Desgraciadamente, los intereses de grupúsculos al interior de las organizaciones de soldados y policías en retiro, han logrado dividir lo que al principio se constituía como una fuerza de increíble peso político y que bien hubiera podido servir como una plataforma para negociar su participación en el proceso electoral del 2011.
No de manera individual, sino conformadas como un todo, en conjunto. Así llevar la representación de la gran familia militar-policial al Congreso y defender los genuinos intereses de este vasto sector nacional, vilmente postergado por los últimos gobiernos que se dicen democráticos.
Como podemos observar, todos los partidos que se presentan a las elecciones han integrado a militares y policías en retiro, en una clara maniobra separatista y han encontrado eco en algunos grupúsculos divisionistas, que se han dejado convencer o se han plegado por desarrollar su propia agenda.
La composición y participación de militares en retiro están divididas, no por las Alianzas o grupos políticos que han logrado conformarse a duras penas, sino por los intereses de pequeñas minorías, que se han enquistado en las organizaciones del personal en retiro y que se sienten con todo derecho de llegar al Congreso.
Aquí algunos ejemplos de los más visibles, el general Donayre con PPK, los generales Chiabra, Mora, Vidal, Rengifo y otro grupo con Toledo, el comandante Rivas y un grupo de militares y policías con Ñique de la Puente. El Coronel Pereyra y un grupo al parecer más numeroso con Humala. El general Chacón y otro grupo de militares con Keiko Fujimori. En Fuerza Nacional el contralmirante (r) Alberto Lozada Frías.
Por su puesto, que esta atomización, disgregación y separación de los uniformados y sus familiares, no hubiera significado nada, sin la estrecha colaboración de integrantes de los gremios en retiro. Tampoco obedece a acción concertada y planeada por los partidos y alianzas conformadas, es más ni siquiera hicieron esfuerzo alguno.
Es en el interior de estas organizaciones que se han disparado a los pies, son ellas las que han dinamitado una gran posibilidad y son específicamente sus dirigentes, los que han logrado desunirlas, polarizando desde el principio la lucha entre los generales y coroneles, con los comandantes hasta suboficiales. Esto fue siempre el caballito de batalla, el enfrentamiento y finalmente la desunión. Aunque en conjunto todos luchan por lo mismo.
Hagamos un repaso de las alianzas y frentes que se han conformado, que en total son 10: Solidaridad Nacional, Perú Posible, Fuerza 2011, Partido Nacionalista, Apra y Alianza por el Gran Cambio, Fuerza Social-FS, Adelante, Fonavistas, y Fuerza Nacional (FN).
Estas Alianzas políticas que se han conformado, obedecen más a intereses fenicios, que a una verdadera convicción democrática. Son tan disimiles desde el punto de vista político, ideológico y social, que a la opinión pública nacional la ha dejada estupefacta. Por ejemplo, es notoria las diferencias más que las coincidencias, entre sectores que han estado en la extrema izquierda (Simon),la extrema derecha (PPK), un pastor evangélico y una defensora de los intereses de un presunto narcotraficante como Cataño.
Por eso apreciamos que, en algunos casos se unen perro, pericote y gato en una nueva performance del milagro de San Martín de Porres. Priman las cuotas de poder y las negociaciones como si fuera una actividad febril fenicia.
Increíblemente los partidos políticos sin el menor esfuerzo han visto cómo, nuevamente la gran familia militar-policial se ha dividido desde el interior de sus organizaciones. Así como están las cosas, es muy difícil que lleguen al Congreso y puedan abocarse a legislar a favor de los uniformados.
Existen antecedentes con militares que fueron congresistas pertenecientes al partido de Toledo, quienes luego, olvidaron su origen castrense para tomar poses de políticos tradicionales, cuando se les inquirió por su falta de interés en apoyar a las FFAA, respondían “que ya no eran militares sino políticos”, en un claro deslinde y olvidando que muchos miembros en retiro de las FFAA habían votado por ellos.
Esta es una demostración palpable, que quienes se dicen representar los genuinos intereses de las FFAA, PNP, Viudas, discacitados, licenciados, al final se olvidan, asumen poses de políticos experimentados y demuestran ser solo unos mercenarios de la política, que se aprovechan de la buena fe de quienes en algún momento fueron sus subordinados y velan más por sus propios intereses.
Como pueden apreciar, las organizaciones de militares y policías en retiro, han quedado completamente atomizados a merced del vaivén político. ¿Creen ustedes que quienes salgan elegidos, si lo logran, buscarán las mejoras de las FFAA y PNP? Lo dudamos.
El gobierno saliente no hará nada en favor de los uniformados, salvo seguir su política de desarme unilateral y la búsqueda solitaria de la paz, en una región en la que todos los países incluida Bolivia siguen adquiriendo armas para su defensa. Militares, policías, viudas y discapacitados deberán prepararse para nuevamente movilizarse por sus derechos otros cinco años más. Dudamos que el presidente que salga elegido haga el menor esfuerzo, por mejorar la situación económica de las FFAA y PNP. Están advertidos.
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