Publicado en el diario La Razón, 29 de junio de 2008.
Especial
La “Guerra de Puertos” entre Perú y Chile y otras amenazas contra la seguridad nacional. Problemas sin solución: judicialización abusiva, potenciamiento de equipos y ausencia de remuneraciones justas.
El mundo se encamina a tres grandes crisis, que sin lugar a dudas van a causar graves problemas sociales en todo el planeta, ellas son: financiera de EEUU, energética y del hambre o la hambruna. En nuestra región las necesidades de combustible y agua, serán las que dominen las relaciones con nuestros vecinos, algunos de ellos carecen de estos recursos no renovables y miran con ojos ambiciosos a quienes sí lo poseemos.
Hace unos años el general Edgardo Mercado Jarrín, en su obra “La Revolución Geoestratégica”, nos advertía con mucha antelación sobre un nuevo tipo de competencia con Chile de carácter económico, y visionaba con anticipación la “guerra de puertos”, entre Perú y Chile, que ha cobrado actualidad con la nueva ley de puertos que aprobó el Congreso.
Nuevos conceptos
Además, presenciamos los nuevos acuerdos de los ministros de Defensa de Chile y Bolivia, quienes han firmado un memorándum en materia militar, que les permitirá el intercambio de conocimientos y la capacitación en operaciones de paz, ambos hechos abonan una preocupación más para nuestra seguridad. Porque tienen como trasfondo la solicitud de salida al mar de Bolivia.
Los nuevos conceptos sobre soberanía, esbozados por Fernando Araujo, canciller colombiano, han planteado una nueva visión sobre la soberanía, indicando que esta debía tener un aspecto más amplio, que incluya la seguridad para todos los ciudadanos, más allá del concepto de soberanía territorial. Por otro lado, la teoría del mar presencial expuesta hace ya varios años por el chileno Jorge Martínez Busch, que busca desde alta mar cautelar sus intereses, protegiendo su patrimonio marítimo y su seguridad.
Y el de la guerra preventiva, aplicada como un instrumento legítimo y moral de la política exterior estadounidense, para la defensa y seguridad de su pueblo, nos debe hacer reflexionar sobre el nuevo rol que deberán cumplir las FFAA y la PNP de nuestra nación en este siglo, en el contexto sudamericano y mundial. Porque no vivimos aislados.
Amenazas a la vista
Actualmente las amenazas a nuestra seguridad no están circunscritas a peligros solo provenientes del interior. Hace unos días un soldado de nuestro ejército ha sido herido por miembros de las FARC en la frontera con Colombia. La toma violenta de un contingente policial al mando de un general en el puente Montalvo (Moquegua), punto crítico importante, ha puesto sobre el tapete la violación del principio de autoridad y un atentado grave a la seguridad nacional.
Quién pudiera dudar que el empeño en una carrera armamentista y la preparación de la fuerza operativa de un país vecino, Chile, sean parte de las amenazas que se ciernen sobre nuestra nación, que lucha por salir del subdesarrollo. Considerando además que está pendiente una demanda por los límites marítimos, ante la Corte Internacional de La Haya, pese a la provocación de políticos sureños y demostraciones, cerca de nuestra frontera sur.
Pero existen además otras amenazas: penetración económica extranjera, instituciones democráticas débiles, corrupción oficial, defectuosos servicios de salud y educación, deterioro del medio ambiente, pobreza, sida, piratería, falsificación de monedas, ciberterrorismo, narcoterrorismo, etc., que significan en conjunto hoy, las nuevas plagas que se ciernen sobre sociedades débiles como la nuestra y a las cuales debemos hacer frente. En primera línea estarán las FFAA y PNP.
Pregunta clave
En la novela Conversación en la Catedral, de Mario Vargas Llosa, el personaje central Fernando Zavala se pregunta ¿en qué momento se había jodido el Perú?, la editorial Milla Batres publicó en 1990 una obra titulada con la misma pregunta y para dar respuesta reunió a una serie de personajes intelectuales y políticos, quienes esbozaron desde su perspectiva algunas soluciones a los problemas endémicos del país, como son la extrema pobreza, la exclusión, los deficientes servicios de educación, salud y seguridad.
Por el lado de las instituciones fundamentales del país, sucede algo parecido, ¿en qué momento fue que perdieron su capacidad adquisitiva? Y pasaron a formar parte de ese inmenso porcentaje de pobreza del país. Hace veinte años que soportan un injusto sistema de remuneraciones y pensiones.
