Australian War Memorial

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EXTERIOR DE MEMORIA DE LA GUERRA-AUSTRALIA

miércoles, 14 de noviembre de 2012

El Túnel del tiempo.

Chile, adquiere pertrechos, municiones y buques de guerra a Inglaterra en 1879.

El 14 de febrero de 1879 Chile invade territorio boliviano de Antofagasta y para ello utiliza 300 hombres de artillería de la marina chilena, quienes no encontraron resistencia en los pocos miembros de la policía boliviana que custodiaban los intereses de este país.

El general chileno Cornelio Saavedra Rodríguez, es recordado junto a Del Canto, Gorostiaga, Gregorio Urrutia  Venegas y Basilio Urrutia Vásquez, por haber participado entre 1860 y 1865 en la campaña de pacificación en la Araucanía. Fueron acusados de graves violaciones de DDHH, genocidio, cuatrerismo e incendio de viviendas de los mapuches.

Miguel Gómez S. en su artículo  Coronel CORNELIO SAAVEDRA: ¿HEROE O GENOCIDA?, dice “Cornelio Saavedra es el mismo que se hizo famoso porque dijo que la conquista de la Araucanía le costó más mosto que pólvora. Al cinismo, sumó falsedad pues las víctimas del pueblo mapuche fueron incontables: hombres, mujeres y niños”.

Excepto Gregorio Urrutia, el resto participó directa o indirectamente en la guerra contra Perú.
El 3 de marzo de 1879, un mes antes de declararle la guerra al Perú, Chile había encargado la adquisición de municiones y buques a Inglaterra, con la finalidad de tener abastecidas  sus naves, para una guerra que ya habían iniciado contra Bolivia por los diez centavos de impuestos más caros de la historia y prolongaría geográficamente contra su odiado y envidiado enemigo, el Perú.

En telegrama N° 371 de 3 de marzo de 1879, el general Cornelio Saavedra Rodríguez Ministro de Guerra y Marina, que le dirige al Ministro Plenipotenciario de Chile en Francia y Gran Bretaña, le expresa “Paso a manos de V.S., una lista de municiones y pertrechos de guerra, que creo indispensable se adquieran a la brevedad posible, para formar en arsenales el depósito de donde puedan surtirse los buques de la escuadra”. (1)

Los pedidos urgentes no tenían otro interés que, dotar a sus naves de municiones para sus cañones, de acuerdo a las especificaciones técnicas de sus fabricantes ingleses de la compañía Armstrong. También envía una solicitud de planchas de Zinc para cambiar el forro de sus blindados.

En el telegrama N° 379 de 4 de marzo, le expresa al embajador chileno en Francia, que el gobierno ha acordado construir en Inglaterra dos naves modernas, para reforzar su escuadra, entre ellas, dos cañoneras y una lancha lanza-torpedos. Para este cometido Cornelio Saavedra remite un informa adjunto, en el que se considera el tipo y las condiciones esenciales que deben reunir las cañoneras, especialmente el precio, “Según los datos consignados en ese informe, se hace subir el precio de las dos cañoneras a 250,000 pesos, y aun a 300,000 pesos, y es de presumir que realmente ese costo no pase de esta última suma, dado el precio que tuvieron los buques argentinos del mismo tipo que se construyeron en 1875”. (2)

De igual manera, para controlar la construcción de las naves y que se respete las especificaciones técnicas y características tácticas de las mismas, el gobierno chileno nombra a dos marinos “… al capitán de navío, graduado, don Luis Lynch Zaldívar y su ayudante el teniente 1°, graduado, Don Luis A. Lynch”.  Este último su sobrino.

En el portal Armada de Chile, leemos lo siguiente “Siendo Capitán de Navío, Luis Alfredo Lynch fue enviado a Europa y se hallaba en París como jefe de la Comisión naval chilena, cuando se produjo la Guerra del Pacífico, contra Perú y Bolivia. Durante el conflicto desarrolló una labor extraordinaria, incansable, inteligente y sagaz cooperando al Ministro Alberto Blest Gana, en París, en desbaratar los esfuerzos peruanos en la adquisición de buques y material bélico”.

El 20 de junio de 1879 Basilio Urrutia Ministro, envía el telegrama N° 1153 al Ministro Plenipotenciario de Chile en Argentina, en el que acepta la recomendación para la construcción de una sola cañonera en Inglaterra en remplazo de las dos originariamente pedidas, “El Gobierno acepta la idea propuesta por V.S., en telegrama del 14 del presente mes, de construir una sola cañonera de mil toneladas, casco de acero, con armamento poderoso y quince millas de marcha, en vez de las dos naves a que se refieren las indicaciones de 4 de marzo, a pesar de que el precio indicado para dicha cañonera excede en cien mil al de estas dos naves”. (3)

Y Chile nunca se preparó para la guerra contra Bolivia y Perú, así lo han asegurado los propios chilenos, tal como en la actualidad, en que han comprado armas y equipos de última generación por valor de 10,000 millones de dólares. Con seguridad para almacenarlas y mostrarlas en los desfiles.
¿Qué les parece?
Notas:
Ahumada, Pascual. GUERRA DEL PACÍFICO. T V. Apéndice, Pág. 3. Edición 1888. Valparaíso. Imprenta y librería AMERICANA de Federico T. Lathrop.

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