Han transcurrido dos centurias del
nacimiento del héroe nacional Francisco Bolognesi Cervantes, quien junto a
Miguel Grau Seminario constituyen dos paradigmas, ejemplos de amor a la patria,
honor, dignidad y cumplimiento del deber hasta el sacrificio de sus vidas.
Cuando toda esperanza estaba rota.
Este 4 de noviembre se cumple
doscientos años del nacimiento del Coronel Francisco Bolognesi Cervantes. Hasta
hoy con plena seguridad, para todos nuestros connacionales, la memoria nos trae
su juramento, pronunciado frente el parlamentario chileno, mayor Juan de la
Cruz Salvo y en presencia de los oficiales de su Estado Mayor.
“Tengo deberes sagrados que cumplir
y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”, pronuncio
el héroe y el soldado chileno escuchó estupefacto, ensimismado y quizás sin
comprender la dimensión de la decisión y - el sacrificio inútil de tantas vidas
como él había planteado al héroe- al ingresar a conversar con el Jefe de la
Plaza de Arica.
Es que el parlamentario chileno
Sargento Mayor Salvo se sorprendió por la firmeza, convicción y convencimiento de
Bolognesi quien, junto a sus acompañantes, habían decidido conscientemente
entregar sus vidas en defensa de la patria. Arica último bastión, último
reducto, último lugar antes de partir a la mansión de los héroes.
El juramento ante el Morro de Arica
pronunciado por Bolognesi, está grabado sobre piedra, constituye la piedra
angular, la base fundamental sobre la que se yergue indómito el Ejército de nuestra
patria. El juramento constituye un ejemplo de desprendimiento, honor,
sacrificio y dignidad, que dejaron los defensores de Arica.
Para la población nacional que viven
a lo largo de nuestro territorio y otros miles más de connacionales que, por
razones diversas, viajaron a otras latitudes, será un gran acontecimiento y de
la mayor importancia, la celebración del bicentenario del nacimiento del
Coronel Francisco Bolognesi, inmolado en Arica, el 7 de junio de 1880.
Mucho se ha escrito a lo largo de
estos años sobre la vida de este gran héroe nacional designado como patrono del
Ejercito de Perú. Se han llenado carillas extensas, se han escrito libros,
ensayos, se han realizado concursos literarios entre los estudiantes de los
colegios, representaciones teatrales, pinturas y acuarelas en su honor.
Bolognesi no solo entregó su vida
por el honor y dignidad de la nación peruana en el Morro de Arica, comandando a
hombres como él que habían jurado morir en defensa de nuestra patria, sino que
dos de sus hijos también ofrendaron su vida en la batalla de Miraflores en
enero de 1881, ¿puede haber mayor sacrificio por la patria?
Pero yendo más allá, entrego su
vida porque con su acción heroica, consideró la posibilidad de que en nuestra
patria, se dejaran para siempre los continuos enfrentamientos entre camarillas políticas
y caudillos, por defender sus intereses y apetencias de poder y encaminaran al país
hacia el bienestar general.
Sin embargo, con seguridad queda
mucho por recordar y por seguir su ejemplo. No en un campo de batalla, que
llegado el momento con plena seguridad cumplirán su juramento, sino en el fiel
cumplimiento de nuestros deberes, en todas las actividades que competen a todos
los peruanos, en el rol, que desempeñan, en las diversas actividades que
cumplen en bien del desarrollo nacional.
Alfonso W. Quiroz, prolífico investigador
y escritor joven fallecido el 2013, dejó para la lectura obligada de todos los
peruanos, su considerada obra cumbre Historia
de la corrupción en el Perú, afirma que “ La corruptela comprende el
ofrecimiento y la recepción de sobornos, malversación y la mala asignación de
fondos y gastos públicos, la interesada aplicación errada de programas y políticas,
los escándalos financieros y políticos, el fraude electoral y otras
trasgresiones administrativas (como el financiamiento ilegal de partidos políticos
en busca de extraer favores indebidos) que despiertan una percepción reactiva
en el público”.
En estos tiempos de crisis de
valores, de irrespeto a las leyes, de anomia que ataca los cimientos de la
moral y ética nacional, de instituciones como el Poder Judicial, Ministerio Público,
Instituto Penitenciario, sectores de nuestra Policía nacional y un gran sector
de nuestra juventud, en grave crisis de descomposición moral, cobra gran
importancia el ejemplar juramento de Francisco Bolognesi.
