HOMENAJE AL DR. FRANCISCO GARCÍA CALDERÓN LANDA. PRESIDENTE DEL GOBIERNO PROVISORIO DURANTE LA OCUPACIÓN DE LIMA POR TROPAS CHILENAS.
EN EL CLXXXVI ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO.
Algunos datos biográficos
"El Dr. Francisco
García Calderón Landa nació en Arequipa el 2 de abril de 1834. Fueron sus
padres el Dr. Eduardo García Calderón, Vocal de la Corte Superior de Arequipa y
Doña Buenaventura Landa de García Calderón. Hizo y terminó sus estudios en el
Colegio de la Independencia de la misma ciudad, mereciendo que, previos los
respectivos exámenes, el rector de dicho colegio, Dr. Valdivia, lo nombrara
Profesor de Matemáticas y Filosofía.
Optó en la
Universidad de Arequipa los grados de Bachiller, licenciado y Doctor en
Jurisprudencia. Terminada su práctica reglamentaria, recibióse de abogado en
1853: por no haber llegado a la mayoría requerida por la ley, se le puso como
requisito que no ejerciera la profesión hasta la edad de 21 años.
En 1854 el Gobierno
lo nombró catedrático título de derecho. Se consagró desde entonces por entero
al estudio de la Legislación patria; y el caudal de apuntamientos con tal
propósito acumulados le sugirió la idea de emprender, sustituyendo al entonces
consultado “Diccionario de Legislación y Jurisprudencia” por Escriche, relativo
a leyes españolas, una obra nacional de gran aliento que abarcara las que en
reemplazo de aquellas habíase dado el Perú desde la fecha de su independencia.
Cuando se trasladó a
Lima para 1859, llevó casi concluidos los originales del “Diccionario de la
Legislación Peruana”, cuya impresión duró tres años.
El Congreso de 1862,
previos muy honrosos informes de conspicuos jurisconsultos de su seno, le
otorgó espontáneamente por ese tan notable trabajo, una medalla de oro con la
inscripción: “Honor al Mérito Literario”.
Promulgados los
códigos penales en 1863, publicó al año siguiente un “Suplemento”, que se
refería a la penalidad y todas las nuevas leyes hasta dicho año.
También se dio a
conocer en el mundo de las letras, por la introducción que escribió para las
“Poesías de Don Mariano Melgar” publicadas por Don Manuel Moscoso Melgar; en la
cual hace un concienzudo y detenido análisis literario y crítico del celebre
poeta nacional de los yaravíes.
En 1864, fue
nombrado oficial primero de una de las secciones de la Dirección de Hacienda; y
en el inmediato año, jefe de la sección del mismo Ministerio. En 1866, durante
la Dictadura del coronel Prado, fue Director de Administración de la Secretaría
de Hacienda, entonces a cargo del ilustre estadista Don Manuel Pardo.
Dimitió su empleo a
fines del mismo año para consagrase al ejercicio de su profesión, llegando a
ser su bufete, en el transcurso de poso años, uno de los mas reputados y
productivos de la capital de la república.
Causas de gran valor
le fueron confiadas por empresas industriales e instituciones de crédito.
Figuraron entre sus clientes las más altas personalidades de la política y el
capital. Ante la comisión mixta peruano-americana creada por la Convención del
4 de junio de 1869 para el fallo de las reclamaciones de ciudadanos peruanos y
norteamericanos, fue abogado de los Estados Unidos. En 1894, para dilucidar la
cuestión de límites con el Ecuador, el Gobierno le encomendó la redacción de la
contra exposición que en defensa de los derechos del Perú había de presentarse
al real árbitro.
En 1867 concurrió en
representación de la provincia de su nacimiento al Congreso Constituyente cuya
Presidencia le fue confiada. En agosto de 1868, durante la administración del
presidente José Balta, aceptó la Cartera de Hacienda se hizo cargo hasta
diciembre del mismo año. En 1876 fue senador por Arequipa.
Durante la guerra
con Chile iniciada en 1879, ante el eminente ataque chileno para ocupar a Lima,
se alistó como soldado en el batallón que, bajo las órdenes del Vocal Dr.
Francisco Javier Mariátegui, recibió instrucción militar brevemente por el
coronel Isaac Recabarren en los pasillos del Palacio de Justicia.
Durante la ocupación
de Lima, habiendo huido el Dictador Nicolás de Piérola hacia Canta, este
realizó una serie de gestiones para entrar en arreglos con Chile, pero los
representantes chilenos desconocieron su autoridad, impidieron la organización
de un gobierno por los prosélitos del dictador, se había pensado en el Dr.
Antonio Arena.
Se formaron en Lima
diversas agrupaciones de ciudadanos, personas notables, que se abocaron a
definir la situación, poniendo término a la Dictadura, y elevando al poder a
otra persona
Fuente: MEMORIAS DEL CAUTIVERIO.PRÓLOGO Y NOTAS DE VENTURA GARCÍA CALDERÓN. LIMA. LIBRERÍA INTERNACIONAL DEL PERÚ. S.A. 1949
ARTÍCULOS PUBLICADOS EN EL DIARIO "LA RAZÓN " DE LIMA Y EN ESTE BLOG, EN DIFERENTES FECHAS, SIRVA COMO HOMENAJE A TAN INSIGNE CIUDADANO, PATRIOTA, QUE SUPO CUMPLIR CON SU ROL Y JAMÁS ACEPTÓ UN TRATADO DE PAZ CON CHILE CON CESIÓN TERRITORIO NACIONAL
Carta del Dr. Francisco García Calderón Landa Presidente Provisorio del Perú, dirigida al Contralmirante Patricio Lynch, Jefe de las fuerzas de ocupación de Lima.
El 16 de febrero de 1881, mediante una circular, se cita a las personalidades notables de Lima, a una reunión a realizarse el 18 de ese mes, a las 2 p.m., en la casa N° 64 de la calle San Agustín(altos), para tratar “asuntos que se relacionan con las actuales circunstancias”; (Fdo.) MANUEL G. DE LA COTERA- MANUEL ATANACIO FUENTES- PABLO DE VIVERO- FOCION MARIATEGUI.
La reunión se realizó en casa del General Manuel G. La Cotera, en ella se dieron cita personas notables de Lima, para analizar la situación que se vivía en la capital ocupada por fuerzas chilenas. En esta reunión se estableció que se formaría un Gobierno respetable, que fuera garantía para todos, incluso para el Gobierno de Chile.
Se planteó la necesidad de volver al régimen Constitucional que se había roto, tras la huida de Mariano Ignacio Prado el 19 de diciembre de 1879 y el levantamiento de Nicolás de Piérola. Para ello se llamaría al primer Vicepresidente General Luis La Puerta, para lo cual se designó una comisión integrada por los señores: Bustamante, Helguera, Haza, Velarde, Odriozola, Gálvez, Elías y Boza.
Esta comisión se dirigió a la casa del General La Puerta, quien los recibió, finalmente no aceptó la decisión de la junta, por dos razones: el periodo constitucional del gobierno de Mariano I. Prado del que era Vicepresidente había terminado el 2 de agosto de año anterior y su estado de salud era delicado, no le permitiría volver a las tareas administrativas en medio de la situación político-social que vivía el país.
