Por: Arturo Castro.
El diario Perú 21, está empeñado en continuar una campaña mediática en contra de la compra de aviones por parte del gobierno para renovar el obsoleto parque aeronáutico de nuestra Fuerza Aérea. Cristian Faundes Sanchez, es un periodista chileno que al parecer trabaja actualmente en este diario, nos parece sospechosa la actitud del diario, avalando esta campaña en contra de los intereses de nuestra patria.
Faundes es autor de la obra “EL
AGUA COMO FACTOR ESTRATÉGICO EN LA RELACIÓN ENTRE CHILE Y LOS PAÍSES VECINOS”,
ha sido Agregado de Prensa a la Embajada de Chile en Perú ha cumplido funciones
en Asesoría comunicacional; gestión de prensa y redes sociales; análisis de
tendencias e imagen corporativa en medios de 01/2019 a 03/2022. También es
docente a tiempo parcial de pregrado en la Universidad César Vallejos en la que
imparte las Cátedras: Relaciones Públicas y Dircom; Taller de manejo de
reputación y crisis; Periodismo Interpretativo y de Opinión; Guía de tesis,
finalmente se desempeña como corresponsal de la Revista Realidad y Perspectiva
de Chile desde 2022 al presente a cargo de la columna de opinión “Postdata
desde Lima”.
Para los días 6 y 8 de
noviembre del presente el gobierno de Dina Boluarte ha autorizado el ingreso
del buque armada chilena “Arica” al puerto de Ilo, ingresará con
personal armado, además de ametralladoras y otros pertrechos militares, dicen
que tiene como tarea desarrollar operaciones de control de derramamiento de
hidrocarburos. Será ese el verdadero motivo, con Chile no se puede saber.
Sin embargo, debemos recordar
que, en 1978 existía un clima de tensión entre Argentina y Chile por el
diferendo fronterizo del Canal de Beagle. Ese año acoderó en el puerto de
Talara el petrolero chileno Beagle para reabastecer combustible. Dos
oficiales de la marina chilena fueron arrestados tomando fotografías en la base
aérea “El Pato” donde se encontraban los recién adquiridos Sukhoi 22, se
trataba del capitán Sergio Jarpa y teniente Alfredo Andonaegui, siendo
arrestados por la seguridad de la Fuerza Aérea del Perú.
“Los oficiales chilenos
indicaron a sus pares peruanos que las órdenes de fotografiar aviones de guerra
provenían del embajador chileno, Francisco Bulnes. En su confesión, dieron
información de otros cuatro espías chilenos activos en el Perú, que son capturados
cerca a la base aérea de La Joya, en Arequipa”. (1)
Gobernaba el Perú el general
Francisco Morales Bermúdez Cerruti el mismo que, declaró persona Non grata y
expulsó del país al embajador chileno Francisco Bulnes, quien solicitó la
liberación de los dos oficiales arrestados por espionaje, los que finalmente
fueron expulsados.
El otro caso sucedió en la
base aérea La Joya, fue protagonizada por Julio Vargas Garayar ex suboficial de
la Fuerza Aérea, tras ser dado de baja en 1976 por desaprobar cursos de su
especialidad, trabajaba en la embajada de Chile en Lima, se conoce que en esta
sede fue abordado por oficiales del ejército chileno quienes lo captaron para
desempeñar labores de espía en provecho de Chile y le pidieron realizar
fotografías de la base aérea de la FAP en La Joya (Arequipa).
El suboficial Vargas Garayar,
descubierto en sus actividades de espía fue acusado de espionaje sometido a un
juicio sumario fue sentenciado a muerte por un tribunal militar, conforme lo
establecía la Constitución peruana de 1933 (entonces vigente) para estos casos.
Le negaron el indulto y el 20 de enero de 1979 Vargas Garayar fue fusilado en
el Cuartel Bolívar (Pueblo Libre) por traición a la patria.
