Australian War Memorial

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EXTERIOR DE MEMORIA DE LA GUERRA-AUSTRALIA

lunes, 2 de enero de 2017

¿Insubordinación, desconfianza o exceso de secretismo, del Comandante en Jefe de la escuadra chilena don Juan Williams Rebolledo?




Durante la guerra que Chile declaró a Perú el 5 de abril de 1879, hubo episodios dramáticos de gran patriotismo, deslealtades, cobardías, desafectos e insubordinación, propios de la naturaleza humana, como respuesta al temor, la incertidumbre, los intereses propios de cada uno de los comandos en sus diversos niveles, o producto del sigilo, audacia y secreto que deben guardarse para realizar las operaciones.

Qué pretendía, el Comandante en Jefe de la escuadra chilena Juan Williams Rebolledo o cuál eran sus intenciones, al abandonar el bloqueo del puerto de Iquique, sin informar a su gobierno, dejando de lado al Ministro de Marina Basilio Urrutia Vásquez. ¿Tenía la intención de bombardear el Callao, sin conocimiento de su comando?

Al abandonar de manera arbitraria dejando parte de su escuadra en el bloqueo a Iquique, el 17 de mayo de 1879, según propio informe, sin dar cuenta a la superioridad, Williams Rebolledo partió de Iquique a bordo de la Magallanes, buque insignia de su escuadra, dejando a la goleta Covadonga y la corbeta Esmeralda continuaran el bloqueo del puerto. ¿En caso de ataque del Huáscar cuál habría sido su respuesta?

“Nota Número 1,038- MINISTERIO DE GUERRA I MARINA
Santiago, Mayo 31 de 1879.
“En la nota que V.S. dirijió a este Ministerio con fecha (…) del actual, contestando la que le fue pasado el 25 de Abril estimo sometiendo a su consideración las ideas del Gobierno respecto del plan de operaciones que podría adoptarse en la guerra que sostenemos contra el Perú i Bolivia, V.S. se pronunció por la ocupación de Tarapacá, considera que el bloqueo del Callao será una operación que no debe emprenderse por ahora i piensa que la escuadra no debe dividirse”.

Al respecto, si el Contralmirante Williams Rebolledo pensaba que mejor era ocupar la provincia peruana de Tarapacá, desechando el bloqueo del Callao, para no dividir la escuadra, qué le hizo cambiar de parecer. ¿Había uniformidad de criterios en los directores de la guerra, respecto a las operaciones que habían emprendido contra Bolivia y Perú? ¿Dudas, temor, incertidumbre, secreto?

“En nota dirijida el 14, también del actual, al Comandante Jeneral de la Marina, V.S. comunica que va a emprender el bloqueo de Arica. Debía suponer que esta operación se ejecutaría de acuerdo con el Jeneral en Jefe del ejército del Norte, quien también se había pronunciado por la ocupación de Tarapacá una vez que se le enviara el refuerzo de tropas i municiones que solicitaba”.

Se puede deducir que el Jefe de la escuadra y el Comandante en Jefe del ejército del Norte, habrían coordinado sus propuestas respecto de la ocupación de la provincia de Tarapacá. Por ello, extraña la decisión de Williams Rebolledo de marchar al Norte, para bloquear o bombardear el Callao, convencido que la escuadra peruana estaba inactiva, seguro para aprovechar la sorpresa.

“V.S., sin embargo, se ha dirijido privadamente (…), al señor Eulojio Altamirano, Comandante Jeneral de Marina, haciéndole saber que es falso todo lo que se dice en la nota oficial en que se le anunciaba el próximo bloqueo a Arica con parte de los buques de la escuadra; agrega que en su nota que sus propósitos son otros; i termina pidiendo al señor Altamirano comunique al Gobierno el contenido de dicha nota, pidiendo se le escuse por no participar oficialmente en su propósito”.