En vista de esta negativa, la comisión designada regresó a la reunión para informar de la decisión del General La Puerta, lo que causó consternación en los notables. La junta en un nuevo intento de convencer al General La Puerta, nombró otra comisión integrada por ocho personalidades, para entregarle el Acta donde la junta de notables lo reconocían como benemérito y el llamado a restablecer el gobierno constitucional.
La nueva comisión integrada por: el Dr. Odriozola, Contralmirante Haza, General Bustamante, Dr. Rafael Velarde, Jesús Elías, Buenaventura Elguera, Francisco de P. Boza y el Dr. Manuel María Gálvez, se dirigió a la casa del General La Puerta, quien les respondió negativamente, expresando su “inquebrantable propósito de no reasumir el mando supremo del país”.
En Lima, no solo existía una junta de notables que buscaba una solución política al problema de la ocupación chilena. Entendían que el dictador Piérola, poco era lo que podía hacer estando su gobierno itinerante. Otros notables se reunían también en casa de Dionicio Derteano. Manuel Atanasio Fuentes se encargaría de plantear la necesidad de unirse ambas juntas, como finalmente lo hicieron para la elección del Presidente Provisorio.
Sin embargo, preciso era conocer cuáles eran las intenciones de Chile, si las autoridades chilenas se entenderían con los representantes de Piérola; si este era el caso, la junta de notables apoyaría esa decisión; en caso contrario, solicitarían una declaración sobre este punto. La comisión estuvo integrada por: el General Bustamante, Dr. José Luis Quiñonez y Dr. Manuel González de la Rosa. Las autoridades chilenas recibieron a la comisión y quedaron en que al día siguiente darían su respuesta.
Llegado el día, el señor Vergara y el señor Altamirano, representantes plenipotenciarios de Chile, respondieron de manera reiterativa, firme y enérgica, “Pueden estar ustedes seguros de que el Gobierno de Chile, jamás, por ningún motivo, aun con las promesas más lisonjeras, reconocerá al Gobierno de Piérola, ni aceptará tratar con sus enviados sobre la paz. Por lo mismo veremos con satisfacción que los vecinos de Lima formen, libre y espontáneamente un Gobierno, con el cual podamos entendernos, si es aceptado por el país”. El Orden, 5 de abril de 1881.
El contralmirante Patricio Lynch, quien se desempeñaba como Jefe político y militar del Callao, asumió el cargo de Comandante en Jefe de Ejército de Ocupación chileno en mayo de 1881, quedando a cargo de la ciudad de Lima. Durante el periodo de Patricio Lynch que abarcó hasta el final de la permanencia de los chilenos en Lima, impuso la ley marcial con mano dura.
Lima ocupada por tropas chilenas. En Jauja, Piérola no descansaba en nombrar a diferentes comisionados para negociar con las autoridades chilenas de ocupación. Al respecto el Diario La Actualidad órgano oficial del gobierno de ocupación, expresó “que jamás se aceptaría entrar en tratados de paz con el ex Dictador, cuyos poderes habían caducado, y además porque había hecho a ese país inculpaciones que no era dable aceptar, reconociéndolo como Gobierno del Perú”. Diario El Orden, 4 de abril de 1881.
El día 25 de agosto de 1881, el embajador de los Estados Unidos en Perú, Mr. Hurlbut, envió una carta al contralmirante P. Lynch, entre otras consideraciones le expresó claramente que “los Estados Unidos apoyarían al Perú en el sentido de no ceder un pie de su territorio a menos que se demostrara que el Perú no iba a ser capaz de pagar una indemnización de guerra de alguna otra manera”. Lynch no contestó la nota, aunque la posición de EE. UU, con seguridad inquietó a los chilenos.
El día de 18 de septiembre, asumió en Chile el presidente Domingo Santa María en reemplazo de Aníbal Pinto. El día 26 del mismo mes por orden de Lynch los chilenos tomaron posesión de la Caja Fiscal del gobierno peruano y embargaron sus fondos en el Banco de Londres. El 28 de setiembre, por bando, Lynch declaró que solo subsistirían las autoridades municipales, suspendiendo el gobierno Provisorio de Francisco García Calderón.
La suerte estaba echada y el final del Gobierno Provisorio del Dr. Francisco García Calderón estaba marcada por el destino, en manos de Lynch. El gobernante de facto aplicaba todo su poder y para ello, disponía la ejecución de una serie de medidas que buscaban la clausura definitiva del Gobierno Provisorio.
Varias razones tenía el Gobierno chileno, para tomar fatal decisión: el reconocimiento del Gobierno Provisorio, por diferentes gobiernos extranjeros entre ellos EE. UU y de los pueblos del Perú que empezaron a manifestarse, fortaleciendo un gobierno que poco a poco se empoderaba, e interpretaba el sentir de la población respecto de la firma de la paz sin ceder territorio nacional. Podemos inferir, que el temor se apoderó del gobierno chileno y de su representante en Lima, al conocer el apoyo estadounidense.
El 6 de setiembre de 1881 Patricio Lynch, dirige una carta al Director General de Rentas, que administra la Caja Fiscal del Gobierno Provisorio, en la que le solicita un informe respecto de la intervención del banco, en la recepción de billetes de emisión fiscal provenientes de EE.UU.
En Lima, según la nota de Lynch circulaban una serie de rumores, lo que hacía presumir, la presunta comisión de actividades de fraude, finalmente muy refinadamente, amenaza al director del banco considerarlo como cómplice, si su respuesta era “capciosa o induce al engaño”.
No sabemos si es real la existencia de rumores en el comercio de la capital de esos tiempos, respecto a la circulación de billetes autorizado por el Gobierno Provisorio. Lo que se puede afirmar es que Patricio Lynch dirige el comunicado en el que conmina al director del Banco para que declare bajo responsabilidad.
Patricio Lynch designa a Joaquín Gajardo como su representante y ante quien el director del banco debía declarar sobre: si el banco que dirige estableció algún arreglo con Francisco García Calderón, sobre billetes que se mandaron fabricar a EE. UU; si se había llevado en depósito billetes al Banco Nacional, o paquetes, bultos cuyo contenido desconocía, y que delate a personas que supieran algo al respecto.
El Jefe de las fuerzas de ocupación, demostrando su celo, ambición y angurria, amenaza al director del banco nacional, en los siguientes términos: “Si en ese banco existen papeles, documentos o cualesquiera otros efectos de propiedad o a nombre del gobierno provisorio u otro funcionario público o de individuos que formen parte del gobierno, UD. no los entregará ni dispondrá en manera alguna de ellos sin previa anuencia del infrascrito, i en cuanto le sea posible hará una relación de esos efectos”.
Según Francisco García Calderón las razones expuestas por Lynch en la carta que acompaña al bando, no explican la verdad sobre las acciones hostiles que dispuso el Jefe de las fuerzas de ocupación y que él explica indicando que estas, obedecían a su negativa de firmar un tratado de paz cediendo territorio nacional, esa era la principal razón de las medidas dispuestas.