Retrocedamos en el tiempo, desde
los inicios de nuestra vida republicana nuestro país siempre tuvo que hacer
frente a las amenazas internas y externas de diferente índole. Las previsiones
que adoptó el Estado para proteger la integridad y soberanía se plasmaron en
las diferentes constituciones que hemos tenido y en las que, se asignaban
responsabilidades para las entidades del Estado y la ciudadanía en general.
Durante
el conflicto de España con sus antiguas colonias y que derivó en el victorioso
Combate del 2 de mayo de 1866, en nuestro país estuvo en vigencia la
Constitución de 1860, que en su artículo 119° “ratificaba el rol de la fuerza pública, en el sentido de reconocerla
como institución responsable de hacer cumplir las leyes del país”. (2) Castro,
Jaime. Aportes para una nueva visión de la Seguridad y Defensa Nacional
La
Constitución de 1867 señalaba que “El
objeto de la fuerza pública es asegurar los derechos de la nación en el
exterior y la ejecución de las leyes y el orden en el interior”. Fue una de las más longevas y estuvo en
vigencia durante cincuenta y tres años (1867-1920). (3)
Bajo
su vigencia el país vivió momentos muy importantes y difíciles, en lo político
el surgimiento del partido civilista a partir de 1872 marcó el punto de quiebre
en la vida política del país, después de una larga vigencia de los militares en
el poder. Pero, el hecho más grave sin lugar a duda fue la guerra que Chile le
declaró al Perú el 5 de abril de 1879 y que duró hasta 1884.
Recordemos
que durante el gobierno de Balta (1868-1872) el escenario nacional estuvo
marcado por dos acontecimientos políticos que marcarían hondas huellas en la
historia de nuestro país: el final del predominio militar y el nacimiento del
partido civilista fundado por Manuel Pardo. Apareció en la escena nacional
Nicolás de Piérola, uno de los personajes más controvertidos de la historia.
Nicolás
de Piérola fue ministro de Hacienda durante el gobierno de Balta. Realizó un
contrato con la casa Dreyfus para comercializar dos millones de TN de guano
dejando de lado a los consignatarios. El 24 de abril de |871 una junta de
notables presentó a Manuel Pardo como candidato a la Presidencia de la
República. El 29 de abril de 1871 se fundó el partido civilista. Apoyaron la
candidatura de Pardo, los antiguos consignatarios, los dueños de los bancos, el
comercio, con lo que se aseguraban los fondos para la campaña.
Manuel
Pardo fue un importante consignatario, importador y financista. En 1862 fundó
el Banco del Perú y fue presidente de la Compañía Nacional del Guano. La
depresión mundial de 1873 afectó al Perú, causó un fuerte descenso en sus
exportaciones. Los ingresos provenientes por el guano, cuyas reservas estaban
casi agotadas, cayeron en 35%, de 4 millones de libras esterlinas en 1869,
descendieron a 2,6 millones en 1875.
Para
hacer frente a la crisis Manuel Pardo aplicó un programa de austeridad, que no
incluyó a su proyecto ferrocarrilero. Dispuso la disminución del personal de
las fuerzas armadas. Aunque trató de disimular su discurso antimilitarista
expresando que “No son menos
gratuitas… las suposiciones relativas a mi antagonismo con el Ejército. El
orden público y el honor nacional son dos necesidades demasiado fundamentales
en toda sociedad para echar a un lado como un estorbo lo que es uno de los
principales baluartes”. (4)
Sin
embargo, en la realidad las medidas que tomó no eran consecuentes con su
expresado respeto por el Ejército. Manuel Pardo justificó la disminución de
efectivos en el Ejército amparándose en la supuesta necesidad de mantener una
fuerza armada pequeña, convenientemente instruida, respetuosa de ciertos
valores y que olvidara las prácticas militaristas. Nunca llegó a realizar
reforma alguna en el ejército y más bien se dedicó a fortalecer a la Guardia
Nacional, que lo ayudó a superar los levantamientos contra su gobierno como el
protagonizado por Nicolás de Piérola.
