Australian War Memorial

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EXTERIOR DE MEMORIA DE LA GUERRA-AUSTRALIA

viernes, 19 de septiembre de 2025

Crónicas viajeras: Sydney ciudad sorprendente.

 


Crónicas viajeras: Sydney ciudad sorprendente.

Por: Arturo Castro F.

Deseo compartir este relato, sucedió en la ciudad de Sydney-Australia en 2013 en nuestra primera visita. En otras latitudes como es el presente caso, sorprende lo bien que funciona el sistema de transportes en estos países, denominados del primer mundo, y como es lógico sentimos cierta desazón y surge la pregunta, por qué en estos países sí funcionan y en el nuestro es un pésimo y arcaico sistema.

Líneas de buses con buenos paraderos, horarios de llegada y salida que cumplen, las diferentes líneas de buses, lo confortable de vehículos y trenes, a lo largo del recorrido de las principales avenidas amplias, existen áreas de seguridad dónde los buses se detienen momentáneamente para cambiar de conductor, esto como una forma de control de las autoridades de transporte.

Fue una mañana de otoño, las hojas secas se desprendían de los árboles a lo largo de la Busaco Rd., y de la vera de las avenidas, alamedas y jardines, parecían alfombras persas hiladas finamente, hojas de diferentes formas y colores, así era ese hermoso día en Sydney, sin mucho frio la temperatura marcaba 15°C.

Nos volvimos a embarcar en el paradero del bus de la línea 292, que cubre la ruta desde la calle Busaco Rd., ubicado en Marsfield un suburbio al norte de Sydney, en el estado de Nueva Gales del Sur, hasta el centro de Sydney. En esta calle está el paradero final o inicio de la ruta, según las personas que desean partir hacia la ciudad o regresen de ella. El viaje dura aproximadamente 45 minutos, por una autopista con varios carriles, todas en buen estado y bien señalizados.

En su recorrido hacia la ciudad el bus se desplaza por el carril que está asignado para este tipo de transporte, en las horas punta ningún otro vehículo puede utilizar ese carril de tal manera que, el desplazamiento de los buses en general es rápido por las avenidas y calles bien conservadas, la ruta de esta línea bordea la Universidad Macquarie, ingresa a su gran campus, para recoger estudiantes, pasajeros y enrumbar luego hacia el Macquarie Shopping Centre, se detiene en el paradero, el mismo que es utilizado por varias  líneas de transporte, aquí los usuarios encuentra toda la información sobre horarios de llegada y partida de los diferentes buses, los que cumplen escrupulosamente y las rutas que cubren a lo largo de su recorrido, no fallan.

Al lado de la Universidad, está ubicado el paradero del tren subterráneo. Luego de esta breve visita al Shopping, el bus ingresa a la autopista que la llevará al centro de Sydney, ingresando por el Sydney Harbour Bridge, el famoso puente de la bahía de Sydney y parar en la intersección de York Street, con Market Street, su paradero final, al costado del Centro Comercial Reina Victoria.

Volvamos a la ruta, la universidad Macquarie tiene un amplio campus con zonas de parqueo enormes, aulas rodeadas de bosques y presencia de diversas aves: cuervos, cacatúas, urracas, loros de todos los colores, kookaburras se mezclan en un coro. Un paisaje verde domina el escenario y se abre a la observación de estudiantes, profesores, peatones y visitantes. La vegetación se extiende a ambos lados de las vías por donde se desplaza el bus.

En uno de los paraderos intermedios, antes de llegar al Shopping Centre descrito líneas arriba, subió una joven rubia de aproximadamente 30 años, simpática, con un atuendo que reflejaba su buen gusto y juventud, zapatos de tacón color negro, pantalón del mismo color, una blusa de color rosa manga larga y una chaqueta crema, manga tres cuartos, completaba su atuendo.

Había una particularidad en esta joven, observamos que subía con un perro labrador que hacía de lazarillo. Saludó al conductor y pasó sin pagar pasaje, el perro, la guio hasta el asiento reservado para ancianos, bebes y minusválidos y ella tomó asiento y el perro se acomodó debajo del asiento a su lado, en actitud alerta.  

Luego, ella sacó de su bolso un IPod, se colocó los audífonos en ambos oídos, seleccionó al tacto su música preferida y se concentró en escuchar sus melodías seguramente seleccionadas previamente, mientras el bus se desplazaba raudamente por su carril y el perro permanecía quieto y atento.

Pasados aproximadamente 20 minutos presionó el botón para bajar, que está ubicado en uno de los ejes verticales del bus, muy cerca de los asientos, se encendió una pizarra digital pequeña y se leyó “next stop”, un aviso para que el conductor detenga el vehículo en el paradero, ella guardó su IPod en el bolso, se incorporó al detenerse el bus y luego guiada por su mascota, bien entrenada, agradeció al conductor, bajó del bus y se perdió en dirección al paradero del tren subterráneo. No queda imagen de ella, porque respetamos su intimidad, como debería ser en todo lugar. Así es Sydney una bella ciudad de contrastes.

