

Lo más extraño de esta situación era que el general Manuel Baquedano comandante de la caballería chilena, se había quedado en Pisagua, “en las modestas tareas de mayordomo de la intendencia del ejército, en los días en que sus valientes subalternos acuchillaban en Germania, bajo las órdenes del teniente coronel de guardias nacionales José Francisco Vergara a los húsares de Junín y de Bolivia”. (7)

En la tarde del 23 de noviembre de 1879 recién se ponen en movimiento las tropas chilenas, el coronel Emilio Sotomayor Baeza partió de San Francisco al mando de 360 cazadores. Llegaron al caserío Agua Santa donde pernoctaron, con escasa comida para hombres y bestias, al día siguiente después de marcha forzada llegó a la una de la tarde a Peña Grande.

En este lugar capturan al gendarme Abarca, asistente que trasladaba el equipaje del coronel Suarez de Iquique a Tarapacá, “El asistente Abarca entregó todas sus cargas, incluso el archivo del estado mayor, que de esa suerte vino a ser prenda valiosa de los armarios de nuestra biblioteca”. (8)

La división Ríos, descansó el 24 de noviembre en Tirana, a poca distancia el coronel Sotomayor y sus tropas descansaban en Peña Grande, el coronel Ríos había partido de Iquique (Estación Molle) dos días antes. Sus fuerzas estaban compuestas por ochocientos hombres, “Eran milicias de Iquique, de Pisco, del Loa y de Tarapacá mismo”. (9)

El núcleo de las fuerzas del coronel Miguel de los Ríos estaba conformado por el batallón cívico de Iquique al mando del coronel Alfonso Ugarte Bernales con 300 hombres. Las otras fuerzas peruano-bolivianas que iban hacia Tarapacá eran: columna Loa (200 plazas), columna Tarapacá (200 plazas) y columna Naval (200 plazas).

El día 25 las tropas de la coalición, fatigadas, sedientas y hambrientas después de una marcha forzada por el desierto, atravesó la Pampa de Isluga, descendió la quebrada de Tarapacá, por el camino de Huarasiña, su única entrada, hecha jirones el uniforme y el hambre mordiendo sus entrañas.

El historiador Benjamín Vicuña Mackenna, no lo dice explícitamente, pero reconoce el esfuerzo de las tropas nacionales, y lo expresa indicando que las tropas de la coalición: “Había recorrido no menos de 50 leguas en menos de tres días. Así andaban los peruanos, mientras nosotros dormíamos y nos desperezábamos”. (10)

El general Augusto Pinochet Ugarte en su obra “La guerra del Pacífico”, campaña de Tarapacá expresa “Santa Cruz inició la macha de su columna totalmente convencido de que se dirigía al lugar designado, pero, después de andar dos o tres horas se encontró con que lo caminado era en círculos”. Era por efecto de la camanchaca (11)

El 27 de noviembre al amanecer las fuerzas enemigas de la agrupación Santa Cruz emprendía la marcha desde Isluga cubierto por una densa camanchaca, esa neblina espesa que no permite la visión del terreno más allá de los 5 metros, lo que facilita la desorientación de las tropas.

En la versión chilena del general Pinochet, las fuerzas chilenas adoptaron la siguiente organización en tres columnas:

 

“1° Columna Santa Cruz: Al mando del Tte. Coronel Santa Cruz e integrada por el "Zapadores", "Granaderos a Caballo", 1 Compañía del 2º de Línea y 4 piezas Krupp, lo que en total sumaba 500 hombres. Con la Misión: Penetrar hasta Quillaguasa, ocupar la localidad para cortar desde allí toda retirada enemiga hacia el Este.

 

2° Columna Ramírez: Al mando del Tte. Coronel Eleuterio Ramírez; la constituían siete compañías del 2 de Línea, 1 Escuadrón de "Cazadores a Caballo" y dos piezas de artillería (cañones de bronce) de la Artillería de Marina. Con la Misión: Atacar por el fondo de la Quebrada de Tarapacá, en dirección general: Huaraciña-Tarapacá, para sobrepasar el caserío y obligar a los aliados a replegarse sobre Quillaguasa.

