Australian War Memorial

Australian War Memorial
EXTERIOR DE MEMORIA DE LA GUERRA-AUSTRALIA

martes, 5 de febrero de 2019

FUJIMORI ES CULPABLE



N de R:
Hace doce años el diario La razón de Lima publicó esta nota de opinión respecto del juzgamiento y culpabilidad expresidente Alberto Fujimori.
Qué ha sucedido en esta etapa: la extradición de Chile por una serie de delitos que nunca se demostraron; un colegiado enemigo del ex mandatario, de filiación caviar encargado de su juzgamiento, una fiscalía parametrada por el odio y un juzgamiento a todas luces parcializado para el lado izquierdo, con una sentencia inventada en España con mucha antelación y trasmitida a nivel nacional por un canal de TV privado, no sabemos quién o quiénes pagaron cientos de horas de televisión. Hubo mucho circo.
Luego, doce años de cárcel, el indulto humanitario del expresidente Pedro Pablo Kuczynski, un reclamo de los familiares de los asesinados ante la CIDH y la decisión de esta para que el PJ del país revise el caso y claro, un colegiado temeroso de la reacción mediática como en el caso Crousillat, devolvió al expresidente a la cárcel.
Paralelamente la renuncia del expresidente PPK por una serie de presuntos actos de corrupción, la expulsión Kenji Fujimori hijo menor de AFF del Congreso, por maniobras de la misma bancada de FP, el encarcelamiento injusto de la lideresa de FP Keiko Fujimori, la fisura de la bancada de FP, de 73 quedaron 55 y el arrinconamiento del Congreso por el Ejecutivo, con un presidente del parlamento medroso, configuran el escenario actual del país.


Fujimori es culpable
Por: Ángel Arturo Castro Flores.

Mientras la inmensa mayoría de peruanos esperamos pacientemente que las pasiones políticas, el rencor mezquino, la antipatía, el hígado encebollado, la bilis brotando por los poros de sus enemigos ideológicos, analistas políticos de izquierda  que han fracasado en su gestión como ministros en el régimen de Toledo y sus antagonistas políticos, que son la mayoría, se apaciguan, regresen a su estado natural, aunque es pedirle peras al olmo.

Ya vencidas las 72 horas de permanencia de Alberto Fujimori en el país, confinado en un dormitorio de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales(DINOES), percibimos y asistimos con preocupación al doble discurso del gobierno, dicen que lo hacen para proteger la salud y la vida de Fujimori, pero la única finalidad es aislarlo para evitar todo contacto con sus seguidores y negarle todo tipo de visitas y acceso a información, bajo el pretexto de una máxima seguridad, cosa curiosa, dentro de una instalación policial con cientos de efectivos alrededor, todos armados hasta los dientes.

Mientras tanto un sinnúmero de personajes de la izquierda caviar, ex_procuradores, los ex_comisionados de la CVR, representantes de ONG´s de izquierda y familiares de las víctimas de la Cantuta y Barrios Altos, se presentan en todos los medios de comunicación afines, para opinar sobre el juzgamiento de Fujimori pidiendo que esto no debe marcar la agenda política del gobierno y que no se debe politizar un tema,  que ellos lo politizan y que está politizado en un 99% desde el gobierno de Paniagua,  Toledo y el presente. 

Por qué razón algunos conductores de programas políticos en nuestra TV no pueden esconder su odio rabioso. La teleaudiencia ínfima que los sigue pronto los abandonarán, porque no se conducen dentro de los cánones y ética periodística y porque son un vertedero de saprofitos, coliformes fecales y putridez inmunda que vierten cada noche en sus programas de escaso rating.

Puede un grupo minúsculo que se consideran líderes de opinión, llevar de las narices a la opinión pública nacional apelando al odio, rencor, resentimiento contra el expresidente Fujimori, está demostrado que la manipulación informativa sí lo permite. Los televidentes no tienen por qué aceptar estas manifestaciones y fintas de personajes, que tratan de influenciar buscando un consenso de culpabilidad y presionando al poder judicial, que, pese a estar cuestionada se debe respetar, haciendo además del odio y la violencia verbal el pan nuestro de cada día.

La consigna de estos personajes encaramados en medios de comunicación cuyos dueños fueron amigotes de Fujimori y hoy se han declarado enemigos acérrimos, por no se sabe qué causas o circunstancias, no pueden seguir marcando la pauta del día a día en el devenir histórico del país, con sus campañas mediáticas y desinformativas que vienen llevando a cabo en su beneficio personal.

Fujimori ha sido declarado culpable mucho antes de ser juzgado, sí, eso lo dicen los titulares de la mayoría de los medios de prensa escrita y algunas emisoras de radio, quieren aplicarle la misma pena, confinarlo en el mismo penal, destinarle el mismo régimen carcelario que se aplica y se aplicó en sus momento a Abimael Guzmán, Víctor Polay, Helena Iparraguirre, los injertos, las bandas organizadas de secuestradores, narcotraficantes, Antauro Humala y sus reservistas, queriendo ponerlo en el mismo nivel.

Si los medios de comunicación y algunas conductoras de programas políticos, que cada noche nos endilgan con su verborrea cargada de mezquindad y odio ya han tomado una posición extrema atribuyéndose las funciones de los jueces, no perdamos tiempo, vistamos con traje a rayas, coloquémosle junto a Montesinos y Guzmán en la base Naval  y evitemos esta farsa en que se convertirá el juzgamiento del ex presidente Fujimori.

Sí, Alberto Fujimori es culpable y debe pagar por ello, es culpable de haber unificado el trabajo de los servicios de inteligencia de las FFAA y la PNP, que le dio  una dinámica en su funcionamiento, logrando la unidad de comando que es crucial para el trabajo a conjunto, se unificó criterios lo que facilitó la realización de  operaciones de inteligencia, que permitieron la captura de la gran mayoría de los subversivos y contribuyeron a que las operaciones en el campo militar sean victoriosas.

Sí, Fujimori es culpable de haber luchado contra la hiperinflación, logrando la recuperación de la Economía, después del desastre que nos dejó García, este solo hecho nos permite hoy disfrutar de la solidez de nuestra economía.

Culpable de la captura de los principales líderes de los grupos terroristas, Abimael Guzmán, Víctor Polay etc, Helena Iparraguirre, que nos ha permitido hasta hoy disfrutar de tranquilidad, NO MAS coches bomba, voladura de torres de alta tensión, asesinatos selectivos, atentados terroristas como el de  TARATA, etc

Sí, Fujimori es culpable de la victoria en el campo Militar contra el terrorismo después de muchos años de fracasos, en los gobiernos de Belaúnde y García, el mismo García que nos está gobernando.

Sí, Fujimori es culpable de la desarticulación de las principales bandas de secuestradores, narcotraficantes y su posterior juzgamiento por terrorismo agravado.

Sí, Fujimori es culpable de la reconstrucción de las principales carreteras del País, la carretera panamericana, la carretera central etc, que García dejó en ruinas después de su gobierno.

Sí, Fujimori es culpable de haber dispuesto orden y disciplina en las Universidades, que eran los refugios de los militantes terroristas. San Marcos, La Cantuta, la Universidad del Centro, San Cristóbal de Huamanga, etc., que nuevamente están siendo copadas.

Sí, es culpable de la construcción de viviendas, colegios, carreteras, caminos vecinales en los lugares más apartados del País, allí donde no llegan nunca, ni llegarán los políticos tradicionales, salvo cuando están en campaña electoral, estos mismos que están gobernando el país.

