Australian War Memorial

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EXTERIOR DE MEMORIA DE LA GUERRA-AUSTRALIA

domingo, 14 de marzo de 2021

Guerra sucia electoral: El desequilibrio de la cadena trófica política.

 



Por: Arturo Castro.    

La presente campaña electoral para  elegir al presidente de la República y el Congreso Nacional es una campaña atípica por la situación que vive el país, desde el punto de vista político, económico y social, agravado por la pandemia del Covid19 y sus efectos muy graves en la salud, y en la economía de millones de familias peruanas, que se han quedado sin trabajo, empeorado por la competencia de un millón de venezolanos, que también buscan cómo sobrevivir en un país extraño, desarraigados y lejos de sus familiares.

En esta justa electoral, así como los partidos políticos participantes se juegan la vida, cada semana en diferentes lugares de nuestra geografía y utilizan todas las armas disponibles legales o vedadas para derrotar a sus adversarios; también la prensa sicaria, alquilada o vendida al poder político, juega un rol preponderante por el grado de influencia que tiene en las masas; poco limitada, pero la tiene.

La prensa, tanto impresa como digital mantiene su poder, porque sabe aprovechar para orientar el interés de los electores, hacia un candidato que les permita seguir manteniendo sus privilegios, especialmente el pago de la denominada publicidad estatal, de esta manera subsistir, dada la situación precaria que viven especialmente los medios de la gran concentración.

Y en este discurrir las empresas dedicadas al estudio y opinión de mercados, conocidas como encuestadoras y que están muy solicitadas por la prensa, se han dedicado a realizar estudios de opinión por teléfono, o de manera presencial. Si antaño no guardaron las formas y se vendieron al poder político, hoy presentan resultados que de alguna manera buscarían desinformar y manipular el interés electoral de la población.

A todo esto, ¿Cómo se está desarrollando la campaña electoral?

Haremos una analogía, entre la campaña electoral y la Cadena Trófica. Es conveniente recordar que, la Cadena Trófica es el proceso de transferencia de energía alimenticia a través de una serie de organismos, en el que cada uno se alimenta del precedente y este es a su vez, alimento del siguiente.

En la actual campaña presidencial, los candidatos, sus partidos, frentes o alianzas, militantes y fans funcionan como esos organismos y como es lógico deben alimentarse, mediante la utilización de todo tipo de ardides, fintas, demostraciones, e incluso el empleo de la guerra sucia. Que al parecer se ha iniciado los últimos días de febrero.

El último nivel del intercambio de energía o cadena trófica de los ecosistemas, se encuentra conformado por los carroñeros y descomponedores, cuya característica fundamental es que, consumen materia orgánica muerta y la descomponen hasta sus componentes inorgánicos. Si observamos con detenimiento, algo de eso está sucediendo en la actual campaña política presidencial.

Entre los principales consumidores están: Los necrófagos, que se alimentan de cadáveres, como el cóndor y el gallinazo. Los coprófagos que se alimentan de excrementos. Los saprófagos, que se alimentan de materia podrida. Los detritívoros, que se alimentan de detritos. Finalmente, los mineralizadores o reductores, que reducen los compuestos hasta la forma más sencilla, como las bacterias y los hongos.

Veamos la analogía con la actual campaña política emprendida, por quienes dicen querer gobernar el país democráticamente, podemos decir que la población peruana ha percibido claramente, que en la fauna política existen no solo carroñeros que, al alimentarse de estos, no dejan piel sobre piel, ni polvo sobre polvo.

También están presentes los necrófagos, porque no solo quieren asesinar políticamente al oponente, hacer leña del árbol caído, sino comerse sus restos, al más puro estilo de los caníbales.

Para ello, no han tenido mejor idea que utilizar las redes sociales, cada partido, agrupación, y candidato tienen abierta su cuenta en WhatsApp, Twitter y otros, para estos menesteres y se están utilizando a velocidades siderales, sus mensajes cortos de contenido variado. No escatiman el menor esfuerzo en utilizar adjetivos calificativos de connotación negativa contra sus adversarios.

