El 28 de julio del próximo año, la Nación
peruana estará celebrando el Bicentenario de nuestra Independencia y nacimiento
de la República. Para ello, se han programado una serie de actividades que
permitirán a todos participar en esta gran fiesta nacional; pero, realmente Perú
es un país Independiente y libre como dijo el general Dn. José de San Martín, “Desde
este momento el Perú es libre, independiente por la voluntad general de los
pueblos y su causa que Dios defiende”.
Se sostiene que la piedra angular del Estado-Nación
que nació del sistema de Westfalia en 1648, que son la soberanía y el
Estado-nación, actualmente han sido erosionadas, porque lo que
acontece en la gobernabilidad interna de los países influye en gran medida al
sistema internacional. Los países no viven solos, existen dentro de una
organización mundial. La Globalización acortó las distancias.
Fukuyama sostiene que, “Desde el
final de la guerra fría, los Estados débiles se han convertido, probablemente,
en el único y más grave problema para el orden internacional”.
Se los responsabiliza, a que por la
misma razón de ser Estados débiles o fracasados atentan contra los derechos
humanos, provocan desastres humanitarios, causan oleadas masivas de inmigración
y atacan, en algunos casos a sus vecinos, o por lo menos provocan incidentes
internacionales. Algunos Estados débiles protegen terroristas como en el caso
del atentado del 11-S en 2001.
Desde la caída del Muro de Berlín
1989, disolución de la ex URRS, hasta el ataque terrorista del 11 de Setiembre
2001, la mayoría de las crisis internacionales que surgieron, precisamente han
sido en torno a países débiles: “Somalia, Haití, Camboya, Bosnia, Kosovo,
Ruanda, Liberia, Sierra Leona, el Congo y Timor Oriental, para
solucionar los problemas de países hubo
necesidad de intervención de la comunidad internacional de diversas formas, incluso
arrebatándoles a los nacionales la función de gobernabilidad.
Respecto del atentado del 11 de
Setiembre 2001 contra las torres gemelas, fue un hecho distinto. Afganistán era
un Estado débil, sobrepasado por una organización terrorista como al-Qaeda,
servía de base para operaciones terroristas a nivel mundial, acciones violentas
en donde se combinaron el islamismo radical con Armas de Destrucción Masiva (ADM),
no solo afectó a EE. UU., sino a otros países ricos y poderosos.
Lo que sí ha quedado demostrado es
que, los métodos tradicionales de seguridad y contención para hacer frente a
las amenazas de toda naturaleza especialmente las que vienen del terrorismo
internacional, no dieron resultado y, por tanto, obligaron a la intervención
dentro de estos Estados y cambiar su régimen para evitar futuros atentados.
Partiendo de la necesidad de construir
la política internacional contemporánea, que permita lograr objetivos, para
afrontar y reconstruir sociedades abatidas por conflictos, o desgastadas por la
guerra, y otras amenazas graves como la corrupción, eliminar la amenaza del
terrorismo y que los países pobres tengan oportunidad de progresar
económicamente, se requiere fomentar la gobernabilidad, mejorar su legitimidad
democrática y fortalecer las instituciones autosostenibles.
Fukuyama sostiene que, “Si hay
una ciencia y un arte o una techne(técnica)para la construcción del Estado,
está logrará todos estos objetivos simultáneamente”.
Estados Unidos optó por la
construcción de naciones, quizá influenciado por su experiencia nacional en el
que la identidad histórica y cultural estuvo determinada por el
constitucionalismo y la democracia. En Europa a diferencia de EE. UU., si
encontraron la diferencia entre creación de Estado y nación. Precisan que, la
construcción de una nación, de una comunidad unidas por su historia y cultura común
está muy lejos de la influencia exterior, por tanto, “...sólo los Estados
pueden construirse exprofeso”. El surgimiento de una nación “depende
más de la fortuna que del diseño”.
El planeta se desarrolla en un mundo
multipolar, distinto al surgido después de la Segunda Guerra Mundial en que se
impuso un mundo bipolar durante la guerra fría. El mundo se dividió en tres
partes. “Un grupo de sociedades, en su mayor parte opulentas liderados
por los Estados Unidos”. (Samuel P. Huntington. Choque de
civilizaciones) Construyeron una rivalidad, ideológica, política, económica y
militar, frente a un grupo de países pobres comunistas liderados por la ex URRS,
y un tercer grupo, los países pobres que se declararon No alineados.
En el mundo post guerra fría, las
distinciones de los pueblos actualmente, no son de carácter ideológicas,
políticas o económicas; sino básicamente culturales, en este mundo viene
cobrando importancia: las banderas, los símbolos de identidad cultural y toda
manifestación como las cruces, medias lunas y hasta la forma de cubrirse la
cabeza.