El 7
de noviembre de 1872, Manuel Pardo y Lavalle dio la ley de reorganización de la
Guardia Nacional. Esta norma disponía la organización de los cuerpos cívicos
que eran necesarios para completar los efectivos del Ejército. Dispuso la
desactivación de unidades y efectivos de esta institución, sin autorización legal.
Por otro lado, incrementó los cuerpos cívicos desmedidamente, reclutando mucho
más de lo que la ley lo autorizaba.
Solo
para tener una idea de la magnitud de las reformas y lo negativas que
resultaron estas medidas, en 1872 en el Ejército existían 8 Batallones de
Infantería, 2 Brigadas de Marina, 3 Regimientos de Caballería y 2 Regimientos
de Artillería”. Un año después el gobierno de Pardo redujo los efectivos del
Ejército, hasta dejarlo en 4 Batallones de Infantería, 2 regimientos de
Caballería y 2 regimientos de Artillería. Al siguiente año en 1874, los
Batallones de Infantería se redujeron a 3, los de Artillería a uno y se mantuvo
en dos los Regimientos de Caballería.
Mediante
DS del 11 y 18 de noviembre de 1872, se crearon nuevas unidades de la Guardia
Nacional: 20 Batallones de Infantería en Lima y Callao y 7 Unidades de
Caballería entre Regimientos y Escuadrones, este crecimiento exponencial de esta
fuerza no guardaba relación con la magnitud, extensión geográfica y
responsabilidad que se le había asignado. La diferencia era muy notable entre
ambas organizaciones.
Respecto
a la Marina de Guerra, Manuel Pardo tuvo otra actitud, el trato era más afable,
mientras en el presupuesto de 1869-1870 el gasto se distribuía así: 63% para el
Ejército y 37% para la Marina, en el bienio 1873-1874 pasó a ser: 56% para el
Ejército y 44% para la Marina cuyos efectivos eran menores. Este incremento en
el presupuesto para la Marina nada significó en cuanto a elevar el nivel
operativo naval, frente a la calidad y cantidad de adquisiciones navales por
Chile.
Cuando
se le decía al presidente que debía preocuparse por ese aspecto, Pardo
contestaba que tenía dos poderosos blindados, Argentina
y Bolivia, se refería a los pactos
defensivos que se negociaban con ambos países, se concretó con Bolivia, pero no
con Argentina.
En
1872 la Marina de Guerra le presentó un informe sobre el desastroso estado en
que se encontraba la escuadra, comparándola con un “museo de arquitectura
naval”. “Posteriormente recibió un
informe de dos oficiales que habían estado en Londres, donde construían
pequeñas barcas para el servicio de guardacostas, la “Pilcomayo” y la
“Chanchamayo”, mientras Chile había ordenado construir los acorazados chilenos
“Blanco Encalada” y “Cochrane”, la puesta en servicio de la corbeta
“Magallanes” y el vapor “Tolten”. (5)
De
inmediato Pardo pidió autorización al Congreso para invertir 2 millones de
soles y adquirir dos acorazados superiores a los chilenos, lo cual se le
concedió y contrató la construcción de los barcos. “Posteriormente Pardo convocó a una junta de “expertos” para evaluar las
potencias navales relativas de Perú y Chile, cuyas conclusiones fueron muy
tranquilizadoras, el gobernante de manera irresponsable rescindió el contrato,
no sin antes pagar una prima a los constructores por dicha anulación” (6)
En
el S. XXI durante el quinquenio del expresidente Toledo sucedió algo parecido,
así el año 2001, decidió reducir drásticamente –en más del 20%– el presupuesto
de Defensa del año 2002, sin aplicar ningún criterio técnico ni científico, y
sin considerar el rol fundamental de las FF AA, ni tener en cuenta su
estructura, capacidades futuras y amenazas externas. Rememoremos también que
por esos tiempos Toledo tenía en Palacio de gobierno un asesor chileno.
