El presente Editorial corresponde
al Diario Oficial, tercer diario
fundado por las fuerzas de ocupación de Lima y que publicaba los documentos oficiales
del gobierno chileno. Este diario fue el de más larga duración durante la presencia
chilena en el Perú.
Fue fundada por Patricio Lynch y
obedeció a la necesidad de tener un medio de publicidad (propaganda), así como para
la publicación y promulgación de las disposiciones del Cuartel General chileno,
“para
dar a conocer el pensamiento y la política del Gobierno de Chile en todo lo
concerniente a nuestras relaciones con el enemigo”.
El 27 de Mayo de 1882, decretó que
el 31 de ese mes cesara de publicarse el diario La Situación y en su remplazo saliera a la luz El Diario Oficial, en el que a partir de esa fecha, aparecerían
todos los decretos y órdenes dictados por las autoridades chilenas.
Este Editorial, corresponde al día 8 de diciembre de 1882 y se titula “EL PORVENIR DEL PERÚ”. Es un extenso
análisis de la situación que se vivía en diciembre de 1882, un retrato del
escenario y los protagonistas. Involucra a los principales personajes políticos
del país, sus acciones, decisiones y omisiones, a quienes retrata desde una
perspectiva crítica.
I.
“A consecuencia del cablegrama del señor don Nicolás de Piérola, se ha
suscitado agitación en los círculos políticos”.
“El 7 del presente se verificó una reunión del partido pierolista, a la
que se llegó a dar el carácter de asamblea, y dada la contramarcha de su jefe,
la conmoción fue intensa. El resultado fue designar un sucesor que debiera ser
exhibido inmediatamente”.
“Se propuso en primer lugar al señor doctor don Antonio Arenas, que
presidia esa asamblea. Rechazó”.
“”El segundo propuesto fue el señor don Aurelio García y García, que
también rechazó”.
“Entonces se designó el señor doctor don Juan Antonio Ribeyro, que dio
sus excusas perentorias”.
“En tal orfandad, resolvió la asamblea que se aceptara al General
Iglesias, y se disolvió, quedando convocada para cambiar los comités y
secretarías del caudillo de ayer en secretarias y comités de hoy”.
“”Con ese motivo nos han brindado una oportunidad para emitir un juicio
concienzudo sobre la situación”.
II.
“En la ansiedad general y en medio del fervor de los traficantes
políticos, se van descubriendo vislumbres de porvenir. Pero esa fórmula del
futuro tiene por factor necesario la
liquidación del pasado, que es lo que no comprenden ellos”.
“¡Los dioses se van! Era la despedida en las agonías del paganismo. ¡Los
podridos a un lado! Es el aparte de los hombres que nos han arruinado. ¡Paso a
lo sano! Es la fórmula salvadora en este cataclismo”.
“Y así debía ser, porque esa acción providencial que señala Bossuet,
como la matriz del género, no puede haber fallado solo para el Perú. Ni se
podía tampoco salvar una sociedad por medio de los mismos criminales que
socavaron el hondo abismo para donde somos víctimas de la asfixia y de la
muerte”.
“Por eso, hombres del pasado, García Calderón, Piérola, Arenas, La
Cotera, Químper, ¡a un lado! Y los secuaces de estos, Montero, Cáceres, y para
no enumerar más, todos los que después de Miraflores, habéis sorteado la túnica
ensangrentada de la patria, ¡ah!, vosotros los sicarios de los partidos
personales, preparaos (…)
III.
“Olvidemos los yerros del señor Piérola cuando fue protector de la raza
indígena. Pasemos por alto todas las páginas de dolor y de vergüenza; lleguemos
a Miraflores. ¿Por qué no se capituló al
día siguiente? Porque el hombre de las promesas magníficas y de las obras
mezquinas tenía miedo a los desengaños, a los burlados, y fugó maquinalmente”.
“Había sacrificado al ejército de Tacna en aras de su egoísmo, y había
insultado a la nación llamando de edecán al instrumento que empleó: ¡Leiva! Que
aun se pasea, como si ya no hubiese sanción moral, solo porque la legal no ha
llegado aun”.
“En ese lance, voltear ojos es el recurso de los desesperados, de los
locos”.
“Llegó a serenarse, todavía en Jauja, a los 40 días en que se acordó que
podían renovarse las medicinas de los neutrales. Como Chile ya no le creyó
digno de estar al frente de una capitulación de paz, entonces volvió a soñar en
la guerra”.
“Fue hasta Bolivia a concertar un jaque-mate. Cuando Chile separó a
García Calderón por su deslealtad, Piérola volvió a buscar tratados, olvidando
el mate convenido en Bolivia”.
“Oído esta vez, debía arribarse a discutir las bases en Matucana, cuando
Cáceres, por, traicionar a Piérola, dio la última mano a la destrucción del
Perú. Solo entonces recuperó el juicio don Nicolás de Piérola. Comprendió que
habiendo subido a la dictadura con la ostentación de llevar consigo la
victoria, y habiendo dado solo tristes derrotas, no podía ser ni más Jefe de la
nación ni de un círculo político”.
