Entrevista al Ministro Plenipotenciario de Chile en
Estados Unidos, Señor Marcial Martínez, realizada por el diario La Estrella de Panamá y publicado por el diario El Orden el 19 de marzo de 1881.
NR:
En la presente entrevista al Ministro Plenipotenciario de Chile en Estados
Unidos, Señor Marcial Martínez, expresa una serie de conceptos respecto a la
situación que se vivía durante la ocupación de Lima año 1881.
Entre
otros temas aseguraba que, Perú debía indemnizar a Chile en dinero o
territorios, por los gastos ocasionados durante la campaña. ¡Increíble! Según su propio cálculo ascendían a 3,000 vidas y $ 30, 000,000
de pesos.
De igual manera, Chile establecería
en Arica un puerto libre para el comercio de Bolivia.
Respecto a la continuación de
la guerra, por Piérola u otro jefe militar peruano, aseguró que eso era
imposible debido a que el Perú se encontraba en completa impotencia, así la
resistencia era imposible y muy sacrificada debido a la situación de
indefensión que atravesaba Perú, sin escuadra y los recursos estaban bajo el
control de las fuerzas chilenas de ocupación.
Esta propuesta o proyecto chileno, muy antiguo y que se pierde en los años aciagos de esta guerra, disfrazada convenientemente, ha vuelto a ser planteada en varios ocasiones en el siglo XX y en el presente, como una solución a la meditarreinad de Bolivia, Pinochet lo propuso a Bánzer.
Respecto a la aplicación de
la teoría del uti possidetis de 1810 al presente caso, indicó que no era
posible su aplicación, y que, ambos países debían perder una porción de su territorio
para compensar los sacrificios chilenos.
Sobre las futuras elecciones
para presidente en Chile y sus candidatos, fue muy enfático en señalar que, debería
ser mediante la participación de candidatos civiles, cerrando el paso a los
deseos principalmente del general Baquedano, de quien dijo que era un hombre
valiente y que no se prestaría a ningún manejo político. La opinión pública
chilena estaba por un gobierno civil.
Entrevista.
“ Deseando nosotros
aprovechar de la presencia del Panamá del ministro Plenipotenciario de Chile a
los Estados Unidos, Sr. Marcial Martínez, para obtener de él algunas noticias
que pudieran poner a nuestros lectores en disposición de conjeturar más o menos
aproximadamente cuál puede ser el desenlace del sangriento drama que se viene
presenciando desde hace dos años en el pacífico, nuestro reportero se dirigió
en la tarde del sábado 5 del corriente al Gran Hotel, para tener con el Sr.
Ministro una entrevista previamente solicitada y concedida”.
“El señor Ministro, que,
diremos de paso, tiene bastante parecido con el General en Jefe de la Guardia,
General Julián Trujillo, se mostró afable; y evidentemente acostumbrado a estas
conferencias, propuso con naturalidad entra desde luego en materia, y se dio
principio al interrogatorio, al que contestaba él, siempre con las más perfecta
serenidad. Trataremos trasladar al papel la sustancia de sus respuestas, y
pondremos solo entre comillas las palabras suyas en que parecía recalcar”.
P.- ¿Cuál es la opinión en
Chile sobre las condiciones de Paz? ¿Se procederá sobre las bases de Arica? ¿Se
exigirá mayor indemnización, o mayores concesiones territoriales?
R.- “No habiendo sido yo
Plenipotenciario en las conferencias de Arica, no se debe presumir que esté al
cabo de los pensamientos del Gabinete en el particular. Cuanto yo diga en esta
conversación habrá de ser informal y no se debe tener por una expresión ni
siquiera semioficial. La opinión pública en Chile exige del Perú una
indemnización rigurosa que esté a la altura de los sacrificios de sangre y
dinero que el país ha hecho y que no bajan de 3,000 vidas y $ 30, 000,000. En
cuanto a las condiciones de detalle, la prensa chilena ha formulado claramente
sus opiniones. Me parece que las bases de Arica probablemente servirán de punto
de partida al tratado de paz que se celebre. El Gobierno de Chile presentó al
del Perú diversas coyunturas, que este no supo o no quiso aprovechar, para
conseguir un arreglos de las dificultades pendientes. En consecuencia, todo lo
demás que se exija en adición a las condiciones de Arica, lo deberá el Perú a
la tenacidad o falta de buen sentido de sus Gobiernos. Los sacrificios que ha
hecho Chile desde la campaña de Tacna, deberán indudablemente ser representados
por indemnización, sea en territorio sea en dinero”.
P.- ¿Cómo se asegurará la
ejecución del tratado? ¿Por la ocupación de territorio no cedido, o por la de
las aduanas, o de algún otro modo?
R.- “Es este punto más
delicado, cabalmente. Opino que habrá
ambas cosas ocupación de territorio y de aduanas”.
P.- ¿Chile dará un puerto a
Bolivia, por ejemplo el de Arica, con inclusión de Tacna y una faja suficiente
para el dominio de un camino desde la Paz al litoral?
R.- Como hasta ahora no ha
habido ninguna negociación iniciada con Bolivia, el Gobierno de Chile no ha
tenido oportunidad de formular ideas a este respecto, pero es opinión muy
generalizada entre diversos hombres públicos, la de que debe establecerse en Arica un puerto
libre para el comercio de Bolivia. En este caso el territorio de Tacna y Arica
quedaría sometido a un régimen puramente municipal, dependiente del Gobierno de
Chile, sin que por eso se infiera que Chile se atribuya al dominio perpetuo
sobre aquella comarca, se impondría un derecho de faro, tonelaje u otro análogo
para subvenir a los gasto municipales, entre los que podrían incluirse los de escuelas
públicas, etc. En lo judicial, aquella región dependería de un tribunal
superior, que probablemente se establecerá en Iquique”.