La problemática de remuneraciones y pensiones de las FFAA y PNP ha tocado por primera vez la conciencia de todos sus integrantes, vemos que en diferentes medios de comunicación se publican artículos referidos al tema, hay movilizaciones y marchas. Sí, realmente es una gran preocupación, por las implicancias en la seguridad económica de sus miembros y familiares.
Esta situación ha obligado a múltiples gestiones de las diferentes organizaciones que agrupan a los oficiales en situación de retiro y a preocupaciones de los comandos y del Mindef y se espera el resultado del trámite de la propuesta en manos del Ministerio de Economía.
Cumplir o no cumplir
Las FFAA y la PNP durante el anterior régimen han sido sometidas a sendas reestructuraciones, promocionadas hasta el hartazgo y que a la postre no han mejorado en nada la condición de pauperización logística, material, económica y profesional de los integrantes de las instituciones esenciales de la nación. Hemos visto con preocupación lo sucedido en Moquegua, que no es el único caso, donde se resquebraja el principio de autoridad.
¿Cómo cumplir con el precepto constitucional en las actuales condiciones?
La estructura, moral y disciplina de nuestras instituciones están actualmente en riesgo, muchos de sus miembros no solo deben enfrentar, por su misión la lucha contra los remanentes de las organizaciones subversivas, el narcoterrorismo y hacer frente a hechos violentos contra las autoridades, sino que por presión de organismos de derechos humanos y ONG’s de izquierda, deben hacer frente a persecuciones judiciales, es decir, librar dos batallas.
La incertidumbre ante la disyuntiva de cumplir la orden y luego ser enjuiciado por delitos de lesa humanidad, o no cumplir la orden y también ser enjuiciado por desobediencia, en ambas situaciones el militar o policía sale afectado en sus legítimas aspiraciones de continuar su carrera, y lo más grave aún, arrastra a su familia a la zozobra e inseguridad.
Estrategia externa
No sería aventurado entonces sostener hipotéticamente que se está desarrollando el quiebre, operativo, logístico y moral de nuestras FFAA y PNP, que como percibimos afectan peligrosamente a la seguridad nacional. Esto obedecería a una estrategia externa concertada con grupos interesados de izquierda del país, para deteriorar y debilitar sistemáticamente a las entidades defensoras del estado. No es difícil adivinar la finalidad de esta acción.
Pero, a esta situación han contribuido una serie de factores adversos como: drásticas reducciones del presupuesto, reducción del personal, persecución judicial emprendida por recomendación de la ex CVR y desmantelamiento sistemático de sus bienes, y reducción alarmante del programa de entrenamiento de las fuerzas.
Como ejemplo podemos decir que en la judicialización de los casos a los que han sido sometidos muchos miembros de nuestras FFAA y PNP, que participaron exitosa y valientemente en la lucha contrasubversiva, se han cometido una serie de arbitrariedades. Somos testigos de que no se han respetado los principios establecidos en nuestra Constitución vigente como: los principios de legalidad, irretroactividad de la ley, prescripción de la acción penal, debido proceso, tutela procesal efectiva y jurisdiccional y presunción de inocencia.
Además, somos testigos de como es mal utilizado el informe presentado por la ex CVR, cuyas conclusiones no son vinculantes para el Poder Judicial, pero que sin ninguna duda, se están aplicando en las denuncias penales como base sustancial de la acusación penal.
Dos columnas
Hace pocas semanas el ministro de Defensa Antero Florez-Aráoz en su mensaje por el día del Juramento de la Bandera, frente al monumento del coronel Francisco Bolognesi, ha invocado a buscar consenso en la población y el gobierno, para mejorar la situación de operatividad de las FFAA y el mejoramiento urgente de la situación remunerativa y pensionaria.
Todos los presentes sabemos que desarrollo y seguridad son, sin duda, una dualidad conceptual para el logro del bien común. Ambos son indisolubles. Como dos columnas que sostienen un templo. Por otro lado, ley, orden y poder de policía del Estado contribuyen a la seguridad interior del territorio.
A todo esto sabemos, que los sueldos para los funcionarios del Estado, que cumplen tareas importantísimas para el país están atrasados, por las medidas de austeridad. Lo triste es que existen funcionarios de este mismo estado peruano que no están considerados, pese al importante rol que cumplen para la seguridad del país los miembros de las FFAA y PNP, sus viudas y discapacitados.
