El 9 de diciembre último se celebró en todo el país el CLXXXIV aniversario de la Batalla de Ayacucho, fecha establecida desde 1951 para glorificar la notable actuación de nuestro Ejército durante la campaña Libertadora. Esa fecha se celebra como el día jubilar de nuestro Ejército.
Realmente fue un día de sorpresa e indignación para todos los integrantes de esta Institución. Porque de manera oficial se enteraron que como regalo por este aniversario, el DR. Ántero Florez-Araóz, Ministro de Defensa en declaraciones a los medios de comunicación, nos daba una noticia que se veía venir desde hace varias semanas, el gobierno había decidido vender parte de la sede del CGE, en cuyas oficinas principales despacha actualmente el Ministro en mención.
Que se exprese cualquier otra autoridad del Ejecutivo sobre el tema, no tendría ninguna trascendencia ni relevancia, pero, que lo diga el titular del sector, quien está llamado a preservar los intereses de las FFAA y no solo su representatividad, es realmente muy preocupante y dramático.
Porque quién sino el titular del sector, debería mostrar preocupación por conservar la intangibilidad del denominado “Pentagonito” y además mostrar las consideraciones que merecen y se les debe dar a los integrantes del Ejército, que laboran en estas instalaciones.
Y para justificar esta venta no ha tenido mejores razones y argumentos, que expresar “que los recursos obtenidos podrían ser empleados para diversas obras a favor de las Fuerzas Armadas. Es algo que no está siendo utilizado, entonces, lo lógico es monetizar lo que no utilizas para que con ese dinero hacer una serie de cosas, como por ejemplo repotenciar los hospitales de las Fuerzas Armadas". ¿Van realmente a repotenciar los hospitales de las FFAA con dinero obtenido por la venta de una instalación que pertenece al Ejército?. Permítanos cierta duda al respecto.
Uno de los desafíos más importantes que se plantea actualmente para desarrollar una cultura castrense que garantice la vigencia de la democracia, lo constituye la forma como se desenvuelve esta relación civil - militar. Es que desde nuestro modesto punto de vista, no es posible comprender que hay lastimosamente un retroceso en la fortificación de esta relación.
Cómo es posible que el señor Ministro nos diga que no se puede mantener esos terrenos, que según su propia declaración tienen precios elevados y están ubicados en una de las zonas más caras de la ciudad, “para hacer entrenamiento físico”. Debemos presumir con legítimo derecho que hay muchos interesados en comprar estos predios, sobre todo capitales chilenos.
En el estado actual del desarrollo de la democracia en nuestro País y la cultura castrense, las relaciones entre las FFAA, las clases políticas y los académicos. Por un lado, siguen signadas por el desconocimiento no estando exenta de recelos, resentimientos y suspicacias; por otro lado aún se percibe un desconocimiento de los militares respecto a los actores civiles y desconocimiento de los políticos con relación al mundo militar, sus tradiciones usos y costumbres no son tomados en cuenta.
Debemos entender que el señor Ministro de Defensa, desconoce o le han informado mal sus asesores, respecto a las múltiples funciones que cumplen las instalaciones del CGE. Efectivamente allí funcionan oficinas del Alto mando de esta Institución, el Estado Mayor General del Ejército, las oficinas del Ministro de Defensa, también alberga a un Batallón de la Policía Militar encargada de la seguridad de la instalación y del personal militar y civil que labora en ella, además de otros estamentos pertenecientes a esta Institución.
Los oficiales, personal auxiliar y tropa que labora en este CGE, también deben cumplir con el Programa de Instrucción del Ejército, que dentro de sus materias considera realizar actividad física diaria, para mantenerse en óptimas condiciones. Es inconcebible creer que el personal militar que trabaja en los cuarteles generales, no realizan o están exentos del entrenamiento físico. Cómo podrían afrontar los rigores de la vida militar y de situaciones límite. En ningún ejército del planeta sucede esto, ni en los más modestos.
Además parece que existe una confusión, los oficiales y personal auxiliar en situación de retiro de las FFAA y PNP, luego de pasar a esta situación por cualquiera de las causales que manda la ley, recuperan sus derechos ciudadanos, que están amparados por nuestra Constitución que es la Ley de Leyes y de cumplimiento estricto para y por todos.
Creo que es necesario recordar que los militares en situación de retiro no están subordinados al poder político. Por tanto, amparados en el artículo segundo de nuestra actual Constitución, “tienen derecho a la libertad de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen por cualquier medio de comunicación social (…).
En este escenario debemos mostrar nuestra disconformidad con la decisión de vender parte de los terrenos, 16 hectáreas del CGE. Pedimos al gobierno del presidente Alan García reconsidere esta medida porque afecta y vulnera la moral de los integrantes del Ejército. Además de tener remuneraciones indignas, también deben nuestras FFAA ver impasibles que se venda su patrimonio que es del Estado y no del gobierno.
Publicado por el diario La Razón de Lima-Perú-13 de diciembre de 2008. bajo el título "Una afrenta más contra el Ejército.
No hay comentarios:
Publicar un comentario