La opinión pública nacional está sumamente preocupada, por las escenas de
violencia verbal, de frases provocativas, de dolores y penas por la derrota
recibida, que protagonizan todos los días el actual presidente PPK y sus adversarios
políticos de Fuerza popular. El dolor no pasa. Pareciera que siguiéramos en la
segunda vuelta electoral.
Los dos poderes del Estado están enfrentados, qué duda cabe, Fuerza
Popular tiene 73 curules en el Parlamento y PPK tiene en sus manos el Poder
Ejecutivo. Esa ha sido la decisión soberana del pueblo, aunque para muchos el
gobierno de Humala apoyó a PPK, al no permitir que los policías asistieran a
votar.
Siguen las discusiones verbales y los medios de comunicación hacen su
agosto. Los periodistas amarillistas en lugar de buscar que ambos poderes
encuentren el camino de la reconciliación, son los responsables de incendiar la
pradera con sus interrogantes, que buscan respuestas a expresiones del
contendor, provocando frases de connotación negativa para referirse al
contrario.
Después de tratar de explicar infructuosamente lo que se entiende por “jalarse”
a los cuarenta congresistas de Fuerza Popular, PPK aseguró que se sentía feliz
por lo logrado por su Primer Ministro en la reunión con la Presidente del
Congreso. Como se pudo observar, el Premier Fernando Zavala tuvo que poner su
cara de autogol, tragarse sapos y culebras y pedir disculpas por lo mal
expresado por el Presidente PPK.
Los PPK se han impuesto la misión de tener en su férula a la Comisión
de Presupuesto, clave para el manejo de los dineros del Estado, así lo ha hecho
conocer Carlos Bruce apelando a no sé qué demostración por parte de los fujimoristas
porque mediante esta vía podrían realmente “jalarse” a los congresistas de la
bancada mayoritaria a quienes ofrecerían hacer realidad proyectos en sus
respectivas provincias y así cumplir con sus promesas. Ganaría el gobierno y
gana el Congresista y su localidad. Qué buena manera de promover el transfuguismo
político.
No dudamos que habrá congresistas que por “mejoría mi casa dejaría”,
son aquellos que en toda competencia electoral están presentes, esta última
campaña electoral no podría ser la excepción;
nunca faltan los convenidos, los oportunistas que se rendirían a las ofertas
del Ejecutivo y abandonarán la nave que los llevó al Congreso.
Sin lugar a dudas, el enfrentamiento entre ambos poderes, continuará
escalando si es que ambos presidentes no se ponen de acuerdo. No se trata de
quién es más importante, sino de conversar, de reconocer errores y ponerse de
acuerdo. Más importante que los problemas entre ambos poderes, son los
problemas del país que requieren urgencia en su solución.
Para lograr un buen acuerdo es imprescindible una buena negociación
entre ambos poderes, para asegurar la gobernabilidad del país, garantizar un
buen equilibrio de poderes, que permitirá dar confianza a la población, que
está mirando absorta, estupefacta y preocupada, cómo Legislativo y Ejecutivo de
desangran mutuamente.
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