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La captura del buque chileno Rímac que trasportaba al batallón
Carabineros de Yungay hacia el puerto de Antofagasta, por la escuadra peruana
conformada por el Huáscar y la Unión, trajo como consecuencia el
enjuiciamiento a los jefes y oficiales que eran trasportados. Tanto el capitán
de fragata Pedro Lautrup comandante de la nave y el capitán de fragata graduado
Luis Gana fueron sometidos a una investigación, por su comando, para establecer
las responsabilidades, las causas y
disposiciones dispuestas por Gana en plena persecución, al tomar el mando de la
nave en la escapatoria.
Las conclusiones limpian a Luis Gana de toda responsabilidad en esta
captura y no se hace ninguna referencia sobre la responsabilidad que le cupo al
comandante de la nave capitán de fragata Pedro Lautrup, pese a la demora en llegar a Antofagasta en
cumplimiento a la orden superior, al parecer priorizando el cumplimiento a una
orden del general jefe del ejército chileno del norte.
Presumimos que, no escapaba al conocimiento de estos oficiales, las
actividades de patrullaje que realizaban la Unión y el Huáscar
por esas aguas y con seguridad Lautrup temía un encuentro y ser
bombardeado en el puerto de Antofagasta al estar acoderado indefenso sin
capacidad de maniobrar como en alta mar, como se demostró posteriormente.
También es bueno resaltar los actos de indisciplina mostrados por las
tropas chilenas previa a la captura, criticable desde todo punto de vista, cuando
en un acto que atenta contra la disciplina se embriagaron, con la secuela que esto
significa en plena guerra y frente al enemigo.
El Túnel del tiempo.
Dictamen fiscal recaído en
el sumario levantado para averiguar la conducta observada por el capitán Gana
en la captura del “Rímac”.
El Fiscal en comisión que suscribe pasa a dar su dictamen en este
sumario, levantado de orden suprema para averiguar la conducta observada por el
capitán de fragata don Ignacio Luis Gana en la captura del trasporte Rímac.
De autos consta que el Rímac partió de Valparaíso el 20 de
julio último, a las 12:30 p.pm., para el puerto de Antofagasta con rumbo apartado
de tierra, conforme a instrucciones de la Comandancia General de la Marina; que
el capitán del referido trasporte don Pedro Lautrup ordenó el primer día un
andar de nueve millas, el segundo de ocho y el tercero, o sea el 22, de seis
millas por hora; que la máquina iba en perfecto estado y los fondos del
buque recién pintados, pudiendo
desplegar un andar constante de 10 millas. (Declaración del primer ingeniero).
Consta también que el capitán Lautrup tuvo desde su salida de Valparaíso
la intención de no entrar a Antofagasta el 22 (declaración de este), como pudo
verificarlo sin forzar la máquina del vapor, con solo un andar medio de 10
millas. Se funda el capitán Lautrup para observar esta conducta, en que tenía
instrucciones del gerente de la Compañía Sudamericana de Vapores para no entrar
de noche a puerto, y en una orden que dice existía del General en Jefe del
ejército del Norte para que los trasportes no pernoctasen en Antofagasta, cuya
orden está probada por las declaraciones de los jefes militares de trasportes
don Francisco Rondizzoni y don Nicolás C. Moller, que jamás ha sido dada y que
los vapores Itata y Limari, en que servían, entraban a
la hora que llegaban a Antofagasta, sin reparar que fuese de noche y
permanecían surtos hasta que eran destinados a otras comisiones.
Consta asimismo, que al amanecer del 23 se avistó un humo en dirección
E. N. E., el que tomado por el blindado Almirante Cochrane, se continuó
navegando con rumbo N. E., que era el directo para Antofagasta.
Que reconocida la corbeta peruana Unión, se cambió el rumbo al N. N.
O., y tomó el mando el Rímac el jefe militar de dicho
trasporte, capitán de fragata graduado don Ignacio Luis Gana, a las 6:15 a.m.
Que desde ese momento la caza se hizo asidua por el enemigo, empleando
sus cañones de batería al principio y después su cañón de proa.
Que una hora después se presentó el Huáscar con rumbo a
cortar el trasporte y hubo que gobernar al Oeste.
Que entre tanto el capitán Gana había dado orden de forzar la máquina a
su mayor andar y de ir presentando la popa a la Unión para evitar los
proyectiles en las calderas.
Que esta precaución duró hasta las 10:15 a.m., en que viéndose el
trasporte encerrado por la Unión que estaba a 300 0 400 metros y el Huáscar
a poco más de mil, se izó bandera de parlamento.
Que durante la persecución el capitán Gana ordenó al primer piloto
echar una espía por la popa para enredar la hélice de la Unión y evitar la
caza, lo cual no se efectuó por hallarse ebria la tripulación. (Declaraciones
de los cabos de cañón Lira y Reinoso y 3er piloto).
Que la correspondencia oficial fue destruida por el capitán Gana,
comandante Bulnes y capitán Campos, de Carabineros de Yungay. (Declaraciones de
los mismos).
Que de la particular, conducida a cargo del contador del Rímac
don Justo P. Guzmán, dejó este una valija y arrojó la que tenía en su oficina,
exponiendo en su declaración no haber tenido tiempo para destruirla toda.
Consta que el cabo Marín de Carabineros oyó al capitán Gana dar orden al citado
contador de arrojar al mar la correspondencia.
Que ordenó al capitán Lautrup ir en persona a la máquina a mandar abrir
las válvulas del vapor para echarlo a pique. (Declaración del capitán Bell de
Carabineros)
Que la gente de la tripulación del trasporte rompió la cantina de los
licores y se embriagó y cometió desordenes hasta el punto de ser desarmado un
marinero que iba a matar al capitán Gana. (Declaración del capitán Bell de
Carabineros).
Que la orden abrir las válvulas no fue ejecutado y el 1er ingeniero
niega haberla recibido del capitán Lautrup, no obstante asegurarlo este en
presencia del mayor Bulnes de haberla impartido.
Que a juicio del capitán Lautrup y pilotos 1° y 2do, la salvación del
trasporte era imposible, y que al momento que se puso bandera de parlamento fue
el más crítico de la caza, pues no había medio de huir, atendida la posición y
corta distancia de los buques enemigos.
De estos antecedentes se desprende:
1.
Que la captura del trasporte Rímac pudo haberse evitado, si su
capitán don Pedro Lautrup entra al puerto de Antofagasta en la tarde o noche
del 22 de julio.
2.
Que una vez perseguido por la Unión y el Huáscar, la toma del Rímac
era una consecuencia natural de la inutilidad de su armamento, de la
superioridad de los enemigos y del mayor andar de ellos.
3.
Que el capitán Gana ha hecho los esfuerzos posibles para salvar el
buque y ha maniobrado de manera que ha retardado por espacio de cuatro horas su
captura.
4.
Que no hay cargo alguno contra este jefe para proseguir esta
investigación, y, en consecuencia, es mi dictamen que se sobresea y se reponga
al capitán Gana en su buena reputación y fama, salvo el superior parecer de V.
S.
Fiscalía en Comisión.- Valparaíso,
Febrero 19 de 1880.
Notas:
Ahumada, Pascual. Guerra del Pacífico. T V. pag.45-46. Imprenta y Lib.
Americana. 1888.
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