Australian War Memorial

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EXTERIOR DE MEMORIA DE LA GUERRA-AUSTRALIA

jueves, 1 de enero de 2009

General Miguel Iglesias ¿Héroe o traidor"


A propósito de la declaración del Presidente Alan García y del Ministro de Defensa Antero Flores-Aráoz, respecto a llevar al general Miguel Iglesias a la Cripta de la Héroes en el Cementerio Presbítero Maestro. Muchos peruanos nos sentiremos traicionados. Que descansen juntos el taita Andrés A.Cáceres y Miguel Iglesias, debe ser una broma de mal gusto.


Comprobamos nuevamente que en temas históricos, Alan García demuestra una ignorancia e irresponsabilidad muy grande. Salvo que exista una corriente colaboracionista con los chilenos en el nivel más alto del gobierno.


Algunos personajes de la política y del empresariado nacional, que tiene poco apego nuestro país, cuidan sus buenas relaciones y sus intereses económicos, aseguran que Perú y Chile están llamados a complementar su producción y lograr muchas cosas buenas en el futuro para sus naciones, no lo dudamos. En igualdad de condiciones, en el mismo nivel de relaciones.


Pero, para qué se arman tanto. Cuáles son sus objetivos estratégicos, sino el gas y el agua. Defender sus inversiones en nuestro país. No sigamos siendo ciegos.


El Presidente García nos recuerda una vez más que, sigue siendo un político oportunista y demagogo, que está aprovechando la falta de cultura de un gran sector de nuestra población, para desinformar pasajes de nuestra historia y reivindicar un traidor como héroe.


Las siguientes líneas han sido tomadas de las mismas fuentes de información, que han sido consultadas por el suscrito, personalmente en la Hemeroteca de la BNP, PUCP y biblioteca del CEHMP.


Tomado del Libro “La Prensa limeña en la guerra con Chile” (paginas 93-102) del Crl EP “R” Ángel Arturo Castro Flores, Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Publicado por el Fondo Editorial de la Universidad Alas Peruanas.
Presentado el día 13 de octubre de 2008, en el Ilustre Colegio de Abogados, por el Dr. Omar Aramayo Cordero decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAP, Sociólogo Osmar Gonzáles director de la casa Mariátegui, Dr. Jorge Lazo Arrasco asesor de la UAP y General de División “R” Germán Parra Herrera.
1. PARTIDARIOS DE LA TRAICIÓN.
También hubo periódicos que fueron partidarios de la traición, del derrotismo y, que buscaron el enfrentamiento entre peruanos, antes de buscar la unión y la lucha contra los invasores, proponiendo tratos que afectaron la integridad de la nación y favorecieron a los chilenos. Entre estos destaca:


La Reacción: Este diario fue fundado en 1882 en Cajamarca y se trasladó a Lima el 02 de enero de 1884. Desde su fundación este diario se puso al servicio de los intereses políticos de Iglesias, facilitando la labor de los chilenos, era su vocero oficial y su defensor más expresivo, no respetaba honras, satanizaba y mentía respecto a Cáceres.


El 17 de Enero de 1884, este diario editorializaba con una crítica mordaz a la carta que el general Andrés A. Cáceres le envió a Miguel Iglesias. Cáceres criticaba la aceptación de las condiciones chilenas para firmar el tratado de paz, este diario se ensañó contra Cáceres y lo trató de traidor y antipatriota.