En
el Ejército fue calamitosa esta disminución. Se aplicó una reestructuración que
no ha dado ningún resultado, solo sirvió para efectos inmediatistas, cálculo
político y promoción mediática. Además, se desmantelaron importantes Bases
Contrasubversivas, no se previó la adquisición de nuevo material bélico para
las FFAA, pese a conocer que Chile se había embarcado en una carrera
armamentista. El presupuesto no alcanzaba ni para pagar los servicios públicos
esenciales (SSPPEE).
La
falta de previsión, sumado a la carencia de una visión geoestrégica no nos
permite superar las debilidades del pasado, lo que se refleja en el presente,
en un sentimiento político antimilitarista, sentimiento que aún persiste hasta
el presente y que no permite la unidad nacional.
En
el presente nuestras Fuerzas Armadas encargadas de la Defensa Nacional cuentan
con material que ya ha cumplido su tiempo de operatividad, en especial la
Fuerza Aérea, que es considerada el arma de la decisión por todos los países
para su seguridad, tiene el material con una antigüedad de más de 40 años.
Y
qué sucede, cuando la presidente Boluarte ha planteado la necesidad perentoria
de la compra de aviones modernos los Rafale u otros de similar performance para
nuestra Fuerza Aérea, de inmediato han salido voces para oponerse, son los
perros del hortelano que se oponen no saben por qué, pero le hacen un daño
enorme al país con esta postura egoísta, farisea y fenicia.
No
todos, pero sí una gran mayoría de congresistas tienen jibarizado sus cerebros,
parece que los Jíbaros que habitan la selva amazónica entre Perú y Ecuador
conocidos por su antigua práctica de reducir las cabezas de sus enemigos,
hubieran invadido el Congreso y logrado someter a algunos congresistas a esta
práctica ancestral.
Los
congresistas convertidos en “tsantsas” (cabezas reducidas) no tiene idea de lo
que es la Defensa Nacional y mucho menos cómo se relaciona con el Desarrollo de
una Nación, explicarles estos conceptos y cómo se relacionan con la Seguridad
Nacional, es arar en el desierto y sembrar en el mar, no lo entenderían, no tiene capacidad para
ello.
A la
mayoría de estos padrastros y madrastras de la patria, poco les interesa la
seguridad del país, están mas interesados en sus canonjías y mochar los sueldos de sus empleados, o darles trabajo a la hija de su nana, no saben que los Estados deben y tienen que supervivir en
medio de una competencia a muerte con otros Estados que también pugnan por
sobrevivir en un mundo de alta competencia.
Los
Estados solo tienen intereses, las amenazas que se ciernen sobre nuestra
patria, no son solo de carácter interno, sino también de carácter externo.
Debemos todos mantenernos alertas frente a ellas, no deseamos más sorpresas.
El
ingreso de nuestro país a la modernidad implica el concurso de todos para
proteger nuestro Potencial Nacional, las mega obras en ejecución como: mega puerto de
Chancay, aeropuerto Jorge Chávez y el futuro Megapuerto de Corio, sumados al
fortalecimiento de nuestra MGP por el convenio firmado entre SIMA Perú y
Hyundai Heavy Industries para la construcción de buques para la Armada peruana
y transferencia tecnológica, así lo requieren y es una obligación protegerlas.
Notas:
(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Caso_de_espionaje_de_Chile_en_el_Per%C3%BA_de_1979
(2), (3), (5) y (6): CPHE,
Historia General del Ejército el Perú. Tomo V, El Ejército en la República S,
XIX. Primera Edición. 2005
(4):
Castro, Jaime Raúl. Aportes para una nueva visión de la Seguridad y Defensa
Nacional. Primera Edición, Julio 2006. Ediciones Culturales e Impresiones
Lecting S.A.C.