Sí, Fujimori es culpable, doblemente culpable por haber logrado la paz con Ecuador después de más de cincuenta años de conflictos que solo traían dolor y pena a los hogares humildes de los soldados que defendían la integridad territorial.

Por todo lo expuesto, se debe juzgar a Fujimori y confinarlo a una cárcel de máxima seguridad, que no reciba visitas,  aislarlo completamente, que no le proporcionen asistencia médica, porque es una amenaza para los terroristas que aún están en libertad, para las bandas organizadas de secuestradores y narcotraficantes y también para la economía del país, pues podría fortalecerla aún más, porque supo poner las bases para el desarrollo económico que se vive y que incapaces de reconocer sus enemigos políticos no le adjudican.
Sí, Fujimori es culpable de todo esto y mucho más”.

miércoles, 23 de enero de 2019

Vidas paralelas, destinos desiguales.




N de R:
Este artículo de opinión fue publicado en el diario La Razon en 2007, hace doce años.
En vista de las circunstancias gravísimas que está viviendo el ex mandatario Alberto Fujimori Fjimori, un calvario inmerecido, a sus 82 años de edad esta nuevamente en el ojo de la tormenta política y en la cresta de la ola mediática, porque su indulto humanitario fue revocado por un juez que se zurró en la Constitución y en una potestad presidencial, y dejó de lado su conciencia, haciendo oídos sordos al  significado que tiene un indulto de esta naturaleza. 
Alberto Fujimori será conducido nuevamente a la cárcel, en medio de una serie de abusos por la grave enfermedad que padece y que es de conocimiento de todos los peruanos.
Antes de ser conducido nuevamente a su celda en el Fundo Barbadillo, el expresidente Alberto Fujimori ha dirigido una carta a la nación peruana, que con seguridad será su mensaje de despedida como lo asegura en su comunicación epistolar. 
Sin duda, será el final del camino, el final de la vida de un hombre que tuvo la valentía de desmantelar la política socialista que dejó el general Juan Velasco y en la que muchos de sus enemigos medraron del poder y sus canonjías. Allí nació el odio profundo. 
Enfrentó a las dos organizaciones terroristas SL y MRTA, la primera, la mas letal del planeta, vendiéndolas inobjetablemente, aunque sus enemigos irracionales y estrechos de mente no le reconocerán nunca.
Solucionó esperemos para siempre, el problema limítrofe con Ecuador después de 50 años de continuos conflictos. Lo mas importante, recuperó y superó la grave crisis económica que dejó Alan García. Un pueblo desmemoriado es fácil presa de los buitres que les lavan el cerebro; peor es un pueblo desagradecido. 
El odio enfermizo de sus enemigos ha llevado a esta situación...Solo el pueblo del Perú profundo, aquellos que por primera vez en centurias veía llegar a un presidente a sus modestos hogares, a los pueblos mas alejados, ellos guardarán agradecimiento silencioso.
La historia lo juzgará y también a sus enemigos.  

Augusto Bernardino Leguía y Alberto Fujimori Fujimori, dos ex presidentes de la República, dos hombres, dos personajes de nuestra historia, separados por el tiempo y la distancia, pero unidos quizás por un destino que, en el caso del segundo podría ser similar en su final al del primero, si la justicia se deja amedrentar por la presión de los organismos de derechos humanos, las ONG`s y la izquierda caviar.
¿Qué tienen en común estos dos hombres, ex  gobernantes del país,  aclamados, admirados y odiados, separados por el tiempo, el espacio, los intereses económicos del momento y la tecnología?
Para algunos que son la mayoría y en diferentes escenarios, ambos fueron enjuiciados, objeto de una persecución política orquestada por sus enemigos políticos, para otros  fueron víctimas  de sus propios errores, producto de su deseo de atornillarse en el poder. Es que el poder obnubila, nubla la visión. Queda en la conciencia de cada uno, mirando plenamente consciente y objetiva la historia, establecer cuál es la verdad.
Los hechos históricos sucedidos en nuestro país, nos permiten hacer un flash back, retroceso en el tiempo. Quiero transcribir algunos párrafos de la monumental obra Historia de la República del Perú, del insigne historiador Jorge Basadre Grohmann, tacneño de pura cepa, mejor peruano:
Augusto Bernardino Leguía
La Prisión y la muerte de Leguía.
(…) Del crucero Grau, Leguía fue trasladado a la isla de San Lorenzo. Tenía fiebre alta y se sentía mal. El 16 de setiembre de 1930 ingresó a la Penitenciaría, junto con su hijo Juan. La celda que ocupó, baja, húmeda, sucia, pestilente y cuya ventana había sido tapiada, no vino sino a ser una de las torturas que se acumularon para él, sin tener comunicación con el exterior, sin contar con servicios higiénicos. No podía conciliar el sueño por la noche a causa de los gritos de los centinelas y, durante mucho tiempo, no recibió asistencia médica para los padecimientos que sufría. Cuando ella le fue otorgada, se cumplió ante la presencia constante de los carceleros (…)
(…) El 16 de Noviembre de 1931llegó a ser trasladado a la Clínica Naval de Bellavista para que le hicieran una operación quirúrgica. El 18 de noviembre una bomba de dinamita fue arrojada villanamente al interior de este hospital y cayó a pocos metros del cuarto ocupado por el enfermo, después que había sido anunciada su mejoría. Murió, sin embargo, en el Hospital Naval el 6 de febrero de 1932 a los 69 años. Solo pesaba entonces 67 libras (…)
La defensa de su abogado
(…) El abogado defensor de Leguía fue Alfonso Benavides Loredo, con coraje y lealtad extraordinarios. Cuando alguna vez se escriba acerca de las múltiples “luchas por el Derecho” que ha habido en el Perú, el nombre de Benavides Loredo figurará con honor (…).
(…) No había sido uno de los favorecidos con los beneficios del Oncenio. Porque asumió la defensa del mandatario depuesto, sufrió prisiones en el penal del Cuartel Sexto, en las Penitenciaría y en la Isla de San Lorenzo. Se le negó por el Tribunal de Sanción la copia certificada de los documentos y objetos que, sin intervención suya, fueron inventariados en Palacio, en papeles que desconoció; también se le impidió que asistiera a la instructiva que el vocal Manuel A. Sotil tomó a su defendido, pues este le dijo que “el defensor no tenía por qué conocer los interrogatorios que a nombre del Tribunal tenía que hacer el encausado”; halló constantes obstáculos para cumplir con sus deberes; y no pudo conferenciar privadamente con Leguía (…) 
La acusación.
(…) Benavides Loredo, en su refutación al dictamen de los fiscales el 2 de enero de 1931, insistió en la ilegitimidad del Tribunal de Sanción para lo cual invocó la Constitución, la Ley Orgánica del Poder Judicial y la Ley de 28 de setiembre de 1868 sobre responsabilidades de funcionarios públicos y citó a tratadistas peruanos como José Gregorio Paz Soldán, Juan Antonio Ribeyro y Luis Felipe Villarán; estudió doctrinariamente la figura jurídica del enriquecimiento sin causa; sostuvo que Augusto B. Leguía hallábase total y absolutamente arruinado; afirmó que no tenía bienes en el extranjero; hizo valer las demanda interpuesta contra él ante la Alta Corte de Justicia de Londres por Hardman Kearsley  y Cuninningham por la suma de  290.580 libras esterlinas(…)
(…) Los vocales de la segunda sala del tribunal de Sanción Nacional Carlos Augusto Pásara, Manuel A. Sotil, Enrique F. Maura, Daniel Desmaisson y Alberto Panizo S., emitieron con fecha 7 de enero de 1931 su sentencia para fallar que habían incurrido en enriquecimiento ilícito Augusto B. Leguía y sus hijos Augusto, José y Juan y fijar en 24´000.000 de soles oro el monto de la responsabilidad monetaria que conjuntamente les afectaba (…)
(…) Dado el origen y las características del Tribunal de Sanción la sentencia del 7 de enero de 1931, desde el punto de vista histórico, expresa solo un punto de vista de los enemigos de Leguía y de sus hijos. El espíritu que animó a los jueces fue expuesto por Alfonso Benavides Loredo en su refutación del dictamen de los fiscales en los siguientes palabras: “Cuando un miembro de la Sala el capitán Desmaisson fue preguntado por Leguía, en la última entrevista que tuvieron, sobre la ilegalidad de mi prisión, el citado vocal le respondió que “a ellos no les importaba la ley y que procedían como mejor les parecía” (…)
Su testamento
(…) Pocos días después de la sentencia antedicha, el 15 de enero de 1931, Leguía hizo en el Panóptico su testamento, redactado por Benavides Loredo. Allí declaró que “habiendo ido al gobierno rico debido a mi esfuerzo personal, con una renta anual de doscientos mil soles, hoy por haberme consagrado por entero a la prosperidad y servicio de esta Patria tan querida, abandonando completamente mis negocios, solo parece quedarme, después del registro que de todos mis bienes ha hecho la Junta de Gobierno, algunas pólizas de seguro contra mi vida y las medallas y otros objetos que me obsequiaron gobiernos extranjeros, las provincias y diversas circunscripciones del Perú y que dejé entre otros papeles en la caja de fierro de mi escritorio en Palacio y en las dos cajas de fierro de Pando”. De este documento (escrito para la publicidad) y que no habla de sus hijos Carmen y Joaquín nacidos durante su periodo presidencial) podría deducirse que si otros se enriquecieron bajo su amparo, al fin y al cabo él no lo hizo (…)
Epílogo
(…) Y así este hombre que había recibido más homenajes que San Martín y Bolívar y había mandado en el Perú durante un tiempo más largo que ningún otro presidente, murió, dentro de las circunstancias más lastimosas, en la prisión. No hubo entre los gobernantes de este país otro caso tan patético como el suyo (…)
Alberto Fujimori Fujimori
En el caso del ex presidente Alberto Fujimori sus enemigos políticos aprovecharon su ausencia voluntaria del país, para acusarlo de la presunta comisión de una serie de delitos. Las gestiones de extradición ante Japón fracasaron por falta de pruebas. En el caso de la gestión a Chile, fue distinto por la coyuntura política, en un escenario de intereses políticos, negociaciones, lobby´s  y se acepta la extradición más por conveniencia política que por otra razón.
A la llegada de Fujimori al Perú, fue conducido con extremas medidas de seguridad directamente de la Base aérea de Las Palmas a la DIROES, en una medida exagerada, se le embargó todos sus efectos personales, hasta los medicamentos que por prescripción médica traía. Si no hubiera sido por presión de sus familiares, algunos medios de comunicación ponderados y los congresistas de su partido, hoy se estaría lamentando la gravedad de sus males.
Chile aceptó la extradición de Fujimori por los siguientes casos y presuntos delitos: Barrios Altos y La Cantuta, por homicidio calificado y lesiones graves; Congresistas tránsfugas, por asociación ilícita para delinquir y corrupción activa de funcionarios; Indemnización de 15 millones de dólares a Montesinos, por peculado, atentado contra la fe pública y asociación ilícita para delinquir; Allanamiento de la casa de Montesinos, por encubrimiento real, usurpación de funciones y abuso de autoridad; Espionaje telefónico , por violación del secreto de las comunicaciones, peculado y asociación ilícita para delinquir; Medios de comunicación, por delito contra la administración pública, usurpación de funciones y peculado.

