Keiko Fujimori aseguró tajantemente que, “La democracia esta sólida y de
llegar a ser elegida va a fortalecerla aún más”, rechazando
las afirmaciones de su desesperado contrincante Pedro Pablo Kuczynski sobre
democracia en riesgo en el Perú. Eso solo puede estar en la imaginación de un
escritor, que le puede haber trasmitido la idea al candidato PPK.
Faltando
escasamente pocas horas para el inicio de la votación en las urnas, parece que
la suerte estaría echada para PPK. Habría encuestas que circulan de manera
extraoficial, por redes y grupos, cuyos resultados darían como ganadora a Keiko
Fujimori. La campaña electoral de la segunda vuelta es digna de una “guerra del fin del mundo”.
Esta
campaña según varios analistas es la más mediocre de las últimas que han
sucedido en el país. Sostenemos que es la más carroñera de todas, con el perdón
de los que ocupan el último nivel de la cadena trófica, porque ellos sí cumplen
una labor social y ayuda en la lucha contra la contaminación ambiental.
No
solo la prensa escrita, televisiva y radial, las redes sociales, y una gran
constelación de opinologos, actrices de medio pelo y personajes y personajillos
que se alucinan líderes de opinión, han mostrado su verdadera fas, es decir,
han mostrado su resentimiento, odio visceral, animadversión por Keiko y no han
tenido ni siquiera una molécula de vergüenza para unirse a quienes en otras
circunstancias ni siquiera mirarían.
Hay
una intriga electoral muy grande, una conjura entre fuerzas de la derecha
extrema como la que representa PPK, que han recibido con los brazos abiertos,
no solo a los partidos que han fracasado en la primera vuelta electoral, sino
también a fuerzas oscuras de la extrema izquierda, que hace 25 años atrás le
declararon la guerra al Estado Peruano, buscando su destrucción.
Todas
estas fuerzas, claras y oscuras se han unido, se han confabulado para luchar por
el poder y para ello han realizado una campaña nunca antes vista en los anales
de nuestra historia, si se puede llamar así, a las cuatro últimas elecciones. Y
todos se han convertido o han convertido a PPK en el candidato del
antifujimorismo más recalcitrante de la historia.
PPK
ha cocinado un sancochado que no tiene sabor, porque como chef no encuentra la
fórmula mágica para darle sabor, mucho tomate rojo y rabanitos, cebollas y ajos
nacionales. Creo que este sancochado ganará el record Guinness por su alta
dosis de odio visceral condimentado con mucha bilis.
Keiko
Fujimori por ser hija del ex presidente Alberto Fujimori se ha ganado un odio
gratuito, atizado con el hollín de la antipatía de los enemigos de su padre. La
han demonizado, vilipendiado y vituperado in extremis. No saben qué hacer, para
revertir esta situación a escasas horas de ir a las urnas. Cunde la
desesperación en las filas de PPK y no es para menos, PPK no podrá presentarse
otra vez en el futuro, el tiempo le gana.
A
Keiko la han hecho responsable, han inventado hechos que nunca sucedieron y han
exagerado hasta la estratosfera su papel como primera dama del gobierno de su
padre, sin entender que a sus escasos 17 años, es imposible que haya realizado
todo lo que pretenden hacer creer a la opinión pública. El pueblo es
inteligente no se tragarán este guasapo electoral.
Este
domingo de junio Keiko Fujimori se enfrentará a la coalición del odio, sola
frente a todos los que se erigieron en comensales, de un sancochado hecho a la
medida irreflexiva, perversa, de sus temores y sin razón. Un sancochado
condimentado con animadversión visceral, rencor y alta dosis de bilis.
Saldrá
victoriosa esa es la seguridad. Las encuestas que circulan a nivel
internacional hasta ayer jueves así lo indican. Será la primera presidenta del
Perú, una enorme oportunidad para enrumbar a nuestro país hacia el desarrollo.
El lunes los oportunistas de siempre tocarán las puertas de Keiko, para
asegurar que nunca dijeron lo que expresaron. Son los mismos de siempre, que apelan
a los cantos de sirena y al sebo de culebra conocidos.
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