El Presidente García Calderón señalaba que las acciones hostiles contra su gobierno se resumían en: el desarme de las tropas peruanas de Magdalena, las conferencias realizadas para el arreglo de paz entre el Perú y Chile; la ocupación de las oficinas fiscales, y las cuentas del gobierno Provisorio en los bancos y las publicaciones de la prensa, tanto en Santiago como las de La Situación vocero de las fuerzas de ocupación.
El 27 de setiembre el diario La Situación, vocero de las fuerzas de ocupación, publica su editorial “LA SITUACIÓN SE DESPEJA”, en la que se pregunta “¿Con que después de nueve meses de esperar pacientemente la organización de un Gobierno capaz de negociar la paz, descubrimos ahora que el tal Gobierno, o principio de Gobierno, no ha tenido jamas el propósito de firmar la paz? Porque querer la paz sin ceder territorio, es sencillamente no querer la paz, desde que el Perú carece absolutamente de recursos para pagar una indemnización al contado”.
En su misiva, el Presidente García Calderón le recordó a Lynch, que a partir de febrero de ese año y contando con la anuencia de los representantes del gobierno chileno en Lima, se autorizó la organización y funcionamiento del Gobierno Provisorio, lo que permitiría realizar tratos, a fin de llegar a un tratado de paz. Trascendió que Chile, no haría ningún trato con Nicolás de Piérola.
García Calderón hace notar que, desde que asumió la presidencia, realizó actos de gobierno como: la desocupación de tropas chilenas de la zona donde funcionaba su gobierno y el pago del cupo impuesto a Lima y el Callao. “Si al practicar esos actos hubiese creído yo que mi autoridad no dependía de los pueblos que me la daban, sino de las autoridades chilenas, no habría por cierto consentido en nada, ni contraído compromisos de ninguna especie…”.
García Calderón precisa que los plenipotenciarios de Chile y el general en Jefe del Ejército de ocupación trataron directamente con él, y de esta manera reconocieron tácitamente la plenitud de sus poderes, emanados por el voto popular y esa fue la razón para celebrar pactos, especialmente para el pago del cupo impuesto “…que son la emisión de un empréstito, contratado en su mayor parte con extranjeros residentes en el país, i la emisión de billetes fiscales, que son obligaciones que la nación peruana tiene que pagar”.
Pero, una parte procedente del empréstito, así como el hecho que Chile recibía billetes fiscales, significaba un reconocimiento a su autoridad y el derecho a realizar acciones de gobierno. García Calderón preciso de manera enfática su rol como presidente Provisorio “Solo el gobierno peruano puede obligar al Perú; i solo del gobierno peruano podrán las autoridades chilenas recibir en pago documentos de crédito peruano; porque yo como ciudadano de este país, no puedo emitir papeles de crédito que impongan obligaciones a la República”.
Seguidamente el Presidente provisorio hace importantes precisiones: no cree que las autoridades chilenas (Vergara y Altamirano) se dejaran engañar al recibir en pago del cupo, papel de emisión privada sin valor oficial, ni que, al no considerarlo gobierno, consintieron en que engañase a extranjeros residentes, a quienes había pedido dinero en préstamo, emitiendo billetes que carecían de valor oficial.
“El primero de estos estremos haría poco honor a la intelijencia de los señores Vergara i Altamirano; i el segundo los constituiría en cómplices de una emisión falsa, hecha por el que no tenía la facultad de hacerla”.
Quedó establecido desde el principio, que el Gobierno Provisorio había sido reconocido por las autoridades de ocupación y por el Gobierno de Chile. Inicialmente por Aníbal Pinto Garmendia y luego por Domingo Santa María.
Así, Francisco García Calderón, por respeto a las autoridades chilenas expresa: “Incapaz soi de pensar de que los señores Altamirano y Vergara puedan ser engañados por mí: reconozco su clara intelijencia; i no les haré el agravio de ponerla en duda”. Aceptar lo contrario sería poner en tela de juicio el accionar político de Altamirano y Vergara, porque habrían ayudado a cometer fraude, sacando provecho del mismo.
Muy convencido del rol que estaba desempeñando, como Presidente Provisorio, no deja de hacer notar que su autoridad provenía de la elección del pueblo, representado por los 114 notables que lo eligieron y del Congreso que había confirmado y prorrogado sus poderes, precisando que “…; i mientras esas dos autoridades no me reemplacen, soi i continúo siendo el presidente del Perú, cualesquiera que sean las emerjencias a que me vea sujeto”.
Enfatizando además que, su autoridad no dependía de la tolerancia de las autoridades chilenas, sino de la soberanía del Perú, verdadero origen de su poder, que no estaba sujeto a las autoridades chilenas y mucho menos que este hubiera desaparecido por la ocupación de una parte del territorio peruano.
El 1 de octubre de 1881, el Contralmirante Patricio Lynch, jefe de las fuerzas de ocupación, responde a la carta de Francisco García Calderón. El contenido del discurso de Lynch, está orientado a desconocer la existencia del Gobierno Provisorio y del reconocimiento de los pueblos del Perú y gobierno extranjeros.
Lynch hace precisiones en el sentido que, no reconocía ni a los representantes del Gobierno Provisorio, como ministros, como en el caso del señor Gálvez, quien se reunía a menudo con Lynch, para conversaciones y por tenerle confianza, que le hubiera agradado cultivar una amistad con Francisco García Calderón.
Según Lynch, nunca reconoció al Gobierno Provisorio como tal, porque en su consideración no estaba en su ánimo reconocer aun gobierno, “al cual veía le faltaban todas las condiciones necesarias de vida i estabilidad…”, de esta manera su intención era facilitarle el camino para que se constituyera realmente en gobierno “i a ponerse por tanto en aptitud de ser reconocido por el de Chile”.
Respecto del pago del cupo que asumió el Gobierno Provisorio, no tuvo mejor explicación que expresar, que la aceptación del pago del cupo era para salvar a los designados para este pago y que esta propuesta del Gobierno Provisorio, se hizo para ayudar a los designados, precisando el cupo impuesto fue a los vecinos y no al Gobierno. Con lo que trataba de evadir su responsabilidad.
Respecto del pago en billetes o por medio de un empréstito que realizó el Gobierno Provisorio, en consideración de Lynch, “se regularizaría con posteridad, como sucede en todos los actos de una administración que se inicia de un modo irregular, cual fue la de Ud.”. Precisa, que su gobierno accedió en interés de proteger a los vecinos, amenazados por el cupo y las penas impuestas para quienes no cumplieran con el pago.
A la hora de cobrar los cupos e impuestos a nuestros connacionales, cuyo pago asumió el gobierno de Francisco García Calderón hasta noviembre de 1881, sí reconocían al Gobierno Provisorio como tal. No les parece, extraña e interesada esta forma de interpretar las relaciones con un Gobierno que no reconocían políticamente, pero que si aceptaban dinero en pago de impuestos. Muy interesada la posición de Lynch.
