Que manía esta que tienen los chilenos de cada cierto tiempo abren
su campaña de satanización, demonización contra nuestro país y el blanco es el
tratado de 1929, agudizar las contradicciones, cuando observan que tenemos
problemas internos, como es el caso de los conflictos sociales que afectan
proyectos mineros de envergadura, hace unos meses las Bambas, en el presente Tía
María y Quellaveco,
Perú tiene conflictos sociales en el frente interno, los
proyectos mineros que visan la explotación del cobre en nuestro país, son vistos,
si se hicieran realidad en el futuro, como una competencia adversa y peligrosa
para ellos, quieren ser los únicos exportadores de cobre en el planeta y como
están deterioradas las relaciones entre China y EE. UU., se cubren para el
futuro.
Ya sabemos que su economía depende principalmente de este
mineral, porque oro, plata, zinc y otros metales tienen en muy poca cantidad y
su explotación en comparación con nuestro país es realmente irrisoria. En
nuestro país, de acuerdo con la producción relativa mundial, los minerales más
importantes son la plata, el zinc, el cobre, el plomo y el oro.
Chile, pese a que produce un total de 25 minerales, solo
lidera a nivel mundial en producción de cobre, salitre y yodo. “Hoy las
grandes faenas mineras extraen cobre de ocho regiones del país, y las
exportaciones del metal representan más del 90% del total de los envíos minero”.
Una información publicada por la prensa nacional en 2018,
indica que nuestro país podría convertirse en el futuro cercano en el país con
más reservas de litio en el mundo. “Actualmente contamos con un
yacimiento en Puno con cerca 2.5 millones de toneladas de este metal. La minera
Macusani Yellowcase confía que yacimiento puede ser mayor al proyectado”. Puno,
lago Titicaca, agua en abundancia, yacimientos de litio, todo un bocado
apetecible.
En medio del trafago político causado por la filtración de un
audio, en el que el presidente Vizcarra se compromete con los revoltosos de
Arequipa a crear las condiciones para suspender la licencia del proyecto Tía
María, proyecto que incrementaría nuestra producción de cobre, que semanas
antes había autorizado con tanta algarabía.
Los ministros de Economía y de Energía y Minas se presentaron
en el Congreso para explicar las idas y venidas del presidente respecto del
proyecto Tía María. Las explicaciones expresadas por los ministros, según connotados
congresistas han sido pobres y no han asumido su responsabilidad en todo este
embrollo político. Caerán o no, eso los decidirá el Congreso.
La frustración de los empresarios mineros del país es tan
grande que han manifestado su desazón sobre la conducta errática del presidente
Vizcarra, respecto de la cancelación de la licencia para el proyecto Tía María.
Ganan los revoltosos, los antisistema, los que están saboteando el desarrollo
nacional, los que desean que la brecha de la pobreza se haga más ancha.
No solo Tía María ha ingresado a la bolsa de los proyectos
mineros que se frustran, antes fue las Bambas, esta semana el gobernador
regional de Moquegua Zenón Cuevas ha dispuesto que el proyecto de la mina
Quellaveco paralice. De esta manera el corredor minero del sur se paraliza por
presiones de organizaciones de extrema izquierda, Frentes regionales de
defensa, MOVAEF, reservistas de Antauro, los cajamarquinos del No a Conga, etc.
La política chilena se mueve al vaivén de sus intereses
económicos, como en todo Estado, no es novedad. Quieren negociar en conjunto el
Pisco, es decir exportar dos productos totalmente diferentes como si fueran el
mismo, esa es una pretensión muy grande de los empresarios chilenos que hacen
lobby en el Congreso chileno.
La estrategia está muy clara, el senador chileno Ossandón se
permite cuestionar el Tratado de Lima de 1929, que nuestro país inerme y recién
recuperándose económicamente de la debacle que le produjo la guerra del
Pacífico, firmó prácticamente con una pistola en la cabeza. ¿Ignorancia o
pretensión calculada?
Por otro lado, el congresista de apellido Murana le ha
solicitado a su canciller Teodoro Ribera, nada menos que la expropiación de las
13.5 hectáreas de El Chinchorro, en Arica, que es de propiedad inalienable del
Perú, precisamente por lo del Tratado de Lima que los sureños cuestionan.
No creemos que Chile sea sincero en sus relaciones con
nuestro país, son los intereses estratégicos que mueven la política chilena.
Asistimos a una bien sincronizada campaña entre el ejecutivo y congreso
chileno, para el especialista en temas internacionales Rodríguez Mackay, “hay
una sincronía: lo que dice un político senatorial chileno y lo que dice un
Presidente que, solo por sostener que (el triángulo terrestre) es un asunto
pendiente, impacta negativamente y ofende la naturaleza del Tratado de 1929”.
Hay que recordar que, para elevar la producción minera de sus
yacimientos mineros e irrigar sus territorio inhóspito y desértico del norte,
necesitan urgente agua y energía eléctrica para su desarrollo, no tienen de
dónde sacar. Chile no produce gas y tiene que compararlo comprometiendo
ingentes cantidades de dólares.
Chile ha sido, es y será adversario de Perú, no solo en
producción de cobre, si consideramos sus importantes inversiones económicas en
Perú, podría dominar en el futuro nuestra economía. Entonces, al igual que se
habló de Odebrecht, en la expresión del exministro Figallo podríamos
parafrasear “Chile pone y quita presidentes”. Alguno de ustedes duda de esta
posibilidad futura. He allí el peligro de chilenizar nuestra economía y esta
campaña sincronizada cuestionando el Tratado de 1929.
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