El Odio y la desidia se dan la mano.

Hace unos días la prensa mapochina, se escandalizó y no era para menos, pues hizo conocer al mundo, a través de los medios de comunicación, una terrible noticia, el nacimiento de un niño chileno en un excusado, en un baño. ¿Puede haber un lugar más asqueroso dónde abrir los ojos al mundo? ¿En un país denominado civilizado?

Así entre malos olores, excrementos y fluidos corporales, un nuevo ser humano nacía, irradiaba su primer llanto, sus primeras lágrimas, como adivinando el lugar de su nacimiento, entre tanta malignidad humana nació este bebé, en los servicios higiénicos de un hospital público en Chile. Ante la mirada indiferente y cargada de brutal xenofobia de médicos, enfermeras y usuarios del nosocomio, seguro porque su madre es peruana.

El neonato, tal como van las cosas un futuro ciudadano chileno, hijo de Cléver Flores Gutiérrez y Bernardita Vega, inmigrantes peruanos,-sin querer queriendo- como dice el “Chavo”, vino al mundo en el lugar mas contaminado de un hospital. Quién es el responsable de tamaña injusticia, qué explicaciones pueden dar las autoridades sanitarias de ese país. Así tratan a los nacidos en su patria. Y los derechos humanos, realmente existen. Clever Flores el padre tuvo frases duras "En Chile ser pobre es una humillación, ya sea peruano o chileno, lo mismo da", afirmó.

Hasta cuando el odio ancestral a nuestro país, a nuestros compatriotas, se seguirá cebando en las espaldas de aquellos peruanos que se fueron a esa nación, a buscar un futuro mejor para sus hijos, porque a las claras, acá no lo podrán lograr; mientras en nuestro país a los chilenos les abren las puertas y les brindan un trato afable y las consideraciones del caso, por qué tamaña diferencia y perversidad de su parte.

Las explicaciones que se puedan dar después de la función, de nada sirven, nuestros compatriotas en Chile solo piden un poco de consideración, ellos allá hacen los trabajos considerados más indignos, tareas que el promedio de chilenos no lo hace, entonces por qué no ser agradecidos brindando un trato humano a nuestros compatriotas.

No desconocemos que, como en toda familia hay connacionales que tiene un mal comportamiento, que han llevado sus ancestrales costumbres y que chocan con los hábitos de los chilenos, pero estoy seguro que no son todos, hay una inmensa mayoría que se abre paso apunta de esfuerzo y trabajo. Ellos piden consideración y respeto.

Las autoridades chilenas a la luz de estos hechos, debe replantear el funcionamiento de los servicios de salud y educación que brindan, porque también en los colegios chilenos, los hijos de inmigrantes peruanos son objeto de burla y xenofobia, lo que es intolerable en un país que va camino al primer mundo.

Las autoridades chilenas no deben permitir que la brecha del odio, la antipatía y la indiferencia les gane la batalla, y que nuestros compatriotas que viven en Chile sean objeto de estos sentimientos de animadversión y revanchismo por un chauvinismo patriotero mal entendido, en lugar de buscar la confraternidad y unión, auqnue esto último será como pedirle peras al Olmo.