"El que revela el secreto de otros pasa por traidor; el que revela el secreto propio, pasa por imbécil."
Voltaire
La participación del general Rodolfo Robles como testigo en el megajuicio a Fujimori, ha causado gran polémica, entre la opinión pública nacional, organismos de derechos humanos, la izquierda caviar y los medios de comunicación.
Para algunos este personaje es considerado como un vil traidor, porque traicionó los valores de su institución y a sus camaradas de armas; para los otros, es elevado a la categoría de un héroe, porque denunció la existencia del grupo Colina y las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, y les sirve a sus protervos intereses de destruir a las FFAA y PNP, por su victoria contra el terrorismo de SL y el MRTA.
Pero, qué hay detrás de esta dicotomía héroe-traidor y que ha causado interés, en la población y particularmente en los círculos castrenses por sus implicancias políticas. Todo se inicia con el pase al retiro del general Robles el año 1993, hecho del cual responsabiliza a Fujimori, Montesinos y Hermosa, medida que le cerró el acceso al ápice de su arma.
Su actual participación voluntaria como testigo en el presente juicio a Fujimori, sería una vendetta contra esa medida, considerada por él, ilegal y que lo defenestró de sus legítimas aspiraciones a la comandancia general del Ejército.
Hemos percibido que el interrogatorio realizado por el fiscal supremo y los abogados de la parte civil al general Robles, fueron muy complacientes, dejaron que se explayara grandilocuentemente, sin interrupciones, en sus interminables argumentos, orientados a imputar al ex presidente Fujimori los hechos de Barrios Altos y La Cantuta, tratando de demostrar con lujo de detalles una línea de comando entre el ex presidente y el grupo Colina.
Pero además, se percibió que las preguntas del fiscal supremo y los abogados de la parte civil estuvieron orientados a impresionar al colegiado que preside el Dr. César San Martín y al público expectante, presentándolo como un profesional probo, intelectualmente superior, poseedor de grandes características profesionales y democráticas, que hubieran sido útiles para el país, si no lo hubieran pasado al retiro.
Sin embargo, en varios pasajes del interrogatorio del fiscal supremo, el general Robles ha devuelto verbalmente con el hígado, todo su sentimiento de animadversión contra la institución que lo cobijó y contra algunos de sus integrantes. Demostrando con esa actitud que ha sido dominado por el sentimiento de desafección, por no haber accedido a la comandancia general de su arma como era su objetivo, olvidando lo aprendido en su alma mater.
Le permitieron que se explaye en una serie de referencias que son irrelevantes para el proceso, como se ha podido percibir. Pero además el testigo asumió tácitamente para sí, el triple rol de los actores del colegiado, de fiscal, de juez y abogado de la parte civil. Además aprovechó el momento, para expresar juicios valorativos cargados de mezquindad contra compañeros de su arma y calificativos peyorativos fuera de lugar, contra otros testigos que lo han antecedido.
Faltando una fecha para terminar el interrogatorio al general Robles por el Dr. Nakasaki, haciendo un balance objetivo y sin apasionamientos, podemos establecer que, todos los argumentos expresados por Robles anteriormente al fiscal supremo, se vienen desmoronando como un castillo de naipes o un juego de dominó.
No se ha podido demostrar de manera sólida la ligazón entre el grupo Colina y Fujimori. Se ha demostrado que todo el testimonio del general Robles es producto de su experiencia militar, de su análisis personal de los hechos, algunas inferencias y deducciones propias, que no tienen una conexión lógica, relacionándolas y concluyendo en responsabilizar a Fujimori porque le salió de los forros.
A los largo de más de las sesenta sesiones el abogado defensor de Fujimori viene desbaratando los argumentos expresados por todos los testigos de la parte civil y fiscalía suprema, de manera detallada y técnica. Parafraseando a una operación militar, el DR. Nakasaki viene destruyendo en detalle todos los argumentos de la defensa, sin dejar ningún resquicio ni posibilidad de recomposición. En este caso los argumentos del general Robles legalmente son deleznables.
Frente a la calificación valorativa “traidor-héroe”, es indudable que las organizaciones de derechos humanos, la izquierda caviar y sus adláteres, han intentado impresionar al Colegiado con su testigo estrella, presentándolo y promocionándolo como un gran héroe, defensor de la democracia y los derechos humanos, ya sabemos la analogía entre derechos humanos y defensa de terroristas.
El general Robles nunca sirvió en Zona de Emergencia, por lo tanto no conoce la lucha frontal que se libró contra las organizaciones subversivas, siempre vio de lejos esta lucha, su experiencia en este conflicto se circunscribe a un gabinete, a un cubículo de un estado mayor o un cargo administrativo. Por tanto “quien no vivió, no la sintió” y no puede argumentar sólidamente cómo se desarrolló esta guerra contra el terrorismo.
Aún así, se ha permitido expresar frases peyorativas y juicios de valor, carentes de toda objetividad contra el ex presidente Fujimori y colegas de armas, olvidando que muchos oficiales del Ejército han entregado su vida, dejando discapacitados, huérfanos y viudas, precisamente para que él y su familia, así como todos los peruanos, vivamos en una situación de paz y tranquilidad, que hoy disfrutamos.
Tanta mezquindad esconde el alma humana, tanto odio sin razón a sus camaradas de armas, tanto veneno vertido que amplía la brecha de separación entre peruanos. Tanto egoísmo y ambición por el poder malsano, que ha dominado sus decisiones haciéndolo una persona desafecta.