El 10 del presente mes se inició el juicio al ex presidente, los fiscales designados deberán demostrar con pruebas reales y objetivas los presuntos delitos que se le imputan. Lo que nos ha sorprendido es el pedido del Fiscal José Peláez para que el juzgamiento sea en la Base Naval, eso significa que Fujimori deberá ser trasladado a esa prisión, con lo cual lo aislarán, con el riesgo de ser sometido a medidas más restrictivas en su internamiento.

Se ha anunciado la llegada de delegaciones internacionales de ONG`s de izquierda, como veedores, como si se tratara de un proceso electoral. Consideramos tal anuncio como una interferencia a labor de los magistrados, es más, es altamente probable que la  presencia genere un conflicto con los seguidores del expresidente.

Debemos interpretar la presencia de los representantes del International Center for Transitional Justice, e Human Rights Watch (HRW), de la Federación Internacional de Derechos Humanos y de la Convención de juristas de Ginebra, como una clara presión al poder judicial de nuestro país. No se debe aceptar la presión de organismos de derechos humanos que bajo la cubierta de observadores internacionales, se inmiscuyan en las decisiones del colegiado o se permitan contribuir a la labor de zapa que viene  realizando los enemigos políticos del ex presidente.

Leguía y Fujimori fueron perseguidos por sus enemigos políticos, al expresidente Leguía lo acusaron de malversación de fondos, nunca le pudieron probar, pero el odio de sus enemigos no le permitió demostrar su inocencia y murió preso perdonando a sus perseguidores; Fujimori también fue perseguido de Japón a Chile, denostado y vilipendiado, acusado de innumerables delitos, hoy está frente a sus juzgadores en espera de demostrar su inocencia. No hagamos un festín, ni un circo de este juicio, dejemos al poder judicial la decisión final.

Notas: Historia de la República del Perú. Tomo XIV. Paginas del 297 al 300. Empresa Editora  El Comercio SA. Jorge Basadre Grohmann Edición 2005.
















martes, 11 de diciembre de 2018

DISCURSO POR EL CXCIV ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE AYACUCHO Y DÍA DEL EJÉRCITO DEL PERÚ



Por: Angel Arturo Castro Flores

Señor coronel E.P, presidente del Consejo Directivo de la Asociación de Oficiales de las FFAA y PNP.
Señor comandante PNP, presidente del Consejo de Vigilancia.
Señores Oficiales Generales de las FF. AA y PNP, representantes de los señores Comandantes Generales de las FF. AA y PNP.
Señores representantes de las organizaciones patrióticas.
Señores Oficiales past presidentes de ADOFAIP.
Señoras y señores asociados.
Damas y Caballeros:

Es un honor para quien les habla haber sido designado para disertar en una fecha tan importante en el calendario cívico-patriótico de nuestra patria, que nos convoca esta mañana. Esta fecha gloriosa que hoy recordamos es un legado virtuoso de nuestros antepasados, que sacrificaron su vida, para legarnos una patria libre.  

En el escenario mundial, hemos avanzado dos décadas del siglo XXI y este se abre ante nosotros con un reto enorme. El avance tecnológico en todos los campos de la actividad humana ha superado toda expectativa, y todo cálculo especialmente en medicina, ciencia espacial y la información.

La industria cultural busca aumentar el consumo, modificar hábitos sociales para transformar la sociedad, mediante el empleo de radio tv, cine, danza, teatro, para imponernos patrones de conducta nuevos. Las grandes migraciones mundiales, Honduras, Venezuela y no sabemos qué viene en el futuro.  