Las personas están a la búsqueda y
están descubriendo identidades nuevas; pero, que realmente vienen del pasado, “...la
identidad cultural es o que resulta más significativo para la mayoría de la
gente” (Huntington. Choque de civilizaciones). Hoy la gente se define
en función a la genealogía, religión, lengua, historia, los valores,
costumbristas e instituciones; se identifican con grupos culturales tribus,
grupos étnicos, grupos religiosos, naciones y en el nivel más alto en
civilizaciones, como apunta Huntington “Sabemos quiénes somos sólo cuando
sabemos quiénes no somos, y con frecuencia sólo cuando sabemos contra quiénes
estamos”.
En su obra Diplomacia, Henry
Kissinger, publicada en 1994 indicaba lo siguiente:
“El sistema internacional del siglo
XXI(...) Contendrá al menos seis grandes potencias-los Estados Unidos, Europa,
China, Japón, Rusia y probablemente la India- así como una pléyade de países de
mediano tamaño y más pequeños”. ¿El Perú será
uno de ellos? No lo sabemos, dependerá de la misma Nación. (Henry Kissinger. La
Diplomacia. Quinta reimpresión. 2000. Editorial Fondo de cultura Económica.
México.
Llegado a este punto es interesante
hacernos una pregunta: ¿Por qué se consideran Estados débiles o fracasados?
De manera general, por las siguientes
consideraciones:
·
Mantienen Instituciones inadecuadas o
ausentes en el ámbito estatal.
·
La Gobernabilidad es débil o precaria.
·
Falta de democracia y pluralismo
político.
·
Debilidad de organizaciones políticas.
·
Falta de participación popular.
·
Estancamiento económico de los Estados
·
Corrupción institucionalizada.
Respecto del origen de los
Estados-nación y su evolución. La última gran guerra de religión fue la guerra
de los 30 años (1618-1648), la misma se inicia en el Sacro Imperio Romano
Germánico entre los cuerpos catolicuorun y evangelicuorum.
La paz de Westfalia que tomó el nombre
de una región alemana del mismo nombre puso fin a las hostilidades y al mismo
tiempo marca el nacimiento del Sistema Clásico Internacional. Este acuerdo
originó: al derecho internacional público, estableció las bases para el
equilibrio de poder, la Iglesia perdió poder en asuntos internacionales y
Francia se convirtió en potencia hegemónica de entonces, en Europa.
Es a partir de ese año (1648) que se
habla propiamente de un Sistema Internacional. Sin embargo, los Estados tuvieron
que convivir con Imperios existentes durante 300 años, los que llegaron a su
fin casi a fines, y a inicios del S. XX: el Sacro Imperio Romano Germánico, el
Imperio Austriaco y el Imperio Otomano, que se convirtieron en Estados-Nación:
Alemania (1870), Austria (1919), Turquía (1920).
A lo largo del S. XX los
Estados-Nación, su nacimiento, desarrollo y consolidación, ha sufrido graves
alteraciones: Revoluciones Internacionales, Guerras Mundiales, innumerables
guerras regionales en Asia, África y Sudamérica que, han modificado el tablero
mundial. Nuevos liderazgos económicos a nivel mundial: EE. UU, Rusia, China, Japón,
Francia, Inglaterra, Alemania y países en desarrollo que van ocupando
posiciones expectantes en el contexto internacional.
Vivimos la segunda década del S. XXI y han sucedido
en algunos casos y surgido en otros, una serie de hechos que han puesto en revisión
exhaustiva, si los Estados-Nación, tal como se concibieron, siguen vigentes con
la estructura que se mantienen, o es necesario a la luz de los últimos
acontecimientos construir un nuevo Estado para este siglo.
Hay varios hechos y amenazas que actualmente
afectan y han afectado a diferentes Estado-Nación entre ellos a nuestro país, que
han originado un nuevo análisis para establecer si el Estado tal y como está
concebido, responde a las expectativas de la población, si este soluciona sus
múltiples problemas y necesidades, y de qué manera.
Entre las principales están el narcotráfico, la
corrupción, la pobreza, el terrorismo. El terrorismo no es solo una amenaza
local, sino mundial, basta recordar la violencia con que se atacó las torres
gemelas en Nueva York el 11 de setiembre 2001. Este hecho marca un antes y un
después, los otros hechos están marcados por la violencia en diferentes Estados
en Asia, Europa y África. Otro hecho gravísimo es la existencia de esa endémica
enfermedad que es la corrupción en los Estados-Nación en desarrollo.
Francis Fukuyama en su obra “La construcción
del Estado”, nos expresa que el mundo enfrenta graves problemas, “la
pobreza, el sida, las drogas y el terrorismo”: Habría que agregar a
ello, las pandemias como es el caso del Covid19 que está causando graves
problemas en la economía y la muerte de muchas personas a nivel mundial.
