Bastó que Jorge Del Castillo defenestrado ex Premier por el caso de los petroaudios, se promoviera para ser el representante del partido a las elecciones presidenciales, para que los otros “líderes” Meche Cabañillas, Gonzales Pozada y Alva Castro aspirantes también mostraran su desacuerdo y minimizaran este temprano lanzamiento. Lo de Jorge Del Castillo más parece un disparo al aire, una especie de finta para ver la reacción de los otros aspirantes.
No podemos dejar de mencionar, que se percibe un tufillo de animadversión contra los uniformados. Podemos presumir inclusive, que existe mala entraña en el gobierno o quizás asistimos expectantes, al renacimiento de ese sentimiento antimilitarista de tiempos pretéritos, que creíamos olvidados y que tanto daño le ha hecho y le hace a la integración de nuestra nación.
Así de manera cruda se han recibido las declaraciones gélidas, injustas y carentes de comprensión tanto del presidente García como de la ministra de Economía. Como es de conocimiento público últimamente Alan García ha sido muy fuerte en su discurso respecto a los uniformados -de quienes no busca ser amigos, ni dar aumentos de sueldos- cuando se ha referido a los proyectos de mejora de sus ínfimas remuneraciones.
La familia militar y policial, ha despertado de ese sopor etéreo, de ese sentimiento equivocado de consideración y confianza que abrigaban hacia Alan García, por fin se han convencido que este gobierno no quiere cumplir con sus promesas electorales, no sabemos si es por consigna o porque no le da la gana. Para ello emplea un doble discurso.
En el Parlamento sí aprobaron el famoso bono con el apoyo de la bancada aprista y luego Velásquez Quesquén adelantó opinión para una posible observación del Ejecutivo (Alan García), lo cual se ha confirmado en boca de la Ministra de Economía Mercedes Araoz, la cantante desorejada e integrante del elenco de baile del gobierno aprista.
En declaraciones a un canal de TV, mencionó “que si bien los sueldos básicos son bajos, existen beneficios como combustible y servicio de mayordomo que incrementan los ingresos de personal de grados superiores llegando, incluso, a igualar a los de un ministro de Estado”.
La Ministra de Economía desinforma a la opinión pública nacional o no está bien asesorada. No creemos que la ministra desconozca cuáles son los montos que reciben los miembros de las FFAA y PNP en sus diversos grados. Miente cuando asevera que en los grados superiores igualan su sueldo de ministra.
Eso es falso y la retamos a que nos desmienta. La señorita ministra tiene antecedentes de mentir a la población, recordemos el caso de Bagua, cuando aseveró que la eliminación de las leyes de la selva afectarían al TLC con los EEUU. Hoy sabemos que fue una burda maniobra desesperada y una mentira universal. No pasó nada.
No se puede justificar con mentiras el hecho de no querer aceptar la entrega de un bono bien merecido a las FFAA y PNP, tampoco el aumento de sueldos que desde hace dos décadas, los gobiernos de turno se han negado a presupuestar, apelando a mil razones irracionales. Causando un daño moral e inseguridad económica a uniformados y sus familiares estos últimos veinte años.
Los miembros de las FFAA y PNP saben y son conscientes que están para proteger la Democracia y los valores que sustentan a nuestra patria. Esa finalidad es Constitucional y la población debe tener la seguridad que es y será así. Por esa razón se encuentra aprestados y luchando diariamente en el VRAE y el Huallaga.
Sin embargo, pese a su misión, al cumplimiento de su finalidad, a la entrega de sus vidas en la lucha contrasubversiva desde la década de los ochenta y actualmente contra el narcoterrorismo homicida en provecho de los 28 millones de connacionales, este gobierno se niega a reconocer la sacrificada misión que cumplen militares y policías.
No escapa a conocimiento del gobierno y la opinión pública nacional, que cuando las papas queman y está en peligro la estabilidad de la democracia, la seguridad interna y externa, se acude de inmediato a los uniformados, pese a que saben también, que los integrantes de las FFAA, PNP, viudas y discacitados reciben mensualmente migajas y mendrugos en lugar de sueldos.
Frente a ellos, los funcionarios del estado que gracias al esfuerzo y sacrificio de militares y policías, hoy ejercen sus roles tranquilamente, en sus oficinas, hogares, lugares de diversión y sus hijos asisten a buenos colegios y universidades, se llevan la mejor tajada de la torta. ¿Por qué tanta injusticia? ¿Qué deben hacer militares y policías para que el gobierno los escuche?
Amigos lectores, enfatizamos que nuestras Fuerzas Armadas y PNP pertenecen a la Nación peruana. A todos los peruanos sin distinción. El presidente Alan García es el Jefe Supremo de las FFAA y PNP, y tiene responsabilidades que cumplir, para que estas instituciones castrenses cumplan con su finalidad constitucional.
Eso pasa por dotarlas del material, equipamiento, soporte tecnológico acorde con los tiempos actuales y una remuneración justa que permita vivir decorosamente a sus familiares. Además de consideración por el importante rol que cumplen, un profundo respeto y agradecimiento por los significativos servicios prestados al Perú desde el inicio de la República. Especialmente en sus horas más aciagas.
Bien sabemos que desde hace 20 años no se ha movido ni un ápice de dinero para mejorar las remuneraciones de militares y policías. Ya es tiempo que el gobierno analice y dé solución a este grave problema económico por el que atraviesan las FFAA, PNP, sus viudas y discapacitados, estos últimos son la mejor prueba viviente de su sacrificio por darnos la tranquilidad y paz que hoy gozan todos los peruanos.
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