“Hay en el día, en la conciencia de todo hombre de rectas intenciones y mediano sentido común, un deseo, una aspiración latente, uniformemente manifestada y que en el clamor de las multitudes acusa: tal es la de apagar la atizada hoguera del partidarismo político en el Perú”
“La admiración que ese deseo pudiera causar al observador que siendo extraño a nuestras luchas interiores, conociera las ventajas que vienen de la existencia de partidos políticos, se desvanecería como el humo ante el simple conocimiento de nuestra vida republicana”
“¿Saben lo que dicen los que niegan la legitimidad de los partidos? ¿Saben en lo que estos consisten?”
“Indudablemente que no, pues de lo contrario se explicarían suficientemente las luchas intestinas que por tanto tiempo nos han devorado, los desaciertos administrativos que nos han dirigido y la fatal ruina en que hemos venido a concluir, todo esto sin denigrar lo que la naturaleza humana o sea la razón de ser de las cosas, hace existir como necesario en la actual civilización”.
¿El civilismo y el nacionalismo que después de largos años combaten aun como adversarios lo eran de la política, se habrán escapado de la influencia decisiva del personalismo por el simple hecho de haber abjurado dos nombres propios? ¿Cuáles han sido y cuáles son los propósitos y el plan del civilismo? “Nunca las tuvo”.
(…) “¿Existiendo partidos políticos tal como el sentido común los indica, la suerte del país se hubiera aplazado por tres años después de estar decidida?(...)”
“No son, pues, los que rodean al general Iglesias, los fundadores de un tercer partido. El partido que hoy se hace necesario y por cuyo establecimiento formal se trabaja actualmente, es único en su género; no entra en la clasificación de los bandos militantes, como no entra la REVOLUCIÓN que le ha dado origen, en la de las REVUELTAS a que estamos casi acostumbrados”.
“Por eso se ha convocado la Asamblea Constituyente. Los que niegan la necesidad de la reforma o particularmente de la paz, será sus adversarios; no los civilistas, ni los nacionalistas; y alguna razón hay para presumirlo, cuando en reuniones y en corrillos en calles y en salones, se tilda al gobierno de juguete del nacionalismo por un lado y de protector del civilismo por otro”.
“Y se olvidan de la noble declaración del Excmo, general Iglesias, al pisar como primer magistrado a Lima libre: “Soy el Jefe de la Nación y aspiro a poder titularme un día el padre de mi pueblo”. (53)


El 18 de Enero de 1884. Editorializaba con una crítica mordaz a la misiva que el general Cáceres le enviaba a Iglesias, en ella reprochaba la aceptación de las condiciones chilenas para firmar el tratado de paz, este diario se ensañó contra Cáceres y lo trató de traidor y antipatriota.


La carta en cuestión dirigida a una persona identificada como NN, del 31 de diciembre de 1883, fue luego puesta en conocimiento de Iglesias; en ella Cáceres respondía a una comunicación de un amigo no identificado sobre las causas que engendraron los desastres sucesivos en Lima. Cáceres expresaba sus conceptos respecto a las calamidades que vivía la República, en estos términos:


“Los desastres ignominiosos del Perú se deben a que nunca nos planteamos las situaciones netamente y como son en realidad: por falta de carácter, por cálculos mezquinos, por intransigencias que no reconocen un origen noble, nos hemos rebelado siempre contra las soluciones dictadas por la razón, por la moral, por el patriotismo y por el deber, que nos acogemos a todas las intrigas, a todas las bajezas, a todas las apostasías, que nos presentan ante el mundo como un pueblo abyecto y prostituido, incapaz de salvar lo que nunca debe perderse: la dignidad del infortunio”.
“Sí, amigo mío, ésta es la verdad, pese a quien pesare”.
“Supone Ud. y con fundamento, que muchos desengaños habrán lacerado mi corazón y muchas esperanzas fallidas habrán torturado mi espíritu en el camino de la noble causa de la resistencia”.
“Su inteligencia superior ha comprendido el carácter y la intensidad de mis sufrimientos; pero abrigue Ud. esta convicción invariable: Los obstáculos y las horrorosas decepciones que he encontrado a mi paso y que hoy mismo se me oponen con creciente insistencia, no serán bastante para hacerme abandonar el campo de la defensa del Perú”.
“Cuando se ha pasado por Tarapacá y por Huamachuco, no se puede retroceder sin mengua: no quiero profanar con mis plantas, en ese extraño retroceso, las cenizas de tantas víctimas augustas, ni empañar con una monstruosa deserción las glorias que he podido conquistar para mi patria en sus desgracias”.
“Me dice Ud. y reconozco su sinceridad, que el patriotismo me pide que ponga término a la lucha, para servir a mi país en las grandes evoluciones de su reorganización. Póngase Ud. la mano al corazón y reconsidere sus palabras. ¿Qué reorganización bajo un orden de cosas impuesto por el enemigo? La reorganización del Perú no reconocerá nunca como base la traición de sus malos hijos ni los esfuerzos de las bayonetas de Chile. Esa reorganización vendrá más tarde”.
“Lo que conviene hoy es poner a salvo la Honra Nacional. Chile, al crear un gobierno en el país, no ha hecho política peruana, ha hecho y está haciendo política chilena. ¿Y cree Ud. después de esto, que es posible la reorganización de la República? Ud. me manifiesta que el gobierno de Iglesias ha ratificado solemne y definitivamente sus títulos de tal, y que a él se debe la paz y la reconquista de la autonomía perdida; agregando Ud. que para que a ese beneficio sigan los del orden, los del progreso, los de nuestro renacimiento a la vida de la ley y la libertad, es preciso que todos contribuyan a ello, y que la suerte me reserva en esa tarea un hermoso papel”.
“Quiero ser franco con Ud. tanto como Ud. lo ha sido conmigo. Yo no veo en Iglesias sino a un teniente chileno, que obedece a los propósitos chilenos, que vive bajo la sombra de los chilenos y que, en suma, subsistirá con el aparato de poder que tiene en Lima, tanto tiempo cuanto el que permanezcan en el territorio nacional los ejércitos chilenos. ¿Qué solemne y definitiva ratificación de títulos, es, pues, de la que Ud. me habla? Más, quiero poner fin a estas enojosas apreciaciones y resumir lo que siento y lo pienso en orden a la actual situación”.
“Hundida la república por causa de sus propios hijos, más que por la victoria del enemigo, no queda a los buenos peruanos otro camino que el de la resistencia, camino erizado de dificultades y fecundo en enseñanzas dolorosas, pero a cuyo término se encuentra indefectiblemente, sino el triunfo completo sobre Chile, una solución que ponga a salvo la honra y la verdadera autonomía de la nación”.
“¿Qué se necesita para esto? Carácter para perseverar, carácter para no transigir con el cálculo y la cobardía, carácter para sobreponerse a todo, inclusive a las derrotas, carácter siempre carácter”.
“¿Se teme la efusión de sangre? Ese es un temor pueril. La historia nos enseña que las grandes causas demandan grandes martirios, y que la reorganización de un pueblo no es, en suma, sino el resultado de sangrientos sacrificios. Yo que conozco esa ley social, no puedo desecharla, desde que tengo voluntad para cumplirla”. (54)


