15 de enero de 2020. Ceremonia en Parque Reducto N° 2, en honor a los héroes de Miraflores
Nota de Redacción del Editor.
Hace 10 años, el viernes, 15 de enero de 2010 publicamos esta nota
referente a la caída de Lima en poder de las tropas chilenas, volvemos nuevamente a publicarla para mantener latente el espíritu y sentimiento patriótico que embarga a todos nuestros compatriotas. De la
introducción de la obra “General Andrés A. Cáceres y Dr. Francisco García
Calderón”- Dos héroes un solo objetivo; tomamos las siguientes líneas
como preámbulo a la nota publicada en este mismo portal:
“El 16 de enero de 1881 las tropas enemigas se aprestaban a ingresar a
la bella ciudad de Lima, con toda su maquinaria logística y militar disponible.
Así, se prepararon para tomar el botín más rico, corolario de una guerra
fratricida que grupos de poder económico de Inglaterra y sus cómplices chilenos
armaron contra nuestro país.
El 17 de enero las fuerzas chilenas al mando del general Manuel
Baquedano ingresaron a Lima, capital de Perú. Aún en Chorrillos, Barranco y
Miraflores, estaban humeantes los incendios producidos por las hordas enemigas
y las pavesas se elevaban al cielo por el viento entristecido que, llevaba al
firmamento el dolor, tristeza y llanto de mujeres y niños, abusados por la
soldadesca chilena”.
Este 17 de enero se cumplen 129 años que las tropas chilenas tomaron
Lima, después de bombardear y destruir Chorrillos el hermoso balneario del
Pacífico, y de las batallas de San Juan y Miraflores. En esta última línea de
resistencia, la propia población civil defendió la capital entregando su vida
en actos de heroísmo que han quedado para la posteridad. Odio, rencor, envidia
y resentimiento. ¿Qué fue?
Los relatos de personajes que estuvieron presentes en esa
conflagración, que en algunos casos participaron y vivieron estos
acontecimientos en carne viva, y en otros fueron observadores, nos permiten
establecer, que lo sucedido en Chorrillos en poder de la soldadesca chilena, no
tienen parangón en la historia mundial. Ni perdón.
Queremos a continuación anotar parte de la percepción de tres
personajes de distinta nacionalidad, sobre la destrucción del hermoso balneario
de Chorrillos. Veamos lo que relata Justo Abel Rosales, oficial chileno del
Regimiento Aconcagua, en "Mi campaña al Perú: 1879-1881", p. 35-36
explica así:
“Casi todos nos acostamos en el pasto. Los soldados que habían quedado
dispersos (...) Con todo esto la algazara que se formó entre los soldados fue
cundiendo a medida que iban pasando larguísimos tragos del exquisito pisco
(...) En el pueblo la borrachera subió de punto. Los soldados mataban,
saqueaban y bebían a discreción (...). Desde ese puesto de avanzada sentíamos
la bulla de la soldadesca ebria del infeliz pueblo de Chorrillos. El incendio
parecía crecer más cada momento. Esa fue la noche triste de Chorrillos (...)”
El Sub jefe del Estado Mayor del Ejército peruano Víctor Miguel Valle
Riestra, quien participó en esta batalla infeliz, nos relata este hecho
execrable de la siguiente manera:
“El jefe u oficial que intentara contener a sus soldados, era victimado
sin compasión. Había que dejarles que incendiaran el último rancho, que se
consumiera la última botella de licor. No podían los rotos permanecer arma al
brazo cuando tan cerca tenían la remolienda, es decir, el saqueo, el incendio y
el licor. Los centinelas abandonaban sus puestos. El ejército chileno no
existía. Era una manada de fieras embrutecidas que rodaban por el suelo como
odres llenos de alcohol”.
Por su parte el Capitán de Fragata inglés William A. Dyke Acland,
citado en "Opiniones Controversiales (Borges, Palma Mariátegui)",
describe este hecho de la siguiente manera:
“Tan pronto terminó la lucha, las tropas irrumpieron en las tabernas y
las tiendas que vendían aguardiente, se emborracharon rápidamente y perdieron
el control de sí mismos, y se dio lugar a escenas de destrucción y horror, que
yo creo ha sido raramente visto en nuestros tiempos; las casas y las
propiedades fueron destruidas, los hombres discutían y se disparaban entre
ellos como medio de diversión, las mujeres fueron violadas, los civiles
inocentes fueron asesinados”.
Sin embargo, deseamos complementar esta percepción, con la posición
informativa respecto a la guerra, que adoptaron algunos diarios chilenos y
extranjeros de la época y que son poco conocidas por la opinión pública
nacional. Presentamos a continuación parte de los editoriales de esos medios
impresos, publicados en esas horas aciagas, para que puedan comprender e
interpretar el contenido de sus mensajes.