Cómo se podría expresar la respuesta de Williams Rebolledo, indicando la falsedad de la nota oficial que envió sobre el bloque a Arica, en una nota privada al Comandante Jeneral de Marina; era un indicativo de inseguridad y temor en sus decisiones, muestra de indisciplina ante sus superiores sin explicar cuáles eran sus reales propósitos, o guardar sus verdaderas intenciones.

“Este procedimiento ha creado a este ministerio una rara situación, desde que no sabe adonde dirijir a V.S. comunicación alguna. Ha salido V.S. de Iquique con el grueso de la escuadra el 15 del actual dejando allí dos de nuestros más débiles buques, uno de los cuales ha sucumbido en glorioso combate. Suspendido el bloqueo de Iquique, se ha reforzado el enemigo, el Huáscar ha bombardeado a Antofagasta, bien que sin causarle daño alguno”.

“El Gobierno como debe presumirlo, se encuentra en una penosa incertidumbre. Ignorando el punto en que V.S.  se encontrase, no puede impartir orden alguna en consonancia con los sucesos que se han verificado”.

La incomunicación en plena guerra, en este caso, entre el Jefe de la escuadra chilena y sus superiores, no solo causó enormes dudas e incertidumbre en los directores de la guerra, al no conocer su real ubicación, es a la vez un reproche o llamada de atención por su proceder, frente a esta actitud que asumía Williams Rebolledo con sus superiores.

El bombardeo de Antofagasta por nuestro monitor Huáscar, aun si fuera cierto que no causó daño alguno, por supuesto que causaba gran temor, incertidumbre y preocupación en las autoridades chilenas. Esto se agravaba por la incomunicación con su escuadra. El Contralmirante Williams Rebolledo, aparentemente mostraba una falsa autosuficiencia. Su actitud afectaba la unidad de comando y constituía una grave falta de indisciplina.

“Sin desconocer la latitud de acción que debe tener el Jefe de una escuadra, tendente a realizar el plan de operaciones combinado con el Gobierno, o para aprovechar circunstancias previstas, habrá de convenir V.S. que en todo caso debe tener al corriente a este Ministerio de las determinaciones que V.S tome, por reservadas y apremiantes que ellas sean. La responsabilidad del Gobierno i la natural subordinación impuesta por la lei a todos los jefes, prescriben y aconsejan esta conducta”.

Finalmente, Basilio Urrutia, Ministro de Guerra y Marina del gobierno chileno, le recuerda al Contralmirante en Jefe de la Escuadra chilena, que él depende de un comando, le da a entender que existe gran molestia por su proceder, le recuerda que, el hecho de cumplir el plan de operaciones con total libertad e iniciativa dada la extensión de las operaciones en el mar, no lo eximía de cumplir las reglas de subordinación, impuestas por ley.

En la Rada de Iquique el 12 de Junio de 1879 en Nota Número 215, el Contralmirante J. Williams Rebolledo, a bordo del blindado “Blanco Encalada”, responde al Ministro de Guerra y Marina la nota anterior.
“Señor Ministro: Impuesto del contenido de la nota de V. S. de 31 de Mayo próximo pasado, número 1038, tengo el honor de manifestar a V.S que, convencido de que el éxito de la empresa que me proponía llevar a cabo, i de la cual debe V.S. ya tener conocimiento por mi última comunicación a la Comandancia Jeneral de Marina, dependía en gran parte del sijilo i reserva con que debía obrarse en aquel caso, no me era posible dar cuenta de ello en nota oficial, por causas que no se ocultarán a la penetración de V.S.; pero conviniendo con V.S. en la obligación que tengo de imponer al Supremo Gobierno de todas mis operaciones, adopté el único temperamento posible: el de dar cuenta privadamente al señor Comandante Jeneral de Marina de mis propósitos, mas no sin pedir a este funcionario comunicara al Gobierno el contenido de mi carta, agregándole todavía que se me escusara por no participar dichos propósitos.
Si mis operaciones no dieron el resultado que me proponía, ello es debido a los azares de la guerra, que a menudo destruyen los planes mas bien combinados; pero de ningún modo a la reserva que me había impuesto i que juzgaba indispensable”.