“Por eso únicamente unos especuladores de incas hicieron uso de su
nombre para la alza de ese papel ilegítimo. Su cablegrama, al no atreverse a
pasar al Pacífico, significa el último quejido del moribundo; o para quienes
tenga risueña la imaginación, es un caso del cuento de las uvas verdes”.
“Queda confirmado que el señor don Nicolás de Piérola, cadáver político
desde Miraflores, está ya en disolución. No se inculpe a la fotografía; en los
defectos que hemos señalado, es la imagen la que se muestra así”.
IV
“Veamos la del doctor don Francisco García Calderón. Tuvo una feliz
inspiración en ser Gobierno para salvar el país entendiéndose con el vencedor.
Pero no conoció su época ni lo que significaba esa elevada misión. Se atribuló
con los primeros gritos del vulgo por la destemplanza e improperios de traición
achilenada, y no pensó más que salir del mal paso”.
“No tuvo ardimiento para ametrallar la canalla, como lo hizo el Gobierno
de Thiers, hasta imponerle silencio. Por no tener valor para esto, buscó la
deslealtad hasta dar con el protectorado yankee”.
“Mucha inteligencia tiene el señor García Calderón: es una notabilidad
puesta a disertar un alegato ante el tribunal. Lastima que pierda el hilo de su
narración al primer tosido del litigante contrario”.
“Por tanto era imposible que en la escena política tuviera valor ni
carácter para arrostrar la tempestad. No podía ser piloto quien al primer
vaivén buscaba azorado por donde desembarcar”.
“Puesto que ya está en Chile, persuádase el señor García Calderón de que
fuera de la cátedra o el foro, en horas bonancibles, no tiene alma para las
luchas públicas”.
“Siéyes era una lumbrera, pero se apagaban sus fulgores ante un gesto de
Bonaparte. Solo grandes caracteres salvan a los pueblos. Los sabios sirven
únicamente para los discursos académicos”.
V
“Otro tanto decimos del señor doctor Antonio Arenas, de mucho renombre.
Diputado ministerial en 1858, no podía ser un Demóstenes. El que entonces
descolló como tribuno, Casós lo tenía siempre mudo”.
“El Mariscal Castilla distinguía al señor Arenas por su modestia que
rayaba en la humildad para las iras del Presidente. En 1869 aparece de oráculo
de Balta. Le hizo prohijar la candidatura oficial de Echenique, después de una
proclama de abstención eleccionaria”.
“Echenique, a pesar de que era de menos
talento que Arenas, renunció, pero endosando a este la candidatura. Salió
a luz en 1870 el curioso documento por
el cual Echenique presentaba su llamado alter ego en la persona del señor
Arenas. El alter ego perdió capítulo”.
“Entonces hizo sentir a Balta un golpe de estado que se preparó
comprometiendo a los Gutiérrez. Cuando estos se vieron burlados, resulta que
encontró Balta una muerte cruel. Y como los Gutiérrez solo sustituyeron persona
en la ejecución del golpe de Estado de que se acobardó Balta, también fueron a
parar a la picota, por ejecutores de una
gran idea del consejero de Estado. Tal es el descanso adonde sabe conducir este
afamado Mentor”.
“Prado, el infeliz Prado, lo tomó de consejero, primer áulico, al
organizar su gabinete de 1876, aparece el señor Arenas de Presidente del
Consejo de Ministros y Ministro de Gobierno. Duró en el poder 18 días. En una
ligera escaramuza de silbidos presentó su dimisión. Dirigió las elecciones de
1877, en que el partido nacional combatía con el civilismo. Prado perdió,
naturalmente esas elecciones”.
“Tenía que conceder a sus enemigos, a Rosas y Riva Agüero, lo que el
señor Arenas indicaba en contrario. No obstante, ese mismo señor Arenas, con
una docilidad admirable, cambiaba los originales del mensaje de Prado al
Congreso de 1878. Hacia, por fin, la apoteosis de sus enemigos políticos”.
“En los consejos, después de la declaratoria de guerra, naturalmente
tomó parte. Ya hemos visto el resultado. Prado se fugó: otro fruto de su
dirección”.
“Sube Piérola: es don Antonio el primer pontífice del nuevo culto. Mal
sacerdote, mal aurúspice de Balta y Prado, no podía serlo bueno para Piérola, y
todo esto con la mejor buena fe”.
“Hubo un momento supremo en que el doctor Arenas iba a mostrarse en toda
su importancia: en las conferencias de Arica sobre la paz. El desengaño fue horrible”.
“Su discurso fue el de un dominé de birrete, que fuera de la lección
estudiada no dice mas. Hay una singularidad en las luchas políticas del señor
don Antonio: que su rival político es su hijo el señor don Alejandro Arenas.
Este es cabeza del directorio civilista, y aquel buen señor es cabeza del
directorio pierolista”.
