En 1932 en Buenos Aires, Víctor Raúl haya de la Torre expresó “El Perú no solo necesita de gobernantes que no roben el dinero fiscal, sino de gobernantes que no arrebaten la libertad ciudadana. Robar el dinero de una nación y robarle sus derechos, son crímenes que exigen sanción severísima. Los derechos ciudadanos son el tesoro moral de una nación; el dinero fiscal, su tesoro material. Los ladrones de uno u otro deben ser castigados igualmente”. (1)
Parece que una maldición cayera de manera perpetua sobre los gobernantes y funcionarios de nuestro país. Quienes sin ningún recato, vergüenza, ni remordimiento, pero con mucho cinismo, se ven involucrados en actos de corrupción, como el que actualmente venimos espectando todos los peruanos por los famosos petroaudios.
En los últimos cuarenta años de vida republicana, innumerables episodios del flagelo de la corrupción se han denunciado en todos los gobiernos que se han sucedido. Desde el primer gobierno de Fernando Belaunde, hasta el presente segundo gobierno de Alan García, en el que se han descubierto nuevos hechos que lindan con la corrupción y en el que estarían involucrados, altos funcionarios del gobierno, Ministros de Estado y un empresario extranjero.
Pero, la corrupción no es nueva, es tan antigua como la existencia humana. En nuestro país, sirve como ejemplo el caso del rescate de Atahualpa, quien ofrece un pago por su libertad consistente en dos cuartos de plata y uno de oro al conquistador. Pizarro, ambicioso al fin, no rechazó la propuesta, finalmente asesino al Inca.
Al inicio de nuestra era republicana durante la elección de los miembros del Congreso Constituyente de 1821 convocado por San Martín. Manuel Antonio Colmenares fue elegido representante de Huancavelica. Este personaje llevó de un mercado cercano al recinto electoral, a indígenas cargadores a quienes les hizo entrega de unas cédulas escritas para que votaran por él. Salió elegido y nadie lo conocía en Huancavelica.
En todos los gobiernos que se han sucedido en la administración del Estado se han descubierto o denunciado casos de corrupción. Desde la disposición de la renta del guano para el pago de las deudas de la guerra independentista, reconocidos en el proceso denominado “consolidación de la deuda externa”.
El pago por la manumisión de los esclavos fallecidos o que nunca existieron. Los consignatarios del guano denominados “hijos del país” que se beneficiaron con los contratos. El monopolio de la explotación y comercialización a cargo de la casa Dreyfus, a cambio de un empréstito para pagar deudas e intereses vencidos.
Otro caso de corrupción fueron las coimas repartidas durante la construcción de los ferrocarriles, las comisiones repartidas entre políticos y las recibidas de los hacendados y mineros interesados en el trazo del ferrocarril. Para 1870 y durante la guerra con Chile se dejó de pagar la deuda contraída.
En 1889 se logró un acuerdo mediante el contrato Grace, casa representante de tenedores de bonos no cancelados. Este contrato fue denunciado por su “entreguismo y corrupción”. El país perdió todos los ferrocarriles, parte de la producción del guano, las minas de mercurio de Huancavelica y de carbón de Ancash.
Cedimos el control de algunas aduanas y millones de hectáreas de tierras en la selva. Allí nació la poderosa Peruvian Corporation que controló la rede ferrocarrilera del país. A cambio de estas concesiones el gobierno peruano fue liberado de sus obligaciones respecto a los empréstitos de 1869, 1870 y 1872 y recibió 250, 000 soles al firmar el contrato y 200,000 libras esterlinas en veinte años.
En el siglo XX también hubo muchos casos de corrupción. Durante el primer gobierno de Fernando Belaunde, la desaparición de la famosa página once de un contrato firmado entre la Internacional Petroleum Company (IPC) y la Empresa Petrolera Fiscal (EPF), fue el detonante que desencadenó la crisis política de su primer gobierno y el golpe militar. Dicha página contenía anotaciones sobre precio de venta de crudo favorable a la IPC.