La versión del Contralmirante Williams, no esconde la desconfianza en la comunicación con el Ministro, indicándole que estas eran inseguras y penetrables, es decir espiadas, y más bien decide comunicar a su comando directo el Comandante General de la Marina. Por otro lado, las operaciones militares deben realizarse con total reserva y secreto, por lo que no deja de tener razón, al indicar que estas las había preparado con la reserva y sigilo que se acostumbra.

Según el parte oficial del Comandante en Jefe de la escuadra Juan Williams Rebolledo del 2 de Junio, al Comandante General de la Marina chilena, sobre el resultado de su expedición al Callao iniciada el 17 de Mayo de 1879, indica una serie de dificultades que se le presentaron y que a la postre, la meticulosidad y secreto con que se preparó, finalmente fracasó en su ejecución por varias razones:
1.      La flotilla partió de Iquique el 17 de mayo a las 11:30 horas, al mando del Contralmirante Juan Williams y estaba conformada por: el Almirante Cochrane, Abtao, Chacabuco, O´Higgins y el Matías Cousiño que transportaba 800 toneladas de carbón.
2.      Ninguno de los jefes de naves, tenía conocimiento de esta operación, para lo cual dispuso que cada una de ellas saliera del puerto con rumbo diferente, para evitar los espías peruanos y se informen de la dirección adonde iban.
3.      El 18 se percató que el Matías Cousiño había desaparecido de la flotilla, no se le ubicaba. Lejos de retornar a buscar esta nave, Williams, hizo una rápida apreciación de situación y concluyó que no les afectaría a las naves la falta de carbón hasta llegar y regresar cumpliendo su plan de bombardear el Callao.
4.      El 21 a las 18:00 horas llegan a las islas “Hormigas de Afuera”, se desplazan hacia la cabeza Norte de la Isla San Lorenzo y desde aquí observa el movimiento de la bahía y las embarcaciones que se encuentran presentes.
5.      La demora en la llegada del resto de la flotilla por su andar lento, la lentitud en la preparación de los botes torpedo, el traslado de la tripulación del Abtao a otros buques, dejando el personal necesario para la manipulación de los torpedos, le tomó muchas horas hasta el amanecer y lo obligó a suspender la operación.
6.      La captura de un pescador de nacionalidad italiana, le permitió conocer que la escuadra peruana, el Huáscar y la Independencia habían salido, o coincidencia, el mismo día y se habían cruzado en alta mar, iban con dirección Sur.
7.      El retorno de la flotilla de Williams al Sur, estuvo preñado de dificultades: el mal estado de las calderas de la Chacabuco y O´Higgins, la escasez de carbón por la desaparición de Matías Cousiño, el viento del Sur que disminuía el andar de los buques. Tanta era la necesidad de carbón que ordenó el traslado de este combustible de las corbetas Chacabuco y O´Higgins al Cochrane y Magallanes, ordenó además que las primeras se desplazaran a vela.
8.      Por información del capitán de una nave que se desplazaba al norte se informó del combate de Iquique y sus resultados. Asumiendo que su presencia en Iquique no era necesaria, no tuvo mejor decisión que demorar su retorno, tratan de cortar el cable en Mollendo, hasta esta operación fue infructuosa, fracasó en su intento.
9.      El 30 a las 07:00 horas avistó al Huáscar, al que persiguió para darle casa por horas, sin resultados por falta de carbón, viéndose obligado a regresar con las manos vacías.

Dejamos a su amplio criterio establecer si las actitudes de Juan Williams Rebolledo al abandonar el bloqueo de Iquique, para aventurarse en una operación hasta el Callao, fracasar en su intento y que el Comandante General de Marina, su comando directo si conocía, pero que el Ministro de Guerra y Marina; por tanto, el gobierno desconocía. Había una gran desconfianza entre las autoridades de alto nivel, que se traducía en la susceptibilidad de los comandos como el Comandante en Jefe de la escuadra chilena.

Foto: Caricatura de la época, Diario El Murciélago, Junio de 1879.









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