P.- Negociará Chile
separadamente con cada uno de sus adversarios, o, como en Arica, presentará
bases generales que ambos aliados deben aceptar?
R.- A juzgar por el giro que
han tomado los acontecimientos, bien puede suponerse que los tratados tendrán
que celebrarse por separado.
P.- ¿Hay probabilidades de
que se prolongue la lucha por la actitud del señor Piérola o por la presencia
de un ejército organizado en el Sur?
R.- Viniendo como vengo del Perú, donde permanecí
algunos días y tuve ocasión de estudiar el estado de las cosas, he adquirido la
convicción de que el Perú
se encuentra enteramente postrado, esto es, en completa impotencia; desde que
la continuación de la resistencia sería imposible, no solo porque el país
quiere paz, sino también por razones topográficas, y más que todo, por la falta
de recursos con qué continuar la contienda. Por otra parte, semejante proyecto
sería descabellado, puesto que el Perú no tiene hoy escuadra y todos sus
recursos están a merced de nuestras armas victoriosas. Por último, estoy
persuadido de que la mayoría de los peruanos no se prestaría a seguir en pos
del señor Piérola ni de ningún otro jefe, en el desatentado propósito de
prolongar el conflicto, haciendo una estéril guerra de montoneras, que solo
contribuiría a la desmoralización del país.
P.- ¿Tiene el actual
Gobierno improvisado en el Perú elementos de estabilidad?
R.- Se me figura que el Gobierno llegará a constituirse, pues probablemente
recibirá el apoyo de todos los departamentos. Además en la capital se
adhirieron todas, o casi todas las agrupaciones políticas. Y digo agrupaciones,
porque, como Ud. no ignora, puede decirse que en el Perú no existen verdaderos
partidos políticos, pues no merecen el nombre de tales los grupos que se
forman en torno de determinadas personalidades y que no proclaman verdaderos
principios políticos. Así, puede creerse que el Gobierno actual, si llega a
constituirse, no representará una agrupación determinada, sino el deseo general
en el sentido de la paz; si bien opino que para su estabilidad futura le será
necesario el respeto de las armas de Chile; sin que por esto se entienda que
Chile pretende intervenir en los negocios internos del Perú, mientras este
cumpla los compromisos que contraiga.
P.- ¿Cuál es el límite
probable de la ocupación de Lima y el Callao por las tropas de Chile?
R.- Es una cuestión muy
compleja que depende de muchas circunstancias que no están muy bien diseñadas;
de donde resulta que ni el mismo Presidente de Chile podría por ahora dar
solución a la pregunta.
P.- ¿Qué piensa el Sr.
Ministro acerca del uti possidetis de 1810, en relación con la llamada doctrina
sudamericana, que proscribe el derecho de conquista en América?
R.- Apartándome de la teoría
del uti possidetis de 1810, que no es aplicable a la cuestión actual entre
Chile, el Perú y Bolivia, creo
que estas dos repúblicas deben perder una porción de su territorio por vía de
compensación, ya que, no pueden dar otra garantía, que equivalga ni
parcialmente a los males que han inferido; a lo que se agrega que Chile ha sido dueño del Desierto
hasta el paralelo 23°. Lo demás que se ha hablado sobre derecho de
conquista no ha sido más que un recurso de hostilidad, puesto en juego por los
enemigos de Chile.
P.- ¿Qué puede decirse
respecto a las próximas elecciones para la presidencia en Chile?
R.- A mi salida de Chile, aun estaba oscuro el
campo político. En el sentir de algunos, acaso en Abril, se reunirán dos
convenciones de distintas fracciones del partido liberal para designar a
candidatos. Sin embargo, los hombres sensatos esperaban la unión de esas
fracciones, porque en Chile no debe haber hoy, atendidas las circunstancias,
sino un gobierno civil y liberal. Y esta opinión está muy esparcida. Aun cuando
se ha hablado de candidato militar, no es de creer que llegue el caso de tener
que recurrirse a una candidatura militar, por más que ella no representase esas
odiosas oligarquías que han postrado a otras repúblicas.
P.- ¿No es posible que el
partido de oposición adopte un candidato militar?
R.- El partido conservador
es el que probablemente pudiera querer acogerse al prestigio de las victorias
obtenidas; pero, en mi sentir, no podría ese partido contrarrestar las fuerzas
del partido liberal unido. Por
otra parte, creo firmemente que ningún militar, habiendo varios muy meritorios
en Chile, tenga pretensiones a la presidencia.
P.- ¿Cuáles son las figuras
que más descuellan en el campo electoral?
R.- No habiéndose reunido
aún las convenciones y habiendo estado los espíritus preocupados por la guerra
exterior, no se ha proclamado hasta el día ninguna candidatura. Privadamente se
mencionan varios nombres, como los de Santa María, Amunátegui, Vergara,
Baquedano y otros. El
general Baquedano es un hombre tan valiente como patriota y modesto, que no se
prestará a ningún manejo de partido, para desviar la corriente de la opinión,
que en Chile está pronunciada por el Gobierno estrictamente civil.
Considero posible que llegue a triunfar, como en Estados Unidos, algún
candidato hasta hoy imprevisto.
“Con esto se dio por
terminada la entrevista”.
Notas: Diario El Orden 19 de marzo de 1881.
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