Se vivía octubre de 1881, Patricio Lynch para justificar su decisión de cesar el Gobierno Provisorio, no tiene mayor empacho en poner de testigos a dos personajes que habían regresado a Chile y minimiza el apoyo que recibía el Gobierno Provisorio de los pueblos del Perú y países como EE.UU.
“Los señores Vergara i Altamirano manifestaron en diversas ocasiones a los señores Galvez i Denegri, que si para fines del mes de marzo o mediados de abril, no había conseguido el Gobierno provisorio ser aceptado como lejitimo por una buena parte del Perú, los departamentos de la costa por lo menos, Chile no lo consideraría como gobierno, no abrirá negociaciones, ni toleraría ningun ejercicio de autoridad”.
Lynch en el colmo del cinismo y fariseísmo reconocía el perfecto derecho del Perú de constituir un gobierno en cualquier parte del territorio no ocupado. Pero, acusó a García Calderón de “grave paradojización”, tildándolo de enfermo y que sufría de grave contradicción, porque admitía en su carta, la existencia de su gobierno, en presencia de un ejército enemigo.
Lynch habría admitido reconocer el Gobierno Provisorio, si este estaba dispuesto a firmar la paz que exigía el vencedor, en otras palabras, el Gobierno de Francisco García Calderón solo sería reconocido y aceptado por Chile, si estaba dispuesto a firmar un tratado de paz con cesión territorial.
El Dr. Francisco García Calderón, demostró temple y firmeza de convicciones, porque ejerció el Gobierno Provisorio, en las condiciones que se vivía, en un escenario violento y de caos político-social, bajo un estricto control de las tropas chilenas, cumpliendo las exigencias cada vez más violentas para el pago de cupos. Supo responder a la altura de un estadista y dejó sentado su gran patriotismo.
¿Si Chile no reconoció al Gobierno Provisorio de Francisco García Calderón como lo manifestó Patricio Lynch en su carta? Por qué fue trasladado preso a Chile. La respuesta está en que los chilenos tenían temor de él, su gobierno estaba siendo reconocido por países importantes, temían su liderazgo, su capacidad de estadista y su posición firme frente a la firma de un tratado con grave perjuicio para el Perú.
Francisco García Calderón, no aceptó nunca ceder territorio nacional, así lo hizo saber al gobierno de Chile y sus representantes en Lima, defendió a la población que era continuamente expoliada por las autoridades chilenas de ocupación y por eso lo trasladaron preso a Chile, donde permaneció detenido y controlado por la policía secreta chilena por más de 2 años.
N de R.
En los párrafos que se han transcrito de los documentos utilizados, se ha respetado la forma idiomática de escribir de la época.
Notas:
1. Ahumada, Pascual. Tomo V, cap. Segundo, págs. 251-255. GUERRA DEL PACIFICO, Recopilación completa de todos los documentos oficiales, referentes a la guerra. Imprenta i Librería Americana, Valparaíso. Edición 1888.
2. Diario La Situación del 27 y 30 de Setiembre de 1881.
3. Diario La Situación del 3 de Octubre de 1881.
· Carta del Dr. Francisco García Calderón Presidente Provisorio al Contralmirante Patricio Lynch.
· Carta del Contralmirante Patricio Lynch dirigida al Dr. Francisco García Calderón Presidente Provisorio del Perú de 1 de octubre.
· Bando del Contralmirante Patricio Lynch, cesando el Gobierno Provisorio.
martes, 11 de septiembre de 2012
El Túnel del tiempo.El Gobierno Provisorio del Dr. Francisco García Calderón Landa
El Gobierno Provisorio del Dr. Francisco García Calderón Landa (Marzo- Noviembre de 1881)
Las fuerzas chilenas ocuparon la bella capital del Perú el 17 de enero de 1881, se instalaron en el Palacio de Gobierno y desde este cómodo lugar gobernaron con mano de hierro. El dictador Nicolás de Piérola después de la destrucción de Chorrillos, la hecatombe de San Juan y Miraflores, había fugado en dirección a Canta, abandonando la ciudad a merced de las tropas chilenas. Piérola, ególatra y narcisista, creía que aun gobernaba el Perú, se aferraba al poder con uñas y dientes; pero, se había equivocado.
Las fuerzas chilenas ocuparon la bella capital del Perú el 17 de enero de 1881, se instalaron en el Palacio de Gobierno y desde este cómodo lugar gobernaron con mano de hierro. El dictador Nicolás de Piérola después de la destrucción de Chorrillos, la hecatombe de San Juan y Miraflores, había fugado en dirección a Canta, abandonando la ciudad a merced de las tropas chilenas. Piérola, ególatra y narcisista, creía que aun gobernaba el Perú, se aferraba al poder con uñas y dientes; pero, se había equivocado.
A instancias de las fuerzas de ocupación y requiriendo estos un representante del gobierno para iniciar las tratativas de paz, los ciudadanos notables de Lima se reunieron para elegir un nuevo gobierno. Este se encargaría de las negociaciones de paz con las tropas enemigas. “A impulsos de esta urgente necesidad, se han reunido los mas notables ciudadanos de Lima y ha proclamado al Gobierno Provisorio del señor García Calderón, que se levanta pacíficamente, sin más aspiración que salvarnos de la crisis sin igual que hoy atravesamos…”. (1) El Orden 11 de marzo de 1881.
Así, se inician una serie de gestiones que dan su fruto y el 12 de marzo de 1881, se instala en Magdalena el Gobierno Provisorio del Dr. Francisco García Calderón Landa. “El Perú se encuentra en el momento más solemne de su historia, y en el pueblo de la Magdalena se inaugura hoy la sobrehumana empresa de resucitar a un país”.
En carta dirigida al general Cornelio Saavedra general en Jefe del ejército chileno, el 12 de Marzo, el Ministro de RREE Dr. Manuel María Gálvez, pone en conocimiento de las autoridades chilenas que el Dr. Dn. Francisco García Calderón, elegido Presidente Provisorio del Perú, toma posesión del mando supremo y señala como residencia del gobierno el distrito de Magdalena.
El gobierno de García Calderón estuvo organizado de las siguiente manera: “Presidente del Consejo y Ministro de Hacienda y Comercio, Sr. D. Aurelio Denegri, Ministro de Gobierno, Policía, Obras públicas y estadística, Sr. D. Coronel D. Manuel Velarde, Ministro de Justicia, Culto, Instrucción y Beneficencia, Sr. Dr. D. Miguel Vélez, Ministro de Guerra y Marina, Sr. Capitán de Navío D. Camilo Carrillo y Ministro de Relaciones Exteriores, Sr. Dr. D. Manuel María Gálvez”. (2) Diario El Orden de 10 de marzo de 1881.
El 16 de marzo de 1881, Chorrillos entrega el Acta de adhesión al gobierno provisorio. El 17 de marzo, el gobierno de García Calderón es aceptado y proclamado en varios puntos del país, entre ellos Trujillo “(…) y el acta de los vecinos de Trujillo es la mayor patente prueba de que la gente sensata y seria del país, los que no se dejan llevar de sus propios aunque mal entendidos intereses, los que, no tiene a gloria ser indiferentes al porvenir de la Patria, se agrupan decididos bajo la bandera de la constitucionalidad, única áncora de salvación de los pueblos civilizados”. (3) El Orden 17 de marzo de 1881.
