El 16 de
febrero de 1881, mediante una circular, se cita a las personalidades notables
de Lima, a una reunión a realizarse el 18 de ese mes, a las 2 p.m., en la casa
N° 64 de la calle San Agustín(altos), para tratar “asuntos que se relacionan con
las actuales circunstancias”; (Fdo.) MANUEL G. DE LA COTERA- MANUEL
ATANACIO FUENTES- PABLO DE VIVERO- FOCION MARIATEGUI.
La reunión
se realizó en casa del General Manuel G. La Cotera, en ella se dieron cita
personas notables de Lima, para analizar la situación que se vivía en la
capital ocupada por fuerzas chilenas. En esta reunión se estableció que se
formaría un Gobierno respetable, que fuera garantía para todos, incluso para el
Gobierno de Chile.
Se planteó
la necesidad de volver al régimen Constitucional que se había roto, tras la
huida de Mariano Ignacio Prado el 19 de diciembre de 1879 y el levantamiento de
Nicolás de Piérola. Para ello se llamaría al primer Vicepresidente General Luis
La Puerta, para lo cual se designó una comisión integrada por los señores:
Bustamante, Helguera, Haza, Velarde, Odriozola, Gálvez, Elías y Boza.
Esta
comisión se dirigió a la casa del General La Puerta, quien los recibió,
finalmente no aceptó la decisión de la junta, por dos razones: el periodo
constitucional del gobierno de Mariano I. Prado del que era Vicepresidente
había terminado el 2 de agosto de año anterior y su estado de salud era
delicado, no le permitiría volver a las tareas administrativas en medio de la
situación político-social que vivía el país.
En vista de
esta negativa, la comisión designada regresó a la reunión para informar de la
decisión del General La Puerta, lo que causó consternación en los notables. La
junta en un nuevo intento de convencer al General La Puerta, nombró otra
comisión integrada por ocho personalidades, para entregarle el Acta donde la
junta de notables lo reconocían como benemérito y el llamado a restablecer el
gobierno constitucional.
La nueva
comisión integrada por: el Dr. Odriozola, Contralmirante Haza, General
Bustamante, Dr. Rafael Velarde, Jesús Elías, Buenaventura Elguera, Francisco de
P. Boza y el Dr. Manuel María Gálvez, se dirigió a la casa del General La
Puerta, quien les respondió negativamente, expresando su “inquebrantable propósito de no
reasumir el mando supremo del país”.
En Lima, no
solo existía una junta de notables que buscaba una solución política al
problema de la ocupación chilena. Entendían que el dictador Piérola, poco era
lo que podía hacer estando su gobierno itinerante. Otros notables se reunían
también en casa de Dionicio Derteano. Manuel Atanasio Fuentes se encargaría de
plantear la necesidad de unirse ambas juntas, como finalmente lo hicieron para
la elección del Presidente Provisorio.
Sin
embargo, preciso era conocer cuáles eran las intenciones de Chile, si las
autoridades chilenas se entenderían con los representantes de Piérola; si este
era el caso, la junta de notables apoyaría esa decisión; en caso contrario,
solicitarían una declaración sobre este punto. La comisión estuvo integrada
por: el General Bustamante, Dr. José Luis Quiñonez y Dr. Manuel González de la
Rosa. Las autoridades chilenas recibieron a la comisión y quedaron en que al
día siguiente darían su respuesta.
Llegado el
día, el señor Vergara y el señor Altamirano, representantes plenipotenciarios
de Chile, respondieron de manera reiterativa, firme y enérgica, “Pueden
estar ustedes seguros de que el Gobierno de Chile, jamás, por ningún motivo,
aun con las promesas más lisonjeras, reconocerá al Gobierno de Piérola, ni
aceptará tratar con sus enviados sobre la paz. Por lo mismo veremos con
satisfacción que los vecinos de Lima formen, libre y espontáneamente un
Gobierno, con el cual podamos entendernos, si es aceptado por el país”.