Nuevo armamento se presenta en ferias internacionales dotados de lo último en tecnología, solo de acceso para ejércitos de las grandes potencias mundiales.

La globalización económica ha cambiado el planeta y esta ha modificado la finalidad de los ejércitos en cada Estado, nuevas responsabilidades, nuevos roles, cumplen los ejércitos en este siglo. La ayuda humanitaria y protección de desplazados en la República Centroafricana, donde hay 205 miembros de nuestras FF. AA en labores de Ingeniería.

En este siglo la información está creciendo de manera muy rápida observamos un ritmo de cambio muy dinámico y poderoso: computadoras, internet, la inteligencia artificial, robots, drones, cables de fibra óptica, satélites para expandir el acceso a internet en el planeta, sondas que viajen por el espacio hacia Marte y Saturno, nuevos lanzamientos al espacio de naves que llevarán al ser humano a otros confines.

Es impredecible lo que traerá en el futuro la información tecnológica y cambiará la interrelación entre estados y los valores del poder. El acceso a la información se ha convertido en un poder. Hoy existen nuevas vías de comunicación alternativas, por la gran disponibilidad de información, lo que socava la habilidad para controlarla y atenta contra la seguridad.

En este escenario en que se mueve el planeta, nuevos escenarios bélicos en Europa, África y Asia. Nuevas estrategias y tácticas adaptadas a las nuevas características de las armas modernas prevalecen en ejércitos de potencias mundiales extranjeras.

En este escenario complejo se desarrolla nuestra patria y sus instituciones de las Fuerzas Armadas y PNP como parte del Estado peruano, están acorde con el avance tecnológico. No pueden perder el tren de la historia, de la competitividad, es imprescindible un mayor apoyo.

El general de división Edgardo Mercado Jarrin, tuvo una visión enorme del futuro de nuestro país, alimentado por su conocimiento de geopolítica, la influencia de las armas modernas en futuras guerras y en cómo se desarrollarán las nuevas relaciones entre estados basados en la economía, lo que plasmó en dos de sus obras importantes publicadas el siglo pasado.

Desde este siglo XXI, hagamos un flash back, un retroceso en el tiempo, ubiquémonos en primer cuarto del siglo XIX. Unidos, en comunión de pensamientos, recordemos los sucesos de la campaña libertadora de San Martín y Bolívar en nuestra patria.

Han transcurrido ciento noventaicuatro años de la batalla de Ayacucho. Culminación del sueño libertario de América, su luz de Libertad irradia por siempre para América y el mundo. Un sueño hecho realidad en medio del fragor del combate, del choque de sables, lanzas, fusiles y cañones en los campos de Junín y Ayacucho, que se inició allende los Andes en las campañas del Norte y del Sur, liderados por Simón Bolívar y José de San Martín.

La campaña libertadora en nuestra patria fue una lucha titánica de larga data, que atravesó etapas de nuestra historia y que se fue gestando una vez conocida las verdaderas intenciones de los conquistadores. Las causas: la injusticia, los abusos, espoliaciones, explotación de los metales oro, plata, mercurio, llevados a Europa en casi trescientos años de ocupación.

Las batallas decisivas para la Libertad e Independencia de nuestra patria, sin lugar a duda fueron Junín y Ayacucho. La primera en agosto y la segunda en diciembre de 1824, y se consolidó cuarentaidos años después en el combate del 2 de mayo de 1866, en la célebre victoria alcanzada por nuestro pueblo y sus fuerzas armadas frente a la poderosa flota española en el Callao.

La libertad obtenida por el sacrificio de quienes combatieron con patriotismo, sacrificando su propia vida, no se realizó de la noche a la mañana, ni fue un momento de inspiración, ni un rapto de iniciativa. Fue el resultado de años de maduración, preparación, experiencia y de luchas muy desventajosas.

Meses previos a la batalla decisiva en diciembre de 1824, el 6 de agosto de ese año, sables y lanzas en ristre chocaron brutalmente en la Pampa de Junín, los cuerpos despedazados, ensangrentados y atravesados de ambos contendientes quedaron regados en los suelos del campo de batalla.

Las arengas, los ayes de dolor se elevaron al cielo. Jinetes de ambos bandos luchando violentamente a más de cuatro mil metros de altura. Canterac en persona mandaba la caballería de los Húsares de Fernando VII y Dragones de la Unión y del Perú. La inicial victoria realista se transformó en derrota y victoria patriota, gracias al coraje del “Regimiento Húsares del Perú” al mando de Isidoro Suarez y la destacada acción del sargento Mayor Andrés Razuri.

El general Canterac derrotado en Junín, escapaba, fugaba en dirección a Jauja y luego cruzó el puente Izcuchaca, la dinamitó para impedir la persecución patriota, llegó al río Apurímac, atravesó los puentes y los dinamitó, aquí recibe refuerzos y finalmente llega a Ayacucho. Canterac estaba desesperado, no podía cumplir su misión, a su paso abandonaba armamento, munición, desertores fusilados y heridos a su suerte.

Las fuerzas patriotas, marchaban perfectamente organizadas en escalones siguiendo las huellas de los españoles, a su paso recogían el parque militar que los ibéricos habían dejado abandonado. En Jauja se reorganizó el ejército, Miller se hizo cargo de la caballería, en esta ciudad esperaban los batallones Zulia y Guía, al mando del coronel Francisco de Paula Otero jefe de las guerrillas.

Simón Bolívar llega a la provincia de Aymares-Apurimac y decide entregar el mando al general Antonio José de Sucre, las fuerzas patriotas sumaban aproximadamente 6,000 hombres. Se estimaba que La Serna podría reunir 15, 000 hombres, lo real era que el general Olañeta tenía a su mando 4,000 soldados y estaba en contra de La Serna a quien consideraba un usurpador.

La Pampa de Quinua, terreno de suave pendiente desde el cerro Condorcunca hasta el borde de la propia Pampa, rodeada de varias quebradas. Amanecer del 9 de diciembre, el sol se abre paso sobre la montaña, bajo el cielo azul huantino.

Los patriotas escuchan atentamente la voz metálica del general Antonio José de Sucre, este con la emoción en el rostro, de cara a sus adversarios, eleva la voz y exclama su arenga, millones de veces repetida hasta hoy: ¡Soldados! ¡De los esfuerzos de hoy pende la suerte de la América del Sur! ¡Otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia!

En medio del fragor del combate, de la embestida española a la división La Mar. El general José María Córdova desmonta de su cabalgadura, coloca su sombrero de dos picos en la punta de su espada para que lo vean, y lanza su arenga de combate que ha permanecido inamovible, inalterable, desde entonces en el imaginario patriótico: ¡Soldados! ¡Armas a discreción! ¡Paso de vencedores!

Nuestras fuerzas lucharon tenazmente, convencidas que la Libertad e Independencia tenían un precio muy alto y que este sería fruto de una victoria en el campo del honor. Las fuerzas patriotas conformadas por hombres de extraordinaria temple, valentía y tesón inigualable: Sucre, Córdova, Lara, La Mar y Miller. Enfrentaron a hombres experimentados en mil luchas en Europa que comandaban el ejército realista: La Serna, Valdéz, Monet, Villalobos y Canterac. Y las fuerzas patriotas vencieron inobjetablemente.

El parte oficial habla de 1800 cadáveres y 700 heridos resultado final. Los directores de la guerra firmaron en la Pampa de la Quinua la famosa Capitulación de Ayacucho.