3° Columna Arteaga: Mandada por el propio Coronel Arteaga, estaba formada por el Regimiento de Infantería "Chacabuco", Artillería de Marina y 2 piezas de Artillería.

Misión: Avanzar por el costado Norte de la quebrada hasta la línea del pueblo de Tarapacá y desde allí atacar el flanco Norte de las tropas de Buendía, ubicadas en el caserío de Tarapacá y cortar la posible retirada de estas tropas hacia el Norte”. (12)

El general Augusto Pinochet critica esta organización de las fuerzas chilenas en su aproximación al objetivo, Tarapacá, considerando a la misma como teórica para el combate, se desconocía información vital del dispositivo, composición y fuerza de la coalición, se “elaboró sin tener ni la más remota idea o un conocimiento aproximado del dispositivo enemigo y desconocer la cantidad de sus fuerzas; además adolece de numerosos errores fundamentales, que fueron las causas principales del fracaso de los chilenos en su ataque a ciegas sobre un dispositivo desconocido y como es lógico significó un alto costo en vidas”. (13)

El general Pinochet afirma en su obra que, “El coronel Suarez cuando recibió la noticia de la proximidad de las tropas chilenas consideró que el fin llegaba para el ejército de Tarapacá”. (14) Probablemente infirió de esa manera llevado por la lectura de partes de guerra, sin embargo, le faltó precisar la capacidad de reacción de las tropas peruanas, pese a encontrarse muy agotadas al máximo de su capacidad.

Las fuerzas enemigas iniciaron el ataque en tres columnas: la primera al mando del teniente coronel Eleuterio Ramírez conformada por  los  batallones del regimiento 2do de Línea y dos cañones de bronce, su objetivo conquistar Huarasiña, las provisiones de agua del poblado, para avanzar hacia Tarapacá; la segunda, a órdenes del coronel Arteaga, conformada por el regimiento Artillería de Marina, batallón Chacabuco, cuatro cañones de Bronce y dos cañones Krupp, atacar por las alturas que dominaban el poblado; y la tercera, dirigida por el comandante Ricardo Santa Cruz e integrada por un batallón del 2do de Línea, 260 hombres del Zapadores, 116 Granaderos a Caballo y dos secciones de artillería Krupp de montaña, para cerrar el paso de Quillaguasa y evitar la retirada de las fuerzas de la coalición hacia Arica. La encerrona planeada por el mando chileno no dio resultados.

El 27 de noviembre el entonces coronel Andrés A. Cáceres, observando el valle de Tarapacá que no tenía más de 400 metros de ancho en promedio; creyó escuchar el sonido de sables que se expandió por todo el valle, no podía ser de la caballería peruana que había partido temprano; al mismo tiempo, un vuelo de torcazas se elevó al cielo, señal que Cáceres interpretó como presencia del enemigo.

Cáceres ante esta sospecha y viendo el peligro en que encontraban sus fuerzas, dio la alarma inmediata exclamó “¡Enemigos!” “¡Que forme la división en tres columnas!” De inmediato trasmitió la orden al coronel Manuel Suárez, jefe del 2 de mayo “¡Su batallón detrás del mío! ¡En silencio, armar bayonetas y arriba!”. (15)                           

En la versión chilena, Pinochet indicó que es el coronel Suarez quien ordenó a sus fuerzas evacuaran el pueblo rápidamente, lo que hicieron de inmediato la división Cáceres y División Bolognesi, ganando las alturas que rodeaban el pueblo, “el hecho de haberse cumplido esta orden con prontitud y sin vacilaciones significó el triunfo para el Perú, pues si se hubiesen defendido habría sido ir a un sacrificio inútil”. (16)

Cáceres con su división ganaron rápidamente las alturas por el Oeste para no estar en desventaja frente al enemigo y enfrentó a las fuerzas de Santa Cruz haciéndola retroceder. La columna Ramírez logró penetrar a la quebrada por Huarasiña siendo rechazada luego de violento combate por la división del coronel Bolognesi quien combatió enfermo. Cáceres recibió refuerzos y logró poner en fuga a las fuerzas enemigas.

