Los Estados que olvidan su historia, casi siempre repiten los mismos errores. Si a ello ligamos la gestión de gobernantes que no tienen visión de Estadistas, como en esta última década, entonces el futuro de un pueblo se complica. Camina al vaivén de las olas y cualquier amenaza es un peligro para su estabilidad como país democrático. De nada valen crecimiento y desarrollo, sin la seguridad y bienestar general que están obligados a brindar a su pueblo.
Lo ha expresado meridiana y acertadamente el Almirante Hugo Ramírez Canaval “Le cuento al “no amigo” que en Europa donde ha vivido tantos años ya no habrá más guerras. Los países han olvidado sus rencillas antiguas, todos son como un solo Estado, con una moneda única, sin aduanas, no hay países que odien a otros, ni deseen sus territorios y bienes; rinden homenajes conjuntos al “soldado desconocido”, etc. Pero sucede que TODOS TIENEN FUERZAS ARMADAS, equipadas con lo más moderno. Allá nadie piensa en el desarme unilateral. No hay enemigos a la vista, pero todos están bien armados”. (La Razón 17-2-2011)
El hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra dos veces. Nuestra historia es rica en acontecimientos que son reconocidos y admirados en el planeta. El imperio incaico y por ende el Tahuantinsuyo tuvo una formidable organización administrativa, en la que los caminos y puentes que, entrelazaban el dominio territorial del Inca tenían una vital importancia.
Como es de vuestro conocimiento el Imperio de los Incas basó su rápida expansión y desarrollo político económico, social y militar en una excelente planificación y construcción de los caminos y puentes que unían a los cuatro suyos. Estos caminos fueron de gran valor, porque permitieron que el soberano ejerciera un control estricto de sus dominios.
Además, el Qhapaq Ñan o camino principal, cumplió con dos preceptos fundamentales para la seguridad del imperio: mantener la seguridad política y militar del Tahuantinsuyo y la integración de los pueblos como base para el logro del bienestar general de todos sus miembros, tanto en la guerra como en la paz.
Ninguno de los candidatos a la presidencia de la república, ha planteado cómo afrontará la situación operativa de las FFAA y el cumplimiento de su rol constitucional. Con seguridad el mandatario volverá nuevamente a liar sus maletas y viajará a París, a vivir cómodamente y descansará hasta la campaña electoral para el 2016. Algo de eso hizo Toledo, vive en EEUU, da conferencias en ciudades importantes del planeta, vino de visita médica al país y hoy va por su segunda vez. Mientras los peruanos estaremos esperando indefensos la decisión del Tribunal de La Haya sobre el diferendo marítimo con Chile.
Sin embargo, durante la presentación de las planchas electorales de los candidatos y al hacer referencia a sus planes de gobierno, Luis Castañeda planteó la construcción de la gran Carretera de los Andes. Una vía tan importante como las interoceánicas disputadas, planificadas y construidas por los gobiernos de Toledo y García. Esta propuesta por su importancia estratégica, debería ser considerada en los planes de gobierno de todos los candidatos. ¿O no?
De construirse esta gran vía, con seguridad se convertirá en un símbolo de integración de los pueblos del Perú profundo. Una forma eficaz de superar la pobreza extrema, integrar las zonas de menor desarrollo y lograr la seguridad integral venciendo la difícil geografía de nuestra patria.
El candidato de Solidaridad ha planteado el tema de la integración como pilar de su eventual gobierno y para ello su proyecto de la carretera de los Andes, cae como anillo al dedo o, si lo quieren como pedrada en ojo tuerto. Complementaría la actual infraestructura carretera, las dos carretas interoceánicas, con lo cual se aseguraría innumerables oportunidades para los pueblos olvidados del Perú.
A diferencia de la actual situación geográfica de nuestro país, más pequeño, casi la mitad territorial del antiguo Tahuantinsuyo. Con un gobierno soberanamente ineficiente, carente de visión geoestratégica y planteando desarmes unilaterales, que nadie comparte en el barrio, solo sirve para mantener a los 29 millones convidados de piedra, desamparados sin seguridad y amenazada nuestra defensa nacional.