Diatriba o insulto que escriben, es como invitar a un festín a los otros usuarios, es como colocar un cebo o presa en alta mar, al que acuden en tropel una jauría de tiburones. La actual campaña se desliza por un tobogán interminable. Observamos que viene cayendo tan bajo, pero tan bajo, que no podemos dejar de hacer la comparación antes mencionada.

Las redes sociales son las paganas y las vías por donde discurre la verborrea de fanáticos y son vectores de la reacción hepática de algunos usuarios, entre ellos los propios candidatos a la presidencia, que no han dudado en utilizar este medio para lanzarse, por ahora, grandes puyazos, en lugar de plantear sus programas de acción, para dar solución a los problemas que aquejan al país.

Queremos graficar la situación de la campaña electoral con estos dos ejemplos:

El candidato presidencial de Renovación Popular calificó como “mantenido” a Julio Guzmán y “zángana” a Verónika Mendoza, ante esto, Julio Guzmán respondió “Le pediría al señor López Aliaga que, en lugar de estar insultando, pague sus impuestos, deje de odiar a las mujeres, que deje de ser fascista y deje de estar saboteando el proceso de vacunación de todos los peruanos”.

Por su parte Ollanta Humala: “No estoy mintiendo cuando he dicho que le he dictado a Verónika Mendoza temas en esas agendas”, la respuesta de Mendoza rechazó y calificó como una “bajeza” las declaraciones de Humala.

Solo dos de los candidatos a la presidencia de la república han deslindado abiertamente de la corrupción que campea en los diversos estamentos del Estado, desde el gobierno Nacional, hasta las gobiernos regionales y locales. Casos emblemáticos como Lavajato, Odebrecht, las empresas de la construcción consorciadas, prensa agrupada, periodistas llamados mermeleros que han tapado las malas actitudes y decisiones de Martín Vizcarra y del actual inquilino de palacio.

Sumado a ello lo más grave, una mala estrategia aplicada contra la pandemia del coronavirus, que ha causado mas de 100,000 vidas de peruanos, y la constante falta de decisión en comprar camas Ucis, la escasez del principal elemento de vida que es el Oxígeno. Chile en un ejemplo de solidaridad ha donado algo de mil toneladas de este vital elemento.

Quizás los políticos están convencidos, que el uso, o mejor dicho el mal uso de las redes sociales, actualmente de moda, les dará réditos políticos, es decir, creen que así obtendrán la aprobación de sus potenciales votantes si los hay y hacia ellos están dirigidos los mensajes.

Eso nos recuerda que, en la mitología griega, existió un dios llamado HADES, hijo de Cronos y Rea. Hades es el lugar donde residen los muertos, todos, ya sean buenos o malos y este era el dios que gobernaba esa región.  Se sabe que, su nombre era sinónimo de mal augurio, las personas evitaban llamarlo como tal y estaban obligados a llamarlo con otros nombres, como Plutón.  

Nos preguntamos ¿Se está oscureciendo el panorama político peruano igual que en Hades? 

Utilizarán todos los medios de comunicación, en especial las redes sociales a su disposición para aporrear a sus contrincantes. Vivimos y somos testigos de que se ha impuesto una patología en los políticos que demuestra una actitud cainita de una gran parte de las personas, que visan el asesinato moral de candidatos.

Con seguridad el debate y las propuestas, así como los planes de gobierno de los candidatos se ubicarán en segundo plano, algo así como objetos accesorios, sin la menor importancia, lo que permitirá una gran desinformación para los votantes, que mirarán caras, cuerpos, sonrisas y cosas superfluas, antes que los planes de gobierno.

Esperamos equivocarnos, pero la realidad como en todo lo que sucede en nuestro Perú, supera a la ficción.

 


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