El Día del Ejército del Perú fue instaurado durante el gobierno del presidente Augusto B. Leguía el 18 de setiembre de 1928 mediante Resolución Suprema. Recordemos que, como Institución regular, el Ejército fue creado por Decreto del Generalísimo José de San Martín expedido el 18 de agosto de 1821.

De esta manera se reconocía a nuestra institución cuya existencia se remontaba hasta las primeras organizaciones humanas que poblaron nuestro territorio. Constituyendo el germen de lo que después de largos siglos se convertirían en lo que hoy es el ejército. Sin embargo, el formulismo de su creación oficial no deja de reconocer que nuestra institución estableció sus bases en la tradición guerrera desde la etapa preinca.

Allí está el Templo de Sechín, el concurso de las culturas Nazca, Moche, Chavín, Wari y Tiahuanaco. Durante el Tahuantinsuyo se consolida el desarrollo de la cultura Inca o quechua; el enfrentamiento de dos hermanos por el trono real, que coincidió con la llegada de los castellanos y el choque final entre dos culturas. Tan solo en 95 años y gracias al genio político y militar, los gobernantes de estas tierras extendieron sus fronteras a nuevas regiones.

Pachacútec fue el gran organizador del Tahuantinsuyo y logró su consolidación geográfica y cultural, abarcando territorios de las actuales repúblicas de Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina y Chile. Túpac Inca Yupanqui, sucesor de su padre Pachacútec, fue explorador y viajero, según recientes investigaciones se ha confirmado, que exploró la Antártida y descubrió la Oceanía.

Entre 1825 y 1866 se consolidó nuestra República. El hecho más glorioso fue el combate del 2 de Mayo en el Callao. Expresión sublime de unidad del pueblo peruano con sus fuerzas armadas, en defensa de nuestra Soberanía e Independencia.

También vivimos una etapa negra, la Guerra del Pacífico 1879-1883. La improvisación de los gobiernos, la falta de conciencia nacional, la revancha entre peruanos, la corrupción, el despilfarro de los dineros del Estado y falta de previsión, jugó a favor del enemigo. El Perú adolecía de estadistas como ahora, líderes con visión estratégica. El Perú sucumbió ante un enemigo, que se preparó con muchos años de anticipación y que recibió apoyo de Inglaterra.

En el siglo XX, nuestra institución participó en la campaña militar contra Colombia en 1933, contra Ecuador en 1941. Hechos valerosos enmarcados en la defensa de nuestra Soberanía e Integridad territorial. Luego vendrían las operaciones militares de la Cordillera del Cóndor en 1981, que ratificó la validez del Protocolo de Río de Janeiro, y el Alto Cenepa en 1995.

El Ejército y aquí están los veteranos que participamos en el proceso de Pacificación Nacional. La Estrategia Contrasubversiva gubernamental, priorizó la obtención de la adhesión de la población y se unificó las labores de inteligencia. En base a un trabajo coordinado con los otros institutos de las FFAA, la PNP y los Comités de Autodefensa, se logró la derrota de las organizaciones subversivas SL-MRTA, que hoy nuevamente vienen tiñendo con sangre de policías y soldados valerosos el VRAEM.

¡Ayacucho!

Es la luz de libertad que trasciende siglos iluminando el camino de desarrollo de nuestra patria.

Es una página de importancia vital y significativa en el libro de su historia institucional.

Ayacucho fue el bautizo de fuego que recibieron las primeras fuerzas nacionales organizadas, frente a las fuerzas enemigas de la Libertad.

Ayacucho es la herencia guerrera que hoy luce con orgullo nuestra Institución en pleno S. XXI.

¡Señores!

Acorde con el nuevo siglo, nuestra institución tiene nuevos retos, como lo expresa su Visión: “Ejército disuasivo, reconocido, respetado e integrado a la sociedad”. Proyección Internacional. Apoyo al Desarrollo Nacional. Reforma Administrativa con Tecnología y Modernización de Sistemas.

Participación en ayuda a la población, afectada por calamidades naturales, como es el caso del fenómeno el Niño del año 2017, que causó graves inundaciones en gran parte de nuestro territorio.

Para los veteranos aún queda pendiente, que el Tribunal Constitucional (TC) tome la decisión sabia, justa y correcta, sobre la constitucionalidad de la Ley 30683 que modificó el Decreto Legislativo N° 1133. El TC es el órgano supremo de interpretación y control de la constitucionalidad. Es autónomo e independiente, no depende de ningún órgano constitucional. Se encuentra sometido sólo a la Constitución y a su Ley Orgánica - Ley Nº 28301.

Y de esta manera reconocer el trabajo esforzado y sacrificado de sus veteranos, por haber entregado toda una vida de sacrificios, enfrentando principalmente a la amenaza terrorista, sin embargo, fuerzas oscuras quieren, desean que seamos siendo los grandes marginados, los olvidados, los rechazados.

No seremos más, menesterosos en esta tierra de promisión que es pasto de los tiburones de la corrupción, que hoy campea en nuestra sociedad, como es el caso Lavajato que implica la participación de exmandatarios, club de la construcción, bufetes de abogados, periodistas y medios de prensa. La justicia determinará la responsabilidad.

Cuando nos tocó cumplir con nuestra responsabilidad, nuestra misión constitucional, vaya que lo hicimos con toda la fuerza que da el convencimiento de luchar por nuestros valores morales y cristianos, por la seguridad de nuestra nación e integridad de nuestra patria. No escatimamos ningún esfuerzo supremo.

Sí, nos fajamos y por eso nos preguntamos, porqué tanta mezquindad, hasta cuándo esperaremos que la justicia realmente se imponga y se reconozca el sacrificado valor de nuestro trabajo.

Nuestro homenaje a todos los integrantes del Ejército, sus familiares, sus viudas y discapacitados, que se encuentran en las diferentes regiones de nuestro país. Este 9 de diciembre como en otras oportunidades de la vida de nuestra patria, las FF. AA y PNP, especialmente nuestro Ejército cumplió su finalidad constitucional en su misión, desplegados en todos los confines del país, para dar seguridad al proceso de Referéndum.

Un Feliz Día para todos los integrantes del Ejército, especialmente para aquellos que combaten en el VRAEM, en nombre y defensa de nuestra querida patria.

¡Viva el Ejército!

¡Viva el Perú!

 NR: 
El presente discurso fue leído por su autor en sesión solemne, en la ceremonia por el día del Ejército, que se celebró en la Asociación de Oficiales de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú (ADOFAIP), el 11 de diciembre de 2018.






jueves, 15 de noviembre de 2018

La Grandeza de Tarapacá


“Cuando se conoce el sitio, se puede comprender la determinación que mostraron los hombres vencidos, agobiados en fuga. Tienen que trepar a lo largo de esa verdadera pared natural, por senderos que no lo son: tan escarpadas como estrechas”.
Claude Michel Cluny (Historiador, ensayista, editor francés)



Por: Crl. Art. Angel Arturo Castro Flores

Obtenida la superioridad marítima por Chile después del combate de Angamos en que muere Miguel Grau y su heroica tripulación, y el Monitor Huáscar es capturado por las fuerzas enemigas, el océano se abre de par en par para las tropas chilenas, que además de obtener la superioridad, obtuvieron libertad de acción para desplazar a su ejército hacia territorio peruano, sin enemigos a la vista.


El historiador venezolano Jacinto López nos relata el frenesí, la alegría, las celebraciones que se realizaron en Chile después de la captura del Monitor Huáscar, con ello no solo demuestran el gran temor que tenían a ese pequeño buque y a su gran comandante, sino respeto a la capacidad y experiencia del comandante Grau y su tripulación.