El
Orden, 5 de abril de 1881.
El
contralmirante Patricio Lynch, quien se desempeñaba como Jefe político y
militar del Callao, asumió el cargo de Comandante en Jefe de Ejército de
Ocupación chileno en mayo de 1881, quedando a cargo de la ciudad de Lima. Durante
el periodo de Patricio Lynch que abarcó hasta el final de la permanencia de los
chilenos en Lima, impuso la ley marcial con mano dura.
Lima
ocupada por tropas chilenas. En Jauja, Piérola no descansaba en nombrar a
diferentes comisionados para negociar con las autoridades chilenas de
ocupación. Al respecto el Diario La Actualidad órgano oficial del
gobierno de ocupación, expresó “que jamás se aceptaría entrar en tratados
de paz con el ex Dictador, cuyos poderes habían caducado, y además porque había
hecho a ese país inculpaciones que no era dable aceptar, reconociéndolo como
Gobierno del Perú”. Diario El
Orden, 4 de abril de 1881.
El día 25
de agosto de 1881, el embajador de los Estados Unidos en Perú, Mr. Hurlbut,
envió una carta al contralmirante P. Lynch, entre otras consideraciones le
expresó claramente que “los Estados Unidos apoyarían al Perú en el
sentido de no ceder un pie de su territorio a menos que se demostrara que el
Perú no iba a ser capaz de pagar una indemnización de guerra de alguna otra
manera”. Lynch no contestó la nota, aunque la posición de EE. UU, con
seguridad inquietó a los chilenos.
El día de
18 de septiembre, asumió en Chile el presidente Domingo Santa María en
reemplazo de Aníbal Pinto. El día 26 del mismo mes por orden de Lynch los
chilenos tomaron posesión de la Caja Fiscal del gobierno peruano y embargaron
sus fondos en el Banco de Londres. El 28 de setiembre, por bando, Lynch declaró
que solo subsistirían las autoridades municipales, suspendiendo el gobierno Provisorio
de Francisco García Calderón.
La suerte
estaba echada y el final del Gobierno Provisorio del Dr. Francisco García
Calderón estaba marcada por el destino, en manos de Lynch. El gobernante de
facto aplicaba todo su poder y para ello, disponía la ejecución de una serie de
medidas que buscaban la clausura definitiva del Gobierno Provisorio.
Varias razones
tenía el Gobierno chileno, para tomar fatal decisión: el reconocimiento del
Gobierno Provisorio, por diferentes gobiernos extranjeros entre ellos EE. UU y
de los pueblos del Perú que empezaron a manifestarse, fortaleciendo un gobierno
que poco a poco se empoderaba, e interpretaba el sentir de la población
respecto de la firma de la paz sin ceder territorio nacional. Podemos inferir,
que el temor se apoderó del gobierno chileno y de su representante en Lima, al
conocer el apoyo estadounidense.
El 6 de
setiembre de 1881 Patricio Lynch, dirige una carta al Director General de
Rentas, que administra la Caja Fiscal del Gobierno Provisorio, en la que le
solicita un informe respecto de la intervención del banco, en la recepción de
billetes de emisión fiscal provenientes de EE.UU.
En Lima,
según la nota de Lynch circulaban una serie de rumores, lo que hacía presumir,
la presunta comisión de actividades de fraude, finalmente muy refinadamente,
amenaza al director del banco considerarlo como cómplice, si su respuesta era “capciosa
o induce al engaño”.
No sabemos
si es real la existencia de rumores en el comercio de la capital de esos
tiempos, respecto a la circulación de billetes autorizado por el Gobierno
Provisorio. Lo que se puede afirmar es que Patricio Lynch dirige el comunicado
en el que conmina al director del Banco para que declare bajo responsabilidad.
Patricio
Lynch designa a Joaquín Gajardo como su representante y ante quien el director
del banco debía declarar sobre: si el banco que dirige estableció algún arreglo
con Francisco García Calderón, sobre billetes que se mandaron fabricar a EE.
