La falta del principio de autoridad, la debilidad, el temor y falta de firmeza se huele a la distancia. La cobardía tiene un hedor que atrae a los carroñeros de todas las especies y estos vienen con una ansiedad de destruir lo que encuentran a su paso. Se llevan a sus adversarios como si fuera un tsunami, después de un terremoto de 9 grados en la escala de Richter.
De diversos rincones del país llegaron a Cocachacra muchos individuos pertenecientes a diversas organizaciones radicales, con un doble discurso de defensa del medio ambiente y contra la minería. Valle si, minería no, rezaban algunas de sus pancartas. Los radicales en lugar de conversar prefirieron provocar a la policía venida a menos, atacada, vilipendiada, abusada y con muertos que lloran sus familias. Los responsables, bien gracias.
Por momentos nos hizo recordar al Sendero Luminoso de los paros armados de los años 90, vestidos con atuendos para no ser reconocidos, armados con guaracas, las carreteras bloqueadas, las fuerzas de seguridad atacadas y emboscadas, la quema de llantas y la interrupción de las carreteras, vías utilizadas por transporte de personas y carga en beneficio de la población.
El doble discurso del antes candidato y hoy Presidente respecto de la minería, le ha traído graves consecuencias desde que se mudó a la casa de Pizarro. Lo que llama la atención es que, Nadine Heredia siendo comunicadora ha fallado en su estrategia comunicacional con la población, salvo la portátil; no ha sabido asesorar a su esposo, la empatía con la población está irremediablemente rota.
Primero fue Conga, luego Pichanaki, hoy Tía María, mañana será ese gran proyecto las Bambas, 5, 800 millones de dólares de inversión, llamado a ser la llave de esa puerta que es el crecimiento, para una zona tan deprimida y pobre como es Apurímac, la que caerá como un castillo de naipes jaqueada por las turbas movilizadas por sectores recalcitrantes de izquierda denominada el neoterrorismo, si no se toman las medidas de previsión.
No hay nada que hacer, la impotencia, falta de autoridad, firmeza y liderazgo de Ollanta Humala, está cavando su entierro como político. Él como militar en retiro -aunque a la esposa no le gusta este término- sabe que nunca debió traicionar a sus compañeros de armas, especialmente a los veteranos, sus familiares y discapacitados, eran los únicos que hasta el final lo hubieran apoyado, aun con sus errores.
En estas horas amargas y en las que vengan en el futuro hasta que se vaya del gobierno, su conciencia -si es que la tiene- lo juzgará, porque tuvo la gran oportunidad de mantener la pensión renovable a los integrantes de las FFAA y PNP y no lo hizo porque no quiso, por recomendación de sus asesores Castilla-Segura. Engañó vilmente a sus hermanos de armas con un discurso de candidato de promesas incumplidas y los dejó en la estacada, con pensiones miserables que el tiempo diluirá.
Es más tuvo la oportunidad de reconciliar al país, de hacer una obra maravillosa por la paz de nuestra patria, por unir a toda la gran familia del Perú. Debió indultar al ex presidente Alberto Fujimori, sí o sí, mandando al carajo, a las ONG´s de DDHH, caviares, y a sus garantes de pacotilla el mitómano Toledo y el Marqués Mario Vargas.
Debió sobreponerse a las críticas y ataques de todos los sectores de la sociedad y liberar a su hermano Antauro quien hoy le está haciendo cuadritos el gobierno que lo ayudó a conquistar, direccionando a sus reservistas. En un alarde de estadista, que no lo es, con ese gran espíritu conciliador, debió indultar a todos los involucrados en la cruenta guerra contrasubversiva que sufrimos todos los peruanos.
Nunca debió renunciar a la legitimidad de su elección como Presidente, para endosar a su pareja las responsabilidades que como mandatario del país le correspondía cumplir. Eso fue muy criticado no solo por los diversos sectores de la población y los medios de comunicación, sino por el patriarca de los Humala-Tasso, su padre.
Anoche el Presidente Ollanta Humala en un mensaje a la Nación sobre el caso Tía María, manifestó su negativa a suspender la concesión por temor a demandas futuras de la empresa. La empresa Souhern, que dejó mala imagen en México y España, tomó la decisión de paralizar la obra por sesenta días. En este periodo se tomarán un respiro, un descanso, para que la población del valle del Tambo pueda volver a la normalidad.
Faltan escasamente 14 meses para que Ollanta Humala abandone la casa de Pizarro, en este escaso periodo de tiempo que le queda, deberá enfrentar muchos problemas sociales y políticos. Se viene la elección de la mesa directiva del Congreso, que amenaza ser una lucha de gladiadores, porque de caer en manos de la oposición, será un grave problema para su gobierno.
Si ese fuera el escenario, la oposición no descansará hasta lograr la vacancia presidencial, así se paralizarían las investigaciones por presuntos actos de corrupción de los gobiernos de Toledo, García y se centrarían en los actos de corrupción del gobierno actual, de la pareja presidencial, trayendo a Martín Belaunde de Bolivia.
Un adivino, nigromante de alturas, vaticinó que Ollanta Humala no terminaba su gobierno. Los peruanos no queremos interrupciones odiosas de ningún gobierno, queremos vivir en Democracia, en libertad y legitimidad, que se asegure el Estado de derecho, aunque este sea un gobierno mediocre, que se esforzó por gobernar con una hoja de ruta adecuada al escenario de entonces. Al final defeccionó y decepcionó.
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