Australian War Memorial

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EXTERIOR DE MEMORIA DE LA GUERRA-AUSTRALIA

lunes, 17 de agosto de 2020

El Ministro Santa María da instrucciones al Ministro de Guerra en Campaña sobre las operaciones bélicas que debe emprender la escuadra en la costa del Perú.



El Túnel del tiempo.

Episodios inéditos de la guerra del Pacífico.

  Domingo Santa María González                                             Aníbal Pinto Garmendía









El Ministro Santa María da instrucciones al Ministro de Guerra en Campaña sobre las operaciones bélicas que debe emprender la escuadra en la costa del Perú.

Por: Angel Arturo Castro

Comentario:

En 1879 Aníbal Pinto Garmendia era el presidente de Chile y le había declarado la guerra el 5 de abril de ese año a su compadre Mariano Ignacio Prado presidente del Perú. Uno de sus adversarios políticos era Domingo Santa María Gonzales, senador en el Congreso y desde este lugar junto a Benjamín Vicuña Mackenna iniciaron ataques a la conducción de la guerra y la gestión de Rafael Sotomayor Baeza, Ministro de Guerra plenipotenciario en campaña y principal organizador de la Campaña de Tarapacá en la primera fase de la Guerra.

Domingo Santa María se erigió como uno de los furibundos opositores del gobierno, entorpeció las relaciones entre el ejército y el gobierno, puso en peligro la estabilidad de este y de la conducción de la guerra. Para paliar este enfrentamiento en plena conflicto Aníbal Pinto le ofreció a Santa María participar en su gobierno.  

Fue designado como ministro de Relaciones Exteriores, de Interior y de Guerra y Marina. Se dice que, desde estos cargos Santa María preparó su campaña electoral presidencial. En las elecciones presidenciales de 1881 su candidatura se vio amenazada por su adversario el general Manuel Baquedano, con el pedido del ex ministro de defensa José Francisco Vergara Etchevers y la posterior renuncia del general Baquedano, logró su elección por el Congreso.  
Siendo ministro de Relaciones Exteriores, realizó gestiones por medio de su embajador José Manuel Balmaceda y consiguió la neutralidad de Argentina en el conflicto bélico con la Alianza Perú-Bolivia a cambio de cesión territorial chileno en la Patagonia Oriental, cesión que se ratificó en el Tratado de 1881.

En este mensaje Santa María en nombre de Aníbal Pinto le da una serie de instrucciones al Ministro en campaña Rafael Sotomayor Baeza, de cómo realizar la campaña naval contra los puertos peruanos. Disponían de superioridad marítima: podían fácilmente inmovilizar a las fuerzas peruanas que aún quedaban, facilitaba el desplazamiento de sus buques para trasportar sus tropas de reserva a lo largo de la costa peruana y poderlas desembarcar donde quisieran.

Inclusive le sugiere la conveniencia de utilizar el Huáscar reparado, indicándole que este se encontraba en mejores condiciones que antes de su captura. Con el doble efecto de saber que estaba luchando en favor de los chilenos, poder utilizarlo en bombardeos a los puertos e influenciar en el ánimo de los peruanos, por el significado que representaba este símbolo. Además de utilizar el Amazonas para amenazar los puertos del norte del país.

El Ministro Santa María da instrucciones al Ministro de Guerra en Campaña sobre las operaciones bélicas que debe emprender la escuadra en la costa del Perú.

NÚM. 2, 345.-MINISTERIO DE GUERRA Y MARINA.

“Santiago, Noviembre de 1879.

Señor Ministro:

Los elementos marítimos con que contamos al presente, nos permiten emplear un sistema de operaciones que, estrechando al enemigo en todos sus puertos y en toda la extensión de su costa, le reduzcan a una situación verdaderamente desesperante.

