El informe sobre el terremoto que ofrece el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) en su pagina web, indica que el día 15 de Agosto de 2007 a las 18:41 horas (23:41 hora GMT), se ha registrado un sismo con las siguientes características: El epicentro: 60 Km, ubicado al sur de Lima en la provincia de Pisco perteneciente al departamento de Ica, a una profundidad de 40 Km., con una magnitud de 7.0 en la escala de Richter (ML). Que difiere con el informe de los sismólogos extranjeros que le dan una magnitud de 8.0 en la misma escala y además la comparan por su efecto desastroso con la bomba atómica lanzada por EEUU en Hiroshima.
Es momento de solidarizarnos con nuestros hermanos de Cañete, Chincha, Pisco, Ica y otras regiones que han sido afectadas, es indudable que hoy el país se enfrenta a una crisis muy grave producida por un fenómeno natural, que ha traído grandes perdidas de vidas humanas y materiales difíciles de recuperar y que el gobierno debe afrontar sin escatimar ningún esfuerzo.
Nuevamente ha salido a relucir la nobleza y generosidad de la población acudiendo al llamado para donar alimentos, ropa, frazadas pero principalmente sangre, debemos resaltar el ejemplo de Pilar Nores, ella entre las primeras en donar su sangre para un fin noble, esperamos que su acción sirva como ejemplo a otras autoridades y toda la población. Los medios de comunicación contribuyendo al enlace entre familiares de la zona afectada y fuera de ella, una comunicación en directo que ayudo a tranquilizar los ánimos entre los familiares de distintos lugares.
Qué nos deja como experiencia este hecho tan lamentable, que existe desorganización y falta de prevención para afrontar este tipo de crisis, los hospitales de Chincha, Pisco, Ica han colapsado porque las construcciones son antiguas, su infraestructura no cuenta con la capacidad para poder atender un gran número de pacientes afectados, no existe medicinas suficientes y la cantidad de médicos y enfermeras es mínima para las necesidades.
Lo que ayer se demostró es que colapsaron las comunicaciones, los operadores Movistar, Claro y Nextel de telefonía fija y celular, no pudieron mantener el enlace ni en la capital que se saturó y menos con el interior y el extranjero, generando angustia y desesperación en la población, que pugnaba por enlazarse con sus familiares. Es hora de revisar la operatividad de esta empresas frente a desastres de esta naturaleza
Logramos apreciar también y así nos duela reconocerlo que estamos indefensos, inadecuadamente preparados, desprotegidos ante una hecatombe natural como la acaecida ayer, no estamos capacitados para afrontar una calamidad de esta magnitud, qué hubiera pasado si la zona afectada hubiera sido Lima, Arequipa o Trujillo, cómo se hubiera enfrentado.
El INDECI que es el organismo encargado de realizar los estudios de vulnerabilidad, evaluación de riesgos y programa de obras de prevención que pueden afectar a toda la población y orientados a catástrofes naturales, aparentemente carece de estos estudios referidos a fenómenos naturales de esta naturaleza y magnitud, por lo menos no se aprecia en su página web, que además falta actualizar.
No contamos con un banco de sangre para afrontar las necesidades que originan este tipo de desastres, por eso recurrimos a la generosidad de la población, hace muchos años los miembros de las FFAA hacían una donación anual para el banco de sangre, con ello se afrontaba serias necesidades de plasma en los hospitales de la seguridad social y cualquier calamidad; el tiempo y alguna disposición gubernamental con seguridad dejaron sin efecto este apoyo, tan necesario en estos momentos.
Hubo también buitres que traficaron con el dolor, algunas empresas de transportes elevaron sus precios como si fuera un feriado largo, no les importó el dolor de los familiares y las autoridades como siempre no estuvieron para ejercer control. Otras empresas como Ormeño no solo mantuvieron el precio del pasaje, sino que lo rebajaron para ponerlos al alcance de los familiares que viajaban de emergencia al Sur de la capital. En estos casos de urgencia los transportistas a la zona afectada no deberían pagar peaje.
Los mensajes de las autoridades no han tenido la cobertura adecuada y por tanto no han llegado a la población con absoluta rapidez y eficiencia; en un momento dado circuló la noticia de un posible Tsunami, esto dio lugar a que personas inescrupulosas quisieron aprovechar la ausencia de los dueños de casas en el Callao, Chorrillos, Covida y otros lugares, para robar, pero fueron disuadidos por la PNP.Otro hecho grave es la falta de helicópteros y aviones de transporte, a la mayoría de ellos como se sabe les falta mantenimiento desde hace varios años y otros deben estar terminando su mantenimiento en la ex URSS.
Tengamos en cuenta que en estos casos se requiere un transporte rápido y seguro para autoridades, así como para el personal especializado, médicos, bomberos, personal de remoción de escombros, maquinaria pesada para rehabilitar carreteras, puentes y traslado de viviendas prefabricadas. Toda demora en acudir en ayuda de los necesitados es intolerable, si es por decidia o falta de previsión de las autoridades.
Así entre dolor y pena el País tiene que afrontar dos fenómenos naturales de gran efecto en la población de menores recursos y zonas de menor desarrollo; por un lado el friaje que no solo ha matado numerosos niños en las comunidades alto andinas, así como la disminución de su ganado por efecto del frío glacial, sino que además debemos afrontar hoy al terremoto que ha enlutado y afectado a numerosos hogares de peruanos de las zonas de Cañete, Chincha, Pisco e Ica.Valor y resignación para nuestros hermanos que han perdido a sus familiares.
Exigimos la inmediata reestructuración de los organismos encargados del estudio, análisis, evaluación y respuesta a calamidades y desastres naturales, hoy seriamente cuestionados por su ineficiencia demostrada en este hecho lamentable; así como la inmediata puesta en operatividad de los aviones y helicópteros de nuestras FFAA y PNP que, hubiera permitido una mayor y rapida capacidad de respuesta del Estado frente a este fenómeno natural que ha dejado a nuestra población indefensa para afrontar este hecho grave y que ha enlutado numerosos hogares peruanos.
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