El combate fue heroico, violento, sin tregua nuestras tropas agotadas, cansadas hasta la inanición, extenuadas, después de haber recorrido el desierto por casi 200 kilómetros, aun así, en esas circunstancias supremas de la capacidad humana, sobreponiéndose a su propio agotamiento y limitaciones logísticas lucharon frente a una fuerza que venía de obtener victorias en Pisagua, San Francisco y Germania.

El general Augusto Pinochet describe la batalla de Tarapacá desde el lado de las fuerzas chilenas, con tanto realismo que expresa la angustia y temor que sentían las tropas enemigas ante el empuje batallador de las fuerzas de la coalición “En esta hora de angustia, todos disputaban la victoria en un esfuerzo sobrehumano; pero aquellos que captaban la situación con realismo comprendieron la gravedad del momento y la necesidad de una retirada antes de perderlo todo…”. (17)

En esas circunstancias tan adversas para las fuerzas enemigas a punto de darse a la fuga, en que el temor se venía apoderando del espíritu combativo y su moral decaía estrepitosamente frente al ataque de nuestras fuerzas, el Tte. Crl Vergara, envía un mensajero al poblado de Dibujo para comunicar al General en Jefe, la retirada de las fuerzas de Tarapacá.

El mensaje decía: "Señor General: Nos batimos hace más de tres horas con fuerzas muy superiores. Estamos en mala situación y no es improbable una retirada más o menos desastrosa. Conviene que nos mande encontrar con agua y algunos refuerzos. D. G. a Ud. José Francisco Vergara". (18)

Llamadas por el general Juan Buendía, de Pachica llegaron dos divisiones la Primera y Vanguardia llamadas por Suárez, reforzaron todos los sectores y luego las fuerzas chilenas huyeron por la Pampa de Isluga perseguidas de cerca por los peruanos. Las fuerzas peruanas perdieron 236 hombres, hubo 337 heridos; por su parte los chilenos tuvieron 758 bajas entre muertos y heridos y 56 prisioneros.

La actuación de Andrés A. Cáceres y del batallón Zepita en la batalla de Tarapacá, recibió numerosos elogios, entre ellos del coronel Belisario Suárez, jefe de estado mayor general quien anotó lo siguiente: “Zepita tomó cuatro de los cañones enemigos con sus municiones, mientras, digno émulo de su decisión y de su gloria, llevaba en trofeo el regimiento Dos de Mayo, los dos que se encontraban a su frente. Estaba cumplida, en los primeros momentos del combate, una de las más notables proezas de la infantería, y fue cuando brilló el valor y cuando se revelaron en todo su mérito la perseverancia y talento militares del comandante general de la segunda división, señor coronel Andrés Avelino Cáceres, que tuvo el acierto, tan raro en el arte, de saber utilizar la victoria sin dejarse arrastrar ciegamente por ella. Preocupado sólo del triunfo de nuestras armas, el coronel Cáceres moderó el ardor de sus soldados, organizó el mismo entusiasmo, y no pedía sino fuerzas que recordaron su plan admirablemente combinado y que redujo a la impotencia a los contrarios”. (19)

El general Juan Buendía comandante en jefe del ejército del sur, luego de la batalla de Tarapacá, emitió el parte oficial de la batalla, en ella no escatima elogios para nuestras fuerzas y los jefes y oficiales, relevando la intrepidez, valor e ímpetu del ataque que hicieron huir a la infantería y caballería enemiga, quedando la artillería en poder de nuestras fuerzas.

El general Juan Buendía relata que fue la primera división al mando del coronel Andrés A. Cáceres la primera en ocupar las alturas del poblado, recibieron fuego de artillería enemiga y gracias a su heroísmo se aproximaron hasta cercanías del enemigo, deplorando la muerte de coronel Manuel Suarez y del teniente coronel Juan Bautista Zubiaga.