Nuestro país atraviesa por una de sus mejores etapas en materia de bonanza económica, pero también para nadie es un secreto que las remuneraciones y pensiones de las FFAA y PNP están desfasadas con esta realidad que vive el país.
En las actuales circunstancias, existe la necesidad ineludible de contar con una ley de remuneraciones para el personal de las FFAA y PNP, a fin de asegurar la sostenibilidad de cualquier propuesta de reforma previsional. Esta situación floreciente de nuestra economía, es la oportunidad inmejorable para ello.
Causas de la quiebra inminente de la Caja de Pensiones Militar Policial.
Otro tema candente es la situación de la Caja de Pensiones Militar- Policial, que es muy grave y está a punto de quebrar. Fue fundada el año 1974, su deterioro comienza en 1979, cuando el gobierno de esa época permitió, la reducción de las aportaciones del 27% al 12%; como resultado, el aporte de sus miembros bajó del 12% al 6%, y el del Estado, del 15% al 6%.
Posteriormente, el Estado dejó de pagar los montos que le correspondía como aporte, dejando que sólo el personal uniformado aportara con sus sueldos. Estas son las principales causas en las que radica la crítica situación de la CPMP que se encuentra al borde de la quiebra.
Si la CPMP llegara a quebrar, con seguridad serán perjudicadas, no solo las promociones que a partir del año 1974 pertenecen a ella, sino también podríamos vernos involucrados todos los presentes, porque al desaparecer la CPMP, el gobierno no tendría otra opción que unificar el sistema de pensiones creando una nueva ley, que al modificar y/o eliminar la ley 19846, correría el riesgo de desaparecer nuestra cédula viva. Como se presume es la intención final.
¿Qué hacer? Creo que lo urgente es tomar conciencia de la grave situación que viven nuestras fuerzas de seguridad, están frente a una crisis que si el gobierno no le hace frente, el futuro es incierto para todos y principalmente para las nuevas generaciones. Por lo que se debe mantener el ímpetu de nuestros reclamos, empleando todas las vías legales.
Tengamos siempre presente que las FFAA y PNP no son del gobierno, son de la nación, se deben a todos los peruanos y el poder político como un elemento constitutivo del Estado, tiene la obligación de satisfacer sus necesidades fundamentales, para seguridad de toda la nación peruana.
Especial
La “Guerra de Puertos” entre Perú y Chile y otras amenazas contra la seguridad nacional. Problemas sin solución: judicialización abusiva, potenciamiento de equipos y ausencia de remuneraciones justas.
El mundo se encamina a tres grandes crisis, que sin lugar a dudas van a causar graves problemas sociales en todo el planeta, ellas son: financiera de EEUU, energética y del hambre o la hambruna. En nuestra región las necesidades de combustible y agua, serán las que dominen las relaciones con nuestros vecinos, algunos de ellos carecen de estos recursos no renovables y miran con ojos ambiciosos a quienes sí lo poseemos.
Hace unos años el general Edgardo Mercado Jarrín, en su obra “La Revolución Geoestratégica”, nos advertía con mucha antelación sobre un nuevo tipo de competencia con Chile de carácter económico, y visionaba con anticipación la “guerra de puertos”, entre Perú y Chile, que ha cobrado actualidad con la nueva ley de puertos que aprobó el Congreso.
Nuevos conceptos
Además, presenciamos los nuevos acuerdos de los ministros de Defensa de Chile y Bolivia, quienes han firmado un memorándum en materia militar, que les permitirá el intercambio de conocimientos y la capacitación en operaciones de paz, ambos hechos abonan una preocupación más para nuestra seguridad. Porque tienen como trasfondo la solicitud de salida al mar de Bolivia.
Los nuevos conceptos sobre soberanía, esbozados por Fernando Araujo, canciller colombiano, han planteado una nueva visión sobre la soberanía, indicando que esta debía tener un aspecto más amplio, que incluya la seguridad para todos los ciudadanos, más allá del concepto de soberanía territorial. Por otro lado, la teoría del mar presencial expuesta hace ya varios años por el chileno Jorge Martínez Busch, que busca desde alta mar cautelar sus intereses, protegiendo su patrimonio marítimo y su seguridad.
Y el de la guerra preventiva, aplicada como un instrumento legítimo y moral de la política exterior estadounidense, para la defensa y seguridad de su pueblo, nos debe hacer reflexionar sobre el nuevo rol que deberán cumplir las FFAA y la PNP de nuestra nación en este siglo, en el contexto sudamericano y mundial. Porque no vivimos aislados.
