Las fábulas, son relatos cortos y ficticios encargado de transmitir alguna enseñanza a la que llamamos moraleja. Sus protagonistas, son animales que actúan, hablan y piensan como humanos. Análogamente, existen individuos que viven una vida ficticia y trasmiten una enseñanza negativa sobre sus acciones y se convierten en fabulistas de su propia vida. Cómo tomarlos en serio.
Hay una teoría no demostrada, pero sí, aceptada en la costumbre popular, la del “pobrecito”. Según esta teoría se apela a la ayuda, conmiseración y el apoyo al considerarse un pseudo pobre, frente a los demás.
Hay pobres en todos los países, en el nuestro, Nicomedes santa Cruz nuestro mejor decimista lo declama muy bien a su estilo: “No me den cholo que mande, no me den blanco sin plata, no me den negro elegante, ni mujer hermosa, beata”. Nos habla del blanco pobre sin dinero caído en desgracia, del cholo sumiso que se crece cuando le dan mando, del negro elegante que olvida su origen.
Pero, hay otros que siendo pobres materialmente o de espíritu, se sienten encima de los otros. Hay pobres por no tener educación y fortuna frente a los que sí se esmeraron por ella. Pobres de espíritu porque esconden sus flaquezas y debilidades humanas, y la justifican apelando a su condición social, color de piel o creencia.
Algunos personajes apelan al hecho de tener rasgos o características físicas, similares a la mayoría de la población. En algunos casos apelan a una niñez llena de necesidades básicas, o haber realizado un sinfín de tareas como: limpiacarros, lustrabotas, canillitas, vendedores de tamales en bares de mala muerte, solo con la intención de parecerse a la gran mayoría de la población.
Estas actitudes nada sinceras les permiten camuflarse dentro de la población, aparentar ser igual a ellos, codearse con ellos, ser representante de las clases que se sienten mil veces postergadas, olvidadas y excluidas de nuestro país. Viven una vida ficticia.
Hay muchos personajes políticos, deportistas, empresarios, industriales, médicos, maestros, militares y policías que han surgido desde abajo y que son reconocidos y admirados en sus entornos. La mayoría de ellos no han necesitado apelar a historias ficticias, fantásticas o fantasiosas, para lograr ser aceptados y eventualmente admirados por su logros académicos, empresariales y familiares. No han hecho del arte del engaño su modus vivendi.
Alejandro Celestino Toledo Manrique es de los hombres que se hizo desde abajo, nadie lo duda. Él se ha encargado de hacer conocer su historia en su autobiografía “Las cartas sobre la mesa”. Como apunta Umberto Jara en su obra Historia de dos aventureros, “En el año 1969, Alejandro Toledo ingresó a la Universidad de Stanford. No estudió economía, por lo tanto, no es economista, aunque lo afirme desde hace más de treinta años y aunque haya sido uno de sus argumentos electorales”, para el proceso electoral del año 2001.
Durante todo su primer gobierno nos aseguró que tenía un doctorado en economía y repetía continuamente que “la economía era su cau cau”. “En verdad, Alejandro Toledo Manrique obtuvo en Stanford, en 1972, una maestría en Educación; en 1974, una maestría en Economía de Recursos Humanos, es decir, la aplicación de elementales conceptos al área en mención; y finalmente, en 1992, un doctorado en Educación”.
El hecho de presentarse como economista en la campaña electoral de su primer gobierno, hizo que los editores de la Stanford Magazine hicieran una aclaración el 2001 “Se dice que obtuvo su Ph.D, en Economía, pero esto es incorrecto, fue en Educación”. Según la misma publicación la tesis de doctorado de Alejandro Toledo fue aprobada en 1976 y no la terminó hasta 1992, el grado Ph.D se le otorgó ese año.
La falsedad de algunos datos de su hoja de vida y que han sido investigados por Umberto Jara, quien tuvo acceso a información de primera mano, lo expresa así: “En su hoja de vida se puede leer que prestó “Asesoría técnica y periódica e independiente a tres presidentes del Perú: Fernando Belaunde Terry, Alan García Pérez y Alberto Fujimori en deuda externa, reformas económicas estructurales, estabilización y reinserción en la comunidad financiera internacional”. “Todos sin excepción, datos falsos”.
La amnesia colectiva es la enfermedad que tiene al pueblo peruano sumido en una burbuja que no le permite confrontar los hechos del pasado con la realidad. No diferencian un gobierno como el de Toledo en el que se dieron innumerables casos de corrupción, que nos fueron aclarados hasta la fecha y que terminó con un 8% de aprobación.
En su obra Yo conocí el monstruo por dentro”, Jenny Zúñiga Mourao expresa “Es irónico, pero es importante, que todos sepan muy bien que en las campañas políticas vale todo, y que por ganar prensa y notoriedad, los asesores y hasta el mismo candidato, inventarán más de una argucia para llamar la atención de la ciudadanía, por ejemplo: denunciarás que el opositor te ha arrancado tus afiches, acusarás a tu adversario de borrar tus pintas del cerro, denunciarás el secuestro de tu avión o lo autosecuestras, saldrás en los medios recordando o que vendías hielo o tamales, para que te crean trabajador y más cholito”.
Hoy lo tenemos como uno de los candidatos ubicados en lugar expectante para pasar a la segunda vuelta, lo malo que a su lado están los mismos acompañantes de su primer gobierno, con los mismos asesores, a excepción de los chilenos, así lo creemos, sería una estupidez volver a cometer el mismo error.
Con las mismas incongruencias verbales producto de su deficiente análisis de la realidad nacional o de sus trasnochadas actividades. Con las mismas limitaciones en su verborrea, como quedó demostrado al declarar “que había limado asperezas con el cardenal Luis Cipriani” refiriéndose al caso de las cartas falsas que fueron llevadas al Vaticano por “Popy” Olivera. Ya no tiene a su lado a un “chauchiller” Pacheco quien se fue con Castañeda para que lo blinde o a un intérprete de su cháchara mal controlada.
Las propuestas de Toledo quedaron el tintero y olvidando que a “más guerra sucia, él respondería con más propuestas”, las últimas semanas han sido de un ataque feroz a su ex ministro de economía, como si PPK, a quien no quiso en su plan de gobierno, le hubiera puesto un ojo morado.
Toledo escogió mal a su enemigo y se desgastó vanamente sin lograr nada. Parece que la elección de su contrincante, con quien debió sumar, le ha traído más dolores de cabeza. Para colocar la cereza en la torta su asesor en temas de seguridad general “R” Roberto Chiabra en una polémica con el Ing. Rafael Rey de Fuerza 2011, demostró falta de flexibilidad y correa.
El rebote ha sido muy grave para la Chakana, esos ataques lo han afectado de manera grave, ha bajado casi 12 puntos porcentuales desde el inicio de su campaña. Lo ha obligado a cambiar de Jefe de Campaña aunque “Techito” Bruce, lo niegue lo cierto es que, no va más. Recuperar los puntos partidos será muy difícil, teniendo en cuenta que PPK está subiendo sostenidamente.
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