No se ha emprendido una lucha
frontal contra la corrupción en todos los sectores, el virus sigue latente, se
ha refugiado en amplios sectores de la sociedad, hoy una plaga, que amenaza
convertirse en una pandemia nacional, si es que los sectores responsables continúan
con su política reactiva, de apagar o amagar incendios cada vez que una pavesa las
revive.
Con una educación muy venida a
menos en estos últimos años, especialmente en los colegios estatales. Con escándalos
de corrupción en los hospitales de salud del Estado. Una gran necesidad de mejoramiento
y satisfacción de las necesidades básicas de un gran sector de la población que
no tiene calidad de vida. Programas de alimentación deficientes para nuestra desnutrida
niñez rural. Hay mucho por hacer si queremos avanzar como nación en este siglo
de gran competencia.
En la obra La Epopeya del Morro editada por La Comisión permanente de la Historia
del Ejercito del Perú en 1980, con ocasión del centenario de la batalla de
Arica, se afirma que, “El sacrificio de Arica ha legado un mensaje
para generaciones presentes y futuras, porque la sentencia `tengo deberes
sagrados que cumplir`, constituye la afirmación de una convicción que reclama
de la conciencia nacional una actitud firme y resuelta respecto de los fines de
la patria; esto es, que el contenido de la breve y profunda frase: `tengo deberes
sagrados que cumplir`, debe ser guía permanente en los hogares, en las aulas,
en los centros de trabajo, en la práctica deportiva, en las actividades
comunales, en los cuarteles, en fin en todos los actos de la vida diaria”.
Andrés Avelino Aramburú reconocido
como el periodista de la Defensa Nacional escribió:
“(…) Leonidas, se creyó
inexpugnable en sus Termopilas; Alejandro, lanzándose hacia el Asia obedeció el
Oráculo; Cesar, pasando el Rubicón, llevaba en sí su fortuna guerrera; Aníbal,
atacando a Roma, jugo la suerte de su destino; Hernán Cortez, destruyendo sus
naves, se corta únicamente la retirada; Ricaurte, sepultándose en el parque San
Mateo, fue la inmolación indeliberada; todo es grandioso saltando los límites
de lo humano, para el asombro de las generaciones.
¡El hombre es capaz de acercarse a
Dios!
Pero Bolognesi y los suyos, señores
-y perdónesenos la vanidad patriótica- es superior a sus hermanos de
inmortalidad.
¡Sabían que toda resistencia era
imposible, que la suerte les deparaba el sacrificio, que el morro sería su túmulo
mortuorio; que su destino era morir; y resolvieron ocho días antes; y
cumplieron ocho días después su juramento: ¡Quemaremos el último cartucho! ¡Y lo quemaron!
Junto con él los ilumino la gloria;
junto con él resonó en himno patrio; junto con él se abrió el cielo para
recibirlos”.
En tiempos de crisis como el
actual, que amenaza anular la voluntad de lucha de las autoridades contra las
plagas que atacan a nuestra sociedad, que amenaza apagar la esperanza de
nuestra población en sus autoridades libremente elegidas, especialmente de la población
más vulnerable y que requiere de un liderazgo a prueba de fuego y proactiva
para enfrentarlas.
Con la ley en la mano los jueces y fiscales probos que aun aman la justicia, juren como Francisco Bolognesi cumplir con su deber, como el cumplió en defensa del honor nacional, así lograremos el orden, que requiere nuestro país para tranquilidad de los 30 millones de peruanos. Por ello es imperativo, además, corregir el rumbo que está tomando la República, recogiendo los ejemplos del pasado y poniendo en práctica ejemplos como el de Francisco Bolognesi.
¡El Coronel Francisco Bolognesi del pasado, nos trae su ejemplo de dignidad y honor en el cumplimiento de sus deberes! ¡Loor al Titán del morro de Arica!
Foto: Pintura "Coronel Bolognesi junto a su escritorio y ultima carta".
Autor.
Juan Marcelino León Dextre
Concurso Pictográfico realizado por el Comando del EP, con ocasión del bicentenario del nacimiento del Coronel Francisco Bolognesi Cervantes.
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