Amenazas a la vista
Actualmente las amenazas a nuestra seguridad no están circunscritas a peligros solo provenientes del interior. Hace unos días un soldado de nuestro ejército ha sido herido por miembros de las FARC en la frontera con Colombia. La toma violenta de un contingente policial al mando de un general en el puente Montalvo (Moquegua), punto crítico importante, ha puesto sobre el tapete la violación del principio de autoridad y un atentado grave a la seguridad nacional.
Quién pudiera dudar que el empeño en una carrera armamentista y la preparación de la fuerza operativa de un país vecino, Chile, sean parte de las amenazas que se ciernen sobre nuestra nación, que lucha por salir del subdesarrollo. Considerando además que está pendiente una demanda por los límites marítimos, ante la Corte Internacional de La Haya, pese a la provocación de políticos sureños y demostraciones, cerca de nuestra frontera sur.
Pero existen además otras amenazas: penetración económica extranjera, instituciones democráticas débiles, corrupción oficial, defectuosos servicios de salud y educación, deterioro del medio ambiente, pobreza, sida, piratería, falsificación de monedas, ciberterrorismo, narcoterrorismo, etc., que significan en conjunto hoy, las nuevas plagas que se ciernen sobre sociedades débiles como la nuestra y a las cuales debemos hacer frente. En primera línea estarán las FFAA y PNP.
Pregunta clave
En la novela Conversación en la Catedral, de Mario Vargas Llosa, el personaje central Fernando Zavala se pregunta ¿en qué momento se había jodido el Perú?, la editorial Milla Batres publicó en 1990 una obra titulada con la misma pregunta y para dar respuesta reunió a una serie de personajes intelectuales y políticos, quienes esbozaron desde su perspectiva algunas soluciones a los problemas endémicos del país, como son la extrema pobreza, la exclusión, los deficientes servicios de educación, salud y seguridad.
Por el lado de las instituciones fundamentales del país, sucede algo parecido, ¿en qué momento fue que perdieron su capacidad adquisitiva? Y pasaron a formar parte de ese inmenso porcentaje de pobreza del país. Hace veinte años que soportan un injusto sistema de remuneraciones y pensiones.
La problemática de remuneraciones y pensiones de las FFAA y PNP ha tocado por primera vez la conciencia de todos sus integrantes, vemos que en diferentes medios de comunicación se publican artículos referidos al tema, hay movilizaciones y marchas. Sí, realmente es una gran preocupación, por las implicancias en la seguridad económica de sus miembros y familiares.
Esta situación ha obligado a múltiples gestiones de las diferentes organizaciones que agrupan a los oficiales en situación de retiro y a preocupaciones de los comandos y del Mindef y se espera el resultado del trámite de la propuesta en manos del Ministerio de Economía.
Cumplir o no cumplir
Las FFAA y la PNP durante el anterior régimen han sido sometidas a sendas reestructuraciones, promocionadas hasta el hartazgo y que a la postre no han mejorado en nada la condición de pauperización logística, material, económica y profesional de los integrantes de las instituciones esenciales de la nación. Hemos visto con preocupación lo sucedido en Moquegua, que no es el único caso, donde se resquebraja el principio de autoridad.
¿Cómo cumplir con el precepto constitucional en las actuales condiciones?
La estructura, moral y disciplina de nuestras instituciones están actualmente en riesgo, muchos de sus miembros no solo deben enfrentar, por su misión la lucha contra los remanentes de las organizaciones subversivas, el narcoterrorismo y hacer frente a hechos violentos contra las autoridades, sino que por presión de organismos de derechos humanos y ONG’s de izquierda, deben hacer frente a persecuciones judiciales, es decir, librar dos batallas.
La incertidumbre ante la disyuntiva de cumplir la orden y luego ser enjuiciado por delitos de lesa humanidad, o no cumplir la orden y también ser enjuiciado por desobediencia, en ambas situaciones el militar o policía sale afectado en sus legítimas aspiraciones de continuar su carrera, y lo más grave aún, arrastra a su familia a la zozobra e inseguridad.
Estrategia externa
No sería aventurado entonces sostener hipotéticamente que se está desarrollando el quiebre, operativo, logístico y moral de nuestras FFAA y PNP, que como percibimos afectan peligrosamente a la seguridad nacional. Esto obedecería a una estrategia externa concertada con grupos interesados de izquierda del país, para deteriorar y debilitar sistemáticamente a las entidades defensoras del estado. No es difícil adivinar la finalidad de esta acción.