UU; si se había llevado en depósito billetes al Banco Nacional, o paquetes,
bultos cuyo contenido desconocía, y que delate a personas que supieran algo al
respecto.
El Jefe de
las fuerzas de ocupación, demostrando su celo, ambición y angurria, amenaza al
director del banco nacional, en los siguientes términos: “Si en ese banco existen papeles,
documentos o cualesquiera otros efectos de propiedad o a nombre del gobierno
provisorio u otro funcionario público o de individuos que formen parte del
gobierno, UD. no los entregará ni dispondrá en manera alguna de ellos sin
previa anuencia del infrascrito, i en cuanto le sea posible hará una relación
de esos efectos”.
Según
Francisco García Calderón las razones expuestas por Lynch en la carta que
acompaña al bando, no explican la verdad sobre las acciones hostiles que
dispuso el Jefe de las fuerzas de ocupación y que él explica indicando que
estas, obedecían a su negativa de firmar un tratado de paz cediendo territorio
nacional, esa era la principal razón de las medidas dispuestas.
El
Presidente García Calderón señalaba que las acciones hostiles contra su
gobierno se resumían en: el desarme de las tropas peruanas de Magdalena, las
conferencias realizadas para el arreglo de paz entre el Perú y Chile; la
ocupación de las oficinas fiscales, y las cuentas del gobierno Provisorio en
los bancos y las publicaciones de la prensa, tanto en Santiago como las de La
Situación vocero de las fuerzas de ocupación.
El 27 de
setiembre el diario La Situación, vocero
de las fuerzas de ocupación, publica su editorial “LA SITUACIÓN SE DESPEJA”, en
la que se pregunta “¿Con que después de nueve meses de esperar pacientemente la
organización de un Gobierno capaz de negociar la paz, descubrimos ahora que el
tal Gobierno, o principio de Gobierno, no ha tenido jamas el propósito de
firmar la paz? Porque querer la paz sin ceder territorio, es sencillamente no
querer la paz, desde que el Perú carece absolutamente de recursos para pagar
una indemnización al contado”.
En su
misiva, el Presidente García Calderón le recordó a Lynch, que a partir de
febrero de ese año y contando con la anuencia de los representantes del
gobierno chileno en Lima, se autorizó la organización y funcionamiento del
Gobierno Provisorio, lo que permitiría realizar tratos, a fin de llegar a un
tratado de paz. Trascendió que Chile, no haría ningún trato con Nicolás de
Piérola.
García
Calderón hace notar que, desde que asumió la presidencia, realizó actos de
gobierno como: la desocupación de tropas chilenas de la zona donde funcionaba
su gobierno y el pago del cupo impuesto a Lima y el Callao. “Si
al practicar esos actos hubiese creído yo que mi autoridad no dependía de los
pueblos que me la daban, sino de las autoridades chilenas, no habría por cierto
consentido en nada, ni contraído compromisos de ninguna especie…”.
García Calderón precisa que
los plenipotenciarios de Chile y el general en Jefe del Ejército de ocupación
trataron directamente con él, y de esta manera reconocieron tácitamente la
plenitud de sus poderes, emanados por el voto popular y esa fue la razón para
celebrar pactos, especialmente para el pago del cupo impuesto “…que
son la emisión de un empréstito, contratado en su mayor parte con extranjeros
residentes en el país, i la emisión de billetes fiscales, que son obligaciones
que la nación peruana tiene que pagar”.
Pero, una parte procedente
del empréstito, así como el hecho que Chile recibía billetes fiscales,
significaba un reconocimiento a su autoridad y el derecho a realizar acciones
de gobierno. García Calderón preciso de manera enfática su rol como presidente
Provisorio “Solo el gobierno peruano puede obligar al Perú; i solo del gobierno
peruano podrán las autoridades chilenas recibir en pago documentos de crédito
peruano; porque yo como ciudadano de este país, no puedo emitir papeles de
crédito que impongan obligaciones a la República”.
