Australian War Memorial

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EXTERIOR DE MEMORIA DE LA GUERRA-AUSTRALIA

martes, 21 de mayo de 2024

Piratas, Bucaneros y Corsarios en el Callao.

 

Foto: www.elconfidencial.com

"La furia se enfrenta con furia"

Anónimo

Piratas, Bucaneros y Corsarios en el Callao.

 Por: Arturo Castro (Artucas)

Los siglos XVII y XVIII se caracterizan por una amplia actividad de piratería en los mares del planeta, en estos siglos alcanzó su máximo esplendor; sin embargo, esta actividad delincuencial en los mares al parecer no ha sido erradicada hasta el presente. Los casos de piratería en el cuerno de África han sido numerosos y están ampliamente documentados.

Los actuales piratas han sentado sus reales en Somalia y Sudeste asiático. El caso más sonado de piratería en el siglo XXI, sin lugar a duda ha sido el secuestro del barco del Capitán Phillips, quien fue tomado como rehén por piratas somalíes en 2009 él dirigía el barco de carga MV Maersk Alabama por el océano Índico.


El capitán Phillips, felizmente fue rescatado con vida frente a la costa de Somalia, por fuerzas especiales de la Marina de EE. UU, durante la operación de rescate murieron tres piratas que lo mantenían retenido y uno fue detenido. Antes del ataque de las fuerzas especiales los captores apuntaban al rehén con rifles AK-47.

La piratería es una actividad, tan antigua como la navegación misma. Una embarcación privada o estatal amotinada, atacaba a otra en aguas internacionales o en lugares sometidos a la jurisdicción o no de un Estado, con el propósito de robar su carga, exigir rescate por los pasajeros, convertirlos en esclavos y muchas veces apoderarse de la nave. Quienes realizaban esta práctica se denominaban piratas y robaban por cuenta propia.

En la actualidad el concepto de piratería ha evolucionado y se ha extendido a otros ámbitos, hoy se califican de piratas a quienes imprimen libros, revistas, etc., producen CD`s de música y DVD`s de películas, ropa con etiquetas de marca reconocida, no autorizados que, a vista y paciencia de todos, se expenden en las esquinas de nuestra capital y algunos almacenes. Mención especial para los piratas y los hackers de la informática ya conocidos.

Los Corsarios, eran marinos contratados y que servían en naves privadas con “patente de corso” para atacar naves de un país enemigo. La distinción entre pirata y corsario es parcial, porque corsarios como Francis Drake o la flota francesa en la Batalla de la Isla Terceira fueron considerados vulgares piratas por las autoridades españolas.

La patente de corso era un documento entregado por los monarcas de las naciones o los alcaldes de las ciudades, mediante el cual su propietario, tenía permiso de la autoridad para atacar barcos y poblaciones de naciones enemigas. De esta forma el propietario se convertía en parte de la marina del país o la ciudad expendedora.

El principal puerto de nuestro país, el Callao, desde tiempos del Virreinato fue “visitado” por piratas y corsarios de toda laya. El más célebre ataque pirata contra el primer puerto del virreinato del Perú fue realizado en tiempos del virrey Francisco de Toledo (1569-1581) cuando reinaba en España, Felipe II (1556-1598), por el legendario Sir Francis Drake, socio de aventuras del pirata negrero John Hawkins.

Drake salió en diciembre de 1577 con 5 naves rumbo al Brasil, penetró en el Río de La Plata, luego atravesó el estrecho de Magallanes en agosto de 1578. Aunque sólo conservó su propia nave, tomó rumbo hacia el norte y realizó asaltos sorpresivos en Valparaíso, Coquimbo y Arica.

Protegido por las sombras de la noche, se apoderó en el Callao de las naves surtas en la bahía el 13 de febrero de 1579, transbordó a la suya toda la carga que juzgó útil y luego las hundió o las soltó a merced de la corriente. Inmediatamente prosiguió hacia el norte, para eludir los preparativos de defensa en el puerto.

En los días del ataque de Drake al Callao, el virrey Toledo tenía en prisión a un pirata inglés capturado en Panamá mientras intentaba robar esclavos en tierra firme: John Oxenham, que concluyó sus días en una prisión de Lima. En 1587, en tiempo del virrey Fernando Torres y Portugal (1585-1589), Conde del Villar Dampardo, fue traído un grupo de piratas ingleses capturados en el estuario del Plata.

El Callao rechazó con éxito otras incursiones, hasta ocurrir en 1624, en tiempos del Virrey Marqués de Guadalcázar, el sitio del puerto por el holandés Jacob Clerk, apodado Jackes L´Hermite, el Ermitaño. Durante la batalla en defensa del puerto los piratas tomaron como base la Isla San Lorenzo, donde sepultaron sus camaradas caídos, entre ellos, el propio L´Hermite, víctima posiblemente del cólera.