No es nuestra intención revivir hechos siniestros, ni rencores, ni
viejos odios que dejó esta infausta guerra, sin embargo, consideramos
importante resaltar la publicación que hicieron algunos periódicos de un hecho
tan importante como la caída de Lima en poder de las tropas chilenas. Un hecho
de esa naturaleza no puede ni debe pasar desapercibida, dada la importancia y
grandeza que tenía Lima como capital del Perú en esa época y lo que en el
futuro le depara el destino.
Dentro de los diarios chilenos de esos años está El Ferrocarril
de Santiago del 20 enero de 1881, publica en su editorial con el título ¡Viva
Chile! “Honor al Ejército vencedor de Lima”
(…) “En la orgullosa ciudad de los Virreyes flamea ya el tricolor
chileno y nuestro himno nacional, entonado en sus calles y plazas por las vencedoras
huestes de Chorrillos, Miraflores y la Palma, anuncia a la América y el mundo
que ha terminado la heroica epopeya del pacífico.
“Lima ha sucumbido. El destino inexorable se ha cumplido para la
pérfida ciudad, foco de las traidoras maquinaciones que amagaban nuestro
bienestar y nuestro engrandecimiento (…). El dictador Piérola ha buscado
también la salvación en vergonzosa fuga. No ha sabido siquiera rescatar con
gloriosa muerte la tremenda responsabilidad de una resistencia”. (1)
El Mercurio del 20 de enero de 1881, en su editorial “La gran victoria del pueblo”
consigna las siguientes frases:
“¡Pueblo de Chile! Dios, el Dios de las victorias, ha coronado tu obra.
Porque estas batallas titánicas que han enrojecido dos veces la planicie de
Lima, son tus batallas, son tus victorias”.
“Porque tú desde la primera hora adivinaste dónde estaba el sendero, y
sin cesar gritaste a tus conductores, a tus capitanes, a tus soldados: ¡A Lima!
¡A Lima! ¡A Lima! Este grito ha sido durante dos años tu único programa
político entre los políticos, tu único plan de campaña entre los estratégicos.
Era la voz de las entrañas de tu suelo, que recordaba su historia, que
adivinaba, que reclamaba a voces su porvenir ineludible”. (2)
Diario La Patria de Valparaíso, 20 de enero de 1881. En su
editorial “El gran triunfo” consigna lo siguiente:
¡Cayó Lima! “La ciudad que no supo defenderse como sus escritores
aseguraban, que no supo ser tumba, porque carecía del valor que hacer mártires
y héroes, ha caído bajo el brazo que había capturado antes sus mejores plazas
de guerra, sus más hermosas ciudades, sus campos de batalla, sus banderas y sus
soldados…”.
¡Cayó Lima! “Tuvo tiempo para organizar su defensa, tiempo tuvo para
convertirse en cuartel, disciplinarse, aprender a pelear y aprender a morir.
Tuvo oro, hierro, pólvora, trincheras, jefes, ingenieros, fe, patriotismo,
proclamas; y sus proclamas, su patriotismo, su fe, sus legionarios, sus jefes,
sus trincheras, su pólvora, su hiero y su oro acaban de ser batidos por el
huracán de nuestro ejército”. (3)
El diario La República de Buenos Aires del 20 de enero de 1881,
en su editorial titulado “LA VICTORIA Y LA CONQUISTA” expresa:
“¡Lima ha caído! Ha luchado sola la Ciudad de los Virreyes con Grau y
con Piérola, y ha sido vencida (…)”.