"Al presente se halla don Alejandro en Arequipa con las
huestes libertadoras, y el señor don Antonio hablando por el cable con Piérola
acerca del traje con que este entraría a su lindo palacio de París. Con esta
última lección debe convencerse el muy respetable don Antonio Arenas de que no
tiene acierto en la política”.
“Redúzcase a su casa; cuide de que los nietos se afirmen en la ortodoxia
del Ripalda, porque ya volverá don Alejandro a lanzar a los chicos a que sean
libres pensadores”.
VI
“En los primeros días de la guerra, el General La Cotera fue nombrado
Comandante General de la División de Vanguardia. En el Sur, fue el primero que
introdujo la indisciplina, la desmoralización y el mal ejemplo”.
“Es el primer responsable de nuestros desaciertos por falta de
disciplina. Se ocupó de desafíos, tuvo mil camorras y abandonó el teatro de la
guerra. Siendo Presidente del Consejo y Ministro de Guerra en la enfermedad del
señor General La Puerta, no tuvo tino para debelar un pronunciamiento que dio
origen a la dictadura de Piérola”.
“Con todo un ejercito, se hizo tomar el terreno por un par de batallones
de Guardia Nacional. Pertenece a la serie de Cáceres. Hay que decirle: por aquí, y de este modo. Es
una cosa singular que recién haya conocido el destino con que vino al mundo:
bailar con los araucanos”.
“Ojalá el Perú cuente más tarde sus muchas proezas por Villa- Rica.
Ocupará lugar en las crónicas cervantinas”.
VII
“El doctor Químper fue el alma del Gobierno de La Puerta; se hundió
desde este día en que Químper, por enfermedad, dejó de concurrir a palacio.
Tiene una enorme culpa. Ahora 13 meses, cuando se hallaban próximas las
conferencias de Matucana sobre la paz, dirigió Químper la traición venal de
Cáceres que dio giro a esos arreglos. No lo fue por un motivo de bien público,
de buena fe o equivocación”.
“Solo para rescatar la mina de Sircay, mediante autoridades de su casa,
fascinó a aquel intonso, y Químper rescató el mineral codiciado, haciéndose
nueva escritura. Hoy está consolidado en esa riqueza. Pero mañana la nación
confiscará esa mina, causa única de una espantosa ruina y de todos los males
que han sobrevenido desde noviembre de 1881, con su horrenda perspectiva. El
doctor Químper, que por su avaricia sacrificó a su patria, debe ser sometido a
la pena del Talión”.
VIII
“Los secuaces de estos personajes, que han venido parodiando guerra y
feriando con los cupos y contribuciones, no merecen el honor de que los
retratemos”.
“Baste anunciar que por las fingidas esperanzas de estos, han adelantado
las consecuencias de este estado anómalo, dando lugar a las pretensiones de
Bolivia”.
“Por cualquier punto debemos buscaros paso al Pacífico, para no quedar
prisioneros, aislados del mundo civilizado. Esta propaganda que difunden con
calor la prensa y círculos bolivianos, por cierto no lo han de hacer por
ilusiones, ni sobre Antofagasta, ni sobre Arica. Si ahora un año hubiese habido
paz, no habríamos perdido sino Tarapacá”:
“Pero Montero y Cáceres, por vivir a costa ajena, propalaban que no se
debía ceder ni una pulgada de territorio, y el tiempo, con la fuerza misteriosa
que sabe dar a toda posesión, ha venido a hacer imposible proponer siquiera la
devolución de Arica y Tacna”.
“Por cada día que pase aumentarán las postulaciones de Bolivia ante
Chile para que le de salida al Pacífico. Que atajen, pues, esa corriente
impetuosa los merodeadores de Junín y Arequipa. Que se preparen esas huestes
libertadoras a dar grandes batallas a los bolivianos. Estas consecuencias
predicábamos los hombres de previsión”.
“Nos contestaban con el insulto y el martirio”.
“Hoy solo puede evitarse la consumación de estos males inconmensurables,
procediendo con energía a romper con el pasado y lanzarse a una paz inmediata,
sin más condiciones que la desocupación”.
“¡Pueblo del Perú! Sacudid vuestro marasmo y ved que la salvación está
en dejar la actitud quijotesca de ser beligerante nómina. Lleguemos a la paz
con Chile por medio de hombres nuevos, con esos elementos sanos que siempre han
dado al mundo las grandes transformaciones”.
“De otro modo, no habría regeneración posible, única magia para hacer
brotar los manantiales de la nueva vida. ¡Paso al elemento sano! ¡Atrás lo
podrido! Si no enarbolamos la bandera de la paz, perderemos zonas inmensas de
territorio por cada día que pase, y en cada minuto vendrán realizándose males
que la imaginación no los puede medir, pero que son el fruto natural de la
ocupación”.
“Si perdemos tiempo, no habrá remedio. No quedará sino esta triste
plegaria: ¡Conciudadanos, ya no hay patria!”.
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