Pero el más sanguinario, no había llegado sino hasta 1880, en que asoló puertos y haciendas y la realizó un pirata llamado Patricio Lynch, que se comportó como un vulgar bucanero, los bucaneros eran matarifes de reses y se convirtieron en carniceros de hombres. Se llamó así bucanero tanto al cazador de ganado salvaje, como al cazador que había abrazado la piratería. Fue propio del Caribe y del segundo cuarto del siglo XVII.

Pero además Lynch por su comportamiento durante el ataque artero, traicionero y a mansalva, a los puertos y haciendas de nuestro litoral, desprotegidos, abandonados por la inercia de Nicolás de Piérola, recibió el calificativo de filibustero “el que captura el botín libremente”, una especie de fusión de pirata con corsario, elevado a la máxima potencia, de la violencia, violación y exacciones que impuso a las poblaciones indefensas.

Con seguridad se preguntarán por qué el calificativo de “pirata-corsario-bucanero-filibustero” que se le endilgó a Patricio Lynch, el gran almirante chileno que recorrió nuestra costa desde Arica, hasta Paita, dejando a su paso, destrucción, desolación, impunidad, muerte, robo, imponiendo cupos a las poblaciones indefensas, destruyendo la infraestructura de las haciendas, etc.

La caída de San Marcos de Arica en manos chilenas y la muerte de Bolognesi, abrieron el camino hacia Lima, la flota chilena tenía nuestro océano libre para desplazarse sin temor y transportar sus vituallas, personal, y proseguir las operaciones militares hacia nuestra capital, tal como era el interés del ministro de guerra chileno Manuel Vergara, quien contaba con el apoyo del ejército en poder de Baquedano.

La opinión pública azuzada por los diarios chilenos que deseaban la continuación de la guerra, como el Independiente de Santiago del 23 de agosto de 1880, que expresaba: “… a Lima! para dar el golpe de muerte a esa serpiente, para firmar en el palacio de los virreyes el tratado de paz que nos dé, como reparación e indemnización de guerra, la costra del Pacífico hasta el grado 19; a Lima, en fin, para satisfacer el anhelo vehemente de nuestros soldados”.

A partir del 10 de abril de 1880, el Callao fue bloqueado, el almirante Galvarino Riveros dio un plazo de diez días para poner a buen recaudo los bienes neutrales y privados, al término del cual bombardearía el puerto. Vencido el plazo el 22 de abril se ejecutó el primer bombardeo, sin muchos efectos en las propiedades y población; el 10 de mayo se realizó el segundo bombardeo, hizo 418 disparos, no alcanzó a causar perjuicios, fracasando en su cometido.

Un hecho que precipitaría la decisión de dar autorización a Lynch para sus correrías en nuestro litoral, a no dudarlo, fue el hundimiento del Loa, por una acción arriesgada de nuestros antepasados, al colocar una trampa explosiva en una embarcación, utilizado como señuelo y tentando la angurria de los “rotos”, la nave pequeña, contenía frutas, verduras y animales de crianza, cuando izaban la carga a su nave, explotó una bomba que sacudió al Loa, matando cerca de 130 hombres de su tripulación.

Este hecho, singular, realizado por defensores anónimos del Callao, con valor, ingenio y creatividad, causó una grave crisis en el gobierno mapochino. Chile a esta acción valerosa de un grupo de peruanos, respondió azuzado por su prensa, parametrada, patriotera y al borde del paroxismo, para que Pinto autorizara la expedición Lynch.

El 26 de julio de 1880 el Mercurio de Valparaíso, traducía su odio contra nuestro país, al expresar: “Venganza, venganza clama hoy el infante y el viejo, el guerrero y el sacerdote; venganza pronta, rápida, enérgica, eficaz, sangriento, es lo que nos grita en cada uno de sus rayos el sol que nos alumbra, el mar que nos baña, el aire que nos vivifica. A estas horas no hay en Chile otro sentimiento, otra expresión, otro deseo que este: Venganza, y se repite con renovado furor el grito de “a Lima, a Lima”.

Patricio Lynch, el gran almirante chileno, “un vulgar pirata”, recibió la autorización del presidente chileno Aníbal Pinto a su plan de acción en estos términos: “Junio 22. La idea de una expedición me parece muy bien. Organízala tú. Dime que buques y tropas necesitas. Envíanos un plan bien detallado indicándonos lo que necesitas llevar…”; durante cuarenta y seis días azoló nuestra costa, llevando muerte y desgracia a los principales puertos y haciendas azucareras del norte.

