El presidente de la república sigue
recorriendo el interior del país, inaugurando obras sin trascendencia, tratando
de recuperar su alicaída imagen frente a sus simpatizantes quienes agobiados
por la falta de comunicación, están abandonando la nave humalista en busca de
nuevas oportunidades imitando, a los congresistas de los mal denominados “compatriotas”. De paso, preparar el camino para
el futuro candidato del nacionalismo.
Parece que, quiere recuperar
protagonismo ante sus alicaídas huestes, imitando el último tramo de su
antecesor, que fue un concierto de inauguraciones. Al mismo tiempo presiona a
los organismos de justicia, evita declarar a la
prensa capitalina, sobre los últimos escándalos de su régimen y defiende
a su esposa, de lo que considera “una aberración jurídica”, atacando al fiscal
que abrió nuevamente juicio a Nadine y ninguneando desde su alta posición de
poder a los otros poderes del Estado.
¿La desesperación está obnubilando
a Ollanta Humala?, su lenguaje confrontacional en contra de la prensa y la
oposición apro-fujimorista, según su perspectiva, lo traiciona al no poder
controlar su verborrea, sus expresiones ofensivas contra sus detractores,
autoridades judiciales y del ministerio público, solo tiene el objetivo de
presionar, amenazar subliminalmente a jueces y fiscales timoratos o que tienen
rabo de paja.
Algunas de las lindezas del
mandatario fueron: Salvajada jurídica, no ha presentado pruebas qué le pasa
está loco…caso jalado de los cabellos…temor a la candidatura del nacionalismo.
Son estas las frases que el pueblo espera escuchar del presidente. O es
realmente el temor a una investigación fiscal en ciernes, a su esposa. Si no
hay ningún temor, por qué no se somete a la investigación, siendo inocente como
afirman ambos, el resultado favorecería y catapultaría políticamente a Nadine de Humala.
A la hora vespertina, en el local
del partido de gobierno en el distrito de Jesús María se desató la gran fiesta,
un tremendo jolgorio, que hacía pensar que en ese local alguien se había sacado
el premio gordo de España. Pero no, otro era el motivo, se trataba de lo
anunciado el domingo último en un programa dominical. Con bombos y platillos, se
anunció a los cuatro vientos la inscripción de Urresti como militante.
Tremendo regocijo no era otra cosa
que una alegría disfrazada, de sabor agridulce, por la situación de emergencia
que vive el partido de gobierno. La descomposición de la bancada de gobierno es
una espada de Damocles sobre la cerviz de los nacionalistas. La amenaza de
renuncia subliminalmente lanzada por la vicepresidenta Marisol Espinoza es el
reflejo del malestar que se siente. Ella se siente postergada, ninguneada y ni
siquiera considerada como Presidente del Congreso para el último tramo de este
gobierno.
Una renuncia de Marisol Espinoza al
partido de gobierno sería muy grave para la estabilidad política del país, significaría
la renuncia tácita a su cargo de vicepresidente de la república. Lo que
causaría un grave sisma en el gobierno, por las implicancias constitucionales
que trae esta situación. Las ausencias de Ollanta Humala del país serían
cubiertas por la actual presidente del Congreso. ¿Estará a la altura de las
circunstancias?
Daniel Urresti sigue fiel a su
estrategia de confrontación directa, sus expresiones orientadas exprofesamente,
un tono triunfalista, al momento de
anunciar su inscripción y probable candidatura y en contraposición el empleo de
un tono peyorativo para referirse a los partidos de oposición. Son muchas las frases
de connotación negativa, utilizadas por el salvador del humalismo y que forman
parte de un discurso, que el gobierno le habría ordenado emplear, tiene además luz
verde.
Ese lenguaje es populachero, demagogo,
hiriente y disociativo, lo único que busca es abrir una brecha ancha en las
contradicciones existentes en nuestra realidad. Siembra el enfrentamiento entre hermanos. No busca la
unión nacional, sino llevar agua para su molino, el odio entre connacionales o
como ellos quieren hacérselo conocido entre “compatriotas”, que es un concepto
de unidad, pero que el partido nacionalista lo emplea para dividir al país.
“Unas son de cal y otras de arena”,
en efecto, ayer se lanzaba por todos los vientos la inscripción de Daniel
Urresti y probable candidato del nacionalismo. Hoy un baldazo de agua helada,
volvió a la realidad al futuro candidato y salvador de los “compatriotas”. Un
fiscal lo acusó por el crimen del periodista Bustíos y pidió 25 años de pena
privativa de la libertad. A Urresti se le desdibujó la sonrisa del rostro y
tuvo que morderse los dedos para no enviar sus tuits.
El gobierno de Humala, no contaba
con la astucia de apristas y caviares quienes tienen copado el Ministerio Público
y el Poder Judicial. ¿Se quedaron sin candidato los “compatriotas”? Cómo harán
frente a este hecho grave del que acusan a Urresti. Algunos dicen que lo
blindarán porque es el único personaje que puede sacar del fondo del sótano a
los nacionalistas. Otros, que el gobierno lo dejará a su suerte y que ya tendrían
un as bajo la manga.
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