Seguidamente el Presidente
provisorio hace importantes precisiones: no cree que las autoridades chilenas
(Vergara y Altamirano) se dejaran engañar al recibir en pago del cupo, papel de
emisión privada sin valor oficial, ni que, al no considerarlo gobierno,
consintieron en que engañase a extranjeros residentes, a quienes había pedido
dinero en préstamo, emitiendo billetes que carecían de valor oficial.
“El primero de estos
estremos haría poco honor a la intelijencia de los señores Vergara i
Altamirano; i el segundo los constituiría en cómplices de una emisión falsa,
hecha por el que no tenía la facultad de hacerla”.
Quedó establecido desde el
principio, que el Gobierno Provisorio había sido reconocido por las autoridades
de ocupación y por el Gobierno de Chile. Inicialmente por Aníbal Pinto Garmendia
y luego por Domingo Santa María.
Así, Francisco García
Calderón, por respeto a las autoridades chilenas expresa: “Incapaz soi de pensar de que los
señores Altamirano y Vergara puedan ser engañados por mí: reconozco su clara
intelijencia; i no les haré el agravio de ponerla en duda”. Aceptar lo
contrario sería poner en tela de juicio el accionar político de Altamirano y
Vergara, porque habrían ayudado a cometer fraude, sacando provecho del mismo.
Muy convencido del rol que
estaba desempeñando, como Presidente Provisorio, no deja de hacer notar que su
autoridad provenía de la elección del pueblo, representado por los 114 notables
que lo eligieron y del Congreso que había confirmado y prorrogado sus poderes,
precisando que “…; i mientras esas dos autoridades no me reemplacen, soi i continúo
siendo el presidente del Perú, cualesquiera que sean las emerjencias a que me
vea sujeto”.
Enfatizando además que, su
autoridad no dependía de la tolerancia de las autoridades chilenas, sino de la
soberanía del Perú, verdadero origen de su poder, que no estaba sujeto a las
autoridades chilenas y mucho menos que este hubiera desaparecido por la
ocupación de una parte del territorio peruano.
El 1 de
octubre de 1881, el Contralmirante Patricio Lynch, jefe de las fuerzas de
ocupación, responde a la carta de Francisco García Calderón. El contenido del
discurso de Lynch, está orientado a desconocer la existencia del Gobierno
Provisorio y del reconocimiento de los pueblos del Perú y gobierno extranjeros.
Lynch hace
precisiones en el sentido que, no reconocía ni a los representantes del
Gobierno Provisorio, como ministros, como en el caso del señor Gálvez, quien se
reunía a menudo con Lynch, para conversaciones y por tenerle confianza, que le
hubiera agradado cultivar una amistad con Francisco García Calderón.
Según
Lynch, nunca reconoció al Gobierno Provisorio como tal, porque en su consideración
no estaba en su ánimo reconocer aun gobierno, “al cual veía le faltaban todas
las condiciones necesarias de vida i estabilidad…”, de esta manera su
intención era facilitarle el camino para que se constituyera realmente en
gobierno “i a ponerse por tanto en aptitud de ser reconocido por el de Chile”.
Respecto
del pago del cupo que asumió el Gobierno Provisorio, no tuvo mejor explicación
que expresar, que la aceptación del pago del cupo era para salvar a los
designados para este pago y que esta propuesta del Gobierno Provisorio, se hizo
para ayudar a los designados, precisando el cupo impuesto fue a los vecinos y
no al Gobierno. Con lo que trataba de evadir su responsabilidad.
Respecto
del pago en billetes o por medio de un empréstito que realizó el Gobierno
Provisorio, en consideración de Lynch, “se regularizaría con posteridad, como
sucede en todos los actos de una administración que se inicia de un modo
irregular, cual fue la de Ud.”.
Precisa, que su gobierno accedió en interés de proteger a los vecinos,
amenazados por el cupo y las penas impuestas para quienes no cumplieran con el
pago.