Hasta la próxima…


lunes, 15 de septiembre de 2025

El profe

 


Vivencias inolvidables

El profe

Por: Arturo Castro

Eran los últimos días de marzo de 1966, Aquiles un adolescente de recién cumplidos 17 años, había terminado  el 5to de secundaria en la GUE Mariano Melgar en el populoso distrito Breña, se había presentado a una escuela de las Fuerzas Armadas y no pudo continuar los exámenes de ingreso, porque había desaprobado Matemática en un examen de subsanación a fines de enero, así que haciendo de tripas corazón tuvo que retirar sus documentos de la oficina de admisión y despedirse de su sueño de ingresar ese año, de cómo regresó a casa y qué dijo a sus padres, es otra historia que será narrada en otro momento.

Pero, volvamos al inicio del relato, era el 24 un día después de su cumpleaños él se encontraba saliendo del hospital de enfermedades neoplásicas que funcionaba en la Av. Alfonso Ugarte casi frente al Hospital Loayza y se encontró con el profesor Ugartiza que impartía el curso de Lenguaje y Literatura en su colegio; luego del saludo protocolar conversaron sobre sus respectivas actividades y él profe le comentó que estaba como director de un colegio particular, por su parte él le comentó que no había podido completar los exámenes de admisión a un Instituto Armado porque tenía un curso desaprobado y no le podían expedir el certificado de estudios correspondiente a 5to de secundaria y de acuerdo a normas y disposiciones de la época, debía esperar hasta noviembre de ese año para dar un nuevo examen de subsanación.

Aquiles se quedó sorprendido cuando el profe Ugartiza, así de sopetón le dijo si quieres te vendo un certificado de 5to año que necesitas y puedas aprovechar el tiempo y presentarte a la Universidad estás a tiempo y no estar esperando hasta noviembre, le pedía algo de 150 soles de la época, una suma exorbitante para él en aquellos tiempos, Aquiles escuchó y calló, interiormente se preguntaba,  cómo haría el profe para conseguir el certificado, al parecer el profe se había dedicado a actividades no muy santas, Aquiles se despidió pensativo.

El profesor Ugartiza era un personaje especial, llegaba a clases siempre bien vestido, impecable terno, una buena corbata chillona, camisa blanca, con la sonrisa a flor de labios, optimista, bonachón y bromista, llevaba bajo el brazo su diario preferido El Comercio, ingresaba al aula y después de saludar ordenaba a sus alumnos abrir el libro de lectura en una pagina indicada, normalmente era una lectura selecta, indicándoles que verificaría detalles de lo escrito, para asegurarse que los alumnos leyeran.

Luego disponía silencio absoluto y prohibía molestarlo, procedía a sentarse, mientras el aula permanecía en sepulcral silencio, los alumnos concentrados en la lectura; él procedía a una lectura rápida del diario y luego de la sección deportes pasaba a la sección hípica en la que se publicaban las carreras de caballos y se concentraba en elegir los favoritos de cada carrera, normalmente eran 10 carreras y así dedicado a esos menesteres no docentes, permanecía hasta que tocaba la campana y luego raudamente se despedía de todos y nunca verificó lo aprendido en la lectura, dejaba un halo de misterio e incertidumbre en el aula y la verdad es, que no impartía clases del curso, venía a cumplir el horario de clase, nunca lo vimos preocuparse por sus alumnos, dejó un mal ejemplo, porque  los alumnos deficientemente preparados en su curso por la poca exigencia, los resultados al final de año en los exámenes finales, había desaprobados.

El resultado deficiente obtenido por sus alumnos en los exámenes finales era la demostración más palpable y el corolario del comportamiento antiético de un pésimo docente que no había comprendido su responsabilidad de maestro y guía de adolescentes alumnos de colegio. Pese a ello, me he preguntado cuántos certificados de estudios habrá vendido el profesor y cuántos de esos alumnos que le compraron, luego ingresaron a la Universidad o instituto armado y se graduaron como profesionales.

 

 

 


martes, 2 de septiembre de 2025

Por qué decir la verdad, siempre.

 



"Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres".

Jesucristo

Por qué decir la verdad, siempre.

Por: Arturo Castro

Hace mucho tiempo que ha muerto la verdad, ha sido asesinada por una gavilla de mentiras y falsedades, ha sido inmolada, relegada y olvidada, enterrada en un desierto solitario, inaccesible, para llegar a ella deberemos atravesar senderos sinuosos, arenas movedizas, ciénagas llenas de alimañas ponzoñosas y es difícil abrirse paso entre víboras, escorpiones y arácnidos venenosos, capaces de clavar sus aguijones traicioneros en nombre y defensa de la mentira.

¿Cuándo empieza el ser humano a mentir y por qué lo hace?

Trataremos de responder a lo largo de estas líneas, como podemos observar son dos preguntas sencillas, pero a la vez difíciles de responder, recordaremos que de niños nuestros padres nos inculcaron a decir la verdad siempre, a ser sinceros en nuestros sentimientos, a expresarnos con franqueza, a ser responsables cumpliendo nuestros deberes y también respetando a nuestros semejantes.

