Mientras en la capital, se producen discusiones bizantinas, que no aportan nada para superar el grave problema político-social del VRAE. Este inmenso valle, nuevamente se riega con la preciosa sangre roja de nuestros soldados. Nuestros combatientes entregaron su preciosa vida, convencidos que lo hacían por defender los valores, que sustentan nuestra nacionalidad como país civilizado.
Al igual que nuestros combatientes, tenemos la responsabilidad de defender esta democracia vacilante. Sin embargo, no estamos muy convencidos, menos seguros aún que, quienes tienen la responsabilidad de gobernar y administrar esta democracia, tengan la misma convicción de nuestros soldados y por tanto sean consecuentes con su sacrificio.
Al igual que nuestros combatientes, tenemos la responsabilidad de defender esta democracia vacilante. Sin embargo, no estamos muy convencidos, menos seguros aún que, quienes tienen la responsabilidad de gobernar y administrar esta democracia, tengan la misma convicción de nuestros soldados y por tanto sean consecuentes con su sacrificio.
A estas alturas, la opinión pública se pregunta con justificada razón, qué está pasando en el VRAE, por qué tantos hijos de la patria, que defienden los valores democráticos y la existencia del Estado, caen bajo las balas asesinas de narcosenderistas.
Algunos analistas en este campo, con una visión de oráculos y nigromantes, ensayan una serie de hipótesis. Medias verdades que van, desde la falta de inteligencia operativa, hasta la ineptitud de los comandos militares. Son los mismos que fracasaron en su gestión pública y contribuyeron con su mala gestión a desestructurar el servicio de inteligencia, en el quinquenio toledista.
Qué logros en inteligencia pueden alcanzar estos señorones. Los hechos que suceden en este valle son la mejor demostración de su ineptitud. Quienes hoy se erigen como los adalides, portaestandartes y el sumun de la inteligencia, levantan sus voces preñadas de veneno, disparándose a los pies, olvidando que siguen siendo parte del problema y tienen responsabilidad de la desinteligencia actual en que vive sumido nuestro país.
Uno de los problemas más graves que actualmente enfrentamos los peruanos lo constituye el maridaje SL-TID, un matrimonio que trae a nuestro escenario la grave situación social actual de Colombia y México. Como bien conocemos, el narcosenderismo ha extendido sus tentáculos en el VRAE.
Durante el gobierno de Toledo fue que se dispuso la desactivación de muchas bases contrasubversivas de esta zona. Al abandonar estas áreas y dejar que SL y los narcotraficantes ocupen los lugares abandonados, se consolidó esta yunta y hoy constituye un grave problema político-social.
Sin embargo, frente a esta situación y en el actual escenario, hay otro hecho que constituye el punto de quiebre para la seguridad interna, una nube negra en los ojos y una sordera atroz en los oídos, la desactivación del antes llamado SIN, su bautizo y conversión de nombre y finalmente el cambio supersónico de los Jefes de este importante organismo.
Este grave problema visto en la perspectiva geopolítica, constituye una rémora, un atraso para la ocupación y consolidación de los espacios y la proyección externa de nuestro país. La reorganización del ex SIN obedeció más a un revanchismo político, que a una verdadera intención de reorganizarla y dotarla de material y equipo para su importante función.
Durante el gobierno del Dr. Valentín Paniagua, presidente del gobierno de transición, el Congreso promulgó en junio del 2001, la ley Nro. 27.479, que creaba el nuevo Sistema de Inteligencia Nacional, teniendo como su órgano rector al CNI y dentro de él, a la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica (DINIE).
Posteriormente en el gobierno de Toledo en el CNI hubo hasta ¡siete jefes! en menos de tres años. Este hecho inédito en cualquier país, en el nuestro expuso nuestra seguridad nacional a las amenazas internas y externas. Por lo visto, aún no nos recuperamos de tremendo descalabro.
