El 22 de abril de 1997 se ejecutó la operación “Chavín de Huantar”, se liberó a 72 rehenes de la Embajada de Japón y Alberto Fujimori presidente de la república, lograba uno de sus triunfos políticos más resonantes a nivel internacional.
Como recordamos, hace 12 años se ejecutó de manera impecable el rescate de rehenes de la Embajada de Japón en Lima, ejecutada por 140 integrantes de las Fuerzas Especiales de nuestras FFAA, que lograron un triunfo inigualable sobre los terroristas del MRTA, quienes mantenían en calidad de cautivos a 72 rehenes en la embajada nipona.
Es necesario tener en consideración, que la embajada de un país extranjero en el nuestro, es territorio soberano de ese país y la toma violenta de la legación japonesa por terroristas del MRTA en diciembre de 1996, constituyó una violación de territorio extranjero y provocó una grave crisis en nuestras relaciones internacionales con Japón, por lo que el gobierno de entonces se impuso recuperarla. Y el presidente era la autoridad que debía facultar su ejecución.
En el decimosegundo aniversario de esta épica jornada, todo el pueblo peruano junto a sus FFAA, celebraremos serenamente pero, con gran alegría y satisfacción, la conmemoración de la Operación “Chavín de Huantar”, reconocida a nivel mundial como la más grande y exitosa operación de rescate de rehenes, que se haya realizado en el planeta. Este hecho engrandece al pueblo peruano y sus hijos preclaros los soldados de la patria.
Haciendo un retroceso en el tiempo, la tarde del 22 de abril de ese año, nuestro país estallaba en júbilo y alegría por el resultado de la operación militar, que ponía el nombre de las FFAA del Perú en los noticieros internacionales del mundo. Esa gloriosa tarde en nuestro país, tirios y troyanos se dieron la mano y tuvieron que reconocer el valor, esfuerzo y sacrificio demostrado por nuestros combatientes.
La operación militar de rescate “Chavín de Huantar”, finalizó victoriosamente en 35 minutos y los resultados fueron catalogados como los más eficientes y eficaces, de la historia militar contemporánea. Solo comparado con el exitoso e histórico rescate de los rehenes israelíes secuestrados en Entebbe.
Hubo otras operaciones de rescate en otras latitudes que tuvieron un alto costo en vidas humanas, como el rescate de rehenes del teatro Moscú tomado por un comando de separatistas chechenos y donde murieron ciento quince de los 117 rehenes.
Era el 17 de diciembre de 1996 y en la residencia del embajador japonés Morihisa Aoki se celebraba el natalicio del Emperador Akihito de Japón, con la asistencia de 600 invitados, entre empresarios, diplomáticos, religiosos, militares y políticos. Los relojes marcaban las 8:19 de esa noche, cuando 14 terroristas del MRTA profusamente armados, irrumpieron violentamente desde una casa vecina y tomaron la residencia del embajador del Japón en el Perú.
Posteriormente los terroristas clasificaron y luego procedieron a liberar algunos rehenes hasta que mantuvieron secuestrados solo a 72, pero, a cambio de su liberación, pedían que se ponga en libertad a 400 miembros de esta organización terrorista encarcelados y en calidad de procesados por el delito de terrorismo.
Al celebrar esta fiesta nacional, recordemos que la fuerza de rescate estuvo liderada por el general EP José Williams Zapata e integrado por 140 efectivos de nuestras FFAA. Hubo 25 heridos en las fuerzas de élite, de quienes las organizaciones de DDHH no dijeron ni pío. El Vocal supremo Ernesto Guisti, el Coronel Juan Valer y el Capitán Raúl Jiménez entregaron sus vidas heroicamente, en aras de la tranquilidad que hoy disfrutamos los 28 millones de peruanos. Ojalá para siempre.
Por la noche de ese día, la gran cobertura nacional y los programas televisivos del mundo, tuvieron palabras de elogio para el gobierno peruano y su presidente. De igual manera las principales autoridades de EEUU, Canadá, Japón, Francia, Israel, Inglaterra, etc., mostraron su satisfacción por los resultados de la mencionada operación.
El Perú brilló como nunca antes, en las marquesinas del mundo entero, porque la Operación militar de rescate había sido conducida con gran precisión por oficiales de nuestras FFAA. No hubo participación de fuerzas extranjeras, como en algún momento aseguraron algunos enemigos de la patria, que les hacían el juego a los terroristas y trataron de opacar esta gran operación militar.
Los rehenes en mención permanecieron durante 126 días (es decir 3024 horas, 181,440 minutos y más de un millón de segundos), presos, incomunicados, en condiciones infrahumanas, violentados sus derechos humanos y alejados de sus seres queridos violentamente.