La fuerza expedicionaria al mando de Lynch debía sujetarse entre otras cosas a: contaría con dos buques, la corbeta Chacabuco y el vapor Abtao y un total de 2200 hombres. Podía tomar los acopios de víveres u otros artículos de utilidad, destruir el material rodante de los ferrocarriles, perseguir remesas de armas, recoger ganado, imponer contribuciones de guerra, exigir pago en metálico o en especies, como azúcar, algodón, arroz, alcoholes. La cuota de contribución lo hará efectiva con todo rigor, apelando si es necesario a la destrucción de la propiedad.

Lynch al llegar a Chimbote impuso cupos a lugares y personas seleccionadas, entre ellas a los dueños de la hacienda Palo Seco, la maquinaria de esta hacienda una verdadera ciudad, estaba valorizada en 100, 000 libras esterlinas. Contaba con la casa principal semejante al Palacio de la Exposición de Santiago. Colocaron dinamita para destruir, el trapiche, los calderos, el alambique, el edificio, el ingenio de arroz, las casas destruidas completamente. Muerte y destrucción dejó Lynch.

Seguidamente Lynch se desplazó al puerto de Supe, se dirigieron a la Hacienda San Nicolás, al igual que en Palo Seco, destruyeron la maquinaria, lo edificios, casas, bodegas y almacenes, se llevaron todo el algodón que encontraron y que estaban en fardos en el almacén.

Posteriormente se trasladaron a Paita, para interceptar una nave extranjera, que traía una valiosa carga para el Perú, esta tenía en sus bodegas 28 cajones consignados al gobierno peruano, contenían dinero para circular en el país, en total 7`290,000 en billetes y 375,000 en estampillas de franqueo común, el país sufrió un fuerte golpe, por la utilidad que el enemigo le pudo dar ulteriormente. A Paita le impusieron como contribución de guerra, la cantidad de diez mil pesos de plata, pero como no pudieron pagar, incendiaron y redujeron a cenizas las instalaciones.

Luego seguirían Eten y Ferreñafe, en Chiclayo impusieron un cupo de 150, 000 pesos, que no pudieron pagar en las 48 horas de plazo, por lo que Lynch ordenó la destrucción, incendio, muerte y destrucción. El cómplice de Lynch, Stuven se desplazó hacia Ferreñafe, impuso cupos a las haciendas más importantes. La administración del ferrocarril de Eten, la hacienda Llape, la hacienda Cayaltí entre otras pagaron sus cupos.

En octubre las fuerzas expedicionarias llegaron a Trujillo, Lynch impuso un cupo de 150,000 pesos, no pudieron pagar, por lo que Lynch ordenó destruir el puente sobre el rio Chicama, incendiaron la estación ferrocarril de Ascope y Chocope. El 26 de octubre Lynch después de haber causado muerte y destrucción como una tormenta, abandonó Trujillo, con sus naves bien cargadas de oro, plata y especies que, había robado a los pacíficos e indefensos habitantes.

Lynch fue obligado por su gobierno a declarar todo lo obtenido. Este hizo un inventario para cubrir las apariencias y a su conveniencia. Según el historiador chileno Barros Arana, parcializado con su paisano, dice que el increíble botín de este buitre llamado Lynch ascendió a: como producto de las contribuciones de guerra, se obtuvieron 29,050.00 libras esterlinas, 11,428 pesos en dinero y 5,000 pesos en papel moneda, oro y plata en barras, un cargamento considerable de mercancías.

Respecto a las acciones de Lynch en nuestras costas, Sir Clements R. Markham, se expresó así: “Así terminó esa expedición de pillaje y de criminal saqueo; perpetua infamia para sus autores y para el Gobierno que proyectó y aprobó su ejecución…”. Por su parte, un senador chileno por Coquimbo, elevó una protesta a su gobierno, indicando: "Íbamos a resucitar los días de los corsarios en nuestro propio territorio cuando el mundo entero de común acuerdo acababa de abolirlos...".

Sin comentarios. Dejo que cada uno de ustedes saque sus propias conclusiones.

Notas:

·         Expedición Lynch. Congrains, Eduardo.

·         La Guerra con Chile en sus documentos. Lecaros, Fernando.


NdR: Este artículo fue publicado en este mismo portal en 2009 y fue ampliamente visitado por los lectores amantes de la historia, lo volvemos a reponer revisado y actualizado a la luz de los últimos hechos de piratería, entendiendo que esta actividad ilegal aún rinde sus frutos para algunos piratas modernos..

jueves, 16 de mayo de 2024

Peruanos qué hacer, frente a las elecciones folklóricas de 2026.