Con una reorganización que no se ha llevado a cabo como debería, con cambios de última hora en la jefatura, más por conveniencia política y para seguridad del gobierno. Con severas limitaciones para el reclutamiento de agentes, colaboradores e informantes en el frente interno. Este nuevo Servicio de Inteligencia no está a la altura de las circunstancias en el actual escenario nacional.
El Presidente del Congreso Luis Alva, en declaraciones a la prensa ha expresado que la estrategia de la PNP en el Huallaga ha tenido éxito y asegura que se debe que “a lo largo del tiempo, la Policía ha demostrado resultados inobjetables reconocidos por las Naciones Unidas y hasta por países extranjeros. Primero se han logrado erradicar los cultivos ilegales, se han ejecutado programas muy concretos de interdicción pero también hay más de 250 mil hectáreas de cultivos alternativos, es decir, se ha reducido a su mínima expresión los cultivos ilegales de coca”. Todo un logro. Una sola pregunta Dr. Luis Alva, si todo lo que expresa en su declaración triunfalista es cierto ¿por qué no ha disminuido la producción de clorhidrato cocaína?
Lo que no dice el ex Ministro del Interior Dr. Alva Castro es que en el Huallaga, disponen del apoyo que brinda el gobierno de EEUU para la lucha contra TID. Que esta ayuda comprende presupuestos en dólares, además de helicópteros especialmente equipados para este tipo de misiones, cuentan con información satelital al instante y comunicaciones de última generación, todo dentro del programa de ayuda. ¡Así cualquiera pe!
Todo lo contrario sucede en el VRAE, donde como bien conoce la opinión pública, se carece de apoyo aéreo oportuno, información satelital, comunicaciones y apoyo logístico inmediato, especialmente para evacuar heridos. Para contrarrestar esta situación no han tenido mejor idea que contratar al mercenario israelí general Baruch Ziv dueño de la empresa "Global CST" por la módica suma de US $ 12 millones de dólares.
Despierten señores, el sueño se está convirtiendo en pesadilla, qué pasó, cada vez que hay un hecho grave de esta naturaleza, se les acaba el libreto y se les termina la verborrea. Qué han hecho hasta el momento para aliviar el dolor en que están sumidos los familiares de estos modestos y heroicos soldados.
Ellos necesitan tener la seguridad que su esfuerzo no es vano, que su lucha es la lucha del Perú entero, que detrás de ellos está toda la nación apoyándolos, no solo de palabra y buenas intenciones, sino con hechos reales y tangibles.
Ya es tiempo que papá gobierno se ponga las pilas. Hasta cuándo seguiremos viendo desfilar los féretros de nuestros soldados, sin que se haga nada al respecto. No hemos visto que se les haya rendido homenaje a nuestros caídos, nada de banderas a media asta, ni duelo nacional.
Claro está, no son famosos cantantes de música “criolla” para los criollos, ni aportan en las encuestas. Son modestos personajes que en su humildad sienten a la patria y tienen el valor de salir a defender los valores democráticos, regando con su preciosa sangre las feraces tierras de este valle. Mientras integrantes de las barras violentas en Lima, se apoderan de las calles, cobardemente asesinan a mansalva, con premeditación, alevosía y ventaja, a jóvenes con un gran futuro.
Se sabe que hasta la fecha han caído más de sesenta peruanos jóvenes, mentes, brazos y piernas llenos de vida y con un futuro promisorio para sus familias y el país. Nuestros soldados están haciendo su mejor esfuerzo, están batallando día y noche con estas fuerzas oscuras del mal, que buscan la destrucción de nuestra democracia y el atraso del país. ¿Qué está haciendo el gobierno?
A este paso vista las circunstancias, las limitaciones logísticas, especialmente el apoyo aéreo, satelital y el poco interés del régimen, nos preguntamos ¿Quién o quiénes están empeñados en que las FFAA fracasen en el VRAE?
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