Escribió Rafael Sotomayor, sin ocultar su inmensa alegría, “Chile entero celebra entusiasmado tan fausto acontecimiento que viene a poner término a la contienda marítima y expedita la senda por donde nuestro ejército no tardará en marchar”, (2)

El general Augusto Pinochet en su obra Guerra del Pacífico, Campaña de Tarapacá establece algunas “Deducciones militares del desembarco en Pisagua”. Entre ellas, la que el Comando chileno había establecido respecto del lugar del desembarco, luego de conocer el informe de un reconocimiento de la costa realizada el 27 de agosto de 1879.
“…en este documento se recomendaba como lugar de un desembarco a Pisagua, porque este puerto estaba más de acuerdo con las posibilidades de las futuras operaciones chilenas hacia el interior del departamento:
·         contar con línea férrea, una fuente de agua y las repercusiones de carácter estratégico que se obtendrían al separar a las fuerzas ubicadas en Arica-Tacna de las acantonadas en La Noria-Pozo Almonte”. (3)

El 2 de noviembre de 1879 casi un mes después de la caída de Miguel Grau en Angamos, fuerzas chilenas de “9, 640 hombres, 853 caballos, artillería, algunos mulares y otros implementos de campaña”(4), transportados desde Iquique en 19 embarcaciones. Inician el desembarco en Pisagua.

El bombardeo de naves enemigas contra la defensa de esta bahía fue el preludio del ataque, la defensa compuesta únicamente por dos cañones de 100 libras ubicadas al norte y sur de la bahía. Un desembarco en la playa Junín y otra en la bahía de Pisagua completaron la operación.

Las fuerzas defensoras constituidas por tropas peruanas y bolivianas escasamente ascendían a 2400 defensores. Esta operación de desembarco planeada por el comando chileno ubicaba al grueso de sus fuerzas en posición central, entre Iquique y Arica y desde este lugar podrían emprender operaciones para vencer al ejercito del sur al mando del general Buendía.

“Al siguiente día desembarcamos con el general y recibí la primera impresión de los horrores de la guerra, porque nos encontramos en presencia de un cuadro verdaderamente infernal. La beodez, el incendio, la matanza, el pillaje y cuanto pueda idearse de odioso estaba allí a nuestra vista con gran escándalo mío, porque no concebía cómo los jefes y oficiales toleraban tanta licencia. Luego vi que el general en jefe era impotente para remediar el desorden, no por falta de voluntad para hacerlo sino por incapacidad para mandar”. (Memorias José Francisco Vergara)

Benjamín Vicuña Mackenna historiador y propagandista chileno, dice que las tropas de la coalición después de la batalla de Dolores o San Francisco, derrotadas por la superioridad chilena se dirigían hacia Tarapacá. Las tropas se desplazaban por el desierto sin agua, sin víveres, solo movidos por su intenso patriotismo. Según Vicuña Mackenna lo hacían “no como ejército sino como tropel”. (5)

Pero no solo fue crítico de las fuerzas de la coalición peruano-boliviana, sino de los propios jefes de su ejército, a quienes enrostraba la demora en la prosecución de las operaciones para aniquilar a las fuerzas peruano-bolivianas que fugaban en retirada según visión del historiador chileno. No podemos establecer porqué esa inmovilidad, pues tenían todo a la mano. No sabemos si fue falta de decisión o quizá temor.

“Pero ese día velaban también en el campo de los chilenos una densa sombra de índole diversa: la de torpe inacción que malograba los óptimos frutos de la sangre, de la estrategia y la fortuna. Nuestro ejército amodorrado en las calicheras no movía todavía una sola patrulla en demanda del enemigo, que se rehacía a su vista. Así pasaron los mortales días 20, 21, 22 y 23 de noviembre, dejando escaparse un ejército que fugaba a pie, teniendo nosotros montados a la puerta del cuartel general 500 magníficos jinetes. ¡Funesta inmovilidad!”. (6)

El 2 de noviembre de 1879, después del desembarco y combate con fuerzas de la coalición, los chilenos ocupan Pisagua. Esta derrota obligó a Mariano I. Prado que se encontraba en Arica a realizar una junta de guerra. Prado dispuso que el general Hilarión Daza que se hallaba en Tacna, partiera con sus fuerzas hacia el sur a encontrase con las del general Buendía.

El 14 de noviembre de 1879 las tropas bolivianas llegaron a quebrada de Camarones, se detuvieron inexplicablemente 48 horas, se dice que las tropas bolivianas se negaban a continuar la marcha hacia el sur, el general Daza no encontraba forma para hacerlos marchar, había perdido fe y liderazgo, o realmente no quería avanzar y buscaba un pretexto para esconder su falta de hombría.

El 16 Daza envió telegrama al presidente Prado “Desierto abruma: ejército se niega a pasar adelante”, disponiendo el retorno a Arica, lo que causó tremenda desazón por esta traición, entre sus oficiales. Esta noticia llegó al general Buendía el día 19 antes de la batalla de San francisco. Lo que cayó como una bomba nuclear entre las tropas peruanas.

Después de la derrota de San Francisco el ejército de la coalición realizó una marcha forzada sin detenerse. Fueron 52 horas de dura caminata, sin comida, agua y sin descansar, demostrando su temple de acero. En total caminaron 52 leguas, unos 180 kilómetros hasta Tarapacá, toda una proeza. El coronel Suarez había adelantado su llegada a este poblado para acopiar todo tipo de víveres, agua, y buscar lugares de descanso, para las tropas extenuadas y sedientas.

Una extraña dilación se apoderó de los jefes chilenos en Pisagua. Antes de la batalla de Tarapacá las tropas chilenas se encontraban en una inmovilidad que sorprendía a todos sus integrantes, adormecidos por el sol, la falta de información de sus superiores, sedientos de batalla, pero finalmente cómodos. No recibían ninguna explicación de sus jefes.

Lo más extraño de esta situación era que el general Manuel Baquedano comandante de la caballería chilena, se había quedado en Pisagua, “en las modestas tareas de mayordomo de la intendencia del ejército, en los días en que sus valientes subalternos acuchillaban en Germania, bajo las órdenes del teniente coronel de guardias nacionales José Francisco Vergara a los húsares de Junín y de Bolivia”. (7)

En la tarde del 23 de noviembre de 1879 recién se ponen en movimiento las tropas chilenas, el coronel Emilio Sotomayor Baeza partió de San Francisco al mando de 360 cazadores. Llegaron al caserío Agua Santa donde pernoctaron, con escasa comida para hombres y bestias, al día siguiente después de marcha forzada llegó a la una de la tarde a Peña Grande.  

En este lugar capturan al gendarme Abarca, asistente que trasladaba el equipaje del coronel Suarez de Iquique a Tarapacá, “El asistente Abarca entregó todas sus cargas, incluso el archivo del estado mayor, que de esa suerte vino a ser prenda valiosa de los armarios de nuestra biblioteca”. (8)

La división Ríos, descansó el 24 de noviembre en Tirana, a poca distancia el coronel Sotomayor y sus tropas descansaban en Peña Grande, el coronel Ríos había partido de Iquique (Estación Molle) dos días antes. Sus fuerzas estaban compuestas por ochocientos hombres, “Eran milicias de Iquique, de Pisco, del Loa y de Tarapacá mismo”. (9)

El núcleo de las fuerzas del coronel Miguel de los Ríos estaba conformado por el batallón cívico de Iquique al mando del coronel Alfonso Ugarte Bernales con 300 hombres. Las otras fuerzas peruano-bolivianas que iban hacia Tarapacá eran: columna Loa (200 plazas), columna Tarapacá (200 plazas) y columna Naval (200 plazas).

