“Como amanece el día, como amanece el sol/amanece mi patria en mi
corazón,
corazón peruano donde la emoción/amanece ahora como si la aurora se
hiciera canción.
Canción que está impregnada de nueva juventud/ canción en la que
vibra la patria en plenitud,
canción hecha bandera pues lleva como tú/el alma, los colores y el
nombre del Perú”.
Mario Cavagnaro Llerena
Cómo deberíamos afrontar el escenario político.
Arturo Castro
La consolidación de nuestra patria como Nación-Estado, aún
viene recorriendo caminos ajenos, senderos peligrosos, derroteros sinuosos como
meandros amazónicos, etapas de luchas intestinas cruentas han caminado sus días
con huellas de violencia política a lo largo de su historia republicana, todo
por ambición de poder desde que Simón Bolívar se alejó de estas tierras.
Solo luchas fratricidas se desarrollaron en nuestro país a lo
largo de casi cincuenta años iniciales de la joven república, en que gobernaron
los mariscales de Ayacucho, hasta que en 1872 se eligió a Manuel Pardo y Lavalle
como el presidente representante del civilismo que se elevaba como opositor al
militarismo de esa época dura.
El 2 de mayo de 1866, en el combate contra la flota española
que se enseñoreaba en las aguas del Pacífico, afloró la unidad, la unión, un
solo pensamiento, una sola idea ¡Libertad! Santa palabra, santo concepto que
resumió el deseo vehemente y ferviente de todos en esas horas aciagas.
13 años después, en 1879, la crisis económica chilena, ambiciones
de poder, vaivenes políticos, intereses mezquinos de las clases altas, que
descuidaron la defensa nacional, nos llevó como Estado a una guerra con Chile,
que duró casi cinco años, de los cuales 2 años y 10 meses Chile ocupó el
Hertland de nuestro país, la capital.
Nuestros connacionales fueron sometidos a innumerables abusos
y robos comprobados por propios historiadores chilenos, de las que hasta hoy Chile
no nos ha resarcido. Innumerables personajes de la política y del periodismo
nacional fueron trasladados a las ergástulas chilenas, entre ellos el
presidente del Gobierno provisorio Francisco García Calderón a quien
mantuvieron desde noviembre 1881 y durante dos años seis meses en calidad de
preso, aun después de la firma del tratado de Ancón en octubre de 1883.
Nuestro país quedó no solo en la quiebra moral, sino en la bancarrota
económica, tuvo un costo muy grande el recuperarnos. En esa guerra, se dieron
los momentos más nefastos de odio y traiciones, así como los más sublimes y
heroicos de nuestra historia. La mayoría de nuestros héroes son de esta etapa
cruenta, quienes entregaron su vida por dejar en alto el honor nacional y
dignidad, antes que rendirse. Ello costó “sangre, sudor y lágrimas”,
parafraseando a Winston Churchill.
En el siglo XX el Estado peruano tuvo que hacer frente a
numerosos conflictos externos con Colombia y Ecuador; pero también tuvo que
hacer frente a dos organizaciones subversivas que emplearon el terrorismo como
arma para imponer su ideología trasnochada.
Las FFAA, PNP, CAD´s, tuvieron que hacerles frente y se les
derrotó en el campo militar; sin embargo, en el campo político y psicosocial
nuestro Estado está siendo derrotado por un enjambre de ONG´s y los organismos
de fachada de Sendero Luminoso (SL). Hoy los representantes de esas
organizaciones terroristas detentan el poder en el Ejecutivo, Congreso y vienen
copando todo el aparato estatal, ante la pasividad del Congreso.
Nuestra querida patria poco a poco se va deslizando en un
tobogán hacia un abismo. Un abismo insondable, a una fosa profunda de atraso,
hambruna y pobreza, ante la posición indiferente y convenida que se ha
apoderado de los representantes del pueblo en el Congreso. No quieren asumir su
responsabilidad constitucional, aleccionados por mantener la vida muelle que
llevan y porque muchos congresistas han caído bajo el influjo de la corrupción,
se han vendido al gobierno, hipotecando lo poco que les queda de honor,
dignidad y decencia, si en algún momento lo tuvieron.
Algunos analistas han expresado, como para justificar esta
situación, que todos somos culpables y cómplices de esta situación. Unos por
timoratos, temerosos; otros por indiferentes, los más por irresponsables. Pero,
los hay también por acción en la toma de decisiones equivocadas y por omisión
convenida de sus protervos intereses.
Una juventud ingenua que se dejó engañar y arrastrar por el
sector caviar de la prensa y organizaciones no gubernamentales en manos de
caviares, esa nueva clase económica que ha nacido a la sombra del Estado que consideran
un botín para ellos y del que comen las asesorías, consultorías y proveedores,
donde han sentado sus reales, de espaldas a la población del país.