Todos miran impasibles e indiferentes cómo se han concesionado puertos, aeropuertos, energía eléctrica, las minas de oro, plata y cobre. El gas de Camisea llega no sabemos por qué razones a Corea del Sur, mientras hasta la fecha no se ha asegurado el consumo interno , se vende el gas a precio de regalo al extranjero y elevado al consumidor interno, en lugar de priorizar el cambio de matriz energética. Nadie controla la exportación del preciado recurso.
Las lecciones del pasado siempre nos permiten no solo comparar, sino mirar con admiración cómo el Estado imperial Inca fue el resultado del gran sentido de planificación de sus gobernantes y del poder de su disciplinado ejército, que trasformó el estado regional cuzqueño en el imperio más extenso y poderoso de la América andina.
Se ha podido constatar que la compleja estructura de la organización integral del Tahuantinsuyo estuvo orientada fundamentalmente a mantener la seguridad política y militar del imperio y al logro del bienestar general de los miembros, durante la guerra y en tiempo de paz. Los incas sistematizaron y aprovecharon con habilidad los conocimientos y experiencias anteriores de carácter político y administrativo, para mantener el dominio pacífico de los pueblos y procurar la integración étnica e ideológica del Tahuantinsuyo.
Estamos convencidos que una visión de Estado integrado y no excluyente como el actual es muy importante para lograr el desarrollo y la integración de los pueblos del Perú, especialmente de la Macroregión Sur, donde se encuentran las zonas más deprimidas de nuestro país, con un alto porcentaje de extrema pobreza y que han permanecido olvidadas por el centralismo limeño.
En ese sentido, observar la extraordinaria utilidad que ha brindado la construcción de caminos y puentes durante el incanato, nos permite inferir que estas construcciones, de las que aún quedan vestigios y huellas en zonas del interior del país, están entre las obras más impresionantes que realizaron los incas. Estos caminos surcaban las dunas de la costa, bordeaban los abismos de la sierra andina, atravesaban páramos de la puna y se adentraban en la selva.
Los Cronistas y estudiosos de los caminos concuerdan en que su trazo y comodidades tuvieron primordialmente una inspiración militar, vinculada a la seguridad interna y externa, sirviendo además a las necesidades políticas y administrativas del imperio, debemos precisar además que los caminos también tuvieron una función unificadora de los pueblos. Los incas alcanzaron a desarrollar toda una compleja tecnología en la construcción de caminos, existía un gobernador de caminos el Ñancamáyoc.
A lo largo de los caminos reales, de la sierra y de la costa, los incas construyeron verdaderos núcleos de poder militar y político para el dominio de una provincia o huamani, en donde residía el Tocricuc y el conjunto de sus colaboradores para el complejo gobierno de su jurisdicción, estos núcleos se conocen como centros administrativos y se erigieron particularmente en las zonas económicas más productivas.
“Dos de los centros administrativos estudiados por el arqueólogo C. Morris, ha sido el de Huanacopampa (Huánuco viejo), un gran conjunto arquitectónico en torno a una gran plaza, incluía numerosas viviendas oficiales y populares, con cuatrocientos setenta y nueve almacenes o colcas, con una capacidad de 3,000 metros cúbicos, donde se guardaban excedentes de producción, ropa, herramientas, armas y artículos de guerra. El otro centro importante fue Hatun Jauja, principal granero del Tahuantinsuyo”.
John Murra, refiriéndose a la importancia de estos centros administrativos concluye que estos depósitos tuvieron una “finalidad primordialmente militar y gubernamental”, absolutamente necesarios para el doble objetivo del estado, su seguridad interna y externa, y el bienestar de los pueblos, mediante el sistema de redistribución de los excedentes entre las comunidades que necesitaran.
La propuesta del candidato Luis Castañeda para la construcción de la gran carretera de los andes, de hacerse realidad será una gran vía de integración nacional y su utilidad para el desarrollo de los poblados que hoy están alejados de los grandes centros urbanos una oportunidad de desarrollo e integración.
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