Fukuyama sostiene que, la mayoría de estos
problemas son causados por Estados débiles o fracasados, salvo el de las pandemias,
sobre las que hay un sin número de hipótesis sobre su origen, desde uno
atribuido a un laboratorio de investigación chino de enfermedades,
investigación que fue financiada por los EE. UU., otros se aventuran a expresar
que podría tratarse de un ensayo de guerra bacteriológica, o que este se habría
debido a la mutación de un virus proveniente del murciélago.
Actualmente asistimos a una gran explosión del
desarrollo tecnológico que ha permitido avances muy loables en diferentes campos
del saber humano, especialmente en comunicación, espacio, salud, seguridad, en
este escenario mundial Fukuyama sostienen que, “los gobiernos débiles,
incompetentes o inexistentes son fuente de graves problemas”.
El Perú un país pobre carente de
infraestructura de salud enfrenta el covid19esta Pandemia que viene atacando
con mucha fuerza, especialmente a regiones del interior con saldo lamentable de
miles de contagiados y fallecidos. La pandemia mundial del coronavirus ha
sacado a la luz la falta de capacidad institucional en casi todos los países,
aun en los más desarrollados y especialmente en nuestro país, en Salud,
Educación pública y conocimiento sobre esta terrible amenaza a la humanidad.
Los Estados débiles, inviables y fracasados por
alguna causa estructural interna, constituyen según Fukuyama, una amenaza para
los países desarrollados, aunque el caso del origen del Covid19 no se dio en un
país pobre sino en una potencia mundial, diferente al caso del Sida que se
inició en África.
Muchos países quedaron débiles o fracasados
después de haber sufrido o estar sometidos a guerras, violaciones de derechos
humanos, desastres humanitarios como “Somalia, Haití, Camboya, Bosnia,
Kosovo y Timor Oriental”. Tan es así que, ni los EE. UU, siendo una
potencia mundial pudo librarse de un ataque terrorista, el 11S de 2001.
La evolución del Estado desde sus inicios se
remonta cas 10,000 años atrás, con las primeras sociedades agrícolas en
Mesopotamia. En China ya existían durante miles de años. El Estado moderno
concebido como tal y bajo la estructura “de grandes ejércitos, poderes
tributarios y una burocracia centralizada capaz de ejercer una autoridad
soberana en un territorio”, es muy reciente como lo hemos apuntado
párrafos arriba.
El surgimiento del Estado con su poder
coercitivo lo responsabiliza a proporcionar a su población Educación, Orden, Leyes,
Disciplina, Derechos de propiedad y Seguridad pública; pero, a su vez ese mismo
Estado puede en uso de sus facultades, “confiscar la propiedad privada,
vulnerar los derechos de sus ciudadanos”.
Max Weber define el Estado como aquella “comunidad
humana que reivindica el monopolio del uso legítimo de la fuerza física dentro
de un territorio determinado”. En otras palabras, el poder coercitivo
del Estado debe estar presente porque sin ley, orden y disciplina ningún Estado
prospera.
EE. UU, por ejemplo, es un Estado
extraordinariamente fuerte en capacidad de aplicar leyes. Cuenta con varios
organismos que aplican las leyes en sus ámbitos federal, estatal y local, para
hacer cumplir toda norma que emiten. Los estadounidenses por diversas razones
no son fieles cumplidores de las leyes, comparados con ciudadanos de otras
latitudes, por ello, están en capacidad de enviar a “alguien con uniforme
y pistola para que imponga el cumplimiento de las leyes”, lo que no
sucede en estados débiles.
La capacidad estatal o capacidad de los Estados
está referido a la programación y elaboración de políticas, la aplicación de
leyes con el rigor y transparencia debidos. Nuestro país es débil en sus organismos
fundamentales de Salud, Educación, Seguridad y Justicia, eso lo sabemos y no es
desde ahora sino de siempre, además partidos políticos débiles y faltos de
organización e ideario.
Francisco Sagasti, en su obra “IMAGINEMOS UN
PERÚ MEJOR”, en noviembre de 1999, planteaba cuatro líneas estratégicas de
fortalecimiento del Estado peruano para insertarse en el mundo globalizado: Una
economía próspera que se logrará “mediante una transformación productiva
y la competitividad” con políticas activas en “industria,
agricultura, minería, pesca y turismo”. La segunda línea “debería
abarcar la equidad, integridad, integración y justicia social”, para
proveer a la población mejores servicios en educación y salud. Una tercera
línea recomienda el “uso sustentable de nuestros recursos naturales”,
para eliminar la contaminación, crear una capacidad científica y tecnológica
nacional. Finalmente recomienda el ordenamiento territorial, infraestructura y
regionalización de nuestra economía.
¿Bastarán solo estas líneas estratégicas? O se
hará necesario considerar también la lucha frontal hasta extirpar la
corrupción, el TID y otros males que crean pobreza. Con la corrupción presente
en todo el aparato estatal será difícil salir de la pobreza y mucho menos
lograr los objetivos de Estado.
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