Almirante Massera.
Al mirar las páginas principales de los diarios cada mañana, se puede percibir claramente que en el denominado mega juicio a Fujimori, existe una clara campaña de guerra psicológica orquestada por la izquierda caviar, las ONG´s de derechos humanos y algunos medios de comunicación, que facilitan una mayor cobertura periodística a la parte acusatoria del caso, en desmedro de la parte contraria, a quienes no se les da las mismas facilidades.
Hace muchos años Harold Dwight Lasswell (1902-1978), quien estudió las relaciones entre persuasión y comunicación, nos entregó, fruto de su investigación y experiencia como operador propagandístico, lo que hoy se conoce como el paradigma de Lasswell, el mismo que es aplicado hasta el presente: quién dice, qué, por qué canal, a quién, con qué efecto. Actualmente, interesan más los efectos que se causa en la población con relación al juicio a Fujimori, eso está clarísimo.
Recordemos que la guerra psicológica se entiende como el uso planeado de los diversos medios de la Mass media que, convenientemente utilizadas, en la oportunidad psicológica actual del mega juicio, pueden modificar la conducta, actitudes, sentimientos, emociones y opiniones de la población, autoridades, jueces, etc., predisponiéndolos favorablemente al logro de sus objetivos.
Así, los enemigos de Fujimori, de todos los ámbitos y rincones, están aplicando con ayuda de los amigos encaramados en la mayoría de los medios de comunicación, una guerra psicológica, cuya finalidad es influir en la decisión final de los jueces, en la mente de la población y de esta manera buscan modificar su actitud frente al proceso y así, favorecer sus deseos y objetivo final, mandar a prisión a Fujimori.
En esta campaña que no escatima esfuerzo, tiempo, ni economía, por la repetición de los mensajes y las apelaciones que se perciben en artículos y viñetas, se busca además de cambiar la actitud de la población, frente al juicio, destruir la voluntad del ex presidente Fujimori, de sus simpatizantes que no son pocos, para seguir lidiando; así ganar para su causa, simpatizantes, indecisos y aliados, para hacer más fuerte su posición, a favor de la culpabilidad de Fujimori.
Toda la población peruana debe mantenerse alerta frente a este desigual trato periodístico, lo que no hace sino reconocer y aquilatar el tremendo poder de la izquierda caviar, ONg´s y los representantes de organismos de derechos humanos, diseminados en el aparato estatal y en algunos medios de comunicación, que no quieren un juicio justo e imparcial, sino a todas luces una inmolación del ex presidente.
No importa lo que digan los testigos a favor o en contra de Fujimori en el juicio, tampoco las réplicas, solo interesa publicar aquellas respuestas que provocan contradicciones y que favorecen a la acusación, con el claro interés de desinformar a la población y lograr sus objetivos, modificar su conducta frente a este caso.
Teniendo en cuenta que la guerra psicológica tiene como fin supremo la destrucción de los valores o virtudes, la unión, confianza, moral del adversario, buscando dominar sus actitudes y conducta, es necesario buscar la forma de contrarrestar esta campaña, pidiendo y cuidando como periodistas, que los jueces lleven hasta el final un juicio justo e imparcial por el bien del país.
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