“Tengo deberes que cumplir y los cumpliré hasta
quemar el último cartucho”
Coronel Francisco Bolognesi. Arica junio
de 1880.
En defensa de la supervivencia de la Nación.
Por: Arturo Castro.
Una serie de hechos gravísimos han
sucedido en el país en las últimas semanas, por un lado, la actual Fiscal de la
Nación Delia Espinoza se enfrentó a la Junta Nacional de Justicia (JNJ) incumpliendo
la resolución que emitió para que la Dra. Patricia Benavides ocupara su cargo,
del que anteriormente había sido defenestrada en tan solo 6 días.
Delia Espinoza de inmediato denunció
a la Fiscal Benavides para que fuera suspendida del cargo, lo que se cumplió a
la velocidad de la luz o del sonido, en menos de 24 horas, un juez cuestionado
por diversas denuncias a lo largo de su carrera y por su relación con
integrantes de SL emitió una resolución, tiene un hermano policía y un hermano
que ha sido procesado por terrorismo.
El otro hecho grave es que, pese a
las pruebas presentadas por el fiscal Juárez Atoche entre ellas una sospecha de
posible fuga de Vizcarra, el juez decidió no ordenar prisión preventiva al
expresidente, tan solo algunas restricciones muy leves y tenemos al
exmandatario, respirando libertad y acudiendo a la Corte IDH gimoteando por su
suspensión política.
Para rubricar estos hechos, sorprendió
el presunto asesinato de José Miguel Castro, estrecho colaborador de la
exalcaldesa corrupta Susana Villarán y aspirante a colaborador eficaz durante 6
años, el fiscal Domingo Pérez a cargo del caso tiene responsabilidad, aunque
trate de justificar de mil formas, no convence y se hunde en el descrédito.
Estos hechos son el corolario de una
crisis que se ha venido incubando durante estos últimos 20 años, por la
influencia de los caviares en el sistema de justicia que han copado con sus
jueces y fiscales el MP, PJ, PC, INPE. En el Congreso se ha presentado un proyecto
de reforma, reestructuración o refundación, esperemos que los congresistas
olviden sus diferencias ideológicas y se unan para aprobarlo urgentemente. No
se debería aceptar que PJ y MP se reformen internamente, porque el remedio
sería peor que la enfermedad.
La mejor forma de gobierno es la
Democracia, con todas sus imperfecciones, porque en el mundo que vivimos nada
es perfecto. La Democracia incipiente que vive nuestro país, está en peligro
por responsabilidad de sus autoridades principalmente y el desafecto de algunos
ciudadanos, que al parecer han perdido el don de defender lo que tanto ha
costado conseguir. En el ambiente hay una supina indiferencia.
El Estado peruano está organizado
jurídicamente en tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, de
conformidad a nuestra Constitución vigente, los tres poderes son
independientes, lo que significa que ninguno tiene precedencia sobre los otros.
El Estado de derecho está garantizado
por el funcionamiento de los tres poderes. Son los pilares que sostienen el
Estado, si uno se resquebraja o se pierde en el laberinto de las apetencias del
poder o por soberbia, narcisismo, egocentrismo considera estar por encima de
los otros, será un desastre para nuestro Perú.
Qué sucede cuando la Democracia está
en peligro, cuando fuerzas oscuras complotan contra ella y luchan utilizando
medios de toda naturaleza, ilegales, mediáticos y delincuenciales, para tomar
el poder e imponer su voluntad, sin que fueran elegidos en las urnas por el
voto popular.
Cuál debería ser la actitud del
ciudadano patriota, de los hombres y mujeres que realmente aman la tierra que
los vio nacer, desde el humilde agricultor hasta el más encumbrado de los
empresarios que se forran por el país, así como de aquellos que han hecho de su
vida una profesión sacrificada por servir a la patria.
Ellos, han decidió conscientemente
servir a la patria en la más noble de las profesiones, por vocación y amor a la
Nación y para ello, durante toda su vida el Estado los ha capacitado para
defender a la patria y han enfrentado a lo largo de su carrera militar al
enemigo interno y también al enemigo externo. No les pidan que sean
indiferentes, que miren cómo pasan los días, no es un “dejar hacer, dejar
pasar”.
Nuestro historiador Jorge Basadre
Grohman expresó la frase "Si el Perú subsiste, si no se disolvió o
parceló, es fundamentalmente por el Ejército" en esta cita Basadre
resume su visión sobre el rol fundamental del Ejército en la historia de
nuestra patria y sus integrantes hombres y mujeres, especialmente en momentos
de crisis y vaya que nuestro país los ha tenido y de todos los calibres como el
que vivimos en 2019 cuando el presidente Pedro Castillo decidió cerrar el
Congreso, el Poder judicial y Ministerio Público.
Quién o quiénes deben defender el
Estado de derecho, la Democracia, la Nación, los poderes públicos, qué
organismos tienen la potestad de enfrentar un golpe de estado, de reaccionar
ante la violación del orden constitucional; hubiera sido mejor, que nos quedemos
quietos, estáticos, indiferentes, sin reaccionar a merced de un poder espurio
producto de una asonada política y permitir que nos arrebaten a la mala el
poder nacido en el voto popular. ¿Eso desea el pueblo?
Considero que ningún ciudadano bien
nacido en nuestras tierras, debería aceptar el cambio de gobierno producto de
un golpe de estado, en el que se ha violado la Constitución, las normas, el
debido proceso, la libertad de los casi 34 millones de connacionales y se
hubiera hecho tabla rasa de la Democracia, pisoteándola.
El rol fundamental que cumplieron el
presidente del Congreso José Williams Zapata, así como la ex Fiscal de la
Nación Patricia Benavides, el jefe del CCFFA Gral Manuel Gómez de la Torre
Araníbar y los Comandos de las instituciones de las FFAA y PNP, fue admirable
desde todo punto de vista.
La Nación entera agradeció este gesto
patriótico; sin embargo, pese a que la estabilidad política y la Democracia se
encontraban en gravísimo peligro, quienes ejercían el Poder en esos momentos,
no dudaron en cumplir con patriotismo sus deberes y hoy por esa acción, pende
sobre sus cabezas una espada de Damocles, con procesos abiertos en el PJ y MP y
no se vislumbra en el horizonte una solución favorable. ¿Qué seguirá después
una persecución implacable?
¿Realmente somos un pueblo
desagradecido, indiferente, desafecto? Creo que No.
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