Desde niños recibimos lecciones aprendidas de vida, nuestros padres, en algunas ocasiones los abuelos nos inculcaron a no mentir, hacían referencia al noveno mandamiento de la ley de Dios que dice: “No darás falso testimonio contra tu prójimo”, es decir no mentirás.

Sin embargo, de manera involuntaria en algunas ocasiones, los mismos padres, muchas veces les enseñan a mentir a sus hijos, luego conforme van creciendo, siendo jóvenes se interrelacionan con otros jóvenes, mienten por conveniencia, temor, envidia, necesidad, o porque ya se hizo costumbre.

Decían sabiamente “nuestros derechos terminan donde empiezan los derechos de los demás” y esta frase ha tenido vigencia como un regulador del comportamiento humano a través de generaciones de ciudadanos. La frase también incluye la sana costumbre de decir la verdad siempre, por muy dolorosa o por mucho que nos pueda afectar frente a nuestros, padres, maestros, autoridades.

La verdad procede de la memoria, es cierto esto. Se afirma que después de un tiempo hasta la verdad se escuchará como una mentira, también se afirma que una mentira repetida muchas veces podría convertirse en verdad. Cuando se trabaja o convive con mentirosos, es como trabajar entre zorrillos, no se puede uno quejar de la pestilencia, porque el ambiente hiede.

Hace unas semanas acompañé a mi esposa al mercado Risso en Lince para realizar las compras de la semana, mientras ella compraba carne, me acerqué a un vendedor de paltas, las ofrecía dentro de una canasta, al acercarme disimuladamente cogió una palta malograda, la cascara mostraba una parte negra, clara evidencia de que no estaba en buen estado, él de manera disimulada volteó la palta y me la ofreció por la otra cara junto a dos más, cogí la palta malograda, la volteé y puse en evidencia su manera deshonesta de vender, solo atinó a guardar silencio.

En una sociedad donde se ha implantado la deshonestidad y la mentira como parte de ella, donde se ha hecho de la desconfianza el sentimiento reinante, la incredulidad y falta de transparencia es la esencia o naturaleza del accionar o conducta de algunos seres humanos, hace mucho tiempo que nuestra sociedad ha sido ganada por la deshonestidad, corrupción, traición, odio y la mentira.

La deshonestidad ha sentado sus reales hasta en los estratos más bajos, desear enfrentarse a la mentira, será una larga batalla de la que no sabemos cómo resultará, preguntémonos entonces, será quizás ¿Cómo luchar contra el viento?  ¿Cómo aplastar las montañas? ¿Cómo enterrar el mar, ¿Cómo escapar de la luz? Con plena seguridad nos hundiremos en la oscuridad total.

Quizás deberíamos tener en cuenta cuando hablamos de la mentira un antiguo adagio “la lengua no tiene hueso, pero es tan fuerte que puede romper un corazón...cuida lo que dices”. También traemos a colación la letra de esa famosa canción “Sujétate la lengua”, para esta ocasión apuntamos una estrofa:

“Se está perdiendo/El concepto de las cosas. Está la injuria la calumnia/ Y la difamación. Ya no se puede vivir/ En el ambiente social. Tenemos que luchar

Por levantar la virtud/ Y la moral de los hombres”.

Los políticos jamás serán sinceros con la población, siempre dirán mentiras disfrazadas de verdad, la opinión de la población es que para ser político hay que ser un mentiroso profesional y lo demuestran los resultados de los gobiernos locales, regionales o nacional.

Observemos los casos de corrupción en los que están involucrados, las obras inconclusas que representan miles de millones de soles que pertenecen a los casi 34 millones de connacionales, dinero tirado al mar, al desierto o relleno sanitario, dinero que ha sido dilapidado y no se toma ninguna acción, los organismos de control Sunat, Contraloría, Indecopi, etc., están en otra nota.

En el escenario nacional, vivimos el inicio de una campaña electoral para elegir al nuevo presidente, un Congreso bicameral, nuevos congresistas, al parecer hasta el momento habría 38 candidatos a la presidencia, igual número de listas para senadores y diputados, la cédula electoral será una gran sábana, cuyas medidas están en 42 X 44 cms, en la que los electores tendrán que buscar a sus candidatos, lo que causará gran confusión. Habrá un alto porcentaje de cédulas observadas, viciadas.

No descartamos que durante la campaña electoral como es el caso de la presente, los discursos estarán cargados de mensajes de connotación positiva, que esconden detrás medias verdades, mentiras y sus promesas lisonjeras para encandilar y convencer a sus potenciales votantes, las mismas que olvidarán ni bien ingresen a palacio de Gobierno. 

Así, parte de esta puesta en escena es ponerse disfraces, bailar, comer diversos potajes regionales que les ofrecen. No parece una campaña electoral, sino un programa cómico, donde sentarían sus reales los “cómicos ambulantes”, quienes representarán ante la platea, 34 millones de peruanos, una serie de “gags”, que en otras circunstancias causarían hilaridad en la platea.

Alguien duda que así ha sido a lo largo de nuestra vida republicana, sigue siendo en el presente y seguirá siendo en el futuro.

¿Fatalista? No, realista.  

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