Voltaire
La participación del general Rodolfo Robles como testigo en el megajuicio a Fujimori, ha causado gran polémica, entre la opinión pública nacional, organismos de derechos humanos, la izquierda caviar y los medios de comunicación.
Para algunos este personaje es considerado como un vil traidor, porque traicionó los valores de su institución y a sus camaradas de armas; para los otros, es elevado a la categoría de un héroe, porque denunció la existencia del grupo Colina y las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, y les sirve a sus protervos intereses de destruir a las FFAA y PNP, por su victoria contra el terrorismo de SL y el MRTA.
Pero, qué hay detrás de esta dicotomía héroe-traidor y que ha causado interés, en la población y particularmente en los círculos castrenses por sus implicancias políticas. Todo se inicia con el pase al retiro del general Robles el año 1993, hecho del cual responsabiliza a Fujimori, Montesinos y Hermosa, medida que le cerró el acceso al ápice de su arma.
Su actual participación voluntaria como testigo en el presente juicio a Fujimori, sería una vendetta contra esa medida, considerada por él, ilegal y que lo defenestró de sus legítimas aspiraciones a la comandancia general del Ejército.
Hemos percibido que el interrogatorio realizado por el fiscal supremo y los abogados de la parte civil al general Robles, fueron muy complacientes, dejaron que se explayara grandilocuentemente, sin interrupciones, en sus interminables argumentos, orientados a imputar al ex presidente Fujimori los hechos de Barrios Altos y La Cantuta, tratando de demostrar con lujo de detalles una línea de comando entre el ex presidente y el grupo Colina.
Pero además, se percibió que las preguntas del fiscal supremo y los abogados de la parte civil estuvieron orientados a impresionar al colegiado que preside el Dr. César San Martín y al público expectante, presentándolo como un profesional probo, intelectualmente superior, poseedor de grandes características profesionales y democráticas, que hubieran sido útiles para el país, si no lo hubieran pasado al retiro.
Sin embargo, en varios pasajes del interrogatorio del fiscal supremo, el general Robles ha devuelto verbalmente con el hígado, todo su sentimiento de animadversión contra la institución que lo cobijó y contra algunos de sus integrantes. Demostrando con esa actitud que ha sido dominado por el sentimiento de desafección, por no haber accedido a la comandancia general de su arma como era su objetivo, olvidando lo aprendido en su alma mater.
Le permitieron que se explaye en una serie de referencias que son irrelevantes para el proceso, como se ha podido percibir. Pero además el testigo asumió tácitamente para sí, el triple rol de los actores del colegiado, de fiscal, de juez y abogado de la parte civil. Además aprovechó el momento, para expresar juicios valorativos cargados de mezquindad contra compañeros de su arma y calificativos peyorativos fuera de lugar, contra otros testigos que lo han antecedido.
Faltando una fecha para terminar el interrogatorio al general Robles por el Dr. Nakasaki, haciendo un balance objetivo y sin apasionamientos, podemos establecer que, todos los argumentos expresados por Robles anteriormente al fiscal supremo, se vienen desmoronando como un castillo de naipes o un juego de dominó.
No se ha podido demostrar de manera sólida la ligazón entre el grupo Colina y Fujimori. Se ha demostrado que todo el testimonio del general Robles es producto de su experiencia militar, de su análisis personal de los hechos, algunas inferencias y deducciones propias, que no tienen una conexión lógica, relacionándolas y concluyendo en responsabilizar a Fujimori porque le salió de los forros.
A los largo de más de las sesenta sesiones el abogado defensor de Fujimori viene desbaratando los argumentos expresados por todos los testigos de la parte civil y fiscalía suprema, de manera detallada y técnica. Parafraseando a una operación militar, el DR. Nakasaki viene destruyendo en detalle todos los argumentos de la defensa, sin dejar ningún resquicio ni posibilidad de recomposición. En este caso los argumentos del general Robles legalmente son deleznables.
Frente a la calificación valorativa “traidor-héroe”, es indudable que las organizaciones de derechos humanos, la izquierda caviar y sus adláteres, han intentado impresionar al Colegiado con su testigo estrella, presentándolo y promocionándolo como un gran héroe, defensor de la democracia y los derechos humanos, ya sabemos la analogía entre derechos humanos y defensa de terroristas.
El general Robles nunca sirvió en Zona de Emergencia, por lo tanto no conoce la lucha frontal que se libró contra las organizaciones subversivas, siempre vio de lejos esta lucha, su experiencia en este conflicto se circunscribe a un gabinete, a un cubículo de un estado mayor o un cargo administrativo. Por tanto “quien no vivió, no la sintió” y no puede argumentar sólidamente cómo se desarrolló esta guerra contra el terrorismo.
Aún así, se ha permitido expresar frases peyorativas y juicios de valor, carentes de toda objetividad contra el ex presidente Fujimori y colegas de armas, olvidando que muchos oficiales del Ejército han entregado su vida, dejando discapacitados, huérfanos y viudas, precisamente para que él y su familia, así como todos los peruanos, vivamos en una situación de paz y tranquilidad, que hoy disfrutamos.
Tanta mezquindad esconde el alma humana, tanto odio sin razón a sus camaradas de armas, tanto veneno vertido que amplía la brecha de separación entre peruanos. Tanto egoísmo y ambición por el poder malsano, que ha dominado sus decisiones haciéndolo una persona desafecta.
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