El 12 de agosto de 1968, se firmó un anexo de la famosa "Acta de Talara", por el señor Fernando Espinoza Gerente de la IPC y el Ing. Carlos Loret de Mola, en nombre de la (EPF). Posteriormente el 11 de setiembre, el Ing. Loret de Mola denunció la desaparición de la mencionada página. Este hecho grave contra los intereses de la nación, precipitó la interrupción del gobierno democrático. El general Juan Velasco Alvarado lideró el golpe militar y por ende el gobierno Revolucionario de las FFAA.
El actual presidente Alan García, durante al termino de su primer gobierno, se descubrió una serie de presuntos actos de corrupción, por los que fue denunciado. Hugo Sivina Hurtado, Vocal Supremo Instructor dictaminó "Que, el suscrito designado Vocal Supremo Instructor (...) abro instrucción contra don Alan García Pérez, ex-Presidente Constitucional de la República del Perú, como instigador en la comisión de los delitos de Colusión Ilegal y Negociación Incompatible y, como autor de los delitos de Cohecho Pasivo y de Enriquecimiento Ilícito, en agravio del Estado Peruano, dictando en su contra mandato de Detención."
Si el gobierno de Belaunde cae por la página once de un contrato petrolero y bajo un golpe militar nacionalista y Revolucionario. Un audiovisual (vladivideo), en el que se percibe a Montesinos entregando 15,000 dólares al congresista Kouri para cambiarse de camiseta, es la causa de la caída de Alberto Fujimori.
Luego jalando el hilo de la madeja se descubrió una gran cantidad de vladivideos, algunos de los cuales fueron visualizados, mostrados a la opinión pública nacional y otros nunca se presentaron. Se descubrió una red con implicancias en su nivel organizativo. Abarcaba a casi la totalidad de los organismos estatales. Presumiblemente sus tentáculos siguen atenazando a algunos funcionarios hasta la actualidad.
Lo que sucede con Rómulo León es por todos, conocido. Algunos involucrados están con detención domiciliaria y otros con comparecencia, solo León esta en San Jorge, abriga la esperanza de regresar a casa pronto, porque según él, es inocente. Cómo terminará este sainete o tragicomedia, no lo sabemos, pero, cualquier cosa que suceda con seguridad no nos asombrará, inclusive que el juez dicte comparecencia a León Alegría.
Todos estos casos de corrupción, nos demuestran que algunos hombres carecen de valores, moral, son dúctiles, blandos y condescendientes con los actos de corrupción, se insertan fácilmente en esta actividad. Nuestra sociedad está frente a un fenómeno que simboliza la figura de la descomposición material y espiritual de sus integrantes, creando falsos paradigmas a los jóvenes.
Es tremendamente perjudicial cuando un gobierno ve con indiferencia los sucesos a su alrededor y no toma decisión alguna. O cuando se vale de su poder para callar las voces disidentes que hacen ver los errores, en lugar de crear las condiciones para una verdadera lucha contra la corrupción.
Esta lucha frontal contra la corrupción la debe liderar el presidente García. Debe establecer una estrategia integral que abarque reformas administrativas. Un poder judicial realmente independiente y un liderazgo político que exalte los valores éticos. Garantizar la existencia de una prensa alerta y realmente libre que ejerza el papel de vigilante público. Pero, cómo hacerlo si algunos medios le deben favores al gobierno.
De no ser así, muy poco se podrá hacer en contra de esta amenaza, porque muchas son las causas que han originado el fracaso de los esfuerzos realizados para combatir la corrupción. La extensión del fenómeno, la parsimonia de algunas autoridades o, al deseo de convivir con ella. Si la corrupción aún subsiste es porque existen muchas limitaciones del poder, a la falta de un compromiso serio por parte de altos funcionarios se suma el incumplimiento de promesas electorales y las reformas legales dispersas.
