Sucumbió el Huáscar en Punta Angamos, como un gigante mitológico se irguió, se sublevó ante la adversidad, frente a la superioridad araucana. No pudieron hundirlo aunque quisieron. En el presente ni la fuerza telúrica de un tsunami hizo mella en su imponente figura, que mantiene el espíritu de nuestro héroe.
Se han escrito páginas gloriosas sobre el caballero de los mares. Se han llenado de prosas y versos candentes de heroísmo su campaña naval y sus combates. Permanece en la memoria como un paradigma su ejemplo de caballerosidad, valentía, heroísmo y gloriosas hazañas, para la juventud peruana.
Ese 8 de octubre se cumplió la condena que, se les había impuesto a los defensores calificados de la patria muchos años atrás y que Chile se encargaría de cobrar con mucha ventaja y alevosía. Ese antimilitarismo exacerbado que subsiste hasta el presente, fue el responsable de la indefensión de nuestra patria.
La sentencia de muerte contra el Almirante Miguel Grau Seminario fue dictada en 1873 durante el gobierno de Manuel Pardo, quien se opuso a la compra de buques para la escuadra peruana, alegando que el país no necesitaba destructores, si tenía dos destructores, refiriéndose a Bolivia y Argentina. Con Bolivia se había firmado un tratado defensivo que arrastraría a la guerra a Perú y Argentina finalmente no quiso firmar ese tratado.
El 6 de febrero de 1873 Manuel Pardo firmó el tratado defensivo con Bolivia y que a la larga fue el pretexto, al que apeló Chile al borde de la crisis económica y su clase política ambiciosa y servil al capital inglés, para declararnos la guerra, preparad con mucha antelación. ¿Por qué Manuel Pardo cometió ese error?
José Antonio de Lavalle Ministro Plenipotenciario del Perú, en su obra Mi misión en Chile en 1879, ensaya algunas respuestas a esta pregunta: impedir que Chile celebrase un tratado con Bolivia, el temor de Manuel Pardo a su adversario político Nicolás de Piérola y sus continuos alzamientos, y finalmente salvaguardar “su propio monopolio del nitrato de soda de Tarapacá”, se entiende de la competencia chilena.
En la década de los setenta del siglo XIX circulaba en la capital, El Murciélago, un periódico de tiraje diario, dirigido por Manuel Atanasio Fuentes Delgado, literato, cultor de la sátira política y el género histórico, periodista, jurisconsulto y catedrático. Fue conocido por su seudónimo “El Murciélago”.
El 11 de octubre de 1879, cuando el Huáscar cayó en Angamos, El Murciélago hizo una semblanza del monitor, las consecuencias que se derivarían para el futuro de la guerra de esta captura, así como de la muerte heroica de Grau y la forma como tomó la población de Lima esta grave pérdida para nuestras fuerzas navales, que prácticamente dejó nuestro mar a merced de la flota sureña.
“Al fin se realizaron mis temores. El Huáscar se ha perdido; tenemos un buque de menos y quizás que lamentar la muerte de uno de nuestros más bravos y atrevidos guerreros. Esa desaparición no ha sido imprevista; al contrario, era ella esperada por los que han visto en las reiteradas y riesgosas excursiones de nuestro blindado, no diré prodigios, sino milagros operados por la subordinación militar y por el valor”.
El espíritu de Miguel Grau está presente en cada pulgada de nuestro territorio, en el inmenso mar que supo defender hasta perder la vida. Ese espíritu hoy ilumina a los jóvenes marinos del país, es un ejemplo permanente de valor y heroísmo. Es el símbolo que encarna al igual que Francisco Bolognesi, los más puros valores de patriotismo y sacrificio por la patria.
1 comentario:
Miguel Grau fue uno de los cuatro asesores en asuntos militares de Manuel Pardo y Lavalle, considero que la idea de alianza con Bolivia nace de esos cuateo asesores ya que su padre de Manuel Pardo don Felipe Pardo y Aliaga fue un feroz opositor a la Confederacion Peruano Boliviana
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