Pero, como siempre ocurre con las acciones buenas que hacen los soldados, de inmediato se levantaron voces de algunos detractores, se echó sombras, basura, lodo y cieno con ventilador sobre los comandos “Chavín de Huantar”, solo con la finalidad de presentarlos como asesinos y opacar su valerosa acción, y para colmo de males, hoy pende sobre sus cabezas, denuncias por violación de derechos humanos. ¡Cuánta ingratitud encierra el sentimiento antipatriótico de algunas gentes!
En ningún país del planeta suceden estos hechos, solo en el Perú se desconoce y se trata de minimizar las valerosas acciones de nuestros soldados, defensores de la Democracia y se intenta esparcir sobre sus acciones, todo el odio y mezquindad del que son dueños, aquellos seres desafectos a quienes el sentimiento patriótico les importa un comino.
¿Hasta cuándo seremos desagradecidos? ¿Quiénes están detrás de estas malas y nefastas acciones?, ya es tiempo de señalarlos con el dedo acusador, porque está probado que son los enemigos de nuestra patria, los mismos que hoy cacarean por todos los medios de comunicación echando sedimento y cieno sobre el sacrificio de nuestros soldados en la localidad de Sanabamba, Huanta, Ayacucho.
Frente a este hecho lamentable en el que han sido masacrados violentamente14 soldados, han salido una serie de senderólogos, analistas, congresistas, profetas y bustos parlantes, que al unísono recomiendan tal o cual acción frente a este fenómeno que no es nuevo, pero, es cierto ha evolucionado hacia un matrimonio indisoluble entre terrorismo y tráfico ilícito de drogas (TID).
La estrategia para hacer frente a estas acciones es conocida por nuestros Comandos de las FFAA, porque todos ellos han enfrentando a la violencia senderistas desde los años 80, hay una doctrina al respecto, fruto de la experiencia de esta lucha tenaz por defender los valores democráticos. Pero, como lo han denunciado, se requiere un real y efectivo apoyo logístico y jurídico para continuar las operaciones.
No podemos ignorar, que la táctica de los narcoterroristas consiste en emboscar a las patrullas militares colocando niños y mujeres delante de ellos para protegerse. Esta acción que de por sí es cobarde, en el campo de batalla pone a nuestros combatientes ante la disyuntiva de repeler al ataque y que en la refriega muera gente inocente.
Nuestros combatientes se encuentran desamparados jurídicamente ante las continuas denuncias de las ONG´s de DDHH o de ciudadanos de la zona, quienes aseguran haber perdido a sus familiares indocumentados y de quienes no se tiene la certeza de su existencia, pero para denunciar es buena cualquier habilidad, esto indudablemente ponen en peligro las operaciones militares.
Como puede percibir la opinión pública nacional, nuestros soldados están prácticamente desamparados y condenados a morir en el enfrentamiento y de salir ilesos, ser denunciados por violación de derechos humanos, tácitamente están con las manos atadas y en estas circunstancias, y ese escenario, es difícil combatir eficientemente y las operaciones se ven afectadas.
El actual escenario en el VRAE es una realidad insoslayable, a la que el gobierno debe dar solución inmediata. De manera urgente debe satisfacer las necesidades logísticas y de equipamiento, menos palabras y más acción.
Para lograr una victoria aplastante sobre el narcoterrorismo se requiere, no solo una decisión política que suponemos existe, sino mucha voluntad para empujar el carro en la misma dirección y que, principalmente el apoyo logístico sea continuo, sostenido y oportuno para satisfacer las necesidades de nuestros soldados, marinos y aviadores que pelean heroicamente y evitar que sean presas fáciles para los narcosenderistas.
Doce años después de la exitosa operación de rescate “Chavín de Huantar”, el ex presidente Alberto Fujimori ha sido sentenciado en primera instancia a 25 años de prisión, en un fallo de hondas implicancias políticas e ideológicas, más que jurídicas, como lo han asegurado hasta el cansancio innumerables empresarios, periodistas y abogados con gran experiencia en el campo penal.
Solo sus enemigos políticos e ideológicos han aplaudido y se han llenado la boca con este triunfo irrito, han acudido a cuanto programa televisivo y radial existe, con la finalidad de pontificar la belleza épica e inmaculada del fallo judicial, desde un enfoque caviar muy conveniente a sus intereses.
En este decimosegundo aniversario de la gloriosa epopeya de “Chavín de Huantar”, todos los peruanos de buenos sentimientos patrióticos y amantes de la paz, hagamos una cadena de buena voluntad y reconozcamos el valor, sacrificio y patriotismo de nuestros bravos combatientes, quienes actualmente con ese mismo esfuerzo, sacrificio, espíritu y tesón, vienen combatiendo al narcoterrorismo en el VRAE, con la única finalidad de defender los valores democráticos que debemos preservar todos.
¡Un Feliz aniversario para nuestra Nación al celebrar el decimosegundo aniversario de la Operación de rescate Chavín de Huantar!