Esta la guerra en la que vemos, enfrentamiento de bombas y balas, misiles y drones, valentía, sacrificio y fuerza bruta, y contabilizamos ganadores, perdedores y muertos, pero, junto a esta guerra, se libra otra un campo de batalla teñido de claroscuros, donde entran en juego el engaño, la seducción y la mala fe. Anónimo

Por: Arturo Castro

¿De qué barro, estamos hechos los peruanos impasibles ante el desorden y caos político-judicial?, ¿Es posible entender esa pasividad temerosa frente la anarquía nacional?, ¿Qué fuerzas malignas mueven la conciencia de los hombres frente a la confusión que vive nuestra Nación?, ¿Les falta hombría a los peruanos para reaccionar dignamente frente al caos político, social y económico?

Según el Génesis, “Dios creó al hombre en el sexto día de la creación. Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz el aliento de vida, convirtiéndolo en un ser viviente. Dios también creó a la mujer a partir de una de las costillas del hombre para que fuera su compañera”. ¿Venimos los peruanos de ese polvo que en manos de Dios se convirtió en hombre?

Nuestro país, vive momentos de hondo desconsuelo, preocupación e incertidumbre; en el escenario actual observamos con preocupación el incierto panorama político-social y económico. Los escándalos políticos no cesan, las denuncias e injerencia judicial en la política, producto de una pugna por el poder en el MP y PJ, y fuerzas oscuras detrás moviendo los hilos como titiriteros, mientras los títeres obedecen órdenes para cumplir sus planes malignos.

 ¿Qué fuerza oscura, tenebrosa, maligna y corrompida, impide a jueces y fiscales cumplir con su deber constitucional con arreglo a la ley? Mientras la pobreza avanza a pasos agigantados afectando a millones de peruanos, que ya no confían en sus autoridades porque los actos de estos están revestidos de sospechosa corrupción, lo que es terrible para la seguridad e inversiones que tanta falta le hacen a nuestro país.

Hagamos un momento de reflexión, sabemos bien que, la actual división política del Perú considera 24 Regiones y una Región autónoma. En la práctica es la misma antigua demarcación que consideraba 24 departamentos y la Provincia Constitucional del Callao, a mi juicio no ha cambiado nada, es más considero que esta demarcación realizada durante el gobierno del corrupto Toledo, ha traído graves casos de corrupción en los gobiernos regionales y locales.

Parece que nuestro país considerado exagerado o descomedido en algunas de sus acciones y decisiones, nos muestra una faceta más en política, pareciera que   somos “más papista que el Papa” y ello debido a la cantidad de postulantes para el proceso electoral de 2026. Actualmente son 27 partidos inscritos y esperan otros 17 para inscribirse. Serían en total 44 competidores, todo un récord Guinness.

Comparemos con los procesos electorales llevados cabo en otros países y cantidad de candidatos que se presentaron. Comenzamos con nuestro país; Perú 2021: 18, Paraguay 2023: 13, Brasil 2022: 11, Uruguay 2019: 11, Ecuador 2023: 8, Chile 2021: 7, Colombia 2022: 6, Argentina 2023: 5 y Bolivia 2020: 5. Perú estará en el observatorio mediático mundial, sin ninguna duda.

Todos los candidatos de manera general tendrían un diagnóstico sesudo, real y objetivo de la situación del país, producto del trabajo juicioso de tecnócratas y plasmados en un Plan de Gobierno (PG) que de nada servirá al momento de ocupar el sillón presidencial; pues, como sucede actualmente, no siguen los lineamientos del PG si alguna vez lo tuvieron. La improvisación será el pan de cada día.

Pero, dichos PG tendrían también propuestas concretas que nos sacarán del subdesarrollo en un abrir y cerrar de ojos. Algunos candidatos afanosos iniciaron sus recorridos por los pueblos más alejados del país, con promesas que a la vuelta de la esquina olvidarán como siempre, porque allí donde el hambre muerde el estómago y la pobreza espanta al miedo, no quieren promesas, quieren realidades. No quieren palabras sino obras.

Por ello, en cada pueblo joven, Asentamiento Humano, en cada poblado alejado, donde la sed y el hambre son sinónimo de vida o muerte, en cada carretera afirmada, llena de tierra y herrumbre, serán recibidos con indiferencia y desconfianza; es que ya son más de doscientos años de promesas incumplidas y oídos sordos a sus necesidades más apremiantes.