El Editorial de La Reacción del 18 de enero, respondía de manera agria a la misiva de Cáceres, escupió todo el veneno de que es capaz la cobra más mortífera, veamos la respuesta.
“La lectura de la carta dirigida por el general Cáceres a S.E el presidente de la República nos ha causado pena más que indignación”.
“Porque efectivamente si es triste, muy triste, oír recriminaciones e insultos en respuesta a la nobleza y a la generosidad, lo que es mucho más, que un hombre que tiene una alta clase militar, una buena reputación de valor y que la ha tenido de patriotismo…”.
“La carta que tenemos a la vista no es una simple negativa a la franca y abnegada invitación hecha por la alta persona del jefe de Estado, no, es algo más, es un burla al país entero, un insulto arrojado a la faz de la República”.
“¿Con qué derecho hace esto el general Cáceres? ¿Le da razón su terco orgullo o el interés de su pobre y criminal circulillo para pretender anarquizar la República y echar una horrible sombra sobre el cuadro de ventura y prosperidad que empieza a delinearse?”
“El general Cáceres está traicionando al Perú”. “No le ha bastado, no, ser el mal sino de esta desgraciada patria en tres largos años en los ha arruinado veinte poblaciones y esquilmado otras tantas, no le ha bastado haber derramado la sangre de millares de indios, no le ha bastado humillar el pabellón de la república en Huamachuco con una nueva derrota…”.
“El general Cáceres nos habla de la paz ignominiosa, de los bien defendidos intereses del país, de paz pedida de rodillas y de gobierno formado por las afrentosas bayonetas chilenas, como si fuera posible obtener una paz mejor que la que se ha hecho con beneplácito del Perú entero…”.
“¿Puede el general Cáceres o el gobierno de que ha sido inconsciente instrumento haber firmado o firmar algo más provechosos para el Perú?”. (55)
De igual manera al día siguiente este diario continuó su campaña mediática contra Cáceres, La Reacción en el editorial del 19 de Enero 1884, firmado por Manuel A. San Juan, sostenía respecto a la carta que Cáceres le dirigió al general Iglesias, lo siguiente:
“No queremos creer que, en efecto, que las ideas y conceptos contenidos en los primeros acápites de la mencionada carta sea sean manifestaciones sinceras y fieles de lo que el general Cáceres piensa respecto de la obra acometida con laudable firmeza por rel actual jefe del Estado”.
“No, el general Cáceres no ignora que si las condiciones personales del que hoy desempeña la primera magistratura del Perú contribuyeron a asegura el éxito de la causa que con verdadero valor moral iniciara el agente principalísimo de esta victoria pacífica ha sido la idea impalpable, la idea incoercible, que penetrando como rayo de vivificadora luz en todos los espíritus agobiados por el peso abrumador del infortunio, ha hecho renacer en ellos la consoladora esperanza de mejores días”. (56)


La campaña orquestada contra Cáceres continuó en este diario, así El 23 de febrero de 1884, bajo la firma de Luis E. Márquez, La Reacción editorializaba:


“Solo a aquellos a quienes el exceso de luz ofusca la mirada y todo lo ven negros en pleno mediodía, pueden resistirse a la evidencia de que la opinión pública favorece unánimemente el programa administrativo de su excelencia el general Iglesias”
“Este programa esta formulado en dos palabras: gobernar con todos y para todos hasta que redimido el territorio, y establecida prácticamente la reforma de la Constitución…”.
“El Comercio conviene en el fondo con el pensamiento del gobierno; declara que su plan administrativo es capaz de satisfacer al patriotismo más exigente…”.
“El Nacional se regocija al descubrir en nuestras últimas editoriales, la expresión de una política conciliadora, que ha sido siempre el verdadero objetivo del gobierno”
“La Opinión Nacional, coopera al mismo fin y cuenta en su propia dirección, la prueba palpable de la eficacia de la transitoria alianza de los partidos”
“El Bien Público, conservando la intransigencia de sus convicciones particulares, acepta también la bondad del esfuerzo general para la salvación común”
“La Tribuna, quiere la adhesión de un solo partido al gobierno, con exclusión de los demás”. (57)
Juzguen ustedes, dónde debe permanecer Miguel Iglesias.

Tomado del libro "La Prensa limeña en la guerra con Chile, autor Angel Arturo Castro Flores.

Los números entre parentesis son referencias bibliográficas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

traidor y mil veces traidor como son hoy en dia el vendepatria y testaferro de chile me refiero al perro de alan garcia que como buen lasarillo solo sirve para guiar a los chilenos a nuestras riquezas perro lamebotas .
al paredon deverian mandarlo

Enrique Castañeda dijo...

Lamentablemente este peru esta lleno de traidores si hasta tiene una calle con su apellido en san isidro

Anónimo dijo...

viva el Perú!!!

Anónimo dijo...

nada, es un traidor