Comentarios a la carta escrita por el
Almirante francés Bergasse du Petit Thouars al Ministerio de Marina de Francia.
El
25 de diciembre de 1879 el Almirante Bergasse du Petit Thouars a borde del
buque “Le Victorieuse”, dirige una carta al Ministerio de Marina y de las
Colonias (25-01-1880), fechado el 25 de diciembre de 1879. En el que hace un
análisis del escenario político del país, en medio de la guerra con Chile y una
lucha fratricida por el poder.
En
esta comunicación epistolar, el Almirante Du Petit Thouars, describe el
escenario de la guerra civil que vivía el Perú, a raíz de la huida de Mariano Ignacio
Prado, el enfrentamiento por el poder, entre las fuerzas que apoyaban a Nicolás
de Piérola y las fuerzas del general La Cotera. Finalmente Piérola triunfa.
Como
es de conocimiento de todos, Prado se embarca el 19 de diciembre de 1879, con
la colecta nacional para adquirir armas en Europa, dejando a su familia librada
a su suerte, “No obstante lo increíble que fuera este hecho, fue verdad, y de esta
manera Prado se marchó del Perú, dejando atrás a su mujer, a sus seis hijos (…),
y a su país en un estado de desorden indescriptible”.
La
“vergonzosa deserción” de Prado tal como calificó el editorial de El Comercio del 19 de diciembre de 1879,
es duramente criticado por el Almirante Du Petit Thouars, porque no solo se
llevó dinero (112,000 libras esterlinas), sino que según la percepción de este
observador foráneo, Prado “utilizó ventajosamente el poder para su
propio beneficio”, pues él era el principal proveedor del ejército.
Las
circunstancias de la fuga del general Prado demostrarían que nunca pensó en la
defensa de la patria, ya que so pretexto
de verificar el estado de las tropas en los fuertes del Callao, acudía
diariamente a este puerto, se presume preparando su futura huida como lo expresa
du Petit Thouars en su misiva.
Otra
observación que nos alcanza este importante documento es que, en el escenario
de guerra que se vivía en Lima, era importante saber el rol que cumplía la
prensa en esas horas aciagas, convencidos de una victoria peruana final, él afirma
que “los
periódicos continuaron indisponiendo y amenazando de muerte a aquellos que
parecían dudar del éxito final de esta lucha”, para todos desigual.
Para
Petit Thouars, Mariano Ignacio Prado representaba a la clase dominante del
país, la misma que, se preocupaba por sus intereses personales y de grupo, así les agradaba la adulación pasajera, tenían poco
sentido del deber y lealtad con los compromisos adquiridos, confundieron el
patriotismo con el orgullo personal y su amor propio.
En
la lucha intestina por el poder, el anciano general La Puerta vicepresidente del
gobierno de Prado, no supo aceptar la responsabilidad de gobernar, por lo que
permaneció en su domicilio. La escalada de enfrentamientos se inicia en Lima y
Piérola se acuartela en el Callao, hasta que las fuerzas que apoyaran al
general Manuel Gonzales de la Cotera, ministro de guerra, le expresan su
malestar y repulsión a continuar la lucha fratricida, se inicia la deserción de
sus tropas.
El
ministro de guerra fue denostado por los comerciantes, a su paso por las calles
de Lima acompañado de dos escuadrones de caballería leales, recibió insultos y
repulsa. La Cotera ni se inmutó ente este desprecio popular.
La
negociación entre los representantes de ambas partes estuvieron orientadas a la
destitución del vicepresidente La Puerta y reconocer a Piérola como mandatario.
En esta cruzada apoyaron el obispo y los clérigos.
La
llegada al poder de Piérola en momentos difíciles para la república, entre tiros y explosiones, no mejoró la
situación de la guerra con Chile. En su encumbramiento como presidente, habló
de la guerra y exageró en un triunfo inexistente como resultado, por lo que
estaba sucediendo en el sur; así lo expresa Petit Thouars, “creo que la situación sigue
siendo igual de mala que antes de que sucedieran estos últimos acontecimientos”.
La
impresión que tenía el almirante Du Petit Thouars sobre Nicolás de Piérola
queda meridianamente clara cuando expresa lo siguiente: “Piérola es el favorito del
pueblo y del clero. Dicen que es muy capaz, bastante íntegro, pero no veo
ninguna prueba de eso, y el simple hecho de que fue ministro de Hacienda
durante el gobierno de Balta, es decir, en la época en la que se llevaron a
cabo concesiones de vías férreas, así como una serie de trabajos extravagantes
como ruinosos y agiotajes abusivos, nos permite tener una mala opinión de su
juicio y dudar de su honestidad”.
Notas: Carta escrita por el Almirante
francés Bergasse du Petit Thouars al Ministerio de Marina de Francia. Publicado
por el semanario “Hildebrandt en sus trece” N° 112, 22 de junio de 2012.