Para quienes hasta ayer han considerado que una guerra en nuestra región es imposible, remota y descartable de plano, ya hemos observado lo sucedido la última semana, tres países a punto de agarrarse a balazos. Solo los ilusos pueden descartar un hecho de esta naturaleza.
Un conflicto no se puede desechar olímpicamente como lo hacen algunos analistas. Las Hipótesis de Guerra permanecen siempre latentes particularmente cuando hay intereses contrapuestos en juego. Chile con Perú tienen intereses divergentes, marítimos y energéticos; pero Chile está mejor armado que Perú, aunque nuestras autoridades nos hagan demostraciones y fintas, se engañan a sí mismos.
Perú ha presentado la demanda en la Corte Internacional de la Haya por el diferendo marítimo y qué hace Chile, busca consenso con Ecuador y otros países, para afrontar la demanda. Correa vino para pedir a Alan García un pronunciamiento favorable, frente a la acción nefasta realizada por Colombia al invadir territorio ecuatoriano. Se encontró con una respuesta tibia de Alan. Correa se fue a Chile, podemos inferir por qué motivo.
El Perú aparentemente no ha definido su posición frente a Chile y no está haciendo nada por buscar un frente común, con otros países de la región o de Europa, para que avalen y den fuerza a su posición frente a Chile.
Tenemos una herramienta de negociación, que Chile necesita prioritariamente porque no tiene como afrontar su demanda, nuestro gas de Camisea, hagamos oídos sordos a los personajes "chilenofilos"que con cantos de sirena, quieren regalar nuestro gas a precio huevo. Si Chile quiere gas, que reconozca nuestros legítimos derechos en la frontera marítima y punto.
Por eso es un deber ineludible continuar con nuestra labor de profilaxis mental, recordando hechos del pasado, dado que, algunos ciudadanos connacionales, confiadamente estableceen relaciones de amistad y financieras con nuestro enemigo tradicional haciendo negocios muy rentables. Seguimos buscando en el pasado, lo que la historia muchas veces no ha escrito.
Ha continuación transcribo el editorial del diario La Actualidad, que se publicó el 2 de Febrero de 1881 bajo el tituló:
Un conflicto no se puede desechar olímpicamente como lo hacen algunos analistas. Las Hipótesis de Guerra permanecen siempre latentes particularmente cuando hay intereses contrapuestos en juego. Chile con Perú tienen intereses divergentes, marítimos y energéticos; pero Chile está mejor armado que Perú, aunque nuestras autoridades nos hagan demostraciones y fintas, se engañan a sí mismos.
Perú ha presentado la demanda en la Corte Internacional de la Haya por el diferendo marítimo y qué hace Chile, busca consenso con Ecuador y otros países, para afrontar la demanda. Correa vino para pedir a Alan García un pronunciamiento favorable, frente a la acción nefasta realizada por Colombia al invadir territorio ecuatoriano. Se encontró con una respuesta tibia de Alan. Correa se fue a Chile, podemos inferir por qué motivo.
El Perú aparentemente no ha definido su posición frente a Chile y no está haciendo nada por buscar un frente común, con otros países de la región o de Europa, para que avalen y den fuerza a su posición frente a Chile.
Tenemos una herramienta de negociación, que Chile necesita prioritariamente porque no tiene como afrontar su demanda, nuestro gas de Camisea, hagamos oídos sordos a los personajes "chilenofilos"que con cantos de sirena, quieren regalar nuestro gas a precio huevo. Si Chile quiere gas, que reconozca nuestros legítimos derechos en la frontera marítima y punto.
Por eso es un deber ineludible continuar con nuestra labor de profilaxis mental, recordando hechos del pasado, dado que, algunos ciudadanos connacionales, confiadamente estableceen relaciones de amistad y financieras con nuestro enemigo tradicional haciendo negocios muy rentables. Seguimos buscando en el pasado, lo que la historia muchas veces no ha escrito.