En el Acta de Adhesión de Trujillo al Gobierno Provisorio figuran miembros de la Magistratura, Municipalidad de Trujillo y vecinos notables de esta ciudad. De esta manera desconocen el gobierno dictatorial de Piérola, tildado de arbitrario y aceptan al Dr. Francisco García Calderón como presidente, “Todos estiman caducos los poderes que dieron al señor Piérola, desde el momento en que este no usó de ellos sino para llegar al desenlace humillante de Chorrillos y Miraflores”. (4) El Orden 17 de marzo de 1881.
El 17 de marzo se publica en la sección Oficial del diario El Orden el Acta de adhesión de Chorrillos al Gobierno del Dr. Francisco García Calderón, lo que es calificado como un ejemplo. El acta expresa su conformidad y reconocimiento, “En la villa de Chorrillos, a los diez y seis días del mes de Marzo del año de mil ochocientos ochenta y uno, reunidos los vecinos de este lugar, hemos acordado hacer una demostración de nuestro patriotismo y como medida de tranquilidad para nuestro trabajo y ejercicio de todos nuestros derechos, reconociendo como Presidente Provisorio de la república al Sr. Dr. Don Francisco García Calderón…”. (5) El Orden, 17 de marzo de 1881.
Durante la ocupación de Lima, las autoridades chilenas exigieron el pago de cupos, muchos de ellos llegaron a sumas elevadas, que el pueblo y los comerciantes nacionales y extranjeros tuvieron que aceptar y pagar en silencio, de lo contrario sus propiedades eran confiscadas. En marzo de 1881, las fuerzas chilenas de ocupación exigían el pago de un millón de pesos en un plazo perentorio.
El Presidente provisorio desde el momento que asumió la presidencia, debió asumir también la responsabilidad del pago de este cupo, para ello debió apelar a la ayuda de todo el pueblo de Lima y principalmente a los notables y comerciantes como expresáramos, quienes entregaban su cuota como un préstamo al gobierno. “S.E., el Presidente ha contraído el formal compromiso de entregar a las fuerzas invasoras el millón de pesos fuertes que, bajo de severos apremios, habían ellos exigido de cincuenta de nuestros compatriotas”. (6) Diario El Orden 21 de marzo de 1881.
La premura que vivía el gobierno de García Calderón para pagar el cupo impuesto por el enemigo, obligó a publicar un aviso en la Sección Oficial en el diario El Orden, en el que se solicitaba el empoce de su préstamo a todos los peruanos e indicando los bancos en que se hará ese depósito, “De orden del señor Ministro del Ramo se previene a las personas que han suscrito a este empréstito, que en el día procedan a entregar la suma que les corresponde en el Banco de Lóndres, México y Sudamérica, recabando un recibo provisional, que les será canjeado oportunamente por los certificados definitivos. Las personas que no hayan suscrito este empréstito y desean hacerlo, pueden ocurrir con tal fin a la Dirección de Contabilidad General y crédito”. (7) El Orden 23 de marzo de 1881.
Como siempre sucede, en toda colecta no faltan los denominados ventajistas, criollos y los avispados, esa época no era diferente a la de ahora, se organizaron personas inescrupulosas que a nombre de gobierno realizaban el cobro de cupos en provecho propio, “Se ha sabido con mucho pesar que hay individuos que se han permitido tomar el nombres de S. E., el Presidente para inaugurar una colecta en favor de nuestros heridos. Con este estratagema han conseguido de algunas personas sumas respetables”. (8) El Orden, 26 de marzo de 1881.
Cuando Piérola abandonó la capital el Prefecto del departamento, también siguió los pasos del dictador. Piérola nunca tuvo la intención de quedarse en la capital para hacer frente a las tropas invasoras, defender Lima con su vida y buscar la forma de negociar la paz, según narra el diario El Orden del 21 de abril de 1881, “Si el señor de Piérola no se aleja de la capital, y se viene a ella, y apoyado por los restos de sus fuerzas, mantiene el orden, no habría desaparecido tampoco de su puesto el Prefecto del departamento, ni hubiésemos presenciado las escenas de sangre y fuego del 16 y 17 de Enero, más vergonzosas y humillantes aun para el Perú que todas las desgracias y derrotas de la guerra”. (9) El Orden, 21 de abril de 1881.
El diario de ocupación La Actualidad, del 12 de febrero de 1881, refiriéndose al dictador Nicolás de Piérola, quien había huido de la capital antes de cumplir sus deberes de gobernante, expresa “Herida de muerte en los campos de Miraflores, en donde manchó innecesariamente el pabellón de su patria con una odiosa felonía y en donde sacrifico con implacable crueldad la flor de la población limeña a su ambición y sus terrores, la dictadura ha ido arrastrando pesadamente su esqueleto del campo de batalla a Canta, de Canta a Tarma y de Tarma a Jauja, el último refugio de las consunciones en el postrer periodo”. (10) Diario La Actualidad, 12 de febrero de 1881.
Muchas penurias hubiera evitado Piérola al pueblo peruano custodiado bajo las bayonetas chilenas, si se hubiera avocado a cumplir con responsabilidad y patriotismo el cargo que asaltó en diciembre de 1879, tras la huida de Prado, “Si, cumpliendo con su deber, hubiera entrado entonces en negociaciones con el enemigo, habría obtenido para la capital del Perú, siquiera el que la dominación extranjera no se prolongara en ella con todas sus dolorosas consecuencias”. (11) El Orden, 21 de abril de 1881.
Piérola en ningún momento aceptó que las autoridades chilenas accedieran a la petición que le hicieron los notables de Lima para conformar un Gobierno Provisorio y elegir al Dr. Francisco García Calderón como Presidente. Fiel a su estilo en todo momento se avocó a petardear este propósito.
Piérola, fue intrigante, rebelde y contestatario, hizo todo cuanto pudo por desestabilizar al gobierno de García Calderón, incluso envió una circular a los plenipotenciarios extranjeros representantes de sus gobiernos, atacando y criticándolo. Haciendo notar que él aun se mantenía al mando de la República, lo que en parte era cierto, sin embargo, observaba preocupado que, las provincias ya se estaban manifestando a favor de García Calderón y perdía poder.
“…que el Perú, representado por el Gobierno de S.E., el Jefe Supremo, a quien la nación entera acata y obedece, protesta contra todos los actos practicados o que en adelante pueda practicar el titulado gobierno provisorio localizado en la zona dominada con los ejércitos invasores; y por lo tanto, no será mi gobierno responsable en ningún tiempo ni circunstancia, de las obligaciones que nazcan de ese pupilaje administrativo”. (12) Circular del 1 de abril de 1881, firmada por Aurelio García y García secretario general de Piérola.