El día 25 las tropas de la coalición, fatigadas, sedientas y hambrientas después de una marcha forzada por el desierto, atravesó la Pampa de Isluga, descendió la quebrada de Tarapacá, por el camino de Huarasiña, su única entrada, hecha jirones el uniforme y el hambre mordiendo sus entrañas.

El historiador Benjamín Vicuña Mackenna, no lo dice explícitamente, pero reconoce el esfuerzo de las tropas nacionales, y lo expresa indicando que las tropas de la coalición: “Había recorrido no menos de 50 leguas en menos de tres días. Así andaban los peruanos, mientras nosotros dormíamos y nos desperezábamos”. (10)

El general Augusto Pinochet Ugarte en su obra “La guerra del Pacífico”, campaña de Tarapacá expresa “Santa Cruz inició la macha de su columna totalmente convencido de que se dirigía al lugar designado, pero, después de andar dos o tres horas se encontró con que lo caminado era en círculos”. Era por efecto de la camanchaca (11)

El 27 de noviembre al amanecer las fuerzas enemigas de la agrupación Santa Cruz emprendía la marcha desde Isluga cubierto por una densa camanchaca, esa neblina espesa que no permite la visión del terreno más allá de los 5 metros, lo que facilita la desorientación de las tropas.

En la versión chilena del general Pinochet, las fuerzas chilenas adoptaron la siguiente organización en tres columnas:
1° Columna Santa Cruz: Al mando del Tte. Coronel Santa Cruz e integrada por el "Zapadores", "Granaderos a Caballo", 1 Compañía del 2º de Línea y 4 piezas Krupp, lo que en total sumaba 500 hombres. Con la Misión: Penetrar hasta Quillaguasa, ocupar la localidad para cortar desde allí toda retirada enemiga hacia el Este.
2° Columna Ramírez: Al mando del Tte. Coronel Eleuterio Ramírez; la constituían siete compañías del 2 de Línea, 1 Escuadrón de "Cazadores a Caballo" y dos piezas de artillería (cañones de bronce) de la Artillería de Marina. Con la Misión: Atacar por el fondo de la Quebrada de Tarapacá, en dirección general: Huaraciña-Tarapacá, para sobrepasar el caserío y obligar a los aliados a replegarse sobre Quillaguasa.
3° Columna Arteaga: Mandada por el propio Coronel Arteaga, estaba formada por el Regimiento de Infantería "Chacabuco", Artillería de Marina y 2 piezas de Artillería.
Misión: Avanzar por el costado Norte de la quebrada hasta la línea del pueblo de Tarapacá y desde allí atacar el flanco Norte de las tropas de Buendía, ubicadas en el caserío de Tarapacá y cortar la posible retirada de estas tropas hacia el Norte”. (12)

El general Augusto Pinochet critica esta organización de las fuerzas chilenas en su aproximación al objetivo, Tarapacá, considerando a la misma como teórica para el combate, se desconocía información vital del dispositivo, composición y fuerza de la coalición, se “elaboró sin tener ni la más remota idea o un conocimiento aproximado del dispositivo enemigo y desconocer la cantidad de sus fuerzas; además adolece de numerosos errores fundamentales, que fueron las causas principales del fracaso de los chilenos en su ataque a ciegas sobre un dispositivo desconocido y como es lógico significó un alto costo en vidas”. (13)

El general Pinochet afirma en su obra que, “El coronel Suarez cuando recibió la noticia de la proximidad de las tropas chilenas consideró que el fin llegaba para el ejército de Tarapacá”. (14) Probablemente infirió de esa manera llevado por la lectura de partes de guerra, sin embargo, le faltó precisar la capacidad de reacción de las tropas peruanas, pese a encontrarse muy agotadas al máximo de su capacidad.  

Las fuerzas enemigas iniciaron el ataque en tres columnas: la primera al mando del teniente coronel Eleuterio Ramírez conformada por  los  batallones del regimiento 2do de Línea y dos cañones de bronce, su objetivo conquistar Huarasiña, las provisiones de agua del poblado, para avanzar hacia Tarapacá; la segunda, a órdenes del coronel Arteaga, conformada por el regimiento Artillería de Marina, batallón Chacabuco, cuatro cañones de Bronce y dos cañones Krupp, atacar por las alturas que dominaban el poblado; y la tercera, dirigida por el comandante Ricardo Santa Cruz e integrada por un batallón del 2do de Línea, 260 hombres del Zapadores, 116 Granaderos a Caballo y dos secciones de artillería Krupp de montaña, para cerrar el paso de Quillaguasa y evitar la retirada de las fuerzas de la coalición hacia Arica. La encerrona planeada por el mando chileno no dio resultados.

El 27 de noviembre el entonces coronel Andrés A. Cáceres, observando el valle de Tarapacá que no tenía más de 400 metros de ancho en promedio; creyó escuchar el sonido de sables que se expandió por todo el valle, no podía ser de la caballería peruana que había partido temprano; al mismo tiempo, un vuelo de torcazas se elevó al cielo, señal que Cáceres interpretó como presencia del enemigo.

Cáceres ante esta sospecha y viendo el peligro en que encontraban sus fuerzas, dio la alarma inmediata exclamó “¡Enemigos!” “¡Que forme la división en tres columnas!” De inmediato trasmitió la orden al coronel Manuel Suárez, jefe del 2 de mayo “¡Su batallón detrás del mío! ¡En silencio, armar bayonetas y arriba!”. (15)
                                 
En la versión chilena, Pinochet indicó que es el coronel Suarez quien ordenó a sus fuerzas evacuaran el pueblo rápidamente, lo que hicieron de inmediato la división Cáceres y División Bolognesi, ganando las alturas que rodeaban el pueblo, “el hecho de haberse cumplido esta orden con prontitud y sin vacilaciones significó el triunfo para el Perú, pues si se hubiesen defendido habría sido ir a un sacrificio inútil”. (16)

Cáceres con su división ganaron rápidamente las alturas por el Oeste para no estar en desventaja frente al enemigo y enfrentó a las fuerzas de Santa Cruz haciéndola retroceder. La columna Ramírez logró penetrar a la quebrada por Huarasiña siendo rechazada luego de violento combate por la división del coronel Bolognesi quien combatió enfermo. Cáceres recibió refuerzos y logró poner en fuga a las fuerzas enemigas.

El combate fue heroico, violento, sin tregua nuestras tropas agotadas, cansadas hasta la inanición, extenuadas, después de haber recorrido el desierto por casi 200 kilómetros, aun así, en esas circunstancias supremas de la capacidad humana, sobreponiéndose a su propio agotamiento y limitaciones logísticas lucharon frente a una fuerza que venía de obtener victorias en Pisagua, San Francisco y Germania.

El general Augusto Pinochet describe la batalla de Tarapacá desde el lado de las fuerzas chilenas, con tanto realismo que expresa la angustia y temor que sentían las tropas enemigas ante el empuje batallador de las fuerzas de la coalición “En esta hora de angustia, todos disputaban la victoria en un esfuerzo sobrehumano; pero aquellos que captaban la situación con realismo comprendieron la gravedad del momento y la necesidad de una retirada antes de perderlo todo…”. (17)

En esas circunstancias tan adversas para las fuerzas enemigas a punto de darse a la fuga, en que el temor se venía apoderando del espíritu combativo y su moral decaía estrepitosamente frente al ataque de nuestras fuerzas, el Tte Crl Vergara, envía un mensajero al poblado de Dibujo para comunicar al General en Jefe, la retirada de las fuerzas de Tarapacá.