A la hora
de cobrar los cupos e impuestos a nuestros connacionales, cuyo pago asumió el
gobierno de Francisco García Calderón hasta noviembre de 1881, sí reconocían al
Gobierno Provisorio como tal. No les parece, extraña e interesada esta forma de
interpretar las relaciones con un Gobierno que no reconocían políticamente,
pero que si aceptaban dinero en pago de impuestos. Muy interesada la posición
de Lynch.
Se vivía octubre
de 1881, Patricio Lynch para justificar su decisión de cesar el Gobierno
Provisorio, no tiene mayor empacho en poner de testigos a dos personajes que
habían regresado a Chile y minimiza el apoyo que recibía el Gobierno Provisorio
de los pueblos del Perú y países como EE.UU.
“Los
señores Vergara i Altamirano manifestaron en diversas ocasiones a los señores
Galvez i Denegri, que si para fines del mes de marzo o mediados de abril, no
había conseguido el Gobierno provisorio ser aceptado como lejitimo por una
buena parte del Perú, los departamentos de la costa por lo menos, Chile no lo
consideraría como gobierno, no abrirá negociaciones, ni toleraría ningun
ejercicio de autoridad”.
Lynch en el
colmo del cinismo y fariseísmo reconocía el perfecto derecho del Perú de
constituir un gobierno en cualquier parte del territorio no ocupado. Pero, acusó
a García Calderón de “grave paradojización”, tildándolo de enfermo y que sufría
de grave contradicción, porque admitía en su carta, la existencia de su
gobierno, en presencia de un ejército enemigo.
Lynch
habría admitido reconocer el Gobierno Provisorio, si este estaba dispuesto a
firmar la paz que exigía el vencedor, en otras palabras, el Gobierno de Francisco
García Calderón solo sería reconocido y aceptado por Chile, si estaba dispuesto
a firmar un tratado de paz con cesión territorial.
El Dr.
Francisco García Calderón, demostró temple y firmeza de convicciones, porque ejerció
el Gobierno Provisorio, en las condiciones que se vivía, en un escenario
violento y de caos político-social, bajo un estricto control de las tropas
chilenas, cumpliendo las exigencias cada vez más violentas para el pago de
cupos. Supo responder a la altura de un estadista y dejó sentado su gran
patriotismo.
¿Si Chile
no reconoció al Gobierno Provisorio de Francisco García Calderón como lo
manifestó Patricio Lynch en su carta? Por qué fue trasladado preso a Chile. La
respuesta está en que los chilenos tenían temor de él, su gobierno estaba
siendo reconocido por países importantes, temían su liderazgo, su capacidad de
estadista y su posición firme frente a la firma de un tratado con grave
perjuicio para el Perú.
Francisco
García Calderón, no aceptó nunca ceder territorio nacional, así lo hizo saber
al gobierno de Chile y sus representantes
en Lima, defendió a la población que era continuamente expoliada por las
autoridades chilenas de ocupación y por eso lo trasladaron preso a Chile, donde
permaneció detenido y controlado por la policía secreta chilena por más de 2
años.
N de R.
En los párrafos
que se han transcrito de los documentos utilizados, se ha respetado la forma
idiomática de escribir de la época.
Notas:
1.
Ahumada, Pascual. Tomo V, cap.
Segundo, págs. 251-255. GUERRA DEL PACIFICO, Recopilación completa de todos los
documentos oficiales, referentes a la guerra. Imprenta i Librería Americana,
Valparaíso. Edición 1888.
2.
Diario La Situación del 27 y
30 de Setiembre de 1881.
3.
Diario La Situación del 3 de
Octubre de 1881.
·
Carta del Dr. Francisco García
Calderón Presidente Provisorio al Contralmirante Patricio Lynch.
·
Carta del Contralmirante
Patricio Lynch dirigida al Dr. Francisco García Calderón Presidente Provisorio
del Perú de 1 de octubre.
·
Bando del Contralmirante
Patricio Lynch, cesando el Gobierno Provisorio.