Jorge Basadre nuestro historiador en su ensayo la Promesa de
la Vida Peruana escrito en 1931 habló de los podridos, incendiarios y los
congelados, como los responsables de lo que vivía nuestra patria, pronto
cumplirá 100 años. Entonces, preguntamos qué ha cambiado en el país desde
entonces, casi nada. El odio enquistado, la envidia purulenta, la pandemia de
la corrupción se han enseñoreado en nuestra sociedad.
Hasta hoy, pasados casi 10 meses de este desgobierno de Pedro
castillo, que está tirando por el retrete todo lo que la mayoría de los
peruanos había logrado con gran sacrificio durante estos últimos treinta años:
Periodistas como Hildebrandt, cuyo odio no lo dejará descansar en paz, afirma
muy suelto de huesos, que el reto en las elecciones fue escoger entre la “nausea
y el misterio”, es decir entre Keiko Fujimori y Pedro Castillo.
Lo expresa el periodista más conocido y considerado culto de
estos tiempos; sin embargo, hace unas semanas este mismo periodista en una
entrevista a Pedro Castillo, publicado en su semanario, le lavó la cara por
unos momentos, hasta tuvo la desfachatez de compararlo con Winston Churchill,
qué descaro y atrevimiento.
En ese entonces, Hildebrandt le escondió a la población las
graves falencias de Pedro Castillo, ya sabemos que el presidente redundará en
sus falencias, limitaciones y errores, porque está en su naturaleza, rebelde,
contestataria, resentida y acomplejada. Tener un presidente de esta naturaleza,
es continuar el drama del desgobierno desde Ollanta, PPK, Vizcarra y Sagasti y
un drama de nuestra patria elevada a la máxima potencia.
El presidente Castillo ha hecho de los consejos de ministros
descentralizados uso y abuso. De las doce llevadas a cabo hasta la fecha, según
información oficial, solo una de ellas cuenta con un Acta, es una grave
deficiencia que afecta la administración del Estado. Un total de gastos al
Estado de 17 millones de soles, un insulto a la pobreza.
Estas reuniones descentralizadas que no tienen ningún fin
político, salvo el despilfarro, de los escasos dineros del Estado, solo están
sirviendo para que el gobierno siga con su campaña de imponernos una Asamblea Constituyente
(AC), encargada de formular una nueva Constitución para nuestro país.
Como se sabe la AC es el caballito de batalla de este régimen
desde que se inició, sin tomar en cuenta que casi el 90% de la población no
quiere saber nada de una nueva Constitución, sino más bien reclama creación de
trabajo, seguridad y mejoras en salud.
Los últimos escándalos del gobierno han tenido como protagonistas
a la 1ra vicepresidenta Dina Ercilia Boluarte Zegarra, quien según Contraloría
vicepresidenta habría cometido una infracción constitucional por incumplir el
artículo 126 de la Constitución. La publicación de audios que comprometen a
personas muy cercanas al presidente Pedro Castillo, sobre repartija de cargos
antes de asumir el mando de la Nación.
El pueblo está asqueado de tanta corrupción y escándalos
diarios que remecen el escenario nacional. El pueblo no quiere dádivas, el
pueblo quiere trabajo, y estos consejos descentralizados solo están irrogando
gastos en pasajes, viáticos, combustibles, trasporte de aviones y helicópteros
en algunos casos estadía de ministros, del personal de la PNP que va de
seguridad y la infaltable presencia de la portátil.
Porque, a decir verdad, en los locales donde se realiza estas
reuniones, jamás ingresa el pueblo. Pueblo que, sí está presente en los exteriores de estos
locales, a gran distancia, separados por un cordón policial dicen por seguridad
y de esta forma, el gobierno se pone una coraza e ignora a ese pueblo al que
tanto apela en sus discursos politiqueros.
En circunstancias de violencia política, de emergencia
nacional, de guerra, de peligro para nuestra soberanía e independencia, el
pueblo peruano siempre se ha unido para hacer frente a las amenazas internas y
externas, bajo el manto de nuestra única bandera cuyos colores blanco y rojo son
la inspiración excelsa del patriotismo, de héroes que entregaron su vida, de
poetas y escritores que han escrito sobre ella, de niños y ancianos, de jóvenes
y adultos en todos los confines de nuestra patria.
Jamás, aceptaremos que quieran imponernos otra bandera como
aquel proyecto de un ciudadano que ha sido presentado por una congresista, demostrando
con esta actitud, ignorancia supina, falta de civismo, de amor a la patria y
tiene un grave desfase en su identidad. Nunca debió presentar semejante
proyecto.
Los peruanos debemos unirnos ante el peligro que se cierne
sobre nuestro amado país, está en peligro de convertirse en un país paria como
Venezuela, Cuba y Nicaragua. Ya los derrotamos anteriormente con la conjunción
de esfuerzos de todos los peruanos, los volveremos a derrotar y esta vez en
todos los campos, para que no vuelvan a ser un peligro para nuestro amado Perú.
¡Todos unidos, marchemos contra ellos! ¡No pasarán!