“La tercera división, al mando del señor coronel comandante general don Francisco Bolognesi, tiene también gran parte en la victoria; su jefe, que hasta el momento del combate se encontraba enfermo y postrado en cama, olvidó sus padecimientos y marcho a la cabeza de su división…” (20). Mariano Santos Mateo arrancó el estandarte del Regimiento 2do de línea chileno, mereció mención honrosa en el parte de su jefe de División, el coronel Francisco Bolognesi.

Las fuerzas peruanas, ejército pequeño pero valeroso emprendió la retirada hacia Arica al día siguiente de la batalla, no pudieron salvar la provincia de Tarapacá. Hizo un primer alto en la garganta de Aroma, el siguiente en Camiña aquí descansó un día “entre verdes campos de tréboles, viñas, olivos y huacas”. Atravesaron el desierto de Camarones y llegaron a Arica el 18 de diciembre.

El escritor inglés Clements Markham, describe el resultado de la batalla: “Si se considera detenidamente las mil dificultades del caso: la falta de víveres y de recursos de todo género, la carencia de todo medio de comunicación con base alguna, la imposibilidad de recibir socorros habrá de convenir que el general Buendía tomó el partido conveniente al decidir el abandono de la provincia tras el fracaso del brillante asalto al cerro de San Francisco. Salvó así la flor de su ejército y prestó a su patria el mejor servicio posible en aquellas circunstancias; y aun para hacer eso debió no solo dar una batalla, sino ganar una victoria”. (21)

La derrota de las fuerzas enemigas en Tarapacá trajo momentos de consternación, pesadumbre y dolor en las autoridades chilenas. El presidente chileno Aníbal Pinto el 2 de diciembre de 1879, escribe una carta a Rafael Sotomayor:

“Yo atribuyo este desgraciado acontecimiento:

1.    A ligereza. Se envió una pequeña división a Tarapacá sin saber a punto fijo si había allí enemigos.

2.   A petulancia. Estamos poseídos de la idea de que un soldado chileno puede levantar la cordillera de los Andes en la punta de su bayoneta, y guiados por este sentimiento no es de extrañar que cometamos imprudencias como la de Tarapacá”. (22)

Rafael Sotomayor Baeza era ministro de guerra y marina, luego de la derrota de sus fuerzas en Tarapacá, poseído de una gran indignación, escribió a Pinto: “Los 700 u 800 hombres perdidos en Tarapacá con 7 u 8 cañones y mucho armamento se debe en gran parte a esa servil adoración de la táctica de Moltke, que falsamente se le atribuye a este capitán. Se quiso tener un Sedán, dar pruebas de estrategia militar y se encontró un sepulcro inmerecido para nuestra tropa…” (23)

El significado de Tarapacá para las generaciones de nuevos soldados de nuestro ejército ha quedado grabado en piedra. Es una luz que ilumina el firmamento, es un ejemplo que aflora de las múltiples acciones de valor y heroísmo de la lucha tenaz, en las condiciones muy desventajosas en que se encontraban, sobreponiéndose a ello, sacaron del fondo del alma el espíritu guerrero de sus ancestros.

Hoy la Batalla de Tarapacá es reconocida mundialmente como el triunfo de las fuerzas morales frente a la adversidad. El soldado peruano se sobrepuso al cansancio, la sed, las enfermedades, a la falta de apoyo, a la deserción, cobardía criticable en esa hora aciaga.

La sangre de nuestros soldados ha humedecido el valle y las arenas de esta bendita tierra, sacrificio memorable por siempre. Allí en ese suelo, en sus arenas desérticas, que espera resarcir su dolor y frustración, cayeron los heridos, quedaron los muertos, las balas y cañones, el choque de bayonetas y los ayes de dolor.

¡Tarapacá Victoria memorable!

 




Homenaje por la OLMC al Gran Mariscal Andrés A. Cáceres 10 de Noviembre de 2022.

Imagen de portada: Óleo que representa a la Batalla de Tarapacá, del 27 de noviembre de 1879, victoria peruana sobre las fuerzas chilenas.

Notas:

·       López, Jacinto: Historia de la guerra del guano y del salitre: 1 y 2.