Llegado a este punto, es necesario recordar las razones expuestas para la conformación del Gobierno Provisorio, entre otras, se consideró que este respondía a la necesidad de un gobierno legítimamente constituido, marcando la diferencia con la Dictadura, que se dio origen después del asalto al poder, “La Dictadura fue soportada solamente por patriotas que debían callar frente al enemigo; y como hecho se inauguró, por la guerra y para la victoria, de hecho se consideraba muerta por la fuga y la derrota”. (13) El Orden, 4 de abril de 1881.
Desde diciembre de 1879, en que Piérola asumió el poder dictatorial en el Perú, nunca garantizó el triunfo de nuestras fuerzas. Más bien hizo todo lo imposible en darle al país el más grande fracaso, cooperó a la derrota de Tacna por eclipsar a Lizardo Montero a quien mezquinó su apoyo, una victoria de Montero hubiera sido el final de su dictatorial gobierno. Derribó a su antecesor Prado argumentando “que no se le había querido conceder ni el derecho de dejarse matar a la cabeza de un puñado de voluntarios”. (14) El Orden, 4 de abril de 1881.
Solo su vanidad comparable con su egocentrismo, no tuvo en cuenta que sus dotes y cualidades estaban lejanos respecto a los militares profesionales que habían recibido formación, “proclamóse más militar que todos sus generales, y no supo ni combatir, ni vencer, ni siquiera morir, sino fugar, dejando a la capital y al ejército en el más absoluto abandono; ese Gobierno, decimos, tenía derecho solo a la execración universal y había sin duda caducado, por estas y por mil otras razones”. (15) El Orden, 4 de abril de 1881.
Lo cierto es que, Nicolás de Piérola había abandonado a su pueblo en las horas más difíciles, había entregado la capital del Perú a las tropas chilenas. Gobernaba a través de decretos y circulares inicialmente desde Canta y posteriormente desde Tarma y Jauja, motivo más que suficiente para que el pueblo declarara la vacancia del cargo, que él había asaltado, “La capital abandonada por el Dictador a la clemencia de sus mismos enemigos, tenía derecho a declarar vacante el poder que tan mal había ejercido el señor Piérola, y elegir a cualquiera que pudiese salvar la sin igual situación que el país atravesaba”. (16) El Orden, 4 de abril de 1881.
En aquellos aciagos días, Lima estaba completamente ocupada por tropas chilenas. En Jauja, Piérola no descansaba en nombrar a diferentes comisionados para negociar con las autoridades chilenas de ocupación. Al respecto el Diario La Actualidad órgano oficial del gobierno de ocupación, expresó “que jamás se aceptaría entrar en tratados de paz con el ex Dictador, cuyos poderes habían caducado, y además porque había hecho a ese país inculpaciones que no era dable aceptar, reconociéndolo como Gobierno del Perú”. (17) El Orden, 4 de abril de 1881.
Antes de proceder a la elección del Presidente del Gobierno Provisorio, los notables de Lima se entrevistaron dos veces consecutivas con las autoridades chilenas, entre ellos el Ministro de Guerra Vergara.
En la primera entrevista expusieron el objeto de su comisión, el mismo que no fue comprendido por el general Vergara, aclarada la situación la comitiva le planteó la siguiente pregunta “¿están o no resueltos definitivamente los representantes de Chile a tratar con el señor Piérola? Si están por la afirmativa, nuestros amigos y creemos que el país entero con ellos, se someten sin replica a esta solución; pero en el caso negativo, y solo en ese caso, nos ofrecemos a formar un Gobierno en Lima”. (18) El Orden, 5 de abril 1881.
Al día siguiente acudieron a la cita a la hora indicada, el señor Vergara y el señor Altamirano, ambos representantes plenipotenciarios de Chile en el Perú, respondieron a la pregunta de manera reiterativa, firme y enérgica, “Pueden estar ustedes seguros de que el Gobierno de Chile, jamás, por ningún motivo, aun con la promesas más lisonjeras, reconocerá al Gobierno de Piérola, ni aceptará tratar con sus enviados sobre la paz. Por lo mismo veremos con satisfacción que los vecinos de Lima formen, libre y espontáneamente un Gobierno, con el cual podamos entendernos, si es aceptado por el país”. (19) El Orden, 5 de abril de 1881.
De todo lo anteriormente expuesto se desprende que la comitiva actuó con lealtad y solo los guiaba el bien de la patria, descartándose algún interés partidista. Otro inconveniente gravísimo que se le presentó a los notables, era la enfermedad crónica del vicepresidente general La Puerta quien no aceptó su designación como Presidente, no valieron actas firmadas ni reiteradas súplicas, “Todo se estrelló contra la voluntad inquebrantable del señor vicepresidente; ni actas firmadas por personas muy caracterizadas, ni las reiteradas suplicas de tres o más comisiones que se le acercaron, ni la influencia de sus más íntimos amigos de quienes nos valimos, nada fue capaz de cambiar su resolución negativa”. (20) El Orden, 6 de abril de 1881.
Es indudable que la conformación del Gobierno de García Calderón, afectó muchos intereses, principalmente los políticos de quienes aun reconocían a Piérola como gobernante legítimo, desconociendo su origen espurio y golpista, inicialmente algunas ciudades del interior del país, se declararon en contra del mismo. Es más, hubo protestas en Arequipa, Puno y Huaraz en contra, se firmaron actas y proclamas desfavorables a García Calderón.
El 7 de abril de 1881, el dictador Piérola desde Jauja encausa al Gobierno de Lima, decretando: “Art. 1°. Los ciudadanos que con el permiso y la ayuda de losa funcionarios chilenos se han reunido en el caserío de la Magdalena para titularse Gobierno provisorio, tan pronto como puedan ser habidos, serán juzgados en consejo de guerra verbal, por los delitos de inteligencia con los enemigos de la patria, auxilio a estos, rebelión al frente de ellos y abuso de caudales públicos”. (21) Ahumada, Pascual. Guerra del Pacífico. T V, pág. 290.
Por su parte Pedro A. del Solar, Jefe Superior, político y militar de los departamentos del sur, quien obedecía las ordenes del dictador Piérola, Decretó, “Declárese traidores a la patria a los que componen el Gobierno provisorio. Formado en la capital de la República, y a los peruanos que le obedezcan o le presten apoyo directo e indirecto”. (22) Ahumada, Pascual. Guerra del Pacífico. T V, pág. 290.
Así se forjó el Gobierno Provisorio del Dr. Francisco García Calderón Landa, contra la incomprensión de peruanos, quienes seguían los dictados de Nicolás de Piérola y no como muchos estudiosos, aseguraban ciertas las versiones, que este Gobierno había sido impuesto por las fuerzas enemigas de ocupación.
Prueba de ello es que, en noviembre de ese año, Francisco García Calderón fue conducido prisionero a Chile, precisamente, por no aceptar un tratado de paz que considerara pérdida territorial y porque su gobierno amenazaba con su legitimidad reconocida por los pueblos el Perú y otros estados extranjeros, a las fuerzas de ocupación. Permaneció dos años y medio en cárceles chilenas.
lunes, 26 de enero de 2009
De la Magdalena a Valparaíso, Vía Crucis de un presidente peruano.