No será posible emprender una lucha frontal contra la corrupción apelando solo a la ética y la transmisión de valores morales en el hogar, la escuela y la universidad. Consideramos muy importante y necesario eliminar las oportunidades que generan la corrupción, incrementando al mismo tiempo los costos y los riesgos que la misma implica.
Parece que una maldición cayera de manera perpetua sobre los gobernantes y funcionarios de nuestro país. Quienes sin ningún recato, vergüenza, ni remordimiento, pero con mucho cinismo, se ven involucrados en actos de corrupción, como el que actualmente venimos espectando todos los peruanos por los famosos petroaudios.
En los últimos cuarenta años de vida republicana, innumerables episodios del flagelo de la corrupción se han denunciado en todos los gobiernos que se han sucedido. Desde el primer gobierno de Fernando Belaunde, hasta el presente segundo gobierno de Alan García, en el que se han descubierto nuevos hechos que lindan con la corrupción y en el que estarían involucrados, altos funcionarios del gobierno, Ministros de Estado y un empresario extranjero.
Pero, la corrupción no es nueva, es tan antigua como la existencia humana. En nuestro país, sirve como ejemplo el caso del rescate de Atahualpa, quien ofrece un pago por su libertad consistente en dos cuartos de plata y uno de oro al conquistador. Pizarro, ambicioso al fin, no rechazó la propuesta, finalmente asesino al Inca.
Al inicio de nuestra era republicana durante la elección de los miembros del Congreso Constituyente de 1821 convocado por San Martín. Manuel Antonio Colmenares fue elegido representante de Huancavelica. Este personaje llevó de un mercado cercano al recinto electoral, a indígenas cargadores a quienes les hizo entrega de unas cédulas escritas para que votaran por él. Salió elegido y nadie lo conocía en Huancavelica.
En todos los gobiernos que se han sucedido en la administración del Estado se han descubierto o denunciado casos de corrupción. Desde la disposición de la renta del guano para el pago de las deudas de la guerra independentista, reconocidos en el proceso denominado “consolidación de la deuda externa”.
El pago por la manumisión de los esclavos fallecidos o que nunca existieron. Los consignatarios del guano denominados “hijos del país” que se beneficiaron con los contratos. El monopolio de la explotación y comercialización a cargo de la casa Dreyfus, a cambio de un empréstito para pagar deudas e intereses vencidos.
Otro caso de corrupción fueron las coimas repartidas durante la construcción de los ferrocarriles, las comisiones repartidas entre políticos y las recibidas de los hacendados y mineros interesados en el trazo del ferrocarril. Para 1870 y durante la guerra con Chile se dejó de pagar la deuda contraída.
En 1889 se logró un acuerdo mediante el contrato Grace, casa representante de tenedores de bonos no cancelados. Este contrato fue denunciado por su “entreguismo y corrupción”. El país perdió todos los ferrocarriles, parte de la producción del guano, las minas de mercurio de Huancavelica y de carbón de Ancash.
Cedimos el control de algunas aduanas y millones de hectáreas de tierras en la selva. Allí nació la poderosa Peruvian Corporation que controló la rede ferrocarrilera del país. A cambio de estas concesiones el gobierno peruano fue liberado de sus obligaciones respecto a los empréstitos de 1869, 1870 y 1872 y recibió 250, 000 soles al firmar el contrato y 200,000 libras esterlinas en veinte años.
En el siglo XX también hubo muchos casos de corrupción. Durante el primer gobierno de Fernando Belaunde, la desaparición de la famosa página once de un contrato firmado entre la Internacional Petroleum Company (IPC) y la Empresa Petrolera Fiscal (EPF), fue el detonante que desencadenó la crisis política de su primer gobierno y el golpe militar. Dicha página contenía anotaciones sobre precio de venta de crudo favorable a la IPC.
El 12 de agosto de 1968, se firmó un anexo de la famosa "Acta de Talara", por el señor Fernando Espinoza Gerente de la IPC y el Ing. Carlos Loret de Mola, en nombre de la (EPF). Posteriormente el 11 de setiembre, el Ing. Loret de Mola denunció la desaparición de la mencionada página. Este hecho grave contra los intereses de la nación, precipitó la interrupción del gobierno democrático. El general Juan Velasco Alvarado lideró el golpe militar y por ende el gobierno Revolucionario de las FFAA.