·       Pinochet, Augusto. Guerra del Pacífico. Campaña de Tarapacá: 3, 4, 12, 13, 14, 15, 16,17, 18.

·         Vicuña, Benjamín. La fallida ‘encerrona a los peruanos’: 5, 6, 8, 9, 10.

·         CACERES: CONDUCTOR NACIONAL. CPHE. 1984: 19

·         ISIDORO, ERRÁZURIZ. La jornada de Tarapacá, folleto, diciembre de 1879: 7

·         Buendía, Juan. Parte oficial de la batalla de Tarapacá: 20.

·         Markham, Clements. “La guerra entre Perú y Chile”. Batalla de Tarapacá: 21

·         Bulnes, Gonzalo. “Guerra del Pacífico”. Tomo 1: 22, 23.

 

jueves, 2 de junio de 2022

7 de Junio, revalorando la respuesta del coronel Francisco Bolognesi

 


7 de Junio, revalorando la respuesta del coronel Francisco Bolognesi

 Por: Ángel Arturo Castro Flores

Desde el victorioso combate del 2 de mayo de 1866, en el que el pueblo peruano, combatió junto a chilenos, argentinos y ecuatorianos, frente a la poderosa escuadra española unidos por una sola causa, la libertad de América; hasta el 7 de junio de 1880 en que Bolognesi se inmoló en Arica, habían transcurrido tan solo 14 años y Chile había iniciado su preparación militar, como siempre,  para emprender  una guerra, mientras el Perú navegaba en esa incertidumbre del caos, la indiferencia, apatía  y la improvisación, propiciado por ambiciones políticas de entonces.

Por esa razón, traer a la memoria una fecha tan importante como el  próximo 07 de Junio, nos permite recordar con gran sentimiento patriótico la inmolación del coronel Francisco Bolognesi Cervantes quien liderando la resistencia en el Morro de Arica, entregó su vida en compañía de los bravos guerreros que habían jurado acompañarlo.

En honor a los caídos con Bolognesi en Arica, esta fecha se ha establecido mediante Decreto Supremo del 28 de mayo de 1923, como el día de la Jura de la Bandera, para que se realice una ceremonia imponente el 7 de Junio de cada año, en Lima y provincias ante el monumento erigido en honor a Francisco Bolognesi Cervantes y, en los lugares que no exista, en la plaza principal.

Por dos razones: por un lado la histórica respuesta de Bolognesi hoy más que nunca tiene vigencia y adquiere una dimensión que traspone el tiempo. Por otro lado, realzando la figura eterna de Bolognesi, reconfortamos el patriotismo con el recuerdo de su sacrificio, así como la heroica actitud asumida por los defensores del Morro.

La actuación militar de Bolognesi frente al adversario chileno es una actitud digna de imitar, por ello representa el paradigma de la dignidad y el honor nacional y constituye un ejemplo para todos los peruanos, en especial para quienes tienen la responsabilidad de velar por la Defensa Nacional.

La conmemoración de hechos patrióticos como el del próximo 7 de junio, convocará como todos los años a nuestras principales autoridades, a los poderes públicos, cuerpo diplomático, organizaciones patrióticas, estudiantes, ancianos, jóvenes y niños que voluntariamente asistirán a esta efeméride patriótica, tal como se viene realizando desde la inauguración del monumento.

Recordemos que la inauguración de la Plaza Bolognesi y el monumento que perenniza su memoria fue efectuada el 6 de noviembre de 1905, ante la presencia del presidente José Pardo, el alcalde de Lima Federico Elguera, Cuerpo diplomático, el general argentino Roque Sáenz Peña sobreviviente de Arica, la Asamblea Patriótica Bolognesi, miembros de la prensa, vencedores del 2 de Mayo y Tarapacá, y muchas organizaciones patrióticas y junto a ellos el pueblo que se dio cita con gran emoción patriótica.

El presidente José Pardo designó al coronel Manuel C. de la Torre, quien fuera Jefe de Estado Mayor de la Plaza durante la Batalla de Arica, para que se encargue de descorrer la cortina que cubría el monumento del titán del Morro. Así, al descorrer el velo que cubría la estatua de su compañero de batalla, grande fue el esfuerzo que realizó para dominar las fibras mas sensibles de su ser.