El diario El Comercio del 22 de setiembre de 1905, edición de la mañana, informaba a sus lectores sobre el fallecimiento del Dr. Francisco García Calderón, insigne y sacrificado patriota, héroe civil y ex presidente del Gobierno Provisorio, durante la infausta ocupación de nuestra capital por tropas chilenas.
“Pocos minutos antes de doce de la noche de ayer, dejó de existir el Dr. Francisco García Calderón”. “(…) El Dr. García Calderón era en nuestro presente de pobreza intelectual, un rayo de luz y de ingenio del pasado. El Perú pierde, pues a un hombre que supo darle esplendor y renombre, y que luchó en el campo del derecho y de la ciencia, por la integridad del territorio nacional, tal vez con más provecho que los que lo hicieron en el campo de batalla. La República le debe un tributo de gratitud”. (1)
Mientras Nicolás de Piérola “El Califa” director de la guerra y responsable de la debacle de San Juan y Miraflores, del bombardeo, incendio y destrucción de Chorrillos, el más hermoso de los balnearios de esta parte del Continente y ante el inminente ingreso de las tropas de Baquedano, huía de Lima en dirección a Canta,. Un pueblo acongojado, avasallado, desguarnecido y abandonado por sus gobernantes, se organizaba para recibir a los invasores.
El 16 de enero de 1881 las tropas chilenas se aprestaban a ingresar a la bella ciudad de Lima, con toda su maquinaria logística y militar disponible. Así, se aprestaron a tomar el botín más rico y grande, corolario de una guerra fratricida que grupos de poder económico de Inglaterra y sus cómplices chilenos armaron contra Bolivia y Perú, para apoderarse de las riquezas guaneras de Antofagasta y Tarapacá. Finalmente el 17 de ese aciago mes, ingresaron a Lima.
Para apoyar sus operaciones militares y complementarlas con las operaciones sicológicas y propaganda, el 20 de enero de ese año, fundan los chilenos en Lima el diario “La Actualidad” que se editó e imprimió en la imprenta del diario El Peruano.
Las autoridades de ocupación no quisieron ningún trato con el dictador Piérola que había fugado, dejando Lima a merced de las tropas enemigas. Los personeros chilenos desconocieron la autoridad del dictador y se abocaron a la búsqueda de una autoridad, para firmar un tratado de paz conveniente a sus intereses.
Las fuerzas de ocupación continuaban con su labor de impregnación sicológica sobre la población. El diario La Actualidad el 12 de febrero de 1881 tituló su editorial En Jauja; en el que se describe las correrías del dictador Piérola:
“Herida de muerte en los campos de Miraflores, en donde manchó innecesariamente el pabellón de su patria con una odiosa felonía y en donde sacrificó con implacable crueldad la flor de la población limeña a su ambición y sus terrores, la dictadura ha ido arrastrando pesadamente su esqueleto del campo de batalla a Canta, de Canta a Tarma y de Tarma a Jauja, el último refugio de las consunciones en el postrer periodo”.
“La tisis de la dictadura no es alegre. Va acabando en ahogos de tinta y siembra de decretos la montaña, en las convulsiones de la agonía. (…)”. (2)
En Lima se formó diversas agrupaciones de personas notables, resueltas a dar solución a la situación acéfala del gobierno peruano. El 22 de febrero de 1881, se reunieron ciento catorce notables de Lima bajo la Presidencia de Aurelio Denegri, para deliberar sobre la grave situación del país y la necesidad de encontrar una solución al problema existente.
Después de larga discusión decidieron: “Primero, que ha llegado el caso de constituir un Gobierno Provisorio; segundo que ese gobierno debe ser unipersonal; tercero, que se sujetara a la Constitución de 1860; cuarto, que se faculta ampliamente al gobierno provisorio para adoptar las medidas necesarias en materias de Hacienda; y quinto que el gobierno convocara la reunión de un Congreso, dentro de la quincena siguiente”. (3)
Luego se procedió a la votación para elegir al representante, el resultado fue 104 votos a favor del Dr. Francisco García Calderón. El 10 de julio de 1881 el Congreso confirmó la elección de Francisco García Calderón como presidente del Gobierno Provisorio.
El presidente García Calderón se abocó a buscar la mejor forma de afrontar las exigencias del general chileno Saavedra, quien había impuesto un cupo por un millón de pesos, pagaderos en un plazo de 8 días, bajo la amenaza de destruir las propiedades de las 50 personas, que los chilenos habían designado para este pago. Por temor, los propietarios habían abandonado todo a merced de las tropas enemigas.
El emisario chileno para el tratado de paz fue el Plenipotenciario Joaquín Godoy quien exigió a nombre de su gobierno, realizar las conversaciones con García Calderón directamente, pese a que su nivel era con el ministro de RREE Dr. Gálvez. Entre las exigencias planteadas por Godoy al presidente García Calderón estaban: “Cesión territorial desde la Quebrada de Camarones al Sur, pago de millones por gastos de guerra y varias otras garantías”. (4)
El gobierno Provisorio enfrentó una situación económica de guerra, muy difícil, pero además, se vio en la imperiosa necesidad de celebrar un contrato con el “Credit Industrial” de Paris. Se utilizó como garantía la venta del guano y salitre, el que permitía asegurar el servicio integro de la deuda externa y el pago de una indemnización 80 millones de pesos.
El fuerte acercamiento que García Calderón tuvo con los plenipotenciarios de diferentes países como: EEUU, Costa Rica, Uruguay, Suiza y Dinamarca cuyos gobiernos reconocieron su autoridad, fue el inicio de una corriente de simpatías a su gobierno que crecía entre los representantes extranjeros, que a las autoridades de ocupación no pasó desapercibida.
El diario La Situación, fue el segundo diario que publicaron las fuerzas de ocupación en Lima. Reemplazó a La Actualidad, que fue desactivada por las autoridades chilenas. La imprenta del diario El Peruano donde se imprimía, fue desmantelada y transportada a Chile. El 4 de junio de 1881 este diario publicó su primer número.
Basta revisar parte del contenido de su primer número, para darse cuenta que era un diario sumamente agresivo, que trasuntaba las verdaderas intenciones de sus autoridades. Su lenguaje era provocador y servía como un medio de propaganda para las fuerzas enemigas. Ese primer número decía entre otras cosas: “Diario nacido en tierra extranjera, lejos de la patria, de los que le dan la vida, tiene, necesariamente, la nacionalidad de su bandera. La Situación nace bajo el estandarte de Chile y centinela destacado de avanzada de su prensa en el Perú, su pensamiento y su palabra procurará que sean el pensamiento y la palabra de los suyos.” (5)
El Congreso se instaló el 10 de junio de 1881 en la Escuela de Clases en Chorrillos, construcción que no fue devorada por el incendio, como las demás, porque aviesamente los chilenos la utilizaron como hospital para curar a sus heridos. En esta sesión los congresistas ratificaron la elección de Presidente a favor del Dr. Francisco García Calderón.