El actual presidente Alan García, durante al termino de su primer gobierno, se descubrió una serie de presuntos actos de corrupción, por los que fue denunciado. Hugo Sivina Hurtado, Vocal Supremo Instructor dictaminó "Que, el suscrito designado Vocal Supremo Instructor (...) abro instrucción contra don Alan García Pérez, ex-Presidente Constitucional de la República del Perú, como instigador en la comisión de los delitos de Colusión Ilegal y Negociación Incompatible y, como autor de los delitos de Cohecho Pasivo y de Enriquecimiento Ilícito, en agravio del Estado Peruano, dictando en su contra mandato de Detención."
Si el gobierno de Belaunde cae por la página once de un contrato petrolero y bajo un golpe militar nacionalista y Revolucionario. Un audiovisual (vladivideo), en el que se percibe a Montesinos entregando 15,000 dólares al congresista Kouri para cambiarse de camiseta, es la causa de la caída de Alberto Fujimori.
Luego jalando el hilo de la madeja se descubrió una gran cantidad de vladivideos, algunos de los cuales fueron visualizados, mostrados a la opinión pública nacional y otros nunca se presentaron. Se descubrió una red con implicancias en su nivel organizativo. Abarcaba a casi la totalidad de los organismos estatales. Presumiblemente sus tentáculos siguen atenazando a algunos funcionarios hasta la actualidad.
Lo que sucede con Rómulo León es por todos, conocido. Algunos involucrados están con detención domiciliaria y otros con comparecencia, solo León esta en San Jorge, abriga la esperanza de regresar a casa pronto, porque según él, es inocente. Cómo terminará este sainete o tragicomedia, no lo sabemos, pero, cualquier cosa que suceda con seguridad no nos asombrará, inclusive que el juez dicte comparecencia a León Alegría.
Todos estos casos de corrupción, nos demuestran que algunos hombres carecen de valores, moral, son dúctiles, blandos y condescendientes con los actos de corrupción, se insertan fácilmente en esta actividad. Nuestra sociedad está frente a un fenómeno que simboliza la figura de la descomposición material y espiritual de sus integrantes, creando falsos paradigmas a los jóvenes.
Es tremendamente perjudicial cuando un gobierno ve con indiferencia los sucesos a su alrededor y no toma decisión alguna. O cuando se vale de su poder para callar las voces disidentes que hacen ver los errores, en lugar de crear las condiciones para una verdadera lucha contra la corrupción.
Esta lucha frontal contra la corrupción la debe liderar el presidente García. Debe establecer una estrategia integral que abarque reformas administrativas. Un poder judicial realmente independiente y un liderazgo político que exalte los valores éticos. Garantizar la existencia de una prensa alerta y realmente libre que ejerza el papel de vigilante público. Pero, cómo hacerlo si algunos medios le deben favores al gobierno.
De no ser así, muy poco se podrá hacer en contra de esta amenaza, porque muchas son las causas que han originado el fracaso de los esfuerzos realizados para combatir la corrupción. La extensión del fenómeno, la parsimonia de algunas autoridades o, al deseo de convivir con ella. Si la corrupción aún subsiste es porque existen muchas limitaciones del poder, a la falta de un compromiso serio por parte de altos funcionarios se suma el incumplimiento de promesas electorales y las reformas legales dispersas.
No será posible emprender una lucha frontal contra la corrupción apelando solo a la ética y la transmisión de valores morales en el hogar, la escuela y la universidad. Consideramos muy importante y necesario eliminar las oportunidades que generan la corrupción, incrementando al mismo tiempo los costos y los riesgos que la misma implica.
Notas:
(1) El Libro Rojo de Haya e la Torre, de Rolando Pereda. Primera Edición febrero de 1979.
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