
“El Perú será grande, el Perú será lo que deba ser, si todos los peruanos nos resolvemos virilmente a engrandecerlo”
Andrés A, Cáceres.
El 27 de noviembre del presente año, se celebra con gran orgullo patriótico al interior del Ejército, un nuevo aniversario de la Batalla de Tarapacá, que en los anales de la historia militar, surge como una luz en medio de la oscuridad cargada de improvisación, de frustraciones que se arrastró a lo largo y ancho de lo que fue la campaña del sur en la guerra con Chile.
Digo-frustraciones- porque ayer como hoy, las decisiones trascendentales referidas a la seguridad y defensa nacional, siempre estuvieron marcadas por la desconfianza y rencor por parte de algunos sectores, la clase política, ONG´s y la izquierda caviar, así como algunos sectores económico-sociales hacia nuestras FFAA. Ayer como hoy el sino de nuestra historia estuvo y esta cargada de mezquindades, de conveniencia política, más que de un verdadero y responsable sentimiento patriótico nacionalista.
“La Patria íntegra, la Patria grande, la Patria intangible”, siempre fue el ideal y la visión en todos los actos de la vida de Cáceres, no solo fue un brillante militar paradigma de la honestidad, la tenacidad y la resistencia, sino que además fue presidente, senador y representante como embajador plenipotenciario del país en el extranjero.
Como presidente condujo los destinos de la nación, en dos oportunidades, la primera desde el 3 de junio de 1886 hasta el 10 de agosto de 1890 y luego desde el 10 de agosto de 1894 hasta el 20 de marzo de 1895. Fue nombrado como ministro plenipotenciario en Gran Bretaña y Francia (de enero de 1891 a diciembre de 1892); en Italia (1905), en Alemania y Australia (1911) y embajador en las cortes de Cádiz (1912).
Pero lo más admirable en Cáceres es que siempre antepuso los intereses nacionales a su interés particular, hoy se conoce que, para afrontar los gastos de las campañas militares muchas veces puso de su propio peculio.

El mensaje de unidad y unión que Cáceres dejó a las generaciones venideras, unidad que reclamó hasta el último hálito de vida y que nos ha trasmitido como una fuerza moral, debe ser el motor que incentive el deseo de todos los buenos ciudadanos de nuestro país, para lograr su integración, la unidad y no caminar a tientas cada uno por el camino que buenamente pueda escoger, pero que finalmente no lleva a ninguna parte, más bien nos conduce al despeñadero, a un destino incierto, como hasta ahora está sucediendo.
Para lograr la ansiada unidad del País no solo debe existir un deseo vehemente, sino que involucra un cambio de actitud general, que comprenda a todos y cada uno de los peruanos, para ello será necesario el concurso y la colaboración de todos.
Frente a las últimas acciones del narcoterrorismo en Ocobamba y Tayacaja, que han enlutado nuevamente hogares de modestos policías y frente a la indiferencia del Estado para proporcionar una defensa adecuada a los miembros de las FFAA que han luchado contra las hordas senderistas y se encuentran enjuiciados por presunto delitos contra los DDHH.
Apelamos a la opinión pública nacional para mantener la unión frente a los enemigos de la patria, de aquellos que soterradamente mueven sus hilos para destruir la moral de soldados y policías, para que no permitan tamaña injusticia contra miembros de nuestras FFAA y PNP que, se encuentran abandonados hoy a su suerte, perseguidos y olvidados por el Estado al que defendieron, muchos sacrificaron sus vidas por darnos esta tranquilidad en la que podemos vivir.
Por tanto, es incomprensible condicionar a la entrega de una garantía, de un bien, que en la gran mayoría de los casos no lo disponen, para obtener acceso a la defensa, que el Estado tiene la obligación de facilitarles, porque se sacrificaron en nombre de ella, y estamos convencidos que si nuestra patria volviera a estar en peligro, con seguridad recurrirán nuevamente a sus FFAA y PNP para defender los valores de la democracia.
En esta fecha tan importante en el calendario cívico-militar, inculquemos el ejemplo de unión que Cáceres nos legó y que tanta falta nos hace, a nuestro estudiantes incentivemos el culto a nuestra nación y nuestros héroes y los mayores celebremos, y recordemos con agradecimiento a quien tuvo el valor de mantener la integridad de la nación cuando todo estaba perdido.
¡Viva el Taita Cáceres!