Ha continuación transcribo el editorial del diario La Actualidad, que se publicó el 2 de Febrero de 1881 bajo el tituló:
El momento va siendo serio.
“Van corridos quince días desde que el ejército chileno ocupó la capital del Perú, y la situación conserva los caracteres de incertidumbre e incoherencia con que se presentó en los primeros momentos al espíritu del vencedor”.
“Van corridos quince días desde que el ejército chileno ocupó la capital del Perú, y la situación conserva los caracteres de incertidumbre e incoherencia con que se presentó en los primeros momentos al espíritu del vencedor”.
“Van corridos quince días desde que Lima y el Callao obedecen de hecho a funcionarios chilenos, y todavía se halla sin despejar las incógnitas siguientes:
¿Esta o no está resuelta la nación peruana a aceptar la ley de la victoria y a celebrar la paz con Chile?”
“¿Tiene o no tiene el Perú un gobierno que lo represente en las negociaciones y que pueda comprometerse en nombre del estado?”
“Es cierto que, en la primera semana de la ocupación, una veintena de personas, llamadas a reunión por el Primer Alcalde de la Municipalidad de Lima, declararon que en su concepto, no había dejado de existir el gobierno de la Dictadura, y que consideraban siempre a don Nicolás de Piérola como el jefe Supremo de la Nación”.
“¿Quién gobierna hoy el Perú? ¿Con quién pueden entenderse los que tienen asuntos que discutir y cuentas que arreglar con el estado peruano?”
“ No tenemos, sin embargo, embarazo para manifestar nuestro profundo convencimiento de que el puñado de fugitivos que anda paseando de villa en villa, en las gargantas de la sierra, su derrota y sus indecisiones y en cuyos pasos vacilantes se revela el conflicto entre el deseo de conservar el mando y el temor de atraerse la impopularidad celebrando la paz,- no tenemos, decimos- embarazo para declarar que don Nicolás de Piérola y los suyos han perdido la faculta de hablar y obrar en nombre del pueblo peruano, sin contar con que el audaz violador de las suspensión de armas del 15 de enero se ha colocado voluntariamente, respecto de las autoridades chilenas, fuera del palio de la confianza internacional”.
“¿Quiere el Perú la paz?”
“¿Hay en la actitud y las manifestaciones del país algo que autorice a los hombres bien intencionados y sensatos para declarar que la sangrienta contienda del Pacífico ha concluido y para dar a los hogares en agonía y a los talleres paralizados voces de consuelo, de esperanza y de aliento?”
“¿Hay algo que autorice a los representantes de la nación chilena en el Perú para prolongar por un tiempo más la tregua que han concedido, generosamente, al vencido, al vencido en la hora de su completo anonadamiento?”.
“He aquí una interrogación de muy grave significado, una interrogación que los peruanos patriotas y discretos harían bien en pesar en lo más íntimo del alma”.
Como se puede percibir del contenido de los mensajes publicados, podemos establecer que las autoridades chilenas buscaban una persona idónea, una persona débil de carácter, que aceptara tácitamente sus deseos y mantener en el gobierno peruano a un presidente sumiso, que aceptara humildemente sin replicar, los caprichos y ambiciones de los ocupantes.
Creyeron tenerlo en Francisco García Calderón, quien había aceptado inicialmente compensaciones económicas para evitar continúe la guerra, pero cuando de por medio estuvo la entrega de territorio, se opuso tenazmente, porque no estaba dispuesto a aceptar la entrega de territorio peruano, por lo que lo embarcaron preso rumbo a Santiago.
Además este diario era utilizado como una especie de diario oficial, para publicar una serie de disposiciones del usurpador Lynch, como la ley marcial y el pago de cupos que debían poagar los vecinos notables de Lima, para alimentar al ejército invasor.
Este periódico recogía informes sobre las actividades de las fuerzas de resistencia de la zona andina, en una posición favorable a las fuerzas chilenas, sirviendo sus reporteros como informantes de las fuerzas de ocupación. Fue clausurado por Lynch, porque se trabajaba un folleto contra el general Baquedano.
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