Días previos a su arresto, el Dr. Francisco García Calderón citó al Congreso para una sesión secreta en su domicilio en Lima. A esta cita llegaron la gran mayoría de congresistas, burlando el patrullaje de las tropas chilenas. García Calderón planteó la elección de un Vicepresidente, quizás previendo que las autoridades chilenas endurecerían sus medidas contra él. Se eligió a Lizardo Montero, quien ejercería el cargo en su ausencia. Luego de esta sesión el Congreso se disolvió.
El 5 de setiembre de 1881 fueron desarmados los pocos gendarmes residentes en la Magdalena, de nada valió la protesta del presidente ante este atropello. Lynch ordenó el 26 tomar posesión de la Caja Fiscal y embargar los fondos del gobierno en el Banco de Londres. Dos días después decretó por bando la suspensión del ejercicio de toda autoridad, que no estuviera establecida por el cuartel general chileno. La detención de García Calderón sería la siguiente medida.
Antes de partir hacia Chile en calidad de preso, García Calderón firmó el decreto de trasmisión de mando al Contralmirante Lizardo Montero y comunicaciones a los coroneles La Torre y Cáceres a quienes recomendaba el reconocimiento del gobierno Provisional.
La triste despedida del Dr. Francisco García Calderón puede percibirse al leer parte de su proclama a la República. “Esta medida violenta, dijo, ha sido dictada contra mí por la energía con que he defendido la integridad del territorio y la soberanía de la nación. Siendo la víctima de tan noble causa, voy al extranjero con la satisfacción del deber cumplido, y llevo la convicción profunda de que la obra comenzada por mi llegará a término feliz por acción del señor Vicepresidente don Lizardo Montero, quien, por el hecho de mi prisión, queda encargado del mando”. (6)
Patricio Lynch pretextando que el presidente García Calderón “había continuado ejerciendo actos de gobierno”, ordenó su detención inmediata, así como la del Ministro de RREE Dr. Manuel M. Gálvez. La madrugada del 6 de noviembre de 1881 fueron embarcados en el buque chileno Almirante “Cochrane” hacia Pisco, luego fueron abusivamente trasbordados al transporte “Chile” que los condujo a Valparaíso.
El Dr. Francisco García Calderón relata los momentos en que es capturado y conducido a destierro “El 6 de noviembre de 1881 fui reducido a prisión en Lima por las autoridades chilenas que ocupaban esa ciudad. Varias son las causas que se han atribuido a esa arbitraria medida; pero la única verdadera es que el gobierno de Chile se persuadió de que yo no estaba dispuesto a firmar tratado de paz con cesión de territorio”. (7)
El Dr. García Calderón fue hostilizado, amenazado y el gobierno de ocupación creyó haberlo reducido a la impotencia, debido a las restricciones violentas que aplicó al indefenso presidente peruano. Porque abusivamente no solo dispuso el desarme de las tropas, sino que, cerraron la oficina donde atendía, le quitaron el territorio libre de la Magdalena y Chorrillos, se apoderaron de dinero que estaba depositado en el Banco de Londres, Méjico y Sudamérica y le prohibieron ejercer su autoridad dentro del territorio ocupado.
El gobierno de ocupación al apreciar, que no podría vencer la voluntad de lucha del presidente García Calderón, inició una campaña inmisericorde con la prensa a su disposición. La prensa adicta a las fuerzas de ocupación lo declaró loco, “y dijo que estaba poseído de la monomanía del poder supremo”.
Pero, recordemos que nuestro país en setiembre de 1881, presentaba el siguiente aspecto: “toda la Costa en poder de las fuerzas chilenas y el resto del territorio por las fuerzas que sostenían a Nicolás de Piérola, gobernante del Perú por derecho divino”. (8)
Mientras tanto, en el interior del país, los pueblos de Arequipa, Moquegua, Puno y Cuzco reconocieron al gobierno Provisorio y desconocieron a Piérola. Esta decisión patriótica cambió la situación del gobierno Provisorio, porque ya no era el Gobierno de la Magdalena, sino un régimen que se fortalecía, al disponer de una buena porción territorial, donde las fuerzas chilenas no tenían control.
Francisco García Calderón podía trasladarse al Sur y ejercer su mandato desde Arequipa. Aquí hubiera aglutinado a las fuerzas organizadas, dispersas y a las del centro del país que lideraba Cáceres. Hubiera liderado la resistencia conjunta. Pero, el enemigo se percató de esta maniobra y lo redujeron a prisión. He aquí la verdadera razón de su detención y destierro del país.
A García Calderón le dieron un plazo de 24 horas para arreglar sus asuntos personales. Al destierro lo acompañó uno de sus edecanes, el Comandante D. Pedro Garezón. García Calderón relata “Cuando entré al Cochrane, la oficialidad de este buque estaba muy satisfecha, porque se les había dicho que debían conducirme a Valparaíso”. Posteriormente le informaron que solo lo llevarían hasta Pisco, donde trasbordaría a otro buque.
Esta era una forma de hacerle entender a García Calderón y al pueblo peruano, que las autoridades chilenas de ocupación, no lo consideraban más como Presidente. Por tanto debía ser conducido a Chile como cualquier prisionero.
De un buque de guerra bien mantenido, pasó a un transporte sucio, maloliente, en el que había enfermos, delincuentes, oficiales destituidos y todo lo malo que es repatriado por inservible. El capitán del barco, dispuso que sus alimentos los pasara en su camarote y les suplicó que en la noche cerraran las puertas con llave, para evitar robos y atropellos de sus huestes.
El 16 de noviembre de 1881, Francisco García Calderón, presidente del Perú, desembarcó en territorio chileno. Se abría otro capítulo en su vida, una vida cargada de abusos indignos para un presidente, sufrimientos y vicisitudes. Una verdadera pesadilla y un calvario, que solo él con su extraordinaria sensatez, perseverancia y fortaleza moral, supo sobrellevar dignamente hasta el final de su encierro, que fue en mayo de 1884, siete meses después de la firma del tratado de Ancón del 20 de octubre de 1883. Permaneció preso 2 años y 6 meses.
El Dr. Francisco García Calderón viajaría a la Argentina, luego a Europa y finalmente “regresó al Perú en junio de 1886. Una compacta multitud de todas las clases sociales lo recibió en el Callao; la formaban las autoridades, jefes, oficiales de mar y tierra, muchas personas distinguidas del Poder Judicial, del Congreso, de la Universidad, de los Consejos Provinciales, del Clero, Artesanos, etc. La ovación duró hasta su domicilio”.
Notas:
(1-3-4-6-7-8) García Calderón, Francisco. Memorias del Cautiverio, Librería Internacional del Perú S.A. 1949.
(2-5) Castro, Arturo. La Prensa limeña en la guerra con Chile. Editorial de la UAP. 2008.
Fotografía: http://www.adonde.com/presidentes/1881calderon.htm&usg
Pubicado en el Diario La Razón. Lima-Perú. 28 enero 2009. con el título. García Calderón, desterrado y cautivo en Chile por negarse a firmar la paz con cesión de territorio.
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