Algunos candidatos apelarán y se vestirán a la usanza de las regiones y poblados seguirán caminando los viejos caminos del Perú, que esperan aún ser pavimentados, colegios derruidos sin carpetas, postas médicas sin medicinas sin médicos ni enfermeras, para convencer a los modestos ciudadanos, que ellos sí transformarán al Perú y necesitan sus votos para acceder a la presidencia.

La cantidad de postulantes a la presidencia, que en número superan largamente la cantidad de Regiones del país; como si de cada una de ellas se presentara un candidato y medio, está recibiendo una serie de críticas, porque es la demostración más plausible, de que en nuestro país el nivel político es muy deficiente, irreal e irresponsable. Una vez más priman los intereses de grupo, amicales, familiares y de poder de los grupos de presión.

Asistimos todos los peruanos a una demostración de lo débil que son las instituciones y organizaciones políticas por su propia irresponsabilidad e indiferencia; por ello no sorprende la desazón y desconfianza en esta clase y se justifica la necesidad de la población en buscar una nueva alternativa, aunque eso signifique tirar por la borda todo lo avanzado hasta la fecha.

El Jurado Nacional Electoral afirma actuar con imparcialidad en sus resoluciones sin embargo tanto el JNE, ONPE y RENIEC, han perdido credibilidad frente a la población por su sospechosa actuación frentes a las denuncias de fraude que no quisieron responder a las tachas presentadas por los partido políticos afectados porque están convencidos que solo con fraude ganó Pedro Castillo.

Para complementar este escenario, asistimos también a un mar de informaciones que tratan de distraer a la opinión pública, con noticias que causan desazón y gran preocupación en la población, la injerencia en las decisiones judiciales, por efecto de la presión de Gorriti en el PJ y MP.

Observamos también cómo las ONG’s de DDHH, abogan por el permanente enfrentamiento y hostilidad entre los peruanos, seguimos separados, divorciados, civiles y militares a un lado, parece que esa fuera la intención de estas organizaciones; porque continúa la persecución contra los militares que enfrentaron a la subversión, muchos de ellos ancianos de más de 80 años, juzgados y sentenciados abusivamente. ¿Hasta cuándo seguirá esta política de caza de brujas?

Llegado a este punto, para las elecciones de 2026 seremos los peruanos capaces de discernir, reflexionar y votar realmente con responsabilidad, nos jugamos el futuro de nuestros hijos y nietos. Aún queda mucho pan por rebanar, no desperdiciemos nuestros votos, no les entreguemos fácilmente una carta en blanco; porque “promete y promete” …, luego “olvida lo prometido”, somos un bocato di cardinale para los políticos en esta lid electoral, por eso nos enamoran, luego de obtenido nuestros votos, nos darán una patada y todo seguirá igual. No seamos tontos útiles ni convidados de piedra.

Sabemos que el mundo es malévolo y crecientemente competitivo. En la política, los negocios y artes enfrentaremos a adversarios dispuestos a hacer cualquier cosa para obtener ventaja y el próximo proceso electoral no será una excepción, harán empleo de un creciente clientelismo.

Son lides políticas y batallas complejas que el pueblo debe observar porque no sabemos qué partidos realmente están del lado del pueblo. Hay quienes supuestamente juegan en equipo con el pueblo y actúan en forma amigable y a veces de manera complaciente, sin embargo, luego sabotean sus propias promesas y utilizan al pueblo solo para promover su propia agenda. Son difíciles de detectar, practican sutiles juegos de agresión pasiva, ofreciendo ayuda que nunca llega ni llegará.

Ustedes se preguntarán a todo esto, y el Congreso, considerado el primer poder del Estado, qué acciones ha tomado o va a tomar para corregir, fiscalizar y legislar para mejorar el desempeño y el cumplimiento de los roles constitucionales de los organismos del Estado que son importantes para la vida del país; en nuestra consideración, el Parlamento vive su propia agenda, los congresistas están más preocupados en salvarse de las denuncias judiciales, de sus pretensiones de ocupar curules en el próximo Senado y seguir haciendo lo que siempre han hecho medrando del poder.

A este paso, lo decimos con plena seguridad, el próximo Congreso será la mejor demostración de la anti política, de la irresponsabilidad de la ciudadanía al elegirlos. Tendremos un Congreso atomizado, donde será imposible ponerse de acuerdo para legislar y fiscalizar en favor del pueblo, será una verdadera Torre de Babel, cada quien hablará su propio idioma y defenderán sus intereses.

¿Y el país? Que se hunda en la anomia, que se pierda en el caos y desorden, que caiga dinamitado por sus propios hijos hasta la sima o fosa más profunda. Así estamos.

¡Necesitamos urgente peruanos honestos y responsables, con eso que ponen las gallinas, para poner orden en el país!