José Pardo en su discurso de inauguración expresó el sentir de nuestros compatriotas “Señores”   “La nación ha cumplido un nobilísimo deber, el perpetuar en el granito y en bronce el monumento de admiración y de gratitud que todos los peruanos tenemos erigido en nuestro pecho, a ese puñado de valientes que, comandados por el heroico coronel Bolognesi, salvaron en el Morro de Arica, con su generoso sacrificio, el honor nacional”

A su vez el alcalde de la ciudad Federico Elguera con gran emoción patriótica expresó “Allá en Arica, el viejo militar quemando el último cartucho; el joven voluntario lanzándose al espacio; el denodado argentino, modelo de campeones, derramando su sangre, y todos, jefes y soldados, confundidos y peleando cuerpo a cuerpo, dieron honra a las armas y dieron ejemplo al mundo, de lo que pueden ofrecer a su causa y a su patria, las almas grandes y los pechos nobles, cuando la fuerza material sucumbe”

Finalmente su compañero de armas en la batalla de Arica, el general Roque Sáenz Peña, argentino, entre otros conceptos expresó  “Pelearemos hasta quemar el último cartucho” provocación o reto a muerte, soberbia frase de varón, con digno juramento de soldado, que no concibe la vida sin el honor, ni el corazón sin el altruismo, ni la palabra sin el hecho que la confirma y la ilumina, para grabarla en el bronce o en el poema como la graba y la consagra la inspiración nacional”.

“Me siento orgulloso de mis hombres, tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”. De qué manera hoy podemos ser consecuentes, con aquella valiente respuesta de Francisco Bolognesi al parlamentario Chileno Mayor Juan de la Cruz Salvo, ante el pedido de rendición de la plaza de Arica.

Indudablemente que la única forma es un cambio de actitud en nuestra vida cotidiana, el deber como un valor ético, significa estar obligado a realizar alguna actividad, como cumplir nuestros deberes de ciudadano de la mejor manera posible. Bolognesi la cumplió a cabalidad.

La práctica del deber como un valor en nuestro país se ha perdido con el tiempo, es tiempo de asumir una nueva actitud a la luz de la historia, de los hechos del presente siglo y llevando a la practica el juramento de Bolognesi, que implica el cumplimiento fiel de nuestros deberes en los diferentes roles que desempeñamos en todos los actos de la vida cotidiana.

La histórica respuesta del coronel Francisco Bolognesi, es a la luz de la historia una sentencia que debe practicarse no sólo en los cuarteles, bases y buques que son los lugares prístinos del patriotismo, sino en todos los actos de la vida cotidiana, en los colegios, en la universidad, en las organizaciones empresariales, industriales, vecinales, sindicales, políticas, en las decisiones de gobierno.

Practica que se debe extender en los hogares de nuestra nación, en los roles actuales como hijos, padres, abuelos, estudiantes, en los colegios, en las universidades.

Finalmente, si las autoridades de gobierno, los poderes del Estado, empresarios, industriales, líderes políticos y sindicales, las FFAA, la PNP, en fin todos los ciudadanos de esta querida Patria, realmente deciden que “Tienen deberes sagrados que cumplir” en el lugar que ocupan, en el cargo que representan, al tomar las mejores decisiones, no en provecho propio sino en provecho del pueblo peruano, entonces estarán dispuestos a sacrificarse por el Perú, es decir, trabajar  “hasta quemar el último cartucho”, hasta agotar el último esfuerzo.  

Por tanto, el sacrifico del Coronel Francisco Bolognesi Cervantes, de los peruanos que lo acompañaron y no lo abandonaron hace 142 años, en ese Morro donde hoy flamea la bandera chilena, no habrá sido en vano, porque el honor y la dignidad nacional que lo motivaron a su sacrificio, habrá encontrado eco y una razón para florecer en medio de la indiferencia, el caos y desazón que afecta las fibras morales de la nación.