El mensaje decía: "Señor General: Nos batimos hace más de tres horas con fuerzas muy superiores. Estamos en mala situación y no es improbable una retirada más o menos desastrosa. Conviene que nos mande encontrar con agua y algunos refuerzos. D. G. a Ud. José Francisco Vergara". (18)

Llamadas por el general Juan Buendía, de Pachica llegaron dos divisiones la Primera y Vanguardia llamadas por Suárez, reforzaron todos los sectores y luego las fuerzas chilenas huyeron por la Pampa de Isluga perseguidas de cerca por los peruanos. Las fuerzas peruanas perdieron 236 hombres, hubo 337 heridos; por su parte los chilenos tuvieron 758 bajas entre muertos y heridos y 56 prisioneros.

La actuación de Andrés A. Cáceres y del batallón Zepita en la batalla de Tarapacá, recibió numerosos elogios, entre ellos del coronel Belisario Suárez, jefe de estado mayor general quien anotó lo siguiente: “Zepita tomó cuatro de los cañones enemigos con sus municiones, mientras, digno émulo de su decisión y de su gloria, llevaba en trofeo el regimiento Dos de Mayo, los dos que se encontraban a su frente. Estaba cumplida, en los primeros momentos del combate, una de las más notables proezas de la infantería, y fue cuando brilló el valor y cuando se revelaron en todo su mérito la perseverancia y talento militares del comandante general de la segunda división, señor coronel Andrés Avelino Cáceres, que tuvo el acierto, tan raro en el arte, de saber utilizar la victoria sin dejarse arrastrar ciegamente por ella. Preocupado sólo del triunfo de nuestras armas, el coronel Cáceres moderó el ardor de sus soldados, organizó el mismo entusiasmo, y no pedía sino fuerzas que recordaron su plan admirablemente combinado y que redujo a la impotencia a los contrarios”. (19)

El general Juan Buendía comandante en jefe del ejército del sur, luego de la batalla de Tarapacá, emitió el parte oficial de la batalla, en ella no escatima elogios para nuestras fuerzas y los jefes y oficiales, relevando la intrepidez, valor e ímpetu del ataque que hicieron huir a la infantería y caballería enemiga, quedando la artillería en poder de nuestras fuerzas.

El general Juan Buendía relata que fue la primera división al mando del coronel Andrés A. Cáceres la primera en ocupar las alturas del poblado, recibieron fuego de artillería enemiga y gracias a su heroísmo se aproximaron hasta cercanías del enemigo, deplorando la muerte de coronel Manuel Suarez y del teniente coronel Juan Bautista Zubiaga.

“La tercera división, al mando del señor coronel comandante general don francisco Bolognesi, tiene también gran parte en la victoria; su jefe, que hasta el momento del combate se encontraba enfermo y postrado en cama, olvidó sus padecimientos y marcho a la cabeza de su división…” (20). Mariano Santos Mateo arrancó el estandarte del Regimiento 2do de línea chileno, mereció mención honrosa en el parte de su jefe de División, el coronel Francisco Bolognesi.

Las fuerzas peruanas, ejército pequeño pero valeroso emprendió la retirada hacia Arica al día siguiente de la batalla, no pudieron salvar la provincia de Tarapacá. Hizo un primer alto en la garganta de Aroma, el siguiente en Camiña aquí descansó un día “entre verdes campos de tréboles, viñas, olivos y huacas”. Atravesaron el desierto de Camarones y llegaron a Arica el 18 de diciembre.

El escritor inglés Clements Markham, describe el resultado de la batalla: “Si se considera detenidamente las mil dificultades del caso: la falta de víveres y de recursos de todo género, la carencia de todo medio de comunicación con base alguna, la imposibilidad de recibir socorros, habrá de convenir que el general Buendia tomó el partido conveniente al decidir el abandono de la provincia tras el fracaso del brillante asalto al cerro de San Francisco. Salvó así la flor de su ejército y prestó a su patria el mejor servicio posible en aquellas circunstancias; y aun para hacer eso debió no solo dar una batalla, sino ganar una victoria”. (21)

La derrota de las fuerzas enemigas en Tarapacá trajo momentos de consternación, pesadumbre y dolor en las autoridades chilenas. El presidente chileno Aníbal Pinto el 2 de diciembre de 1879, escribe una carta a Rafael Sotomayor: “Yo atribuyo este desgraciado acontecimiento:
1.      A ligereza. Se envió una pequeña división a Tarapacá sin saber a punto fijo si había allí enemigos.
2.      A petulancia. Estamos poseídos de la idea de que un soldado chileno puede levantar la cordillera de los Andes en la punta de su bayoneta, y guiados por este sentimiento no es de extrañar que cometamos imprudencias como la de Tarapacá”. (22)

Rafael Sotomayor Baeza era ministro de guerra y marina, luego de la derrota de sus fuerzas en Tarapacá, poseído de una gran indignación, escribía Pinto: “Los 700 u 800 hombres perdidos en Tarapacá con 7 u 8 cañones y mucho armamento se debe en gran parte a esa servil adoración de la táctica de Moltke, que falsamente se le atribuye a este capitán. Se quiso tener un Sedán, dar pruebas de estrategia militar y se encontró un sepulcro inmerecido para nuestra tropa…” (23)

El significado de Tarapacá para las generaciones de nuevos soldados de nuestro ejército ha quedado grabado en mármol. Es una luz que ilumina el firmamento, es un ejemplo que aflora de las múltiples acciones de valor y heroísmo de la lucha tenaz, en las condiciones muy desventajosas en que se encontraban, sobreponiéndose a ello, sacaron del fondo del alma el espíritu guerrero de sus ancestros.

Hoy la Batalla de Tarapacá es reconocida mundialmente como el triunfo de las fuerzas morales frente a la adversidad. El soldado peruano se sobrepuso al cansancio, la sed, las enfermedades, a la falta de apoyo, a la deserción, cobardía criticable en esa hora aciaga.

La sangre de nuestros soldados ha humedecido el valle y las arenas de esta bendita tierra, sacrificio memorable por siempre. Allí en ese suelo, en sus arenas desérticas, que espera resarcir su dolor y frustración, cayeron los heridos, quedaron los muertos, las balas y cañones, el choque de bayonetas y los ayes de dolor.

¡Tarapacá Victoria memorable!

Imagen: Óleo que representa a la Batalla de Tarapacá, del 27 de noviembre de 1879, victoria peruana sobre las fuerzas chilenas.
Notas:
·         López, Jacinto: Historia de la guerra del guano y del salitre: 1 y 2.
·         Pinochet Augusto. Guerra del Pacífico. Campaña de Tarapacá: 3, 4, 12, 13, 14, 15, 16,17, 18.
·         Vicuña, Benjamín. La fallida ‘encerrona a los peruanos’: 5, 6, 8, 9, 10.
·         CACERES: CONDUCTOR NACIONAL. CPHE. 1984: 19
·         ISIDORO, ERRÁZURIZ. La jornada de Tarapacá, folleto, diciembre de 1879: 7
·         Buendia, Juan. Parte oficial de la batalla de Tarapacá: 20.
·         Markham, Clements. “La guerra entre Perú y Chile”. Batalla de Tarapacá: 21
·         Bulnes Gonzalo. “Guerra del Pacífico”. Tomo 1: 22, 23.