“¿Y bien que hará Chile? Chile queda dueño desde el Estrecho hasta el
Ecuador por ahora, y cuando imponga la conquista y anuncie la paz, quedara como
dueño hasta Camarones, es decir, con una costa marítima más extensa que la del
mismo Brasil en el Atlántico. Y como el Ecuador ni Colombia tienen escuadra
Chile dominará desde el Estrecho hasta el istmo de Panamá”. (4)
El Plata de Montevideo del 24 de enero de 1881, en su editorial
titulado ¡LIMA! ¡SADOWA! Expresa lo siguiente:
“Después de la expedición Lynch que recorrió impunemente, con una
división ligera, populosas provincias del Perú, era manifiesto que la fibra
popular estaba muerta. Se ha fatigado en medio siglo de anarquía; se ha
destemplado con la herrumbre inveterada del militarismo”
(…) “Se recordaban los antecedentes de Piérola, conspirador perpetuo,
sublevando batallones, alzándose con naves de guerra, trabando los más nobles
esfuerzos de regeneración civil en su país”
“¿Qué ha sido de Piérola? ¡Desaparecido! Dicen los telegramas con su
desesperante laconismo. ¿Ha huido? ¿Se ha refugiado en el Callao? ¿O ha caído
entre las ruinas de sus fortalezas, bajo las mismas piedras que aplastaban a
sus enemigos?” (5)
En el editorial del diario El Heraldo de Montevideo del 25 de enero de
1881, bajo el título “LA TOMA DE LIMA” publicó los siguientes conceptos
“La guerra está, pues, concluida, dejando al Perú a merced del
vencedor. La gloria militar de Chile en esta guerra es grande, sin duda, pero
no está exenta de hechos bárbaros, de violencia y de crueldad, que acompañan su
fama y lo han hecho antipático a toda la América que, después de haber
acompañado al Perú con sus votos platónicos y estériles, lo verá con tristeza
caer postrado a los pies de su valiente vencedor”
“Pero si abusando de la fuerza, impone condiciones humillantes e insoportables
al Perú; si convierte esta guerra criminal, de intereses mercantiles, en guerra
de usurpación y de conquistas, su triunfo solo habrá servido para infamarlo, y
el anatema del mundo civilizado pesará eternamente sobre su nombre”. (6)
Por su parte el diario El Times de Londres del 22 de enero de
1881 en su editorial “LA TOMA DE LIMA”, en un claro apoyo a las fuerzas
chilenas expresó:
“La guerra entre Chile y el Perú ha dado por resultado la derrota
completa de los últimos y la capital peruana se encuentra ahora en manos de los
chilenos. Los habitantes de Lima y Callao han hablado mucho sobre gastar su
último peso y derramar su última gota de sangre en la contienda y sentirán
repugnancia en reconocer, que han sido derrotados en una lucha con un país que
suponían inferior en recursos”.
“Los chilenos son, sin embargo, gente práctica, que nunca han cometido
errores tan comunes en los otros países sudamericanos. Nunca han sentido
inclinaciones para hacer la guerra a sus vecinos. Se han ocupado siempre, con
preferencia, de sus propios negocios y cumplido todos sus compromisos”. (7)
En otro editorial de este mismo diario publicado el 25 de enero de
18881, bajo el título “LA GUERRA DEL PACÍFICO”
“Se ha asegurado que el éxito de Chile es debido a oportunas medidas
que tomó para asegurar su triunfo, su temprana preparación, se ha tomado como
evidencia de su larga premeditación de su parte. Pero las victorias de Chile
pueden con seguridad atribuirse a otras causas”.
“Al principio de las hostilidades, nada había más claro para los
espectadores, suponer de que el Perú con un territorio más extenso, una
población mayor y una reputación inagotable, tuviera la mejor parte. Pero no se
había considerado suficientemente de que Chile es en todos respectos, un Estado
mejor organizado; que sus finanzas se encontraban en situación más próspera; y
que el gobierno tenía su más fuerte apoyo en los recursos de su país y en las
simpatías de su pueblo”. (8)
Por su parte el diario francés La Flandre de Libérale del 26 de
Enero 1881 que titula a su editorial “LA SUPERIORIDAD DE CHILE”
“La guerra entre Chile y Perú, aliado de Bolivia, toca a su fin. Las
últimas derrotas de las tropas peruanas, la rendición de Lima y el Callao hacen
inútil toda resistencia ulterior”. “(…) Sin embargo, hay útiles lecciones que
aprovechar de esos acontecimientos que han tenido lugar en países lejanos”.
“Se las encuentra en el examen de las causas que han valido su
superioridad a Chile. Entre todas las repúblicas sud-americanas, Chile es la
única que ha gozado siempre de los beneficios del orden y de la tranquilidad.
En las demás repúblicas, las facciones se disputan la autoridad, con las armas
en la mano; la guerra civil reina en permanencia en el seno del Estado”. (9)
Cada uno de ustedes amables lectores podrá sacar sus propias
conclusiones de lo que hemos expresado y transcrito de los diarios de la época.
Reiteramos, no es nuestra intención revivir hechos luctuosos y dolorosos, que
nuestros antecesores vivieron, sufrieron y es una carga sentimental hasta el
presente.
Pero, tampoco podemos permanecer indiferentes ante la amenaza que
representa el hecho conocido por toda la opinión pública nacional e
internacional, sobre la carrera armamentista que ha emprendido Chile desde hace
una década, gastando ingentes cantidades de dinero para compra de armas, que
bien podrían haber sido invertidos para superar la pobreza que vive el pueblo
chileno.
Finalmente, nuestro propósito es despertar en nuestros líderes
políticos, gobernantes, empresarios y pueblo en general, el sentimiento
patriótico que con seguridad duerme en su interior. Los pueblos que olvidan su historia
están condenados a repetirla. El hombre es el único ser que tropieza dos veces
con la misma piedra o roca. Estos lamentables hechos, nunca más deben volver a
repetirse, es nuestra voluntad impedir estos hechos.
Notas (1) al (9): La Prensa limeña en la guerra con Chile. Ángel Arturo
Castro Flores. Fondo editorial de la UAP. Octubre 2008, primera edición.
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