El Blindado Blanco, que monta el Contralmirante Riveros sale de Valparaíso, perfectamente reparado, convoyando y resguardando los trasportes que conducen una considerable parte de nuestra reserva; como ya he dicho a V. S., en diversos telegramas, marchan en estos 200 artilleros con su correspondiente material, el Escuadrón Carabineros de Yungay y los batallones de infantería Lautaro, Valdivia, Chillán y Caupolicán, de 600 plazas cada uno. Toda esta tropa va perfectamente vestida y municionada.

El 10 del presente saldrá la Chacabuco, y días más tarde hará el mismo rumbo el Huáscar, completamente reparado y en mejores condiciones de aquellas en que se hallaba antes de su captura.

Tenemos, como V. S., ve, una superior e indisputable fuerza marítima, más que suficiente para asegurar los puertos en que nuestro ejército ha desembarcado o que pueda en adelante desembarcar. El Perú no puede inspirarnos ningún temor a este respecto. Con sus dos monitores que no son otra cosa que baterías pasivas y flotantes en un puerto, no puede emprender ninguna agresión, y con la Unión y la Pilcomayo no se lanzará a aventura alguna, desde que ya una de nuestras corbetas bastaría para batirlas.

Juzga S.E., a cuyo nombre y en el de mis colegas me dirijo a V.S., que, desembarcando nuestro ejército, convendría, tan pronto como fuera posible, asediar y estrechar todos los puertos peruanos del Callao a Iquique, de manera que el Perú, no solo no pudiese provisionarlos, sino tampoco reforzarlos, puesto que cualquier trasporte que enviase con uno u otro objeto, no podría menos de caer en nuestras manos. Encerrada la Unión en el Callao y estacionados los monitores como actualmente se encuentra en este puerto y en el de Arica, el más débil de nuestros buques de guerra puede impedir toda comunicación y toda provisión a los puertos enemigos.

Todavía puede hacerse más. Puede V.S., enviar una de nuestras corbetas o uno de nuestros trasportes armados en guerra, como el Amazonas, a hostilizar al Perú en toda la costa Norte, donde, por la seguridad en que hasta el presente se ha vivido, el comercio peruano y especialmente la exportación de guano no ha sufrido perturbación alguna. Un buque nuestro, en son de hostilidad por aquella costa, puede no solo producir una desesperante alarma sino colocar al enemigo en una situación verdaderamente aflictiva.

El Huáscar habrá de prestar a V.S., para el objeto que indico a V.S., en la presente nota, calificados servicios y al mismo tiempo de ostentar y pasear nuestro pabellón triunfante, puede ocasionar al Perú serios perjuicios, atendidas las condiciones de esa nave.

No se oculta a V. S., que el gobierno no le es dado determinar la mejor y más conveniente distribución que pudiera hacerse de nuestras naves. Este papel corresponde a V.S., que, oyendo la opinión y juicio del Contralmirante y demás jefes de le escuadra, si lo creyera necesario, pueda deliberar con todo acierto acerca del más apropiado servicio que cada una de ellas pueda prestar. El Gobierno se limita a indicar a V.S., como ya lo ha hecho oficialmente y en diversos telegramas, su pensamiento y sus propósitos.

Sabe el Gobierno que V.S., abunda en estas mismas ideas, y lleno de confianza en el patriotismo e inteligencia de V.S., aguarde que V.S., procederá con arreglo a ellas, dando las correspondientes instrucciones al Contralmirante o comandantes de los buques, a fin de que ejecuten las operaciones que se les encomienden en el sentido que dejo indicado en el cuerpo de esta nota.

En la dificultad de prever todos los casos y todos los accidentes que puedan ocurrir, creemos que V.S., debe dejar alguna latitud de acción al Contralmirante o jefes a quienes designe para cualquier empresa.

Dios guarde a V. S.

(Fdo.) D. Santa María.

Al señor Ministro en campaña Rafael Sotomayor”.

Estimados lectores, ustedes podrán sacar sus propias conclusiones de todo lo acontecido en este episodio.

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