Pero, a esta situación han contribuido una serie de factores adversos como: drásticas reducciones del presupuesto, reducción del personal, persecución judicial emprendida por recomendación de la ex CVR y desmantelamiento sistemático de sus bienes, y reducción alarmante del programa de entrenamiento de las fuerzas.
Como ejemplo podemos decir que en la judicialización de los casos a los que han sido sometidos muchos miembros de nuestras FFAA y PNP, que participaron exitosa y valientemente en la lucha contrasubversiva, se han cometido una serie de arbitrariedades. Somos testigos de que no se han respetado los principios establecidos en nuestra Constitución vigente como: los principios de legalidad, irretroactividad de la ley, prescripción de la acción penal, debido proceso, tutela procesal efectiva y jurisdiccional y presunción de inocencia.
Además, somos testigos de como es mal utilizado el informe presentado por la ex CVR, cuyas conclusiones no son vinculantes para el Poder Judicial, pero que sin ninguna duda, se están aplicando en las denuncias penales como base sustancial de la acusación penal.
Dos columnas
Hace pocas semanas el ministro de Defensa Antero Florez-Aráoz en su mensaje por el día del Juramento de la Bandera, frente al monumento del coronel Francisco Bolognesi, ha invocado a buscar consenso en la población y el gobierno, para mejorar la situación de operatividad de las FFAA y el mejoramiento urgente de la situación remunerativa y pensionaria.
Todos los presentes sabemos que desarrollo y seguridad son, sin duda, una dualidad conceptual para el logro del bien común. Ambos son indisolubles. Como dos columnas que sostienen un templo. Por otro lado, ley, orden y poder de policía del Estado contribuyen a la seguridad interior del territorio.
A todo esto sabemos, que los sueldos para los funcionarios del Estado, que cumplen tareas importantísimas para el país están atrasados, por las medidas de austeridad. Lo triste es que existen funcionarios de este mismo estado peruano que no están considerados, pese al importante rol que cumplen para la seguridad del país los miembros de las FFAA y PNP, sus viudas y discapacitados.
Nuestro país atraviesa por una de sus mejores etapas en materia de bonanza económica, pero también para nadie es un secreto que las remuneraciones y pensiones de las FFAA y PNP están desfasadas con esta realidad que vive el país.
En las actuales circunstancias, existe la necesidad ineludible de contar con una ley de remuneraciones para el personal de las FFAA y PNP, a fin de asegurar la sostenibilidad de cualquier propuesta de reforma previsional. Esta situación floreciente de nuestra economía, es la oportunidad inmejorable para ello.
Causas de la quiebra inminente de la Caja de Pensiones Militar Policial.
Otro tema candente es la situación de la Caja de Pensiones Militar- Policial, que es muy grave y está a punto de quebrar. Fue fundada el año 1974, su deterioro comienza en 1979, cuando el gobierno de esa época permitió, la reducción de las aportaciones del 27% al 12%; como resultado, el aporte de sus miembros bajó del 12% al 6%, y el del Estado, del 15% al 6%.
Posteriormente, el Estado dejó de pagar los montos que le correspondía como aporte, dejando que sólo el personal uniformado aportara con sus sueldos. Estas son las principales causas en las que radica la crítica situación de la CPMP que se encuentra al borde de la quiebra.
Si la CPMP llegara a quebrar, con seguridad serán perjudicadas, no solo las promociones que a partir del año 1974 pertenecen a ella, sino también podríamos vernos involucrados todos los presentes, porque al desaparecer la CPMP, el gobierno no tendría otra opción que unificar el sistema de pensiones creando una nueva ley, que al modificar y/o eliminar la ley 19846, correría el riesgo de desaparecer nuestra cédula viva. Como se presume es la intención final.
¿Qué hacer? Creo que lo urgente es tomar conciencia de la grave situación que viven nuestras fuerzas de seguridad, están frente a una crisis que si el gobierno no le hace frente, el futuro es incierto para todos y principalmente para las nuevas generaciones. Por lo que se debe mantener el ímpetu de nuestros reclamos, empleando todas las vías legales.
Tengamos siempre presente que las FFAA y PNP no son del gobierno, son de la nación, se deben a todos los peruanos y el poder político como un elemento constitutivo del Estado, tiene la obligación de satisfacer sus necesidades fundamentales, para seguridad de toda la nación peruana.
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